sábado, 27 de agosto de 2016

ESTEBAN DE CIUDAD REAL





MATIAS REYES OBRERO (1956-1990)

En las sagradas escrituras unos libros muy interesantes y fundamentales para mí, me encuentro con el nombre de Matías, y yo quiero hablar no del APOSTOL que completó el número bíblico de los DOCE, sino que quiero mencionar a un APOSTOL del buen talante como persona y trabajador.

En el año 1959, el PADRE GUILLERMO SANTOME OP, nos daba una conferencia  sobre la trayectoria literaria de JOSE MARIA PEMAN. En esa conferencia echó de menos en la UNIVERSIDAD LABORAL,  a alumnos de procedencia gaditana y de sus proximidades e hizo una glosa de la gracia y simpatía de estos nativos. Simplemente ver a Padre Guillermo “Papa Oso”, ya estaba la broma garantizada.

Al hablar de JOSE MARIA PEMAN, nos habló de Cádiz, de sus carnavales, de su manzanilla, de su gracia y de su simpatía. Hizo un recordatorio del famoso “Ventorrillo El Chato” de una antigüedad del siglo XVIII, y nos explicó que  su nombre se debía a que el noble de turno que la autorizó lo apodaban el “Chato” por la gran nariz que soportaba. Al hablar de la guerra contra los franceses y el secuestro del rey Fernando VII, mencionó varias veces la palabra “Chato”. Nos habló también de la simpática "LA PEPA" aquella Constitución Española, que tiene un monumento en Cádiz muy cerca del Puerto.

La conferencia o clase “especial de los sábados” no la “endiñó” en el aula principal del Colegio Gran Capitán que estaba junto al despacho del Padre Roses. Quizás por la estatura, su ironía o el propio aspecto del Padre Guillermo, al comentar con gracia, cosas del “Chato” y las simpatía gaditanas, todos nos reíamos a brazo partido. Luego nos comentó que los dominicos tuvieron mucho que ver con la famosa ganadería de los toros MIURA, pues ellos en la zona de Jerez y desde antiguo llegaron a poseer un importante número de cabezas de ganado.

Entre los comentarios de “Chato” y las risas, entró en el aula el empleado Matías Reyes Obrero, "El Chato Matías", que se disponía a arreglar varias persianas de las ventanas del lado derecho que estaban rotas. Este hombre soltó su “capacho” de herramientas y se sorprendió de las risas que causaban todos los comentarios del Padre Guillermo, en especial el vocablo “Chato”.

Este empleado que también tenía su guasa dijo en ese momento: “Padre es que ha olido usted que venía precisamente el “Chato Matías” a arreglar estas persianas”. El dominico, se disculpó y le dio toda clase de explicaciones y al final todo el mundo arrancó en sana risa.

Matías Reyes Obrero, fue empleado de mantenimiento (carpintería), desde los primeros tiempos en la Universidad Laboral, se le podía ver casi siempre acompañado del también empleado de mantenimiento de origen valenciano Soler Botella, cuya familia se trasladó a Córdoba y llegó a tener un taller en el Arroyo de San Lorenzo, muy cerca de la casa de Pepe Bojollo, el eterno sacristán de San Lorenzo.

El buen amigo Matías era la broma y la sonrisa permanente, se reía a poco que le miraras a pesar de su “menguada nariz”, por lo que era llamado de forma simpática “El Chato”. Nació en Córdoba en un barrio muy popular y formó parte de una familia muy trabajadora y de muchos hermanos. En su barrio en aquellos tiempos existía una Taberna a la que se denominaba "LA ESPUELA" y que por ambiente y lo que allí se oía, era una sucursal de la PIRENAICA.

De joven repartió leche, estuvo de zapatero, llevó el carrillo de las carteleras de los cines y se sentía muy orgulloso de haber  “anunciado” la famosa película “EL LÁTIGO NEGRO” que hizo las delicias de la juventud de aquella época. Seguidamente se colocó de ebanista en un pequeño taller de la Calle del Cristo, (San Lorenzo), en donde estuvo trabajando hasta aprender el oficio con desenvoltura. En el año 1956, su jefe y empresario, Antonio Varo Millán, agobiado por las trampas, y con nóminas pendientes de pagar a sus tres o cuatro trabajadores, se marchó a la aventura del Brasil, muy en boga por aquellos tiempos y que el propio DIARIO CORDOBA, anunciaba como la oportunidad de la vida para muchos.. Y él nos diría, que Antonio Varo Millán , que se marchó con su padre y su hermana Carmen, ya no volvieron jamás a Córdoba, por lo que nunca le pudieron pagar lo que le dejaron a deber. El padre de Antonio Varo, Antonio Varo Montoro, era un gran profesional en el arte de la madera, pero cuando se marchó al Brasil, mi gata que todas las noches esperaba sus caricias cuando pasaba para su casa, se murió de pena.

El simpático Matías, quedó en el paro y sin cobrar. Por recomendación de Luís Aranda Martos, el empresario que suministró todo el mobiliario de la Universidad Laboral, (pupitres, mesas, armarios, camas, etc.), se colocó como trabajador de mantenimiento (carpintero) entre otras cosas, según decía él. (1958). Este Luis Aranda Martos, fue de aquellos empresarios que con la construcción subió como la espuma, y gastaba los dineros como el agua, en varias ocasiones y para obsequiar a sus amigos de las empresas constructoras, la Sala de Fiestas de Cercadillas que regentaba Manolo Yergo, ponía a su jefe de sala Eustasio y a los camareros Monchi y Pepe "El Picador" con todas sus niñas a disposición del citado empresario y sus amigos, entre los que se encontraban Ramón de Francisco, Rafael Hiedra, Zabala y Demetrio Sillero, entre otros.

El bueno de Matías era un tipo simpático y dicharachero. Gran aficionado al fútbol. Ya jubilado por enfermedad, coincidí con él muchas veces en los campos de deportes de los Salesianos, viendo al equipo juvenil del D. Bosco, en el que jugaba por aquel entonces un sobrino suyo que alternaba con Álvaro Novo. Un día con la broma que siempre se gastaba me dijo: “Con las veces que yo llegué a sacar la cartelera de la película EL LÁTIGO NEGRO", y ahora aquí, en los Salesianos, lo veo casi todos los domingo en persona. Este comentario era en clara alusión a D. Juan Novo González, padre del que luego fue jugador del Atlético Madrid, ÁLVARO NOVO. Y es que antes de ser cura secularizado se le conocía en todo el barrio de San Lorenzo como: “EL CURA LÁTIGO NEGRO”, su enorme estatura, su duro carácter, y todo ello dentro de su negra sotana, hizo propagarse este apodo por todo el barrio y buena parte de Córdoba..

Bromas a parte, el bueno de Matías, tenía una sensibilidad muy especial para la poesía. Estando en el Servicio Militar, hubo de ser internado por problemas de una pulmonía y en el Hospital gobernado por monjas, y éstas quedaron encantadas por los poemas y estrofas que en forma de agradecimiento les dedicó. Recuperado ya, y dedicado de lleno a su trabajo, siguió cultivando esta afición que le dio muchas satisfacciones durante su vida.

Al final de los años noventa tuvo que prejubilarse por enfermedad y entre padecimientos y sonrisas, falleció el el siete de agosto de 1995. Dejó un buen recuerdo entre sus amigos.

FRANCISCO VALENZUELA VILCHEZ  (1958-1988)

El Sr. VALENZUELA, llegó a la Universidad en el año 1958, el venía de la CENEMESA, en donde fue uno de los jóvenes que destacó en aquella División de Herramental, en donde los, DOMINGO BABIANO, LUIS GUTIÉRREZ, MANUEL DE LA TORRE, JUAN RUIZ,  ANTONIO CARRERO, ANTONIO AFAN, ENRIQUE SUÁREZ, MANUEL LEÓN, ALEJANDRO GUISADO, entre otros grandes profesionales, formaron aquella DIVISION DE HERRAMENTAL, que fue orgullo y estandarte de CENEMESA, por toda España.

Pues allí en aquella División de Herramental, el padre Alberto Riera OP., "pescó" a Francisco Valenzuela, y con ello fue completando el "mosaico" de profesores que quería componer para LA UNIVERSIDAD LABORAL de Córdoba.

FRANCISCO VALENZUELA VILCHEZ, había nacido en la Calle el Cárcamo (cerca del Jardín de los locos). Su madre regentaba un puesto de verduras muy cerca en donde estuvo la Taberna que albergó la PEÑA, "LOS MARCELINOS", todo gente muy querida en el Dormitorio de San Agustín, en donde por aquellos tiempos "EL RATÓN", en charcutería, "PEPE EL HABANERO", como Taberna, "LA DAMAZA", como carnicería y "EL GORDO MÁS" como tienda de zapatillas y zapatos, marcaban un poco la pauta de lo que fue aquella zona del Mercado de San Agustín.

Con su llegada a los talleres de la UNIVERSIDAD aportó unos conocimientos de MATRICERIA que eran totalmente desconocidos hasta entonces en las prácticas de taller. A el se debió que en los planes de tecnología mecánica apareciera un Capitulo dedicado a “MATRICERIA Y UTILLAJE”,  Recuerdo que el libro que se escogió para “soportar” esta tecnología fue el famoso “MARIO ROSSI”, el libro más completo que existía sobre dicha especialidad. Al ser una tecnología nueva, al pobre del Sr. Berrocal, el perito de Linares que le tocó dar aquella asignatura, hasta él "Velvetón" con el vino de Linares, le cambiaba de color.

