martes, 13 de diciembre de 2016

LA ALAMEDA DEL TIRITAR



En los años cincuenta la Alameda del Tiritar era un lugar de ensueño para ir de perol en verano con la posibilidad de pernoctar en los puentes festivos. Allí por aquellas fechas pasaba el arroyo Rabanales con una limpieza casi cristalina, y se disfrutaba lógicamente del frescor del agua y de un buen baño. Este arroyo que en la bonita descripción que hace el poeta Francisco Carrasco Heredia de los Arroyos de Córdoba, a éste, le dedica unos parajes y unos lugares preciosos, y que él los correteó con su amigos Bernardo Romero Calzado y Rafael Parras Mejías, cuando tomaba apuntes para escribir su libro "LOS ARROYOS DE CÓRDOBA", en donde rezuma una bonita prosa y un amor inconmensurable a Córdoba, y pone de testigo de este discurrir maravilloso, "El Puente de los Piconeros", lugar, en donde este arroyo con sus barbos y sus bogas, superaba cualquier reválida de belleza y encanto. Era un arroyo por tanto, precioso y se nos antojaba su agua, más apetecible incluso que la de cualquier piscina, y había gente que se iba de perol con toda la tranquilidad del mundo. Era muy frecuente el pernoctar a campo abierto, sobre todo en aquellos "puentes festivos" del verano. Pero ya, alrededor de los   años 1945, el Ayuntamiento de Córdoba, canceló por problemas de salubridad, las llamadas aguas de SOTOMAYOR, que eran las que surtían la fábrica de Cervezas el Águila, que por aquellos tiempos estaba ubicada en la esquina de la Calle Al-Haken II, con la Avenida de Cervantes, y eso hizo nada más que se precipitara la decisión de la empresa de Cervezas el Águila, sin duda una de las más importante que había en España, el mudar sus instalaciones. Por aquellos tiempos tenían fábricas en Madrid, Valencia, Zaragoza y Córdoba.

En aquellos peroles solían ir familias enteras, incluso vecinos de la misma calle, A estos peroles cada uno solía llevar algunas cosas que se completaban perfectamente con la que llevaban los vecinos. Eran peroles de camaradería y solidaridad. Para nada se parecía aquello con lo que suele ocurrir ahora, en donde cada cual se siente independiente y aislado hasta para enterrar a sus muertos. Siempre recordaré aquél perol que echaron unos jóvenes de San Lorenzo, en aquel puente de Santiago, en donde era famosa la frase: "Por Santiago y Santa Ana, pez o rana" en clara alusión en que siempre por desgracia, y dada la gran afluencia de personas al río, solía haber por desgracia algún ahogado. Desde Lope García, pasando por toda la zona de las Quemadas hasta llegar a la Ribera, todo era un gentío de personas, chicos y mayores que buscaban el frescor del agua. Aquel perol fue guisado por Inocencio Montes, "El Chencho", y la verdad es que el "arroz con magro" como se estilaba por aquellos tiempos, salió de maravilla.  Los Manolo Afán, Rafael Morales, Pepe Estévez, Enrique Parejas, Francisco Luque, Antonio López, Alfonso Lupión, José Montero, e Inocencio Montes, todos jóvenes con apenas 18 años, disfrutaron de un día festivo en la Alameda del Tiritar con baño incluido. Eran los tiempos en los que el tener un MEYBA, era todo un lujo.

EL AGUILA

Como ya hemos comentado, la falta de las "Aguas de Sotomayor", que le venían por la zona de "Los jardines de los Patos", hizo que la fábrica de cervezas el Águila de Córdoba, la segunda en facturación después de la planta de Madrid, buscara su acomodo en las afueras de Córdoba.

Los primeros que vieron las obras del traslado, fueron Sebastián Naíces y Pedro Pérez, que eran los empleados del Ministerio de Obras Públicas, que tenían su base en aquella legendaria "Casilla de Peones Camineros", que estaba allí coronando la Cuesta de Rabanales, desde los tiempos de la dictadura de Primo de Rivera; sería uno de estos empleados, ambos vecinos de Alcolea, el que nos comentaría un día en el Bar CARMONA, por aquellos tiempos uno de los Bares principales de aquella barriada de Alcolea.

"El lugar elegido para la nueva fábrica, podemos decir que comercialmente es inmejorable, pues al estar al borde de la carretera, su cartel indicador, es un anuncio constante para los que circulan por la llamada "Carretera de Madrid.

Fue nada más instalarse la fábrica en la Cuesta de Rabanales, cuando al poco tiempo ya la Fuente que existía allí desde el año 1807, apareció con un cartel que decía "Agua no potable"; y al poco tiempo hasta el arroyo ya no era lo que fue. Se condenó con ello a la "Alameda del Tiritar", como lugar de baño y expansión natural para la gente popular de los barrios de Córdoba, que acudían de forma masiva a disfrutar del baño en los meses de verano..

Todavía recordamos cuando en aquel año de 1959, y al objeto de que pudiésemos ver el paso de la Vuelta Ciclista a España, nos dieron permiso para ello; lógicamente nos fuimos andando por la carretera hacia Córdoba. Todo el trayecto desde la Universidad hasta Córdoba, estaba prácticamente lleno de aficionados; muchos de ellos habían acudido con su bicicleta y todo, y se puede decir que el Quiosco que había en la Cuesta de Rabanales, hizo su "agosto" como se suele decir, pues vendió prácticamente casi todo lo que tenía. Nosotros íbamos Manuel Serrano Ramírez, José Vázquez Martín, Julián Contreras Cantador, y yo, y decidimos pararnos a beber agua en la Fuente que estaba atiborrada de "espectadores", y que utilizaban el propio pilón como un improvisado palco.

Por allí vimos a un tal Vacas, que era el fotógrafo que casi todos los días y desde Córdoba se desplazaba en su bicicleta a la Universidad Laboral, para realizar algunas fotos a los alumnos durante el recreo. En aquellos tiempos escaseaban los fotógrafos, y como no el papel de fotografía, pues te hacían las fotos en formato 40 x 40 mm. Este Vacas, también era conocido en Córdoba por su gran afición a la bicicleta a pesar de su ostensible cojera de pie derecho. Muy cerca de él se encontraba un buen grupo de aficionados al ciclismo a la vista de que todos llevaban buenas máquinas e iban vestidos con su maillot de ciclista. Entre ellos, reconocimos a Vicente Luque, Antonio Álvarez, Jerónimo Lafuente, Torrecilla Valenzuela, José Castillejo, "Pan duro", al que todos le temían por su enorme voluntad y fortaleza. También andaba por allí con ellos Agustín Romero, el hombre que al decir de Isidoro Muñoz, era el que desde la Organización Sindical de Educación y Descanso, organizaba todas las competiciones del fin de semana en Córdoba y que utilizaron con frecuencia las carreteras urbanizadas del Polígono de la Fuensanta, sin apenas bloques de viviendas; además de competiciones y llegadas a la mayoría de los pueblos de la provincia. Queremos recordar ahora por estas fechas la singular "Carrera del Pavo". Todos los aficionados al ciclismo de verdad echarán de menos aquella época en que la citada Educación y Descanso, cuidaba de todas estas competiciones.

Hoy a muchos años desde aquél 1959, Isidoro Muñoz Cortés, me decía el otro día en la puerta del Portalón de San Lorenzo: "No me explico cómo estos políticos se cargaron de momento a aquella  EDUCACION Y DESCANSO, que en lo que yo conocí y relacionada con el ciclismo, este Agustín Romero, era una campeón organizando toda clase de carreras, cosa que hoy por desgracia, y quizás con más bicicletas, no se producen estas pruebas tan interesantes; y me siguió hablando al recordar a  José Castillejo, el célebre "Pan duro" de la Calle de los Moriscos, que era un ciclista de competición total, nunca dejaba una carrera por pérdida, y aunque llegara "muerto a la meta" siempre disputaba el sprint.

Este Isidoro Muñoz Cortés que apuntaba muy buenas maneras por su potencia en las llegadas, terminó por dedicarse al negocio del Pan que orientó su padre en Cañero Viejo, como fue el Horno de los Remedios. Este nombre de Los Remedios, se lo puso el industrial Muñoz Malagón, porque por aquellos años 1956-57, en su casa de Luis Valenzuela, velaron una noche la imagen de la Virgen de los Remedios, que le fue enviada desde la Parroquia de San Lorenzo. Aquel traslado de la Virgen a "Cañero Viejo", supuso una fiesta para los vecinos de aquel simpático barrio.
 
Tenemos que decir que en este Horno de los Remedios, llegó a trabajar el célebre "Teleras" que con su carro y su mulo, recorrió medio Córdoba, ofreciendo su pan y sus palillos-  Con él empezó a trabajar un joven Manuel Machín Moreno, que de herrero en la Herrería de Mariano el Cojo, de la Torre Malmuerta, empezó a repartir pan con el teleras. Pronto se independizó y empezó a repartir por su cuenta en uno de aquellos triciclos de color amarillo que eran signo de identidad del Horno. Desde primera hora atendió a las tres primeras Calles de Cañero, según entras hacia la izquierda; estas calles y esta zona, con el tiempo se convirtió en "Territorio de Rafael Gómez "Sandokan", pues aquí fue en donde empezó a levantar su imperio de la platería, que el mundo y la burbuja del ladrillo se cargó. En una ocasión me llegué a su casa con José Luis Muñoz, el pintor que le pintaba los "San Rafael sobre el Puente" que él regalaba a sus amigos, y a la hora de ir a cobrar los 10 o 12 cuadros que le había pintado, se le acercó Rafael Gómez, y a la palabra de "Socio" quieres un jamón, se dirigió a él llevándolo enfrente a un gran local que tenía repleto de jamones colgados. Con toda seguridad allí había jamones para todos los vecinos de la Calle Pintor Muñoz Lucena, y es que los jamones y su bien entender el negocio de la platería cimentaron el Imperio que montó en la citada Calle. Testigo sordo de esta operación "Del Jamón Regalo", era inevitablemente la tienda de "Deportes Mejías", regentada por aquel zapatero que siguió la tradición de su padre el que fuera primer masajista del Córdoba CF. en 1954, y que seguía haciéndole las botas de fútbol a destacados equipos profesionales del fútbol español. Casi con el "jamón al hombro" José Luis, el pintor y nunca mejor dicho se dirigió a un tal Pintor Diéguez, que fue el que le pagaría el importe de los cuadros. Hay que decir que éste Pintor Diéguez conocido de nosotros por ser trabajador de Westinghouse, fue una de las personas que empezó a cimentar el negocio de Rafael Gómez con su eficaz e intenso trabajo

La bondad de "Sandokan" también quedó relejada en aquellos tiempos en que Manuel Machín Moreno hacía el reparto del pan por aquellas calles, llegado el tiempo y conforme el platero iba progresando "adecuadamente" ordenó al panadero que la factura del pan diario de los "mayores" se lo cobrara a él todos los meses.

Luego este panadero Manuel Machín "machota" como le decían los amigos, seguí repartiendo su pan hasta llegar a la Calle Roelas, y des allí pasaba por la Calle Custodio, El Pozanco de San Agustín, Reja de don Gome, hasta llegar a la Calle Reyes Católicos, entonces el pan era pan y no "pasta hinchable" como parece ahora. Yo que le ayudaba a llevar el triciclo pude observar como la gente llana y popular o tenía más hambre o consumían más pan. Siempre recordaré que en la mayoría de aquellas casas, algunas hasta con ascensor, al llamar en la puerta y preguntar el pan que necesitaban solían decirte: "espere usted que mire el pan que nos quedó ayer", aquello era una prueba evidente de que la gente del centro miraba más por una peseta.

EL PAN

De aquella experiencia que vivimos en el reparto del pan, hemos llegado a la situación actual que poco falta para que el pan te lo manden "poco menos que por correo". Lo mismo que en su día hubo una persona cachonda que etiquetó a los "pollos de SIMAGO", con la famosa frase: "Tienes peor cara que los pollos de SIMAGO" hoy en día habría que hacer algo parecido con el pan que comemos. Antes era considerado un alimento fundamental y su encarecimiento dio lugar incluso a determinados "cabreos" de los vecinos como "La Revuelta del Pan de 1652 en el Barrio de San Lorenzo de Córdoba",  y que el notario de Bujalance, Díaz del Moral, da cumplida reseña de lo que significó aquella "agitación" en donde la gente fundamentalmente protestaba por los precios de la harina que encarecían el pan, alimento tradicional de las casas populares, en donde el pan con "aceite" con "aceitunas" con "bellotas" con "castañas" con "algarrobas" con "madroños" y hasta con "tocino"" o con cualquier otra cosa, significó durante muchos años, el alimento fundamental de cualquier casa. 

Recuerdo que en aquellos tiempos y cuando había la suerte de freír algún chorizo, se cuidaba de "esperar a que el aceite cuajara" para que sirviera a modo de mantequilla. Todo esto demuestra de que en torno al pan, había un respeto y un celo, porque se trataba de un alimento fundamental, pero hoy que hay tantos ecologistas repartidos por el mundo, el pan da la sensación de que es un relleno en la alimentación. Antes eran sacos de harina y troncos de leña, los que daban la sensación de ese pan. Ahora son multitud de cajas que contienen un prefabricado al que le llaman pan. En Cádiz que son adelantados para todas las cosas simpáticas, ante la avalancha de anuncios de: "Por un euro 2 barras" "Por un euro 3 barras" por un euro....todo lo que usted quiera. A ellos se le ha ocurrido el anuncio de: "2 barras y además le regalamos el euro". Y es que este pan nadie sabe en donde lo fabrican, al principio se creía que era cosa de los chinos, pero ya lo vende todo el mundo. Al igual que a los "Pollos de SIMAGO, a este pan le tenían que llamar  "El pan burbuja". Qué lejos ha quedado aquella harina que venía de los Molinos de Lope García, del Molino de San Rafael, del Molino de Carbonell, El Molino de Casillas, el Molino de Martos, del Molinillo Sansueña, el Molino de los Ciegos; en fin harina, con el esfuerzo del hombre y el agua, como conjunción de la vida. Ahora da la impresión de que se hace el pan como adorno decorativo de la mesa.

Me contaba poco antes de morirse mi amigo "El Persianas" toda su vida dedicado a la confitería y al obrador, que en aquellos años de 1945-60, en la llamada " Casa de Cristina", en las simpáticas Costanillas, a falta de otros ingredientes a los merengues y otros dulces se le añadía un poco de AMONIACO, para que "levantaran  y pujaran", dando vistosidad de buen dulce. Hoy con el "pan ese" que viene preparado solamente para hornear, cualquiera sabe lo que le echan. Un bocadillo de ese pan con Mina, tienen que recordarte a una sensación de aquella "carne de guapo" que se comía en muchos cocidos de los llamados pobres. La carne de "guapo" eran las ternillas o nervios de los animales.

Y volviendo al triciclo del panadero, recuerdo que el recorrido del reparto terminaba en la Calle Benito Pérez Galdós, en donde estaba el gran Almacén de Hierros Álvarez Salas, y también una modernizada "GRAFICAS UTRERA", con unas instalaciones al último grito. Allí en una casa por bajo de la Imprenta estaba el despacho de un tal don Pio Jiménez Ortiz, hombre de mucha influencia en la Córdoba de aquellos tiempos y uno de los promotores del Banco Ibérico en la Plaza de José Antonio, recuerdo que uno de los primeros empleados de este Banco, sería el eficiente y fenomenal Paco Mesa. En ese edificio en donde se instaló en citado Banco, al poco tiempo inauguraron el Reloj de la Tendíllas (1961), que fue una gentileza de Crecencio Marrodán, el hombre de la Casa Philis en Córdoba, otra razón comercial que desapareció como por encanto. Hay quien entendiendo de cante insinuaron que el Reloj tenía que haber sonorizado las sevillanas: "ALGO SE MUERE EN EL ALMA CUANDO UN AMIGO SE VA" en propia alusión a  aquella tienda de electrodomésticos que fue "santo y seña" en Córdoba y que se marchó; lo malo es que Juanito Serrano quien grabara los rasgueos de guitarra que acompañan en las campanadas del Reloj, decidió marcharse de Córdoba, antes que su hermano, el eficiente Jefe administrativo de Almacenes Roses, firmara el balance definitivo para cerrar el citado Almacén. Ese fue el principio de toda la burbuja que vino por detrás y que afectó, a toda la construcción y subcontratados.

APARECIO LA VUELTA

De nuevo con la Vuelta a España, tenemos que decir que después de una caravana multicolor de publicidad, que incluso se hizo muy pesada, aparecieron los primeros ciclistas a la altura de la Casilla de Peones Camineros, eran dos españoles,  KARMANY y el otro era CAMPILLO. Luego y  a una distancia de unos doce minutos, (aquí nunca mejor dicho el espacio se convierte en tiempo), el gran pelotón con su colorido y el chirriar de sus bicicletas, bajó  majestuosamente la Cuesta de Rabanales en dirección a Córdoba.

Fue el fotógrafo Vacas, gran aficionado al ciclismo el que nos diría: " El Pelotón, dentro de una carrera, es el lugar a modo de Salón, en donde los ciclistas, descansan, charlan y toman decisiones, según el desarrollo de la Etapa." Y también en la "comodidad" del Pelotón, es donde los ciclistas de élite pierden muchas veces las carreras, pues allí tienen lugar muchas veces las caídas que tanto perjudican a los líderes. Esto último que nos dijo, le viene bien aplicado a Alberto Contador, nuestro gran campeón, el cual últimamente quizás escaso de fuerzas, falto de ilusión, o lo que sea, se ha acostumbrado a "protegerse" dentro del pelotón, y ahí es donde vienen las caídas. Los grandes campeones jamás se les podía ver dentro de la masa del pelotón, y si se caían, era por auténtica desgracia como le ocurrió a LUIS OCAÑA en el descenso del Col de Menté cuando vestía el maillot amarillo y aventajaba en casi siete minutos a EDDY MERCKY en el Tour de 1971, que después de la desgraciada retirada del español, el belga ganó el Tour.