Al igual que los señores DEL TORO y CHICA, hacían frecuentes exhibiciones de soldadura al alimón, también el Sr. VALENZUELA, se permitía hacer las suyas. Uno de los primeros trabajos de estampación y corte que hizo fue el escudo de la UNIVERSIDAD LABORAL, trabajo que realizó casi de forma artesanal pues por aquellos tiempos no existían en talleres las prensas adecuadas.

Dentro de la especialidad de Ajuste, LA MATRICERIA, se consideraba como una “culminación” de esta especialidad a la que debían de llegar los que mejor hicieran “LA COLA DE MILANO”. De momento, nada cambió en el programa de ejercicios de ajuste y solamente al final se terminaba con una matriz de un sencillo paso, que curiosamente representaban, NUMEROS Y LETRAS,  El grupo de aventajados, que por razones de edad, conocimiento o cualidades innatas para el ajuste, había en aquel curso, respondían a los nombres propios de: Miguel Velasco, Francisco Castillo, Ibáñez Hoyos, Eulogio López, Rafael Gutiérrez, Eulalio Vázquez, Severiano Fuentes, José Camacho, etc. Fueron lógicamente los primeros que realizaron dichas matrices. Curiosamente y en la práctica profesional, según tengo entendido, solamente Eulogio López Álvarez, llegó a Contramaestre en la Sección de MATRICERIA de la FASA RENAULT. (Valladolid), los demás optaron por otros caminos en su vida laboral.

Al Sr. VALENZUELA, le encomendaron que elaborara un programa de trabajo en taller de dicha especialidad. Antes de que lo hubiera culminado, lo mandaron a la UNIVERSIDAD LABORAL DE SEVILLA, para que en compañía de varios profesores más de Sevilla, (Sr. Casillas y Sr. Villota), impartiera un Curso de Utillaje para las factorías BRESSEL y MARCONI de Madrid.

Es curioso recordar que nada más llegar a Sevilla y por detrás de la UNIVERSIDAD LABORAL, había por entonces un barrio de Chabolas y casas populares que se denominaba QUINTILLO, allí poco antes de la riada del famoso TAMARGUILLO,  pudimos observar en aquel sencillo barrio del QUINTILLO, una concentración de carlistas o requetés que con sus boinas y sus medallas en el pecho, pululaban por aquellos lares. Hoy todo ese barrio con sus sempiternos olivos, se ha convertido en una zona residencial llamada MONTE QUINTO, justo al lado de la Universidad Pablo de Olavide. 
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En aquellos talleres de la UNIVERSIDAD LABORAL de Sevilla, existía una mejor cobertura para la realización de estas prácticas de taller, así como una gran sección de Tratamientos Térmicos, cosa fundamental para el tema del utillaje. El citado curso de Utillaje, empezó en octubre del 1961, y los alumnos se alojaron en el Colegio Bartolomé Esteban Murillo, los profesores, entre ellos el Sr. VALENZUELA, junto con el Sr. CASILLAS,  se alojaban el Colegio Miguel de Mañara.

El curso se puede decir que fue completísimo en prácticas y en tecnología y se respiró en todo momento un ambiente agradable y positivo. Recuerdo que el Sr. VALENZUELA, estaba prácticamente recién casado (sólo tenía un hijo) de los cinco que tuvo, pero la distancia y la separación (su mujer seguía en Córdoba), no le encantaba a él mucho. Iba y venía todos los fines de semana montado en su moto vespa, llevando siempre como paquete al compañero del Colegio Juan de Mena, JUAN VILLEN, que desde que le vio en el Colegio  apreció en el unas cualidades innatas para el ajuste y la MATRICERIA. De hecho, por todos los sitios profesionales que pasó el Sr. VALENZUELA lo llevó siempre como "segundo·.

 Hoy el compañero VILLEN, está a punto de jubilarse como responsable del taller de “Hierros” de la Empresa de Joyería cordobesa AGUILAR DE DIOS S.L. Hay que decir que el compañero VILLEN, al igual que su hermano fueron unos buenos corredores de fondo.

Después de los cursos de Sevilla, el Sr. VALENZUELA duró poco tiempo en la UNIVERSIDAD LABORAL, pues el sector de la joyería lo reclamó insistentemente. En los primeros talleres que trabajó fue en la razón TALLERES GAVILAN, allí según me contó ganaba unas cuatro veces más que en la Universidad. Posteriormente pasó a la empresa más importante del sector de la joyería en Córdoba, como era AGUILAR DE DIOS S.L.. El Sr. VALENZUELA con esta decisión abandonaba la MATRICERIA del MARIO ROSSI  y se embarcaba en la “MATRICERIA” de diseño y cortadores para la joyería. (fornituras)

A él se le atribuyen en Córdoba bastantes diseños, pero quizás el que más ha resaltado es el diseño de "LA BOLA". (Hay opiniones que se la adjudican a Alfonso Muñoz),  con un pequeño útil y en tres fases, lograba hacer una pequeña bola de una sola pieza. De esta bola, bien en cualquier metal, oro, plata, cobre, etc. se habrán fabricado en Córdoba millones y millones, exportándose a todas partes para la fabricación de rosarios y collares.

Otro diseño que se le atribuye públicamente a él, son las tuercas para los salcillos, esta tuerca está formada por dos “chapitas pequeñas agujereadas”, que se aplastan sobre una pequeña porción de plástico, formando como una pequeña bola ovalada. Al meter un espárrago sobre este agujero “se pinchará” en el plástico y dará sensación de tuerca. De estas piezas se puede hablar de cientos de millones, para todo el mundo.

Llegado un momento el Sr. VALENZUELA, con cinco hijos ya, y viviendo cómodamente en un chalet de la sierra, optó por pensar y diseñar piezas para fabricarlas él, y de esta forma montar un taller para que sus hijos tuvieran ocupación.

En el barrio de San Lorenzo, montó un taller que se llamó FORNITURAS FRANCISCO VALENZUELA. Dotó a su taller de las mejores máquinas y con su seriedad y eficacia, logró un negocio de mucho prestigio en Córdoba, contando siempre con la importante ayuda de sus hijos. Cuando ya se iba apartando poco a poco del negocio, ante la tranquilidad de que sus hijos, habían captado el mensaje de lo que él quería para su empresa, se involucró en la ampliación del negocio, anexionando para ello la casa que lindaba con la suya. Estando en pleno desarrollo del proyecto de ampliación y antes de acometer las obras, una mañana del mes de noviembre de 1988, y cuando se disponía ir de cacería con su amigo ANTONIO SOTOMAYOR, cayó fulminado a los 56 años.

 Con su muerte se fue un profesor de la UNIVERSIDAD LABORAL,  que alternó con el Sr. SAN JOSE, SR. ACERO, SR. OBDULIO, SR. VALLE, por citar a los profesores de ajuste, que marcaron una época de esplendor en aquellos Talleres Generales de la UNIVERSIDAD LABORAL, de grato recuerdo para muchos.

 
ESTEBAN DE CIUDAD REAL

En el año 1952, cuando empezaron las obras de la UNIVERSIDAD LABORAL DE CORDOBA,  muchas madres de los barrios populares de Córdoba, optaron por colgarle a todos su hijos pequeños unas “BOLITAS DE ALCANFOR”, metidas en una bolsita de tela colocada a modo de escapulario. No sabemos quien dio esas instrucciones o que “GURU” lo recomendó, lo cierto es que todas las madres cuidaron de “vacunar” a sus hijos menores contra la epidemia de POLIOMELITIS, que se dejó sentir por desgracia en Córdoba por aquellas fechas.

Era una época en que la escasez de medicinas y la falta de vacunas hacían estragos sobre todo en las familias más pobres. Ya, dos años antes (1949-1950), había pasado algo igual con la epidemia de Meningitis, que afectó a muchos menores y costó por desgracia muchas vidas..

En los Colegios y en nuestros juegos, todos llevábamos nuestro bolsa que no desaparecía de nuestros cuellos ni para dormir. A pesar de ello y del característico olor del alcanfor, nosotros no tomamos nunca en serio lo que podía significar esa dichosa enfermedad de la polio.

En aquellos tiempos como hemos dicho y quizás debido al bloqueo exterior que se había organizado contra España después de la guerra, escaseaban toda clase de artículos de primera necesidad, así como toda clase de medicinas, las pocas que entraban lo hacían de contrabando, por Gibraltar, por lo que unas simples fiebres de malta (brucelosis), se curaban con tratamientos escasos y poco ortodoxos, dejando siempre unas secuelas.

A consecuencia de unas calenturas de malta me quedaron las secuelas de una OSTIOMELITI, que se me declaró en la muñeca izquierda. Después de rodar por muchos sitios, mi madre me llevó a la Hogar y Clínica de San Rafael (Hermanos de San Juan de Dios), en donde D. Francisco Calzadilla León, decidió mi ingreso para operarme. Era a principios del año 1954, y yo tenía por tanto 10 años.