En el pelotón de la Vuelta a España, a pesar de lo rápido que pasaban, pudimos ver a FAUSTO COOPI  que iba muy arropado en el centro. Efectivamente llevaba un maillot con el nombre comercial de TRICOFILINA COPPI, que a la postre sería el mismo maillot que lució ese mismo año de 1959,  FEDERICO MARTIN BAHAMONTES, en su vuelta triunfal del Parque de los Príncipes de París, cuando el 18 de julio de aquel mismo año, Fiesta Nacional en España, ganó el Tour de Francia.

Los de las bicicletas hablaron de ciclismo, pero también  hablaron de algunas cosas referidas a los ciclistas, y comentaron los problemas que había planteado en Italia, la decisión de  FAUSTO COPPI, de "robarle" la mujer a su intimo amigo al doctor LOCATELLI, que para más "inri" era uno de sus más entusiastas amigos y seguidores.

FAUSTO COPPI, estuvo en boca de los hogares italianos por el romance que mantuvo al robarle como hemos dicho la esposa al doctor LOCATELLI, gran amigo suyo y apasionado del ciclismo. La esposa de éste se marchó con el ciclista y mantuvieron una relación extramarital. Ella, GIOLUIA OCCHITI, fue denunciada por adulterio y terminó incluso en la cárcel y a él le quitaron el pasaporte. Hoy, todas estas cosas de los "cuernos e infidelidades" son aplaudidas y comentadas con toda naturalidad, pero en aquellos tiempos, aquello fue un escándalo, especialmente para Italia, llegando incluso a intervenir el propio Papa Pío XII, que condenó la actitud del ciclista. Pero los protagonistas del escándalo a lo suyo, y se casaron en México y tuvieron un hijo llamado Faustino.

Italia desde el punto de vista ciclista estaba dividida entre FAUSTO COPPI y GINO BARTALI,  que si bien eran diferentes por su estilo ciclista, también lo eran en su vida social, pues mientras COPPI, era más liberal y laico, GINO BARTALI, era todo un símbolo para la Democracia Cristiana, el primer partido político italiano de aquellos tiempos.

A raíz de esta episodio amoroso de FAUSTO COPPI, se llegó a decir medio en broma y medio en serio, que todo el italiano que tenía un poco de nariz "aguileña" se le llamaba de forma simpática "coppino", porque podía ser hijo de COPPI..

En nuestro camino de vuelta para Córdoba, los ciclistas que acompañaban a Vacas el fotógrafo, se montaron todos en sus bicicletas y salieron volando para la ciudad. Nosotros mientras tanto, lo hicimos a pie, y nos fuimos recreando en todo lo que veíamos por el camino. Al pasar por la Puerta de la Cerca de Lagartijo, alguien comentó que ya no pertenecía a la familia del torero, sino que la dueña era de la hija de don Rafael García y García que se la adquirió al torero en 1890. Al pasar por la puerta de la Finca, nos paramos a presenciar a lo lejos, la espléndida casa, que con sus franjas de decoración amarillas, que daban buena prestancia a aquel famoso cortijo. En las tertulias que se formaron en la puerta, unos comentaban las historias del torero Rafael Molina Sánchez "Lagartijo", muerto en 1900, y otros comentaban las anécdotas del torero cuando al parecer, mandó derribar la Cerca una vez levantada, para de esta forma, alargar la faena y el trabajo de los albañiles.

Por allí había un tal Franciscol Bancalero Navajas, un hombretón muy alto, que al parecer vivía en la "Casa del Farol" de la Calle Almonas, y por lo que allí opinaban, trabajaba en los talleres de mármoles de los García Rueda de Puerta Nueva, y por ello fue tenida en cuenta su opinión sobre la Cerca de Lagartijo cuando dijo:
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"Para hacer esta cerca debieron trabajar cinco o seis cuadrillas de 12 hombres, que posiblemente tuvieron los siguientes cometidos:. 2 descargando materiales y piedras, y arrimando agua, 2 clasificando y seleccionando las piedras, 2 replanteando, 2 preparando y  arrimando mezcla, y otros 2  para terminar la ejecución".   

A todos le pareció buena esta explicación y todo asintieron con la cabeza, pero recuerdo que hubo uno que se llamaba Martínez Rodríguez, que era oriundo de Conquista, que se le ocurrió preguntar que cual era la Calle Almonas, a lo que un casi enfadado Roldán Moreno dijo:

"Hombre la Calle Almonas, es el nombre antiguo de la Calle Gutiérrez de los Ríos, y que va desde el Realejo a la Plazuela de la Almagra, y su nombre antiguo se debe a que allí hubo ubicadas distintas fábricas de jabón que en árabe se denominaban almonas. Y su nombre actual de Gutiérrez de los Ríos, se debe a que a mediados del siglo XIX, vivió en esta Calle don Antonio Gutiérrez de los Ríos y sus descendientes, siendo esta familia un linaje importante de Córdoba.

Esta Calle Almonas fue una Calle muy importante para Córdoba, en los años 1950, 60, era una de las arteria comerciales más importantes de Córdoba, por la multitud de negocios y establecimientos que en ella se establecieron. Por otra parte era una de las Calles más habitadas de Córdoba, pues en el censo de 1945, se contabilizan unos 750 vecinos. Entre estos vecinos hubo mucha gente importante empezando por el anciano Venancio Mainez Jiménez, posiblemente la persona de más edad de la Calle. Luego citaremos a aquellos que fueron compañeros en el Colegio, el trabajo o en el Servicio Militar, tal es el caso de: Los Muñoz Baena, los Tendero Mesa, los Roldán Moreno, los Rueda Manzano, Pérez Tierno, Blanco Santos, López García, Antonio Alfaro, Rodríguez Diéguez y Manolo López. Pero es que no queda ahí la importancia de los vecinos de esta Calle, ya que tenemos a un León Morrugares, que supo compaginar su afición al boxeo con la cría de palomos deportivos. Los Cachinero, íntimamente relacionados con la "Casa Venancio" aquél establecimiento que en los años de escasez, sus escaparates llenos de "pan de higo" y "orejones", constituía la ilusión total para muchos de nosotros. Estos Cachinero, migraron también por el negocio de la Farmacia y la construcción, y a ellos se deben la construcción de bastantes bloques que hay actualmente en la Avenida de Barcelona. También es de destacar a Antonio Fernández Blanco, el relojero que sigue fiel al Realejo, en donde ejerce de "Notario" de los recuerdos de aquella Calle. Ramón Medina, aquel hombre que vino de tierras de la meseta para disfrutar cantando a Córdoba, desde su celebrada "Peña El Limón"; por cierto y a propósito del limón, tenemos que decir que éste se ha secado, y se está intentando recuperarlo por un tallo que ha brotado por la raíz, como ya ocurriera hace 40 años. El limón se encontraba en el Patio de la Taberna el Pancho de la Calle Montero".

Serían tantos los nombres propios que vivieron en esta Calle Almonas, que nos sería imposible citarlos a todos, pero quiero recordar aquí a Mariano Salinas Anchelerga, de la famosa dinastía de los Salinas, un apellido y una familia que supo adaptarse perfectamente a todos los aires y ambientes políticos. Estuvieron con la monarquía de Alfonso XIII, continuaron en la dictadura de Primo de Rivera. También estuvieron en la época de Franco y posteriormente en la democracia a partir de 1978, en donde un José Miguel Salinas, de la tercera generación fue presidente de la Diputación Provincial de Córdoba, sin olvidar claro está al Salinas Anchelerga, que sería canónigo de la Catedral de Córdoba. El padre del que fuera candidato a la alcaldía de Córdoba y presidente de la Diputación Provincial, José Miguel Salinas, Rafael Salinas González, fue el presidente del Córdoba CF. que en abril de 1962 subió por primera vez el equipo a la primera división y en su etapa se traspasó Miguel Reina al Barcelona.

Por cierto, que tiempos más distintos del fútbol de aquellos tiempos con el fútbol actual, ahora vas al campo y a penas conoces a ningún jugador, pues por los horarios, el internet y los chinos, todo el fútbol está orientado hacia ellos. Y poco a poco, salvo los equipos grandes de siempre, en los demás campos las gradas vacías suelen acompañar a unos jugadores, que muchos no saben ni a que juegan. Para el colmo las mujeres han entrado en liza en este deporte, y pronto reclamaran "arbitra", "marcadora", "cespeda", "liniera", "golas" etc... todo ello para enriquecer el mundo del espectáculo  Al final vamos a convertir el fútbol poco menos que en el Patio de una casa de vecinos, hasta el punto de que la Liga se resolverá en  las tertulias de TV. con Paloma Gómez Borrero y la María Patiño, como jueces finales.

LA CERCA

Nosotros lo que podemos decir en torno a la Cerca, es el documento que Paco Muñoz, en sus "Cosas de Córdoba" nos presenta, fechado en febrero de 1887, que garantizaba el suministro de la piedra para la construcción de la Cerca. La finca se llamaba de Rabanales que se formó por la agrupación de varias hazas, dicho documento dice:

“D. Manuel Casana y Luque vende las piedras de las canteras situadas en el pago de Mirabuenos y llamadas del Brillante, para cercar el cortijo propiedad de Rafael Molina Sánchez “Lagartijo”, llamado la Campiñuela Nueva, cerca del arroyo de  Rabanales. Precio de la piedra que de ambas canteras necesitará Rafael Molina para cercar el referido cortijo, sería el de 22.500 reales vellón (aproximadamente unos 34 euros actuales). La cerca tendrá medio metro de espesor dos de altura y una tercia de piedra formará el cimiento. LA mencionada cerca comprenderá todo el terreno del referido cortijo exceptuando el arroyo de Rabanales hasta el puente del ferrocarril, excluyendo también un haza de tierra calma de la propiedad de D. Joaquín Chaparro, si no la adquiere el Sr. Molina durante la construcción de la mencionada cerca…” 

Se formalizó un compromiso del  propietario de la piedra de facilitar ocho carretadas diarias para el mencionado cerramiento. Se estima que el cortijo de Rabanales estaba formado o se configuró con las parcelas, Huerta Nueva de Santa Ana, Haza de las Alberguillas, Cruz de Hierro, Haza de los Ciegos y Moyano, y Campiñuela Baja. La superficie rondaba las 99 hectáreas.  Luego pasó a Propiedad de D. Ramón García y García en diciembre de 1890, y después a su hija.

La historia de la Cerca de Lagartijo forma parte de la propia historia de la ciudad, y yo ya he relatado en otra "entrada" mi opinión sobre su construcción, y el posible personal que trabajó en ella. Hoy lamentablemente la propia casa del cortijo, está totalmente derribada, después de una historia sin terminar de "okupas y rumanos". Estaba protegida por el PGOU, pero no se ha ejercido la protección adecuadamente, como en tantas cosas en esta Córdoba nuestra. Ni por parte del actual propietario PRASA, ni por la Gerencia de Urbanismo se ha procurado evitar la ruina. Acción y omisión u omisión de ambos, propietario e institución municipal.

A ciencia cierta la realidad es que se construyó la Cerca, pero ¿cuándo empieza y acaba la leyenda? basada en la personalidad y generosidad del principal actor, el torero "Lagartijo". En la fecha que se construyó había pasado la ciudad por una dura prueba, la epidemia de cólera de 1885 que, junto con la miseria que existía ofrecían al pueblo de Córdoba un panorama desolador.

DE NUEVO EL CICLISMO

Al finalizar aquel año 1959, FAUSTO COPPI fue a correr en plan de reclamo una carrera  al nuevo país de  Alto Volta (actual Burkina Faso), donde contrajo la malaria. Al parecer aprovechando su estancia en dicho país, él y su compatriota RAFAEL GEMINIANI, participaron en una cacería y al parecer un día después se levantó encendido en fiebre. El 29 de diciembre de 1959 fue ingresado en el hospital de TORTONA para el diagnostico de aquella fiebre. Los médicos pensaron que era una fuerte gripe y trataron de poner remedio a dicha enfermedad, pero el 2 de enero Il Campionissimo murió con apenas 40 años.

Después de este recuerdo luctuoso, quiero recordar que aquella etapa de la Vuelta Ciclista a España, terminó en el vetusto Estadio del Arcángel y fue ganada por  KARMANY, seguido de CAMPILLO, En opinión de mucha gente, en un campo de fútbol se pueden celebrar muchos espectáculos, con abundancia de espectadores, pero lo que resulta menos apropiado es para la terminación de una etapa de la Vuelta a España.  Sin ir más lejos, el año 1955, en el 19 de mayo, se celebró una exhibición de acrobacia  aérea, protagonizado por un príncipe rumano de nombre CANTACUZENO, que en declaraciones a los medios locales llegó a decir, que además de haber sido un héroe de la segunda guerra mundial, también era descendiente de la dinastía del Imperio de Bizancio y que fue destronada en el siglo XIV.

LA REALIDAD

Terminó aquella Vuelta a España, desapareció la Cuesta de Rabanales, la Fuente, y de  aquel arroyo, que fue un oasis de barbos y bogas, como pueden atestiguar todos a los aficionados a la pesca, que disfrutaron de este arte en el llamado Puente de los Piconeros. Del arroyo sólo ha quedado una pequeña corriente de agua, en donde unos "cangrejos negros" han acabado con todo, y sólo los caracoles muertos y toda clase de desperdicios dibujan sus discurrir por el llamado "EL VALLE DE LOS BUITRES. Ese es el nombre que le dio a este lugar, un espacio en la orilla norte de la Alameda del Tiritar,  Andrés Tripiana Márquez, una de las personas  que llegó a montar aquí un pequeño taller de automóviles.  Este simpático Andrés, más que nada decía que aquí se "escondían" de las fieras que avasallaban a los pequeños con las facturas y los impuestos.  

LA ENTRADA AL VALLE

Entre la Gasolinera, y lo que era y fue el Colegio de Formación Acelerada San Carlos, existía un camino de tierra que al final y después de una pendiente, te llevaba a la misma linde del Arroyo. Allí en los años principios de los 1960, un intrépido empresario Rafael Jurado Díaz, de aquello, un terreno para utilización rural, lo convirtió en naves industriales. El primero que llegó allí fue un tal JUAN BERNIER, que montó una nave para hacer "tabicas", de escayola, y a él le sucedió el simpático "LLANITOS" que con su piedra artificial, llenó los jardines de muchos chalets de Córdoba, de fuentes y arcángeles de San Rafael. Luego llegarían uno que se dedicaba a la "legumbres" en donde su trabajo era mezclar los tamaños mayores con los pequeños. Luego llegaron los Cerrajeros, y se montó Unión Cerrajera Cordobesa, que llenó Córdoba de hierros de cerrajería, de carpintería y de todo lo que sonara a hierro y aluminio, Luego llegó una empresa que vendía aceite puro de oliva y allí guardaba los despojos de carne, que al parecer empleaban para añadir grasa al aceite. Varias veces se vio a los que manipulaban aquello enfundados en sus monos de trabajo.

Eran los tiempos en que la instalaciones de la antigua Escuela de Formación Acelerada San Carlos, fue un importante recinto ferial, y lugar para grandes comidas con las que don Miguel Castillejo, recordado presidente de CAJASUR, obsequiaba a sus trabajadores, que llegaron a superar los 2.500. Mucho ha cambiado también el tema de CAJASUR, pues ahora, no sólo hay la mitad de los trabajadores, sino que los establecimientos también cierran por vacaciones. A lo que se ve hay muchos Buitres por todos los lados y más aún en la banca. 

Y se puede afirmar que lo de LOS BUITRES,  es por multitud de circunstancias, una de ellas la pudo contar Leandro Saiz Alijo, como cobrador de los Pintores Hermanos Palomino, que llegó un día al Valle y hasta fue mordido por un perro cualquiera de aquellos, que entre hambre y ambiente hostil, merodeaban por aquella zona. Este hombre fue el que llegó a decir: "Cuando mis jefes me mandan cobrar una factura por estos Talleres, yo les digo que me enviaban "AL VALLE DE LOS BUITRES".  

En realidad el dueño catastral del Valle, era Rafael Jurado Díaz, el hombre que en boca  de Antonio Romero, este hombre además de una excelente persona, tenía una gran experiencia en el tema de las letras, de él decía que las tiraba por alto y sólo pagaba las que quedaban de canto. Por lo demás, Rafael Jurado, resultaba una persona entrañable y un ferviente admirador y defensor de Córdoba. En el año 1978, el año que desgraciadamente el Atlético de Madrid perdió su Copa de Europa, por el error o distracción de Miguel Reina en los últimos minutos, Rafael, empezó a hacer naves alrededor del terreno respetando solamente la orilla del Arroyo; y las naves fueron ocupadas por las más variopintas profesiones. A la caída de la noche, aquel llano, a la orilla del arroyo, sin luz, era como gran una sinfonía de "ruidos" que del propio arroyo, hablaban de que algunos animales, unos iban detrás de otros en persecución suicida. Por algo le llamaban a esto EL VALLE DE LOS BUITRES.

EL PRIMERO “LLANITOS”

Nada más entrar al "Valle" te encontrabas el taller de “Llanitos” dedicado a la piedra artificial, un auténtico artista, cansado de andar por toda la Córdoba de los autónomos. Un día me dijo que se había refugiado allí en el “Valle”, para quitarse de todos los que le acechaban para cobrarle. Aquí, me dijo, hago mi Arcángeles, mis fuentes y mis columnas, porque el oficio me gusta y lo llevo en el corazón. Pero no se puede trabajar para nadie y menos a la gente de la construcción, ya que lo quieren todo para ellos. Me recordaba que durante un tiempo le llevó las cuentas Antonio Jiménez Gutiérrez, el tío que posiblemente más sabía en Córdoba de letras, y el sería el que le aconsejó, que se "escondiera" lejos de los clientes y los acreedores. Su sombrero cordobés no faltaba nunca ni en su taller, y era un enamorado de las cosas de Córdoba. Lógicamente después de mucho tiempo "huyendo" trabajaba solo y así quería aguantar hasta que se pudiera jubilar.  