En aquel Hospital Infantil pude apreciar y comprobar los “estragos” que había hecho en un montón de niños, aquella fatídica plaga de “POLIOMELITIS”. De cien niños que habría ingresados en aquel Hospital, más de la mitad tenían problemas de esa enfermedad en un pie y en algunos casos en los dos. Allí pude comprobar el valor que tenía el “celo” de nuestras madres con colocarnos sobre nuestros cuellos aquellas “BOLITAS DE ALCANFOR”.

Recuerdo que en una mañana de aquel mes de febrero (1954), Córdoba amaneció con una nevada tan intensa que nadie recordaba otra igual. (Por cierto que la foto de LADIS,  en la que aparece el Cristo de los Faroles nevado, está equivocada la fecha). De madrugada nos despertó el hermano Bernabé, diciéndonos: “`¡Esteban, Manolo, mirad, mirad!, como se ve caer la nieve sobre los pinos de la sierra y los naranjos. Mi compañero de proximidad (su cama estaba junto a la mía), Esteban, posiblemente más joven que yo, natural de Ciudad Real, y yo, quedamos unidos por aquella escena. Dio la casualidad de que a los dos nos metieron en "CAPILLA", para ser operados el mismo día por la tarde. La espera, la observación del blanco paisaje y el ayuno por motivos de la operación, nos hizo tener una relación que duró durante los dos meses que yo estuve recuperándome de la operación.

A mi me tenían que operar como ya he dicho de la muñeca de la mano izquierda y a mi compañero ESTEBAN, se trataba de corregirle “el pie sopo” que padecía en ambas piernas. Nos bajaron al quirófano y vimos también allí a un compañero de la “sala” de los mayores, apodado “El Pelotillas”, al que le iban a implantar en sus pies, los huesos que le sobraban al amigo Esteban. Lógicamente a los dos los metieron a la vez en el quirófano y la operación quirúrgica se prolongó más de la cuenta por lo que no dio tiempo a que a mí me operaran, por lo que me operaron días después.


Después de la operación, ESTEBAN, permaneció lógicamente con ambos pies totalmente vendados y la verdad es que en el tiempo en que yo permanecí en el Hospital, no lo vi levantarse, por lo que aunque las curas iban bien, nunca pude comprobar su recuperación, ya que a  mi me dieron de alta a mitad del mes de Abril.

Desgraciadamente no retuve sus apellidos, aunque si recuerdo perfectamente su imagen, sus pecas, su pelo rubio y el tono de su voz. Recuerdo perfectamente que modulaba muy bien la lectura y tenía voz radiofónica como decía el Hermano Gabriel. Dada su gran afición al fútbol, fue el que casi nos radió el partido de Fútbol que jugó España contra Turquía, y que al terminar en empate, fuera la “bola sacada por el bambino”, la que nos privó de participar en aquel mundial. (El estaba oyendo el partido en una Radio-Galena). e incluso nos hacía sus comentarios. Desgraciadamente, como ya he dicho, me marché sin poder comprobar la recuperación de mi amigo Esteban, pues aún no lo habían levantado. 

Ya en la UNIVERSIDAD LABORAL, El Sr. Berrocal, había implantado que las clases de Tecnología, se celebraran en las aulas de talleres, a fin de que se pudieran hacer “practicas” directamente en el Taller. Menciono este hecho, no porque el citado profesor nos hiciera ninguna práctica, ya que la única que nos hizo no llegó a terminarla, pues al tratarse del afilado de una broca, tuvo finalmente que “terminarla” el ínclito “Majo” (Ibáñez Hoyos). La razón de mencionar esta circunstancia fue porque en 1958-1959, al terminar esta clase, y al pasar por el taller de Ajuste, pude ver a mi amigo Esteban, como atendía las explicaciones del Sr. San José. Allí pude ver que se desenvolvía perfectamente andando con total naturalidad.

Me enteré que estaba en el Colegio Juan de Mena, que era uno de los Colegios que daban a las vía del ferrocarril, y yo estaba en el Colegio San Alberto, que daba a la parte opuesta, es decir al canal, por ello no pude verlo con normalidad.

Por ello me maché de la Universidad Laboral sin saber nada de este compañero, con el que coincidí en el HOGAR Y CLINICA DE SAN RAFAEL, y en la Universidad Laboral de Córdoba.

Por eso me gustaría que alguien que pueda leer esto me pueda dar alguna pista sobre aquel compañero llamado ESTEBAN y que coincidió conmigo en dos sitios importantes de mi vida. Hoy puede tener de 71 a 72 años, y además en un cuadro que pintaron en aquellos tiempos en los que aparece el siempre recordado HERMANO GERARDO, con cuatro compañeros, entre ellos uno al que llamaban CAMPANILLAS que aparece con muletas dado su caso severo de polio, otro que se llamaba YEPES, con una pierna con polio, otro que era el más pequeño MANOLO, con polio en ambas piernas y que lo sostiene el citado padre en brazos, y finalmente ESTEBAN, que aparece sentado en el suelo. Ese cuadro aún permanece en las escaleras de acceso a la segunda planta del hospital de San Juan de Dios de Córdoba.

LA PEÑA EL RELENTE

Al final de los años cincuenta y muchos antes que algunos “niños bien de Sevilla”, enarbolaran la bandera “VERDE Y BLANCA” como símbolo de Andalucía, ya había un grupo de jóvenes cordobeses de San Lorenzo, aficionados al fútbol, que en torno al Club Atlético San Lorenzo, que ya presidía Pepe Reus, reivindicaron estos colores “VERDE Y BLANCO” en unas camisas que utilizaban a rayas verticales, y era la prenda de vestir que distinguía a los componentes de la llamada "PEÑA EL RELENTE", estos jóvenes eran entre otros; Ángel Ramiro, Manolo Cerezo, Manuel Reina, Pepe Azules, José Cerezo, y Luís López Caballero “La Vieja”,  pueden dar fe de estos antecedentes. Esta Peña celebraba sus reuniones “Al Relente”, a altas horas de la noche y junto al pilón de la Fuente de San Lorenzo.

 Años más tarde en el año 1958, la simpática “Peña los 14 Pollitos”, con sede en la clásica BEATILLA, adoptaron este “uniforme” en la caseta de Feria que instalaron por primera vez en los llanos de VISTALEGRE. El autor de esta idea en la Peña, fue Joaquín Ruiz Baena, colaborador animoso de la Peña, que se lo propuso al secretario Pepe Alcalá Moreno. "El Capi". Tenemos que decir que esta simpática Peña de los 14 Pollitos, fue fundada en los años de 1952, en la Calle Montaña (Esquina con Montero), en donde existía la Taberna "LA MONTAÑA", enfrente de donde llegó a estar un ambulatorio médico para los asociados de la Bilbaína, y en donde pasaba consulta don José Chacón y Chacón, médico de medicina general de la mayoría de os trabajadores de la Electro Mecánica.

Hay que decir que en esta Caseta de Feria, instalada en VISTALEGRE, el vino que se vendía era de las Bodegas de Aragón y Compañía, cuál era el Moriles 47, pero también tenían otro vino fino de Jerez que era FINO GARVEY, que la media botella costaba a 35 pesetas. Por aquel año de 1958, sería una de las últimas veces que vino a Córdoba el CIRCO PRICE DE MADRID, que traía de estrella a PINITO DEL ORO, que se hospedaba en el Hotel CORDOBA PALACE, y todavía puedo recordar que una tarde-noche, se llegaron por allí un tal Pepe Ponce, del Hotel a pedirnos algunas botellas de GARVEY, pues la famosa trapecista canaria, iba a dar una recepción a unos amigos  canarios que eran muy aficionados al FINO GARVEY, y ellos se habían quedado sin existencias.

Nos pareció algo sorprendente que el sobrino de PINITO DEL ORO, fue trasladado desde la Estación de Córdoba, con unos de los taxistas más habituales de Casa Eduardo, aquel Bar que en el entorno de la Estación estaba las 24 horas abierto. Fue el taxista al que llamaban "BARRIGA AL LADO", el que lo llevaría al encuentro de su tía. Por cierto en el diario EL DIGAME, del mes de junio, aparecía una entrevista de los Hermanos González, empresarios del CIRCO MUNDIAL, en el que venían a decir que el sobrino poco se parecía a PINITO DEL ORO.

Quiero recordar que en aquella Caseta de Feria de "LOS 14 POLLITOS",  se vendieron miles de huevos fritos con tomate MUSA, y los huevos los recogía yo de la Calle Reyes Católicos, con un triciclo que lo llenaba todos los días con cuatro cajas de 32 docenas de huevos. Un día (sábado) tuve que volver a por más huevos. Aquella casa a donde iba a por los huevos, me dijeron que era del TIO DEL QUESO, personaje de aquella Córdoba de los años 1950. Siempre recordaré que la persona que alguna vez nos atendió fue un tal Alejandro, hijo del capitán de la Banda de Música de Lepanto, que luego lo llegué a ver por San Lorenzo en la "PEÑA EL PRINCIPE" jugando al dominó con Cristóbal Garzón, llegando a formar una pareja famosa en esto del dominó.

Aquella fue una de las últimas Casetas, en que se utilizaron los llamados Camareros de Feria, pues se plantearon muchas quejas de que solían cobrar poco menos que lo que les daba la gana, a los que se sentaban en las mesas o veladores. Aquello era una forma de abusar descaradamente de los clientes. Por eso a raíz de aquellas fechas se fue imponiendo "Los Tikets", como norma general en todas las casetas.

Por cierto que delante de nosotros y en primera línea se puso la caseta denominada "LOS HABILODOSOS", una gente  en la que todos eran unos elementos altísimos y cosa que se pudo comprobar cuando con un palo, intentaban evacuar el agua que acumulaba el techo de la barra, a consecuencia de las tormentas que tuvieron lugar en aquella Feria. A mí me llamaría la atención de esta Casta de los "HABILIDOSOS" porque seguro que serían de los primeros en incorporar UNA MAQUINA REGISTRADORA, para sus cobros. En realidad fueron unos adelantados para evitar los abusos "de aquellos camareros" que por tratarse de Feria cobraban lo que querían.

EL PELOTAZO

Volviendo con la Película del LÁTIGO NEGRO, tenemos que decir que fue una producción mexicana y que fue dirigida por VICENTE ORONA, el guión fue de un tal FEDERICO CURIEL, y la poca música que en ella hubo fue de RAFAEL CARRIÓN, al final diré el nombre del intérprete para que no se nos olvide y que fue un tal LUIS AGUILAR, que siempre me recordaba al "PIRUTI" aquel legendario maestro de tornos que hubo en Máquinas Rotativas, en CENEMESA, y que era un maestro carismático de aquellos primeros tiempos de 1959-1962, hasta que se llevaron los motores al Norte de España-.

Esta película fue muy bien anunciada por el "CARRILLO CARTELERA" del CINE ASTORIA, que como tantas otras se posicionaban en torno al PILÓN DE LA FUENTE DE SAN LORENZO. Personajes como el "GORRIÓN", "EL CHUPETE", "EL PECHO PAJA", "EL TORMENTA" e incluso el todo poderoso RAFAEL GÓMEZ, antes de que fuera el Platero RICO DE CAÑERO, rivalizaban entre ellos.

Mariano era un buen hombre que vivía en el JARDIN DEL ALPARGATE, en casa de la “PIRUTA" era soltero y algo bebedor, y le conocían como “El repartidor del PELOTAZO", porque repartía vino de Casa AURO ESPINOSA, un bodegón de mala muerte, que estaba situado en la misma casa en donde vivía la “Saga de los Gatos”, y que posiblemente por las propiedades “laxantes” del vino, el simpático Manolo el “Sorna” lo bautizó como "EL VINO DEL PELOTAZO". .

Mariano, empezó su vida trabajando de albañil, pero allí en el Jardín del Alpargate, todo lo que había de albañiles, los hacían "LA SAGA DE LOS GATOS", lo que motivó el que se dedicara a repartir vino de aquella extraña bodega. Con su garrafa al hombre iba y venía de aquí para allá, y todo lo veía y todo lo escuchaba.

Mariano por su forma de ser era un hombre muy querido en el barrio y y principalmente  en su JARDIN DEL ALPARGATE, en donde cualquier sitio era bueno para que durmiera sus "TAJADAS". Pero en realidad él no se metía con nadie, y en la Semana Santa, se dejaban sentir sus gritos de ¡VIVA EL ESPARRAGUERO!, ¡VIVA EL RESCATADO!, e incluso daba vivas a la GUARDIA CIVIL, que por aquellos años, empezaron a salir en los desfiles procesionales de Semana Santa. Todo ocurrió en la tarde de un día de 1955, se encontraba como tantas veces, sentado en el pilón de la Fuente del Jardín del Alpargate, y aunque estaba algo "colocado" se puso a presenciar el entierro de un Teniente Coronel del Cuartel de Lepanto. La Plaza del Jardín estaba atiborrada de gente, y el cortejo del entierro con los tres monaguillos, los cinco sacristanes y los tres curas, desfilaban solemnemente hacía la llamada "REDONDA" en dirección al Cementerio de San Rafael, y cuando el silencio se apoderó del ambiente,  de pronto MARIANO, se puso de pie en el pilón de la Fuente y con todas sus fuerzas pegó un fuerte grito diciendo: ¡VIVA EL LATIGO NEGRO,! en alusión al cura Novo, que presidía el entierro. Faltó poco para que hasta el “pobre muerto” arrancara a reír.  En el silencio de la Plaza, no cabe duda de que el bueno de Mariano desconocía que lo de "LATIGO NEGRO", era el apodo que le había puesto Antonia Aguilera, como replica contestataria a aquel cura que nada más llegar a San Lorenzo, se creyó el dueño del mundo. Lo mismo te despachaba de la Iglesia, que entraba en tu casa y reclamaba las macetas para su Cruz de Mayo, e incluso te llamaba la atención públicamente. De su carácter exigente pueden dar fe los miembros de la directiva de la Hermandad del Remedio de Ánimas, en su mayoría pertenecientes al “Grupo Cántico”, que hubieron de abandonar la Hermandad que ellos fundaron en 1949.

También el que fuera sacristán mayor de San Lorenzo, Antonio Ruiz Rubio, se vio afectado por el carácter de este cura recién llegado que lo puso de "patitas en la calle" después de tantos años en la parroquia. Este sacristán dejó escrito en el archivo parroquial su impresión de éste cura, y lo hizo en un incunable, con el siguiente registro:  "De Santander, Reinosa, en 1954, vino posiblemente el peor cura párroco que pudo pasar por esta parroquia". E incluso firmó esta sentencia. Tenemos que decir que éste Antonio Ruiz Rubio, fue durante muchos años el sacristán del Santuario de Linares.

Un día le preguntamos a la simpática Antonia Aguilera, por qué fue lo de la adjudicación de ese apodo, y ella nos contestó; "Nada más verlo, tan largo y delgado, todo metido en esa sotana negra, y montado en esa bicicleta de señora, esa es la sensación que da". y aparte ese carácter tan mandón y autoritario con el que ha llegado a San Lorenzo. Pero también tenemos que decir que por aquellos tiempos, estaba de moda la película mexicana el "LÁTIGO NEGRO". y se proyectaba en aquel pobretón CINE ASTORIA.

 No obstante la película más taquillera de todos aquellos tiempos en aquel cine, no fue sin duda la película mencionada del  “LATIGO NEGRO", sino la película la “HERIDA LUMINOSA" que batió todos los niveles de taquilla que jamás tuvo aquel sencillo CINE ASTORIA,  Para ver esta película, vino gente de todos los lugares de Córdoba. La película la proyectaba el simpático “Chato Zamorano”, pariente de la “TALEGONA”. Todavía recordamos a aquel empresario que solía acudir al cine montado en una bicicleta BH, de color negro. Y también pudimos comprobar el disgusto que un día cogió, al comprobar que habiendo anunciado una actuación de EMILIO EL MORO, sólo habían pasado por taquilla 14 personas, esto nos lo confirmaría Rafael Figuerola Vázquez, "EL FALINES" que colaboraba en el cine. Afortunadamente la tarde amenazaba tormenta, y por ello suspendió el festejo. Testigos de este hecho está la hermana de los Millán de la Taberna de San Juan de Letrán, que por aquellos tiempos tenía un puesto de lechera enfrente del cine.

 El CINE ASTORIA, era un local propiedad de la familia de los MOYA, que luego se lo vendieron a los PRIEGO JEREMIAS, que durante un tiempo lo tuvieron como huerta y para cría de cerdos, pero cuando llegó la fiebre de los pisos se lo vendieron a los HERMANOS PEDRAZA LLAMAS, que como es natural lo convirtieron en pisos y cocheras.

En la casa del Cine ASTORIA, vivían los hermanos Serrano Gámez, los hermanos Benítez, los hermanos Pacheco, y en ese CINE ASTORIA, llegaron a trabajar como hemos dicho, hermanos Figuerola Vázquez, eran los tiempos en que casa de "LA SARAPIA", era El puesto de verduras más importante de la zona y por las mañanas "LA PULGARINA", con su puesto de jeringos alegraba el desayuno.

El padre de esta agradable "PULGARINA"  fue nada más y nada menos que "EL RUISEÑOR DE CÓRDOBA", cariñoso apodo que le pusieron las crónicas de los comentaristas que asistieron en los años treinta del siglo pasado, a aquel FESTIVAL DE CANTE JONDO, que se celebró en la Plaza de Toros de Ronda de los Tejares, allí RAFAEL GAVILAN PULGARIN, que era el jefe de faena del Molino de Carbonell, en una actuación sensacional, se arrancó por todos los cantes del "REPERTORIO DEL MAESTRO CHACÓN", y hasta los mudos disfrutaron de tanta calidad y variedad de cante. Fue la primera vez que se concedió un premio por aclamación de los aplausos del público que abarrotaba la Plaza de Toros.

Esta simpática crónica me la contaría PACO ALCALDE, el simpático "Cojo Palanca", Barbero del JARDIN DEL ALPARGATE, tomándonos un medio en Casa Millán, no hace falta decir que esta estupenda persona, ya fallecida, fue el padre de Francisco Alcalde, el actual delegado de Cultura de la Junta de Andalucía en Córdoba, que de trabajar "codo con codo" a las órdenes de Miguel Castillejo, presidente de CAJASUR, migró hacía el PSOE y ahora su partido anda cuestionando el derecho de propiedad de la misma Mezquita-Catedral.