“EL TABIQUES”

Éste, era cuñado de un tal BERNIER que empezó a fabricar unos módulos para levantar separaciones y tabiques de escayola, pero que su explotación comercial no era compatible, con pagar impuestos ni cotizaciones y por eso se refugió en el “Valle”. A pesar de que trabajaba a media puerta cerrada, también tuvo problemas de cobros que le llevaron a cerrar definitivamente el “chiringuito”. No obstante quedaron sus restos diseminados por la orilla del arroyo. El trabajo lo realizaba un cuñado, que también trabajaba sólo, pero este producto debió tener poco mercado, pues por allí apenas venía nadie a comprar nada.

UNION CERRAJERA CORDOBESA

Al hablar de Unión Cerrajera Cordobesa, hay que decir que fue la idea de un grupo de profesionales de la cerrajería, que teniendo todos prácticamente los mismos orígenes en el Taller de Diego Castilla "Pichaca", quisieron encarar su vida profesional con nuevo rumbo en una especie de Cooperativa.
Este grupo de profesionales, realizó multitud de trabajos para la mayoría de las empresas que construían en Córdoba, y como es natural fueron arrastrados por la ruina de las empresas constructoras, que antes de ir a la ruina, lo querían todo para ellos. Los Cerrajeros, como tantos talleres de fontanería, electricidad y otros subcontratados, fueron la mayoría a la ruina o quitaron el negocio. Pero es justo mencionar aquí a los grandes profesionales que formaron esta empresa, empezaremos por los hermanos Ruz Castillero, luego Paco Losada, Antonio Romero, Alejandro Luque, Manuel Cazorla, Antonio Pérez, entre otros. Hoy ya están todos jubilados. 


“EL CARACOLES”

Manolo Murillo “El caracoles”. Su taller era el que estaba a continuación y además era el más veterano en el “Valle”. El “caracoles” fue un trabajador, allá por los años sesenta de Almacenes de Construcción San Antonio,  (Aquél que patrocinaba el espacio de "MINUTOS DEPORTIVOS", de Radio Córdoba). Este negocio de Almacenes San Antonio era de don Antonio Díaz Jaén, procurador de los Tribunales, y fue la empresa que facilitó todas las losas y solería que se puso en la Universidad Laboral, el mismo "Caracoles" trabajó en preparar todas estas partidas de losetas, que serían miles y miles de metros cuadrados.  
Al "Caracoles" que jugaba a todo lo que había en aquellas épocas, le tocó la Lotería Nacional, y el premio le hizo que se metiera a empresario, profesión ésta para la que no tenía preparación alguna. Invirtió todo el dinero que le tocó, ocho millones de aquella época, comprando maquinaria y empleando a doce personas.
El taller no tenía ni oficinista ni nada, solamente su “compadre” iba un día a la semana para llevarle según él las cuentas. (¿).  Y según el compadre, todo iba fenómeno.
El “caracoles” era un hombre espléndido y todas las navidades regalaba “el cordero” para guisarlo en  "EL VALLE" al estilo de “Robín de los Bosques”. Precisamente por esas fechas del año 1986, al hacerle una factura para Noriega, hubo una persona que le abrió los ojos y le dijo: "Caracoles, al precio que tú facturas esta solería le pierdes al negocio unas 1.000 pesetas todos los días". El dudó mucho de aquella aseveración e incluso arrancó un tanto a reír, pero en su casa debió ver lo que debía y lo que podía tener en el Banco, y tardó dos días en cerrar el taller.

TALLERES EMILIO

Este hombre tenía otro taller de cerrajería, pero más fundamentalmente dedicado a las rejas, cancelas y tema de estructuras. Llenó las casitas de Cañero, de rejas de Medio Punto. Para ello compró un camión auto-grúa e incluso instaló en medio del llano una alta grúa de obra para poder mover la enorme cantidad de vigas que tenía que mover. Quizás más joven que los cerrajeros, era también más vivo en el trapicheo del trabajo, pero evidentemente, tenía menos preparación. No obstante aportaba una novedad que los otros no tenían, cual era que se dejaba barba. Pero poco más, todo el día tenía la ropa de trabajo puesta y no conocía otro mundo. No cogió grandes obras y quizás por ello no fue tan maltratado por las grandes constructoras. Al día de hoy puede decir que con todos los kilos de hierro que ha gestionado, todas las cancelas de medio punto que ha hecho y toda la cerrajería que ha salido de su taller, ni ha vivido, ni tiene más comodidad económica que un simple funcionario.

UNA EMPRESA DE ACEITES

Esta empresa empezó allí a ocupar una nave de estas que preparaba Rafael Jurado, y que la mayoría de los días apenas tenían actividad alguna. Allí solamente llegaba una furgoneta de forma regular que soltaba, despojos de carne y huesos, y que con el tiempo acumularon tantos, que por hedor, putrefacción y hasta incluso grandes gusanos, les obligaron a quitar de allí aquel “siniestro almacén”. Los profesionales que hacían este trabajo, portaban unos monos azules, y en el peto izquierdo llevaban en blanco el emblema de la empresa. Se hizo un escrito de protesta dirigido a Sanidad y a raíz de aquello, retiraron el "Kiosco". Al parecer utilizaban aquellos despojos para dar "grasa" al aceite como ya hemos dicho.

ANDRES TRIPIANA EL “GORDO”

Este muchacho simpático y afable, llegó con toda la ilusión del mundo para montar su taller de Chapistería y Pintura. Al fondo de la nave instaló una decente cabina de pintura e incluso hizo su foso para las reparaciones. Estuvo unos seis o siete años a plena actividad pero con una clientela, que según él, la mitad no le pagaba, porque la mayoría eran compañeros, amigos o socios de su coto de caza. La verdad es que este hombre tuvo que salir huyendo del “Valle”, como hemos dicho, pues hasta una barca de remos que tenía en el río, se la quisieron quitar. Su mayor ilusión era su Willy que pudo adquirir gracias a su amigo Rafael "El Pringues" en una subasta del Parque y Talleres de Automovilismo. Pasear en su coche y comer magdalenas eran su mayor felicidad.

EL “SERIO” DE LOS GARBANZOS

Además de un tornero que había escondido debajo de un árbol, el último negocio que se montó allí, era el de un hombre que todo el día estaba “cerniendo” garbanzos, lentejas y habichuelas. Este hombre si se veía que funcionara pues mezclaba garbanzos de todas las clases, lentejas de todas las cosechas y habichuelas de todos los paladares, que al final las envasaba. Alguna veces entre montón y montó se perdía algún roedor que decía por donde había entrado pero no indicaba por donde había salido.

De forma casi general tenemos que decir que en el VALLE DE LOS BUITRES, allí salvo contadas excepciones, nadie funcionaba con un ritmo comercial saludable, ya que la mayoría de los negocios, no solían durar mucho, pues casi todos después de un periodo de funcionamiento, se marchaban con la música a otra parte.

La mala gestión propia de las empresas, y la descarada y abusiva presión egoísta de las Constructoras, determinó que en Córdoba, hayan quedado “MUCHOS CADAVERES POR EL CAMINO”, de fontaneros, electricistas, herreros, soladores, carpinteros, etc. Estos criterios abusivos inflaron aún más la burbuja que a la sombra de CAJASUR, llevó a casi todos a la ruina.

Finalmente, tenemos que decir, que lejos está el bonito recuerdo de aquella "ALAMEDA DEL TIRITAR", ya que por unas razones u otras, sólo ha quedado en su lugar "EL VALLE DE LOS BUITRES", de mal recuerdo para los trabajadores que allí se han dejado media vida, y que sólo queda un arroyo mal oliente, con cáscara de caracoles muertos, y ratas a tiempo libre.

miércoles, 16 de noviembre de 2016

EL MONASTERIO DE SAN JERONIMO (II)





DOÑA CARMEN MARTEL DE ARTEAGA

No cabe duda que de la calidad humana y el nivel cultural de esta cordobesa, se debe en gran parte la realidad actual del Monasterio de San Jerónimo. Mujer comprometida con Córdoba, y con las causas que lo requerían. Organizó varios festivales taurinos benéficos, por la buena relación que mantuvo siempre con los toreros y los ganaderos de su época. En la Feria de Córdoba, se dejó sentir organizando "Tómbolas o Kermes" de tipo benéfico para ayuda de los más necesitados. Nada más de enterarse del "Desastre de Annual" su marido gestionó la adquisición de una ambulancia y su donación para la Cruz Roja. 

A ella le pilló en Londres, pero el 21 de julio de 1921, mientras que Alfonso XIII presidía en Burgos la entrada solemne de los restos del Cid en la Catedral. de Marruecos llegaban noticias trágicas de la peor derrota del ejército español en su historia. En dicha derrota, en parte por culpa de una mala disposición militar, y en segundo lugar por un gobierno que nunca supo el problema que realmente tuvo en Marruecos en la zona del Protectorado. 

A nivel nacional se organizó para el 21 de diciembre de 1921, Una Gran "Corrida Patriótica", para recabar fondos para las víctimas. El cartel anunciador de aquel evento se le encargó a Julio Romero de Torres, a propuesta de la marquesa del Mérito. El cartel representaba a una dama de la Cruz Roja que de rodillas y mirando al tendido cubre con una bandera de España a un soldado muerto. En dicho festival intervino El Gallo, Belmonte y Sánchez Mejías. El Cartel se guarda en el Museo Municipal.  