  




    

   





















miércoles, 3 de agosto de 2016

LA TABERNA DE LOS PERROS





En esta Córdoba que tantas cosas desaparecen, una vez más la piqueta ha echado abajo en dos días, La Taberna de los Perros. Una Taberna, en la que desde la Palmera que había en el patio, hasta el último cuarto, tienen bastantes historias vividas y para recordar. El segundo hijo del dueño Rafael Laguna, fue un importante empleado de aquella inicial Tabacalera que regentaban los hermanos Pedro López en la Calle Carreteras, por lo que algún poster de propaganda del tabaco, cuando ésta se hacía, se solían colocar en los cuartos, con lo que durante un tiempo se les denominaba  el cuarto "CELTAS", el cuarto  "GANADOR", el cuarto "BISONTE" el cuarto "GOYA", etc. etc. La excepción de estos cuartos es el que solía frecuentar un tal Serrano Dominguez, que fue el representante de ANTICARIOL, aquél representante de los Laboratorios Medical, que estaban situados en la Calle la Feria, que su cuerpo redondo y orondo, que reflejaba simpatía, gustaba de saborear aquella tapa de menudillo de pollo que la mujer de Joaquín solía preparar. Un día a aquel repreentante de ANTICARIOL, le tocaron simplenmente los finales del número 0213, y los contertulios lo recibieron a los gritos de "ANTICARIOL CON MÁS BLANCURA QUE EL SOL"..

Yo conocí a fondo esta Taberna cuando la regentada José Laguna Martínez, que fue la última persona que llevó este negocio, hasta que en el año 2004, cerró su actividad. La Taberna "Casa Joaquín" fue inaugurada en los años veinte del pasado siglo, en donde un Joaquín Laguna Castro, carpintero de profesión hasta esas fechas, cogió el relevo de los descendientes del bodeguero Rafael Triguillos, para hacerse cargo de la Taberna. El nombre de los "Perros" le fue adjudicado porque siempre que ibas allí a por aceitunas, una cerveza o un orange, los primeros que salían a recibirte eran dos perros peluches, que ni ladraban ni nada, y que poco les faltaba para darte los buenos días.

En aquellos tiempos principios de los años 1950, era Joaquín el padre el que atendía la Taberna, que estaba orientada con un mostrador de madera paralelo a la calle, dejando un buen hueco a la izquierda para la entrada a los cuartos y a la vivienda del tabernero. Fue a principios de los años 1954, cuando el padre dejó el negocio en manos de su hijo José, y este remodeló la Taberna colocando el mostrador vertical a la calle y escorándolo hacía el lado izquierdo dejando un amplio salón a la derecha. Pepe siermpre estaba en el mismo rincón, cerca de la máquina del café, pues el barfril del vino también lo tenía muy cerca. Llamaba la atención de forma especial el trapo que tenía para limpiar los vasos, que había veces que estaba más negro que el ollín. En la varias vitrinas que había para copas de anís o coñac, después de usarlas, cada una volvía a su sitio sin discusión pues quedaban sus huellas señaladas en el polvo de la repisa.

En aquellos tiempos de 1940-1950, el padre de los Churumbaques, solía entrar en esta Taberna para jugar con el "Coco" Morrugares, e inevitablemente solía llevar los pajaritos, zorzales, y conejos, que su familia solía obtener del campo y por ello había buenas tapas en esta Taberna.

Mi padre por haber nacido en la Calle del Verdugo conocía a Pepe de toda la vida y era frecuente que nos mandara por cualquier bebida. Siempre recordaré aquellas botellas verdes con el escudo del águila hueco-grabado, que tenía la cerveza el Águila, tipo de botella que desapareció cuando en el año 1954, cambiaron el formato de la botella, y las presentaron poco más o menos en la Romería de Linares.

Como cada Taberna, de aquella época, de muchas tabernas y pocas librerías, esta Taberna, tenía su propia clientela, y que daba la impresión que eran personajes "cortados a la medida" del ambiente que se respiraba en el establecimiento. Allí en los años veinte debió de haber buena reunión de aficionados a los peroles, pues había unos amplios testimonios en fotos colgados en las paredes. A los más jóvenes nos llamaba mucho la atención una serie de cuadros en pintura muy sencilla que reflejaba escenas campestres de amigos de perol, totalmente asustados ante la inesperada presencia de un toro. Un día en que hablaba con Pepe, se presentó un tratante de antigüedades o cosa así que venía de Granada expresamente para interesarse por los cuadros, pero Pepe, no se los vendió, serían sus hijos los que los vendieron a un negociande de la Judería de Córdoba. Luego me contaría que dichos cuadros que habían envejecido con la Taberna, fueron pintados por un tal Nicolás Estrada, que quiso dejar recuerdo de aquel perol que se llevó a cabo en El Puente Mocho, éste Nicolás, era un intelectual y artista, amigo de José María Albariño, el poeta del barrio y que por los años posteriores a la guerra se marchó como pudo a Murcia y luego quedó con la frase de: "El Marga" se ha escapado por pies..

UN GRAJO BANCO

En esta Taberna como hemos querido dar a entender y desde que Pepe Laguna, se hizo cargo de ella,  era como la "oveja negra" del Barrio, dado que sus cliente más que lugar de encuentro y tertulia, la utilizaban como lugar para jugar y así agotaban una jornada y otra. Posiblemente la lectura de aquellas personas fueran las novelas de Marcial Lafuente Estefania, o quizás ni eso, pero de vez en cuando entraban algunos clientes con una gran preparación. Eduardo Escalona, vivía por la Calle Manchado, y de joven coincidió en el Bachillerato del Colegio Salesiano, con Juan Kindelán, Cano Marin, Añón Barbudo, Vilavert Mesa, Santisgo Lguna, Pacheco Fernández, Eugeni Arévalo, y muchos más destacados alumnos de aquella época, en la que el examén de la Reválida de sexto, te daba ya un grado y una categoría de preparación.  Solía formar pareja en los juegos con Antonio Granados Crespo, que si tenía alguna dificultad para expresarse, era un adelantado a la hora de intuir el juego

No sabemos el porqué este hombre terminó visitando con frecuencia esta Taberna, y el juego era su gran pasión, y un día de tormenta y mientras volvía la luz, empezó a hablar DEL TIEMPO, y decía: No cabe duda de que todos estamos preocupados porque el Tiempo se hace Largo, pero no, Tened la suguridad de que "El tiempo se acorta" sobre todo cuando estamos jugando aquí y nos falta todo el tiempo del mundo para echar cuantas más partidas mejor. Pero siempre recordaré aquella explicación que dió cuando dijo: "Antes esperábamos que llegara la Navidad. Ahora la Navidad, cumpleaños y otros acontecimientos importantes nos echan encima sin siquiera esperalos, y esto está ocurrienso porque se están alterando los campos magnéticos de la Tierra". Esta explicación que nos dió aquél jugador de "parchis" en los años 1980, la hubiera firmado muchos cientificos. Por tanto la Taberna de los Perros, también fue Aula ambulante de aprendizaje.

EL TABACO

Rafael Laguna, el hijo mayor del Tabernero, se colocó de joven en la Tabacalera que regentaban en Córdoba los Pedro López, y en aquellos tiempos, trabajar para Tabacalera daba muchas posibilidades, de esta forma el tabaco que a lo mejor escaseaba en cualquier estanco, allí nunca faltaba. Al principio de los tabacos "canarios" allí había una gran variedad y selección de todas las marcas..Incluso me comentaba Pepe, que su hermano Rafael le solía facilitar el tabaco de "cachimba" que utilizaba José Mª Albariño, que al igual que en esta Taberna, solía entrar en Casa de Luis El Pancho y en la Sociedad de Plateros de María Auxiliadora. Siempre recordaré a aquellas cajetillas de tabaco "GANADOR" que por su originalidad nos llamaba la atención. Pero no cabe duda que era el tabaco "Goya" el que ganaba todos los parabienes. Por supuesto aquí también se vendía el tabaco "El Gorrión" que vendía y fabricaba Francisco Savan, el  hombre tan hábil y esporádico en los negocios, que una de las últimas operaciones que realizó al "quedarse con el local" de Sal de Duenas, en la Calle Almonas, pagó en traspaso en aceitunas, que era el negocio que iba a instalar.

LOS MUSICOS

Esta Taberna era el lugar de reunión de un importante grupo de músicos, casi todos de la Banda del Cuartel de Lepanto, que en sus horas libres de servicio los fines de semanas, solían orquestar las bodas que entonces se solían celebrabar en los patios de las casas y en algunos salones o terrazas de los bares. Concretamente en la Terraza de la Sociedad de Plateros de María Auxiliadora, hasta los años 1960, se dieron con mucha frecuencia bodas en donde nunca faltaba la música. El hecho de que aquí se reunieran los músicos, era entre otras cosas porque uno muy significado del grupo estaba casado con una hermana de Pepe, y otra razón era porque los militares en su mayoría "chusqueros" le agradaba esta Taberna porque entre otras cosas, había ambiente de juego y vino. Por las razones que sea, la "Taberna de los Perros", era el lugar de contratación y acuerdo para cualquier boda. En muchas tardes de los inviernos tambien participaban en la orquesta que en el Cine Infantas de la Huerta La Reina daba bailes todos los domingos, y allí acudía entre otros muchos alumnos de la Universidad Laboral, siempre se recordará al amigo Bermejo Polo, que además de un gran atleta de cuatrocientos metros lisos, tocaba de maravilla la Batería.