FESTIVAL TAURINO

Los marqueses del Mérito, señores López de Carrizosa, aunque jerezanos de nacimiento, estaban fuertemente vinculados a nuestra ciudad, donde pasaban largas temporadas, tanto en su señorial mansión de la avenida del Gran Capitán, como en el propio Monasterio. Por cierto el Palacio del Gran Capitán en los años 1930, pasaría a ser sede del Gobierno Civil de Córdoba. Años antes, allí se colocó la Tribuna de autoridades para la inauguración del Monumento al Gran Capitán. (16/11/1923).

En el 14 de noviembre de 1915, los Marqueses del Mérito, organizaron un festival taurino, con carácter benéfico y que se celebró en el Coso de los Tejares, que para el recuerdo tenemos que decir que dicha Plaza fue inaugurada en el 1846, y que sería reconstruida en 1866, a consecuencia de un voraz incendio que casi la destruyó. En el festival la Plaza estaba llena a rebosar. Antes de la inauguración de esta Plaza, los toros se daban en la explanada del Campo de la Merced, hoy convertido en un espléndido Jardín. 

La Marquesa del Mérito de quien partió la idea del festival, entraría de forma solemne en la Plaza, cogida del brazo por don Manuel Enrique Barrios, alcalde de Córdoba, que presidió dicho festejo acompañado de Rafael Guerra Bejarano  "Guerrita" que hacía las veces de asesor taurino.

Los toreros fueron José Gómez "Gallito" su hermano el "Gallo", Curro Posada. Rafael González "Machaquito" y algunos subalternos de Córdoba, que se las vieron todos con unos novillos donados por don Eduardo Miura, Gamero Cívico, Albarrán y los Domecq. En este festival, los toreros actuaron de novilleros, los ganaderos de toreros, y el único que remató por suerte una tarde completa fue el rejoneador Antonio Cañero.

El público de Córdoba respondió muy bien llenando la Plaza con su presencia, bien es verdad que los precios fueron muy asequibles. Se establecieron entradas especiales para señoras y niños, a peseta y dos reales.

Los Marqueses del Mérito, ante el éxito del festejo, quisieron obsequiar a todo el que colaboró, y ofrecieron una recepción y convite en la Finca "San José de Vista Alegre" (Hoy Finca San Pedro y San Benito), propiedad de don José María Roldán, que está situada en las estribaciones de las Ermitas. En aquel convite celebrado en la citada Finca, fue en donde se realizó la famosa foto, en la que aparecen sentados los cordobeses El Guerra y Machaquito, y detrás los hermanos "Gallito", José y Rafael. Esta foto que daría la vuelta al mundo, fue realizada por Francisco. J. Montilla, el que fuera editor de la revista cordobesa "RECUERDO DE FERIA". En dicha comentada foto, el mayor en edad es el Guerra que ya tiene 53 años, le sigue Machaquito con 35, El Gallo con 33 y el más joven Joselito con 20 años.

La Excma. Marquesa del Mérito, doña María del Carmen Martel y Arteaga, hija de Córdoba y de la Cepa cordobesa; espíritu exquisito, a quien  su ciudad debió entre otras obras, la restauración del Monasterio de San Jerónimo, Ingresó en la Real Academia de Córdoba, con la categoría de Académico Correspondiente residente en Córdoba, el 24 de enero de 1924. Este titular aparece en el Boletín de la Real Academia de Córdoba, nº 57 de 1947.

EL AGUA DEL MONASTERIO

Lo que escribieron crónicas de historia sobre Córdoba, coinciden en afirmar que una de las razones por las que los árabes, un país que venían de la dureza del desierto, se enamoraran de Córdoba, fue el olor a romero, el sabor de los madroños de su Sierra y su riqueza en agua. Córdoba con esa falda de la Sierra siempre fue un acuífero garantizado. Pero M. Nieto, en su libro Islam y Cristianismo habla también del Puente, que sobre el Río Guadalquivir era toda una garantía para poder salir huyendo hacia el sur que era desde donde ellos venían.

Pero yo me quedo con unos versos que hablan "De manantiales de agua pura y permanente, -que bajan por las laderas del fondo de la tierra- puras y sin contaminación". El experto cañero Bonilla, del que todo su trabajo fue publicado con otro nombre, llegó a decir: "Hay gente que en los llanos de Santa Elena, lugar mítico en donde se celebró la Batalla de las Navas, si tienes la suerte de ver llover copiosamente por aquellos olivares sin fin, has de saber que si vienes para Córdoba, parte de ese agua la puedes beber en cualquier venero de la sierra hasta dos meses después de aquella lluvia.".   

Ya en 1493, los reyes conceden licencia al Monasterio de San Jerónimo y permiso para que pueda aprovecharse del agua de una dehesa y repare la fuente existente en la huerta del Monasterio.

Por lo que dispone de un gran venero, que en 1950 el marqués llamó a Rafael Prieto, gerente de "Flores Santa Marta", para repararlo por un hundimiento interior. Esta reparación la realizó Rafael Uceda "El largo" del Campo de la Verdad, con domicilio en la Calle del Horno, que desembocaba en los Peñones de San Julián. El venero viene a tener un caudal de un litro por segundo.

Este venero daba agua suficiente a todo el Monasterio, incluidas las fuentes, y los servicios domésticos, al final el agua, llenaba una alberca que servía de depósito para el regadío del huerto que estaba situado en la parte inferior del Monasterio. Al final de los años 1960, a los marqueses le surge la idea de construir una piscina, para lo que se conectan a la red de EMACSA, varias veces el fontanero Juan Gordillo, tuvo necesidad de ir al Monasterio para regular la presión. Era Feria de Mayo, y la marquesa se disponía para bajar a Córdoba y disfrutar de la fiesta, y entonces surgió la conversación del "Baile de Sevillanas" y quedó muy complacida cuando se enteró que el simpático fontanero, las bailaba de maravilla.

En la piscina grande y profunda que refresca el verano del Monasterio, se puede ver como el chorro que aflora por la "BOCA DE UN LEON", llena el nivel de la piscina. Esta piscina tuvo su protagonismo durante el rodaje de la película "LA CASA DE LAS PALOMAS", en donde se pudo ver a ORNELLA MUTI como se bañaba ante la mirada indiscreta del amante de su madre LUCIA BOSE, en la película.

Esta piscina ha sido frecuentemente utilizada por los hijos y la familia de Pepe Sibagas el encargado y de Rafael Luque Muñoz el hortelano, que eran a la postre los inquilinos habituales del Monasterio, pues en la temporada de verano era muy raro que los marqueses estuvieran por aquí.

EL MARQUÉS "CORDOBES"

Así es como tendríamos que llamar a JOSÉ Mª LÓPEZ de CARRIZOSA y MARTEL, que como hemos dicho heredó el título de marqués del Mérito por muerte de su padre en 1927. Obviamente además heredó propiedades y las propias Bodegas Mérito que el padre había fundado en 1898. Este marqués nació en Córdoba en el palacio de la familia en el Gran Capitán, y la mayor parte de su juventud la pasó en el palacio de los Condes de Torres Cabrera sus abuelos maternos.

Los Condes de Torres Cabrera, abandonaron su Palacio, que ya en 1927, estaba vacío y silencioso. Fue adquirido por la familia de los Meléndez Valdez, y esta familia entre 1935 y 1939, lo alquilaría para sede del Colegio Cervantes. En 1940, fue comprado por Rafael Cruz Conde, que es la familia que lo ocupa actualmente.

Hay que decir que éste marqués del Mérito fue pionero en el tema de los terrenos que existen alrededor del COTO DOÑANA, y llegado el momento de salvaguardar el Parque, sus terrenos fueron expropiados y sólo le dejaron una pequeña finca, y una casa en la aldea del Rocío, que gestiona y disfruta la actual marquesa.

La educación del Marqués se desarrolló en Colegios de Londres como era habitual en las clases acomodadas de aquella época.

LA BODA DEL MARQUÉS

En el "DIARIO ABC de Madrid" con el título "UNA GRAN BODA", relata la crónica de la boda celebrada el 2 de junio de 1929, y cita a los personajes:

JOSE Mª. LÓPEZ DE CARRIZOSA Y MARTEL, de 34 años, Marqués del Mérito.
(Córdoba 1895-1963),

Hijo de JOSE LÓPEZ DE CARRIZOSA y GARVEY, (Jerez 1862-1927), y de MARIA del CARMEN MARTEL y ARTEAGA (Córdoba 1871-1937).

se casa con:

ELENA PATIÑO RODRIGUEZ, de 22 años (Bolivia 1907-1942)

Hija de SIMON I. PATIÑO ITURRI (Bolivia 1860-1947), de ascendencia vasca y de ALBINA RODRIGUEZ OCAMPO (Bolivia 1873-1953).