LOS FERIANTES

En época de Feria, era muy normal que esta Taberna se viera concurrida durante algunos días, por gente que pertenecía al mundo feriante. Aunque el lugar habitual de José Blanco, era la Taberna "El Ochenta y Nueve", alguna gente venía equivocada a la "Taberna de los Perros", en donde Blanco, que tenía su madre en la Calle Pedro Verdugo, los atendía. El delineante proyectista Antonio Blanco, era la persona encargada en el Ayuntamiento de rotular los emplazamientos de los feriantes y todo lo relacionado con ello. Me decía Pepe, que algunas y duras conversaciones se mantuvieron por esa razón, al final nunca llegó el agua al río, pues José Blanco era un gran profesional y tenía una gran mano izquierda. Quizás a donde más problemas encontraban estos feriantes era a la hora de contratar el suministro eléctrico en donde el consuegro de Gabriel el de "Marmolejo", Luis Aroca, que trataba algunas veces a los pobres feriantes, como si tratara de un papel de "usar y tirar", sólo guardaba sus buenos gestos y sonrisas para "La Bodeguita" en la que con el "langostino en la mano", era un hombre propio de este mundo.

CASA DE CONVERSION

Tradicionalmente me decía Pepe que los clientes de estar Taberna eran "poco intercambiables" para otras Tabernas, y que su fidelidad era porque buscaban su habitad en donde sentirse solos e independientes, jugando o bebiendo lo que les diera la gana. Cuando en 1954 llegó al barrio de San Lorenzo un joven cura que venía de Reinosa (Santander), las Peñas del barrio y los bares se sensibilizaron con el nuevo cura, pero la Taberna de los Perros, con su "ambiente especial" se quedó un poco como al margen. Entre otras cosas porque sus clientes además de alguna gente del barrio, eran personas de las proximidades y de otras partes distantes de Córdoba.

Pero a pesar de todo, nos decía Pepe, por aquellos años, y en Casa de Dolores Jurado la popular "Picailla" que regentaba un pequeño puesto de verduras, solía venir todos los veranos un pastor protestante de la Iglesia presbiteriana de Escocia, y que venía a Córdoba para que su hija perfeccionara "in situ" el español. Algunas mañanas solía acudir a la Taberna para tomar café y rezaba algunas oraciones de acción de gracia. Cuando él veía que era oportuno explicaba algunas de las tradiciones religiosas de su país. Concretamente un día aprovechando que estábamos aquí, entre otros, Zamorano "El Pabilo" y Miguel Muñoz Moreno, nos explicó cómo era en su país la celebración del Año Nuevo, para ello nos indicó, que "EL PRIMER PASO" era todo un rito en Escocia, y se trataba de que en esa noche del 31 de diciembre, una persona debería atravesar el umbral trayendo la Buena Suerte. Tenía que traer un pedazo de carbón, una hogaza de pan y una botella de whisky. Al entrar lo soltaría todo sobre la mesa y pondría una copa de whisky al cabeza de familia. Y todo dando gracias a Dios. Este pastor de nombre Wilians, estaba muy versado en la Santa Biblia.

Francisco "El Maero", que llegó al final de la explicación, opinó que eso resultaba muy complicado, y que aquí las cosas eran distintas, y que aquí sólo se estilaban las DOCE UVAS desde antiguo. El bueno de Wilians, y su exquisita educación, chocó un poco con la forma de pensar de la Taberna de los Perros.

Pero es que la "Taberna de los Perros", no perdía su aire de curas. Como hemos dicho la Taberna de los Perros, era como la oveja negra de San Lorenzo, pues por aquellos tiempos, 1960, 70 y 80, era la menos visitada por los vecinos del propio barrio. Su clientela era gente muy habitual pero casi toda de fuera de los contornos del barrio. Por eso un día del año 1972, le extrañó a Pepe el Tabernero, que don Juan Novo González, el párroco de San Lorenzo, se citara en su Taberna con el pastor protestante de la Iglesia Bautista que había en Santa María de Gracia, en la acera de enfrente. El párroco y el pastor, se sentaron en el cuarto que se llamaba "BISONTE", que era el nombre del poster de tabaco que había colocado en aquel cuarto. y que curiosamente era el tabaco que fumaba don Juan Novo, casi de forma convulsiva. Lo que hablaron el cura de San Lorenzo y el pastor protestante en la media hora que estuvieron charlando, nadie lo oyó, me confirmó Pepe el Tabernero, No obstante sería el pastor don Evelio, el que haciendo uso de su exquisita educación el que le confirmó: "Hemos tenido noticias de que el párroco de San Lorenzo tiene la intención de secularizarse, y le hemos comentado "que si su posible casamiento" es un obstáculo para su sacerdocio, con nosotros eso estaría superado, pero él me ha contestado que no.

LOS VECINOS

La Taberna con su desaparición ahora en estos días, se puede decir que ha sido el último testimonio de los vecinos que vivieron en esta zona de la Calle Santa María de Gracia. Uno de los primeros que se marchó fueron los Viveros Santa Marta, que llegaron a estar en lo que luego fue Casa Añón, siendo luego incluso Cine de Verano. Efectivamente la familia de los Prieto, tantos años relacionados con las flores, llegaron a la esquina de la Calle Pedro Verdugo en el año 1943 y allí en aquella enorme casa-huerto, instalaron su primer vivero todo cubierto de cristaleras. Luego, al quedarse pequeño este vivero, lo ampliaron con un terreno que compraron en el Cerro de la Golondrina,  que por entonces era totalmente una Huerta, y el terreno que compraron estaba detrás precisamente de lo que era el Cuartel de la Guardia Civil de la Magdalena. Pero al principio de los años 1950, los Prieto se llevaron todas sus instalaciones a Asomadilla, allá en el Brillante, en donde construyeron una importante piscinas en la que el padre de los Prieto, puso turnos para los baños. Por las mañanas las mujeres y por las tardes los hombres. Esta familia finalmente llevaron sus viveros a la Carretera de Palma del Río, en donde ya jubilados con bastante edad, lo han vendido todo y sólo les queda la Tienda de la Calle Osario, por sus muchos compromisos.

Recién llegado Añón, un hombre dedicado al negocio de los piensos y la viticultura, lo primero que hizo en aquella enorme casa-huerto, fue hacer un Cine de Verano, al que llamó Cine San Lorenzo. La primera película que estrenaron fue DUMBO y como en el cine aún no tenían ambigú, salían los padres a comprarle a los niños todos los ORANGES, que teníamos de la Marca de Teresa Illescas, nos diría Pepe,.

Ya en los años finales de 1950, se nos marchó el farmacéutico López Wals, posiblemente la carga de hijos que tenía y la falta de tesorería, hizo imposible agilizar el negocio de la Farmacia, que ya en aquellos tiempos años 1960, se necesitaba de mucho dinero para tener una farmacia con un buen Stok..

Por debajo de la Taberna, vivía la familia de los Mesa, tres o cuatro hermanas encantadoras, que repartieron sonrisas allí donde trabajaron, especialmente en la Cajas de Calzados Montilla y Almacenes Galo Hernández. Su hermano Francisco, un gran profesional que sería de los primeros que formaron parte de la escogida plantilla del Banco Ibérico, que se fundó por aquellos tiempos en Córdoba.

Enfrente de la Taberna, la casa propiedad de don Antonio Peris, en la que vivía Antonio "Cara Ancha", célebre picapedrero, que nos arreglaba las calles cada dos por tres. También vivís Pilar la "Jeringuera", Luisita Almedina, y Miguel Muñoz, gente con la había una gran convivencia. Parte de esta casa era compartida por la Taberna de Huevos Fritos.

Y ya por los veranos los infatigables "Heladeros" que desde su Alicante nos traían la claridad del Mar Mediterráneo. La familia Guillén supieron coger el relevo de aquellos valencianos (dos cuñados), que allá por los años 1950, iniciaron la aventura de vender helado en Córdoba y así estuvieron quince años, viviendo y teniendo su "fábrica" en la casa que les arrendaba Alfonso el droguero, y que la compartían con la carnicera Lola Soler, y el puesto de chacinas de un hombre muy alto, al que le pusieron el apodo de "El Sopla".

Y como no, recordar la Casa de los Zamoranos, en donde Victoria Zamorano, tenía un puesto de arropías que lo solía poner detrás de Concha la "Jeringuera", (donde actualmente está la terraza del Bar el Momento), su hermana Milagros, que fue el amor imposible de Rafael Maestre, el dueño del Restaurante "El Churrasco" se casó con Navarro Moreno, y llegaron a pner un Bar en la Avevida del Cairo, adonde llevó el "Estilo de San Lorenzo" . También en esta casa vivió el amigo Figueroa, que colaboró mucho con don José María Izquierdo, en el Colegio Salesiano, tuvo su Quiosco de Periódicos en San Agustín, y fue de los precursores de la "Cuadrilla de Costaleros del Prendimiento" de los Salesianos. Luego estaba Natalia, la lechera que si bien ella casó de segundas nupcias con Pepe, éste al morir ella, también probó fortuna con la criada. Esta crónica casi familiar puede que esté grabada en el "Disco duro" de los antiguos de Casa Millán en San Juan de Letrán, porque enfrente tuvo Pepe un almacén de comestibles de "aquellos de libreta". 

Y finalmente recordar a Dolores Jurado, la "Picailla" persona que desde su establecimiento de verduras era como el estandarte de esta bonita y antigua calle de Santa María de Gracia, y que un día llegó a tener de vecino al mismisimo Gran Capitán, en las casas de don Pedro Ruiz de Cárdenas, antes que este las donara para convento, en donde una de sus hijas fue la primera superiora de esta comunidad de domincicas. También fue desgracia que desapareciera el convento y que lo comprara un constructor de las Costanillas, que por razones obvias, no le dió un buen trato a las cosas antiguas y de valor que allí había.

EL JUEGO

Las últimas décadas de esta Taberna se le relacionará con el juego, y es que desde que Pepe tomó las riendas de la Taberna y modificó su configuración, en cada cuarto a los que como ya hemos dicho se les conocía con el nombre de un tabaco, allí un día y otro también se podía jugar a todo y muchas veces los limites daban escalofríos. Contaban que al propio Francisco el célebre "Maero" le sorprendió la muerte por un ataque al corazón, poco después de terminar una partida en donde perdió hasta el apellido.

Hablando de juego, nadie se va a asustar para nada en Córdoba, aquí había plateros que  utilizaban sus casas de campo para los fines de semana, a dónde acudían gentes que olían el juego, incluso de fuera de Córdoba. Me comentaba José Manuel Castro, que en Casa Castillo, en su anterior época se cerraban los miércoles y al atardecer en la segunda planta tenían lugar grandes partidas de póker descubierto con mucho dinero de por medio

Lo que pasa es que este mundo es muy callado y discreto, pero concretamente en esa citada Casa Castillo, se protagonizaron escenas con amenazas de pistola y todo por supuestas trampas.

En 1956, el año que se inauguró la Universidad Laboral y el Hotel Córdoba Palace, trajo a Córdoba otra grata sorpresa pues Rafael Gómez Amaro, jugador de Córdoba, y nacido en las populares Costanillas, fue fichado por el Sevilla, que le pagó 45.000 duros de  ficha. A los pocos días y casi sin tiempo material para guardar el dinero, se vino para Córdoba y se puso hacer una de las cosas que más le gustaba en su vida, jugar. Se vino por San Lorenzo y al llegar a Casa de Manolo procuró entablar una partida. Pero según parece no encontró gente con el dinero necesario, quizás por la precipitación, y entonces para no perder el tiempo y matar el "gusanillo" entabló una partida un tanto descafeinada, con Vicente Soler, José Dávila y como faltaba uno, él mismo eligió al popular Curreles, que como no tenía dinero, él le dijo: "Yo te lo pongo". Aquello, no cabe duda, era una partida hasta tanto llegara algún pez-gordo que fuera interesante. Pues bien, en aquella partida como comentaría años después Vicente Soler, estuvieron a punto de desplumarle una gran cantidad al futbolista, ya que los tres restantes miembros de la partida, estaban de acuerdo en desplumarlo. Esa partida se hizo famosa en San Lorenzo, y aquello ocurrió en la Taberna de los Perros, cuando Amaro tenía 24 años.

Quiero mencionar aquí a Francisco Jiménez "Curreles" nieto del famoso piconero, y que desde entonces esta familia manejó "Una Recua de Borricos" que era un placer verlos ir y venir solos desde San Juan de Letrán a beber en el pilón de San Lorenzo. Luego más tarde esto también lo hicieron la recua de los Hermanos Calderón, que desde la Costanillas, enviaban a beber a sus borricos. Precisamente el mayor de estos hermanos que se metió a constructor, en la Taberna de los Perros, llegó a un acuerdo con los dueños que vendieron el convento de Santa María de Gracia, él en su casa-chalet de Alcolea, coleccionó muchas de las cossas antiguas e importantes que salieron de este convento, que databa de la Edad Media de Córdoba.

Manolo Cerezo "El Bizco Cerezo", era un simpático carbonero, que por las tardes solía poner un puesto de arropías, entre la Taberna de Casa Manolo y Casa Gamboa, en realidad el aprovechaba el rato de la tarde para hablar de fútbol y vender tabaco.  Era un clásico del barrio y todo el mundo lo quería, amigo intimo del "Tinte" se prestaba a todo lo que le pedían los amigos. Un grupo de "jugadores" habituales alquilaron un local en San María de Gracia, en lo que fue la Barberia de Juan Navarro. Allí de forma disimulada en aquellos años de 1953, pusieron una especie de Bodeguita, en donde se vendían aceitunas, vinagre y vino. Pero en realidad esto era una "tapadera", pues en el interior se montaban grandes timbas en donde venían hasta gente de la Renfe que con sus canastos aquellos de mimbres, denotaban su presencia.

Un día la Guardía Civil, quiso dar una redada persiguiendo el Tabaco de la marca "EL Gorrión" que totalmente ilegal, fabricaba Paco Savan y que lo distribuía por toda Córdoba, en especial sus bares más importantes y claro está en la misma Taberna de los Perros. La fábrica la tenía Paco Savan en su domicilio, un poco por encima de la Taberna de los Perros, y por debajo del local en el que habían puesto a Manolo Cerezo, "El Bizco Cerezo", a disimular vendiendo aceitunas, vinagre y vino, mientras los demás JUGABAN DENTRO y a escondidas.

La Guardia Civil, buscando los cogarrillos "El Gorrión·, se tropezaron con aquella Bodeguita, y en realidad les llamaría la atención los canastos de mimbre, que al registrarlos, comprobaron que además de tabaco, cafe, había incluso hasta botes de penicilina, por lo que como primera medida se llevaron para el "talego" al bueno del "Bizco Cerezo". Afortunadamente el cura de la parroquia pudo certificar que este hombre estaba allí por un pequeño sueldo y por unas semanas el "Casino secreto" estuvo cerrado.
 
El Chico Fortuna, fue un gran dominador en todos los juegos, y es que desde muy joven empezó a jugar para los demás. Posiblemente la tranquilidad de que el dinero que manejaba no era suyo y,  por el tipo de aumento que tenía en sus gafas, lo cierto es que su mirada, presentaba un aspecto impenetrable y muy adecuado para el cinismo del juego. Yo le llegué a presenciar varias veces partidas en las que Martínez "El marido de la Lola" pedía una y otra vez una "lechuga prestada" y la volvía a perder. Aquel día de 1962, en un rato de dos horas más o menos, pudo pedir prestadas unas 15.000 pesetas y volverlas a perder. Aquello era en realidad el sueldo anual de dos padres de familia normales, pero Martínez era un buen pagador. Igualmente tenemos que decir que el Chico Fortuna siempre tuvo fama de ser un caballero en el juego.

En el caso de Chico Fortuna, se daba la versión de jugador y prestamista, lógicamente con los intereses propios del "cordelillo". Pero en otras partidas no se daba esta dualidad de jugador-prestamista, por lo que este papel de prestamistas lo realizaban otros que iban con las carteras atiborradas de billetes. Este era el caso del dúo que formaban Andrés "El francés" y Francisco Trujillo, que como simples espectadores llevaban siempre los bolsillos llenos de billetes en socorro de cualquier desesperado por la marcha del juego. Más de un platero cayó en esta dinámica de pedir "dineros durante el juego" y luego tuvieron que vender el oro que disponían para su trabajo para pagar. Eso le pasó a un importante platero de la Calle El Agua, que en la Sociedad de Plateros, le obligaron a pagar sin más remedio. En esto este dúo era inapelable.

Y es que en la Taberna de los Perros tenía lugar todo el acto del juego y la petición del dinero, pero luego te lo reclamaban normalmente en cualquier sitio menos en el lugar habitual de juego.

Había un antiguo legionario de la Calle Los Moriscos, que le gustaba apostar por todo, un día que Pepe ya tenía la Taberna cerrada, me comentó que este legionario al que llamaban "Látigo" apostaba hasta por la hora de empezar la lluvia. Cualquier cosa que tuviera aliciente para apostar allí estaba él con sus dineros. No crean que se quedaba solo en estas apuestas.

Se habla mucho del juego del parchís pero eso era quizás lo de menos. El juego más peligroso en lo económico era el simple "alivio" con el dominó. Y es que el juego le ha gustado a todo el mundo. Enfrente en Casa de Huevos Fritos, ya en los años 1950, se jugaba al Bingo con el cartón a cinco duros que era el sueldo de una persona al día.

Me contaba Manuel Serrano Ramírez, hoy felizmente jubilado en Valencia, que en aquellos años 1956-63, en el RIÑIERO DE GALLOS, que tenían en Capuchinos, Ramón y Pizarro de San Agustín, había gente que hacía unas apuestas muy altas. El torero José María Martorell, perdió mucho dinero en estos lances.