Los padrinos fueron la madre del novio doña CARMEN MARTEL DE ARTEAGA, marquesa de VALPARAISO, viuda del marqués del Mérito, y como padrino actúo SIMON I. PATIÑO ITURRI, padre de la novia.

La boda se celebró en París en el Palacio de la Avenida Foch. propiedad de su abuelo materno el "Rey del Estaño" que a su vez era representante de Bolivia, cargo que se denominaba ministro (parecido al de embajador). La celebración del matrimonio religioso contó con el permiso expreso de su Santidad Pio XI y la ceremonia fue oficiada por el nuncio apostólico en Paris monseñor Luigi Maglione, gran amigo de la familia. La petición de permiso al Papa Pio XI, fueron cursadas desde Córdoba, por don Adolfo Pérez Muñoz, y sería su estrecho colaborador don José M. Gallegos Rocafull (1895-1963), de Jerez como el padre del marqués quien lo tramitara.

Nos contaba el periódico, que el palacio del "Rey del Estaño", lucía con toda su brillantez, reflejando en su exquisita decoración, un entorno de muebles únicos, con  lujosos tapices del gusto de Beauvais. Por otra parte, las elegantes lámparas del mejor cristal de "MURANO" se reflejaban en aquellos majestuosos espejos con penachos de oro. El altar estaba adornado con una especie de delicada alfombra de rosas blancas y unos ribetes de tulipanes, flores todas traídas expresamente de Holanda.

La música que sonó fue interpretada por una acreditada orquesta de Londres que deleitó los oídos de los etiquetados asistentes con la marcha LOHENGRIN. A la boda asistieron toda clase de personalidades de la nobleza europea, así como todos los diplomáticos acreditados en Paris, civiles y militares.

Incluso hubo una representación de los reyes de España. Como damas de honor actuaron la hermana del novio y la hija del embajador de Méjico.

La novia iba ataviada con un traje creación de Paul Poiret en el que brillaban los encajes traídos de Londres, y que se agrupaban en torno a una especie de columna salomónica de exquisitos pliegues y remates. Los zapatos de la novia causaron una general sensación, pues fueron un diseño especial de Rue Rivoli una de las más acreditadas zapaterías de Paris. Un maravilloso velo de encaje se contorneaba alrededor de un mechón de pelo, que con su forma de trenza, se asemejaba a la mejor diadema.

El novio iba ataviado con el uniforme de caballero de la Orden de Santiago, complementado con toda la elegancia acorde con aquel impresionante ambiente.

A pesar de que la boda se celebraba en Paris, el lenguaje, el ambiente y hasta la música del baile (argentina), tenía un aire hispano. Como es natural no faltó de nada en aquella boda. Para no faltar no lo hizo, ni la Duquesa de Montpensier, viejo título nobiliario, al que la historia lo recordará en el periodo de la restauración española (1874-1885).

EL AVION

El marqués del Mérito fue un hombre de mucha actividad y quizás muy atrevido para su época, en 1947 se compra una aeronave EC-APP, la operación de compra se realizó en Cuba a donde él iba y venía con mucha frecuencia. El avión se lo embarcaron para España en donde llegaría el 10 de mayo de 1947. Fue un tipo de avión que compró la fuerza aérea de los Estados Unidos en 1945, y que al cancelar el pedido con los fabricantes americanos, quedaron unas cuantas unidades para el uso de civiles.

Este avión de seguir funcionando, sería la matricula del PIPER-L-14, más antigua de España.

Pero el marqués realizó muchos viajes a África, Madrid y Sevilla, y en el año 1952. le vende la avioneta a doña Victoria Puentedura Ojeda, natural de Málaga, luego fue adquirida por don Manuel López Manteola en 1955, y finalmente en 1995 es adquirida por don Antonio Figueredo.

Con independencia de los viajes particulares del marqués, esta avioneta hizo muchos trabajos de fumigación y de publicidad. El precio aproximado de esta avión en 1947 fue de 2.600 dólares, incluido su transporte a Córdoba.

El marqués del Mérito siempre estuvo en el sitio que él creyó oportuno, acompañó a Alfonso XIII, cuando se marchó al exilio, y también estuvo en la operación del  avión alquilado en Inglaterra al precio de 1.100 libras esterlinas, para que Franco se incorporara desde Canarias al Alzamiento Nacional. El precio del avión "EL DRAGON RAPIDO", lo pagó el banquero mallorquín Juan Marchs y el Duque de Alba garantizó de alguna forma la operación.

El avión significó para el marqués un medio de evasión, que supo utilizar en muchos momentos. La muerte de su primera esposa, los problemas de las bodegas como consecuencia de la revolución cubana, y otras circunstancias, dieron lugar a que este hombre fuera como un huidizo permanente. Atrás quedaron sus disfrutes en el Club del Tiro al Blanco de Córdoba, Sociedad de la que fue uno de los principales precursores, y sus excursiones de monterías por todos los lugares más importantes de España, incluso del extranjero.

El colaboró intensamente en un gran trabajo sobre la cabra montés en Sierra Madrona. Hay que resaltar que la intervención del Marqués del Mérito en el Risquillo, y en las Aulagas, consiguieron preservar la especie de la cabra montés en Sierra Morena.

ECOS DE LA BODA

En 1975, y cuando todo el follón de las ejecuciones del Goloso, me encuentro en Madrid, haciendo un curso de tiempos MTM (Tiempos predeterminados), que se celebraban en una especie de Instituto MAYNARD, que estaba instalado en uno de los pisos altos del Edificio España de Madrid.

Parábamos cerca de la estación de Atocha, y todos los días, hacíamos el camino hasta la Plaza de España andando, y pudimos presenciar que en la mayoría de los bancos de madera de la Calle Atocha, aparecían unas pintadas en sus respaldos, que decían:  "DIOS PATRIA Y REY". No cabe duda de que la cosa estaba caldeada.

El curso era por la mañana, y solíamos aprovechar las tardes para conocer Madrid. Lo primero que hicimos fue visitar el "Restaurante de los JIMENEZ", que además de ser de Córdoba, eran los suegros de Manolo Zurito. Dicho Restaurante estaba a mitad de la Calle BARBIERI, en la misma acera en la que se encontraba el Tablao Flamenco del Manolo Caracol.

Luego acompañados de Marcos Herrera, que trabajaba en el departamento de informática de Westinghouse, con cita en la Calle Víctor Hugo. Nos llevaba a visitar lo más importante de Madrid y terminábamos en el "BAR CASA CHICOTE", y nos tomábamos un CINZANO, que por cierto nos costaba lo suyo. Pero más que el precio nos sorprendió la cantidad de camareros que había en aquel establecimiento. Fueron varios los días que fuimos, pero el viernes último y cuando ya nos veníamos para Córdoba, observamos que estaban en el Bar, Rafael Cabello de Alba y el hijo de Pérez Barquero, el gerente de "El Tiro al Plato" de la Finca de los Ballesteros en Córdoba.

Un camarero que había de Córdoba, le comentó a Cabello de Alba, de que nosotros, también éramos de Córdoba, y entonces nos pidió que nos uniésemos a su grupo. Al poco tiempo vimos aparecer a PERICO CHICOTE, un personaje que creímos que nos íbamos a marchar de Madrid sin verlo.

No cabe duda, de que este hombre saldría siempre en función de las visitas y Rafael Cabello de Alba, era ya un personaje importante.

Yo llevaba varios días que había visto un letrero colgado en el Bar que decía; "MARQUES DEL MERITO TENIA 500.000 PESETAS, y ahora las tiene D. Guillermo Marcos Arteaga. BRANDY SINGULAR ENCOMIENDA DE MERITO".

Así que cuando vi a este hombre (Chicote), le pregunté que era aquello y él no lo explicó todo, indicándonos de que se trataba de un concurso para premiar al mejor profesional de BARMAN. Luego nos siguió hablando de que él había mantenido una buena relación con el Marqués del Mérito, y más de una vez se desplazó con él y su avioneta al Monasterio en la Sierra de Córdoba. Nos confirmó que él llegó a estar en su boda, y que coincidió con el grupo de amigos que fueron de Córdoba a Paris en 1929. y que formaban parte de la "Peña La Campera" de Córdoba, como eran Eduardo Sotomayor, Manuel García, Antonio Losada, Antonio Herruzo, Gabriel Bellido, Enrique García y como no, Juan Barasona, entre otros.

Como quiera que alguien le comentara que debió de ser una boda espectacular, él muy dado a los coctel nos diría: "Entre el resplandor y el brillo del Estaño y la solera de los bodegueros de Jerez, allí se palpó una calidad y un gusto, que se parecía mucho al sabor de un AMONTILLADO FINO de 1870.

EL PANTEÓN

Aunque el título de marqués del Mérito es oriundo de Jerez de la Frontera, el marqués "cordobés" quiso que sus padres y la familia relacionada con él, fueran enterrados en Córdoba, para lo que en 1953, y por consejo de su gran amigo José Molleja Álvarez (1882-1949), decidió hacerse un panteón en el Cementerio de la Salud. El diseño del panteón se lo encargó al arquitecto Enrique García Sanz, que fue el que diseñó el de los Molleja, sus grandes amigos y dueños de la Ferretería de la Campana.