Y para terminar ya Alfonso Gómez  López, en su libro la Córdoba Golfa relata todos los sitios más conocidos en donde se acostumbraba a jugar en Córdoba.

A Pepe el tabernero le tocó el premio de los ciegos más de 14 veces según nos relató é poco antes de morirse, Vivió de forma muy sencilla y al final con la taberna ya cerrada la convirtió en su dormitorio, si a caso disfrutó algo de un campo que tenían y que en vida de su mujer, solían disfrutar algunos veranos. En alguna ocasión me comentó que a su número favorito llegó a jugar hasta 10.000 pesetas, de aquellas que en los años 1967, eran una vida de trabajo para un trabajador.

EL DUQUE DE ALBA

No es que el Duque de Alba apareciera un día por esta Taberna, es que Miguel Muñoz Moreno, además de cliente habitual, era vecino de la casa de enfrente a la Taberna, y además era antiguo compañero del Colegio de Pepe Laguna. Un día  mientras saboreaba lo que le decía la Televisión en aquél  verano de 1978, oyó un reportaje que hablaba de la repoblación forestal que figuraba en los planes del antiguo régimen y que a la fecha de 1978, se había cubierto un 46% (2.658.700 hectáreas), del objetivo previsto para 100 años.

Aquella información aparentemente sin interés "deportivo" si hizo que el bueno de Miguel que se encontraba en compañía de Rafael Pérez Aceituno, hablaran del trabajo que estaba éste, realizando, con el trasplante de pinos de una finca de Trassierra propiedad de la Duquesa de Alba a otra la finca " La Huelga" en las afueras de Adamuz. El Duque de Alba le había planteado a Rafael Prieto, gerente de flores Santa Marta, la necesidad de arbolar los alrededores de la casa que en la citada finca de Adamuz se acababan de construir. El citado Rafael Prieto, le propuso "trasplantar 1000 pinos adultos" de una finca a otra.

Y  este trabajo es el que viene realizando como capataz Pérez Aceituno, siempre bajo la dirección de Rafael Prieto. El citado Pérez Aceituno, nos explicó; "Se abre una zanja alrededor del pino más o menos de 2 metros de diámetro, y se profundiza hasta buscar la raíz, la cual se recorta en redondo, y se encapsula en una malla con yeso, respetándose hasta última hora la "Raíz Pivotante" la que une al pino con la tierra, que será cortada cuando se pueda apreciar que el conjunto de raíces siguen vivas. Entonces se cortará la "Raíz Pivotante" que es la que une al pino con la tierra"

He repetido literalmente esta definición porque en su día tomé nota de lo que me decía el tal Pérez Aceituno, en aquella explicación que nos dio. Al poco tiempo se mudaría al Parque Figueroa y ya dejó de venir por San Lorenzo..

No hace falta decir que este Miguel Muñoz Moreno, cliente asiduo de la "Taberna de los Perros", allá por los años principio de los cuarenta trabajó en el Vivero de Santa Marta, que por aquellas fechas se había instalado en Santa María de Gracia, esquina con la Calle Pedro Verdugo. Luego más adelante probó suerte con un monumental puesto de melones que puso en la actual Calle Nuestro Padre Jesús del Calvario (donde está el mosaico), y estando una noche durmiendo en el puesto llegaron dos intrusos para querer robarle y el reaccionó y le quitó a uno de los dos jóvenes un bolso que llevaba a la bandolera, y pudo observar de que allí había más dinero que valía todo el puesto de melones. Lógicamente lo entregó en la Comisaria que estaba en Ronda de Tejares.

ALBARIÑO

Manuel Montoro Bello, un personaje entrañable de aquella Córdoba, de las Tabernas y de las realidades que se palpaban en aquella Córdoba de principios del siglo XX, nacido en el Barrio de Santa Marina, muy joven se trasladaría su familia a la Calle Mayor de San Lorenzo. Él desde siempre nunca negó que llevaba su "armario a cuestas" por lo el no tuvo nunca que "salir de ningún armario",. Trabajó en Talleres Antequera de la Huerta de la Reina y terminó para jubilarse en Westinghouse en el año 1974.

No hace falta decir que conocía muchas Tabernas de Córdoba y las cosas que pasaron en torno a ellas. Conoció todo aquel episodio que se montó en torno al crimen de Armenta, vivió el nacimiento de aquella Taberna que se llamaba Casa Minguitos y, como no y por razones obvias conoció muy bien la Taberna de los Perros porque le unía mucha amistad con Rafael Laguna, el hijo mayor del Tabernero.

El mismo Pepe el tabernero me confirmó varias veces que Manolo Montoro, era cliente casi habitual en aquellos años 1920-1940. Por tanto tenía razones para conocer la Taberna.

Fue precisamente en esa Taberna en donde Manolo Montoro, empezó a conocer y a tratarse con José Mª Albariño, primero porque los dos eran más o menos de la misma edad, y segundo porque a ambos le encantaba la poesía. Y existe otra tercera circunstancia y era que Manolo Montoro, según nos contaría él sentía un gran atractivo por su amigo poeta.

A este respecto y a la hora de hablar sobre las causas de la muerte de su amigo, el mantenía siempre de que fue "delatado" por razones de celos y amores, de gente de poder que estaban enamorados del joven poeta.

Aunque Manolo Montoro, no era un universitario al estilo de Manolo Carreño, si nos dejó un amplio bagaje de su memoria escrito a puño y letra y que entresacamos algunas cosas de la vida de Albariño y de la Visita de García Lorca a Córdoba en el año 1935.

José Mª Albariño, aunque nacido en San Pedro, vivía en la Calle Agua nº 8, . El día 8 de Abril de mil novecientos treinta y dos, decidió casarse en la Iglesia de San Lorenzo. A esa boda asistieron gente conocida del barrio, y muchos de los que habían estado en los Juegos Florales, del Salón Liceo. Su principal testigo de boda, fue su amigo Manuel Carreño Fuentes.

El cura que lo casó al mencionar su nombre en los desposorios dijo: DON JOSE MARIA, RAFAEL, AMADOR DE LOS SANTOS MÁRTIRES DE CORDOBA., quiere Vd. por esposa…./.

Antes de casarse estuvo a punto de entrar a trabajar en la Electro Mecánicas, pero su concepción de la libertad nunca aceptó la posibilidad de los tres relevos, cosa que esta fábrica fue pionera en Córdoba.

Por medio de uno de los Hidalgo se colocó de tipógrafo en el diario LA VOZ pero la soldada no daba para mucho. Por ello nos decía Manolo Montoro, cada dos por tres le estaba emprestando algo de dinero para sus actividades culturales, como un desplazamiento que hizo a Madrid en un homenaje a Pablo Neruda.

Pero Montoro, nos dice que en la vida de Albariño, se cruza un joven Carreño, de buena escuela y estudios, pero que siempre estaba más "tieso que una mojama", por lo que a veces las buenas ideas que tenía el amigo Carreño, las tenía que sufragar yo con mi trabajo de mecánico.

Pero Manolo Carreño, era un hombre de altos vuelos y llegó a mantener relación con Federico García Lorca, e incluso logró que Albariño y Lorca, se encontraran un par de veces, de donde surgió una buena amistad y admiración. De esta forma en la Semana Santa de 1935, le hizo visitar Córdoba y se desplazaron para ver la Virgen de las Angustias de mucha veneración en Granada, y anduvieron por la zona de la Beatilla.

Al día siguiente Manolo Carreño y Albariño, fueron a recoger a Federico que se hospedaba en el Hotel Regina, y por el Realejo y Santa María de Gracia, llegaron a la "Taberna de los Perros", donde Josefa Martínez, la esposa de Joaquín les había preparado unas setas adobadas, unas aceitunas rellanas y unos caracoles gordos. Allí Federico en compañía de Carreño, Albariño y Montoro (era el que pagaba), contempló los cuadros que sobre unas escenas de peroles en el Puente Mocho, había pintado Nicolás Estrada un gran amigo de Albariño.

Quisieron que Federico visitara algunas tabernas más y otras cosas de Córdoba, pero él mostró un cansancio muscular que lo relacionaba con la muerte de su hermana hacía varios años, y ello lo angustiaba por eso decidió a retirarse.

UN GRAN DISGUSTO

Después de cerrada la Taberna de los Perros, permaneció el edificio durante al menos 10 años, sin que nadie diera señales de vida para comprarla. Creímos por un instante que podrían existir algún problema sobre disputas o herederos. Pero no, puestos al habla con el propietario me confesó: "A parte de que el tema de la venta no está tan claro por la dichosa crisis, tampoco hemos querido precipitarnos pues ya tenemos la experiencia que le pasó a mi padre y mi tío con la casa de la Calle El Cristo que vendieron, y es que se presentaron dos jóvenes de unos 40 años y le pagaron al instante los 50 millones que ellos habían pedido. La compraron con la intención de obrarla de forma casi inmediata. Pero el disgusto y el cabreo le llegaría a mi padre cuando comprobó que los jóvenes colocaron un nuevo cartel y revendieron la casa dos semanas después por 80 millones de pesetas. Aunque Pepe no era un hombre egoísta hasta su muerte nunca se recuperó de la faena de los jóvenes de Granada.


  














                                                                                                                M. Estévez