La elaboración y el montaje fue realizado en un Taller de la Calle Zarco y los oficiales fueron los canteros: Rafael García y Enrique Parejas, que por cierto según me comentó su hijo Enrique Parejas Alberca, años antes, estos mismos canteros, realizaron la fachada del Edificio de Correos de Córdoba, así como los buzones. Como anécdota de este trabajo, me contó, que se les olvidó incluir en el precio la realización del hoy polémico "Escudo" que preside la fachada principal. Por tanto dicho "Escudo" le salió gratis a la administración.

En el panteón, el marqués en 1955, enterró a sus padres cuyos cadáveres se trajo de Jerez. También trasladó el de su esposa Elena Patiño, que había muerto en  Nueva York en 1942. Posteriormente sería la actual marquesa del Mérito, la que en 1963, se trajo el cadáver de su padre muerto en Madrid en ese año. Finalmente la segunda esposa del marqués del Mérito, Graciela Abril Olivera (1911-2001), sería enterrada en el panteón familiar por su hijastra, la actual marquesa del Mérito, que lo mandó traer desde Madrid en donde falleció en el año 2001.

JUAN BARASONA SANTALO (1902-1967)

En 1974, Bernardo, el contable de LUIS ARANDA MARTOS, empresa dedicada a la carpintería industrial, y que en aquellos momentos, estaba en su mayor apogeo, nos había recomendado a su cuñado Alfonso Román "El droguero de San Lorenzo" para que RAFAEL LUQUE MUÑOZ, jardinero y hortelano del Monasterio, nos facilitara la posible entrada a San Jerónimo. Con don JUAN BARASONA, era mejor, nos diría el citado RAFAEL LUQUE, indicándonos que el administrador y hombre de confianza de la marquesa era JOSE BARASONA, hijo del anterior, pero bastante más serio y parco en palabras. Sucedió al padre a la muerte de éste en 1967.

Quiero recordar a un personaje como JUAN BARASONA, que fue uno de los íntimos del marqués del Mérito, padre de la actual marquesa. El sería el que puso en contacto al marqués, con la élite de la Córdoba que amaba la montería.

Rafael Espejo Jiménez, el gran profesional de la madera, nos contaría que en una ocasión el Marqués del Mérito, contrató a Diego Soto, exquisito profesional de la madera, para que le restaurara una puerta interior del Monasterio. El fue el profesional que allí acudió y pudo comprobar que Pepito "El Sevillano" hizo de oportuno asesor en estos menesteres para el Marqués.

A JUNA BARASONA, entre otras cosas, le debe la ciudad de Córdoba la idea de un parque Zoológico, al que colaboró él, orientando al alcalde Guzmán Reina, donando para ello un león que él había amamantado en su Casa del Alcázar Viejo. Por su muerte en 1967, no pudo asistir a su inauguración que tuvo lugar en el 1968.

EL ECO DEL GREGORIANO

Una tarde del año 2000, tuvimos la oportunidad de asistir a un concierto de gregoriano, que daba un grupo de aficionados bajo la dirección de M. Nieto Cumplido. En principio del Monasterio nos sorprendió todo. Pero todavía quedaran en aquel amplio patio porticado los ecos del canto gregoriano, que desde aquella fuente central se esparció como una sinfonía mágica en aquel bello atardecer de la Sierra de Córdoba.

Al terminar el canto gregoriano, la marquesa nos hizo pasar a un salón propio de la Edad Media, y sorprendentemente nos advirtió: "Por favor cuando me vean en compañía de mi esposo, no me llamen por marquesa". No supimos el alcance de esta sugerencia, pero sería el ex-ministro Pimentel, el que nos aclararía:" Es que "INA" respeta mucho la presencia de su esposo".  

Una vez en el citado salón pudimos apreciar que estaba todo en color verde a juego con los tapices y las cortinas. Desde allí pudimos observar el refectorio que todavía guardaba el estilo y la esencia de la época lejana de los frailes. Se nos obsequió con una copa de vino y unos pequeños bocados, servidos con estilo y empaque, incluso con la ayuda del hortelano, que con una "casaca" de camarero servía con estilo. Allí nos explicó M. Nieto, la llamada "Mesa de los Huevos", una mesa que se encontraba nada más entrar al comedor, y en la que había una amplia bandeja con huevos cocidos, fritos y escalfados. Cada fraile solía coger los que creyera oportunos para su comida del día. Igualmente disponían de unas botellas de vino blanco de la sierra tipo "Pitarra" y de vino tinto tipo "Piñuelo". Cada fraile podía disponer de una botella diaria, que venía a contener unos cuatro medios.

Esto nos demostraba, nos diría don M. Nieto, que el colesterol y el alcohol para los frailes no eran problemas, ya que los frailes solían morir bastantes viejos.


LA MARQUESA COMPRA EL MONASTERIO

Como a muchos bodegueros de Jerez, Cuba fue un gran escaparate para sus vinos y sus licores, y las Bodegas Marqués del Mérito, también estuvieron allí en primera fila. Quizás por el nivel tradicional o cultural de aquella población, muchas bodegas se especializaron en los vinos "SANTOS PARA CURAR" y les pusieron el nombre de todas las advocaciones del santoral que encontraron en la isla. Bodegas Marqués del Mérito, tuvo una marca muy difundida que fue: "LA CARIDAD DE NUESTRA SEÑORA DEL COBRE", vino tónico muy famoso que se antojaba muy curativo.  

La llegada de la revolución cubana a la Isla, (1960-61), supuso un duro golpe para la economía de los bodegueros jerezanos. Eso unido quizás a un posible desorden en sus otros negocios, vino a poner un tanto en "cuarentena" la economía del marqués "cordobés", que terminó vendiéndole a su hija el Monasterio de San Jerónimo, ya que ella había heredado buena parte de la fortuna del "Rey del Estaño" por parte de su madre.

Su hija y heredera del marquesado, Victoria Elena López de Carrizosa y Patiño, que nació en Paris en 1932, al faltar su madre, muerta en 1942, vivió prácticamente en Paris en casa de sus abuelos maternos. No hacía nada más que repetir lo que antes había hecho su padre, que vivió prácticamente en el Palacio de los Condes de Torres Cabrera, sus abuelos maternos.

Nos dice el periódico ABC, que el 13 de diciembre de 1957, en la ciudad de Paris se sucedieron dos acontecimientos importantes en relación con España; en uno el pintor Salvador Dalí hacía la presentación de su libro "El Quijote", posiblemente el libro más caro del mundo. Pero para los cordobeses, también se celebró otro acontecimiento importante pues se casaba la hija del Marqués del Mérito, María Elena López de Carrizosa y Patiño, (1932), con el aristócrata belga Henri du Chastel Howarderie (1924).

Los salones del Palacio de los Ortiz Patiño, de la Avenida Foch de París, aparecían todos  engalanados, y de allí se preparó la comitiva de la novia que iba vestida con un modelo muy especial de Chistían Dior y que iba acompañada por un grupo infantil de pajes, cuya vestimenta había sido diseñada por el artista chileno Raimundo Larraín que se había inspirado en un cuadro de Goya. Los pajes brillaban con luz propia pues eran nada más y nada menos que la saga más pequeña del "Rey del Estaño".

La novia nacida en Paris y criada en la misma ciudad al calor de sus abuelos maternos, buscó la Iglesia de Saint Severin por su discreción y sus calles estrechas   en medio del Barrio Universitario de Paris. Al pie del altar le esperaba su novio el aristócrata belga Henri du Chastel Howarderie, para ser casados por un obispo familiar del novio. Este Obispo en su homilía recordó la importancia que EL CAMINO DE SANTIAGO, había significado para toda la Europa del Norte.

No hace falta decir que el convite en cuanto a elegancia, música e invitados,  intentó recordar el matrimonio de sus padres acaecido en 1929, y celebrado en el mismo "Palacio del Rey del Estaño". El padre de la novia que ya contaba con 62 años, y casado de segundas nupcias con la cubana Graciela Abril Olivera, fue el padrino de boda. 

Los novios marcharon de viaje de novios a la Isla de Cuba, y otras Islas del Atlántico. Quizás se echó de menos la representación cordobesa que acudió a la boda del Marqués en el año 1929.

En 1963, a la muerte de su padre heredó el marquesado del Mérito. Él título de Valparaíso, fue a parar a su primo Gonzalo Fernández de Córdoba y Topete (1917-2015). 

EL LEON DEL MONASTERIO

A San Jerónimo se le suele representar con un sombrero, ropa de cardenal y con una cruz en una mano, y con la otra en clara actitud de darse golpes de pecho. A sus pies aparece un león y una calavera.

La leyenda del león cuenta que este animal tenía atravesada una pata con una enorme espina y San Jerónimo llamó a los monjes y juntos, le limpiaron la herida y se la curaron. El león se recuperó y se quedó con la comunidad como si fuera un animal de compañía, e incluso llegó a familiarizarse con el burro que había en el Monasterio, y juntos ayudaron mucho a los monjes. Esta leyenda siempre se ha atribuido a San Gerónimo, cuando realmente le ocurrió a  San Gerásimo. Lo cierto y verdad es que los frailes del Monasterio de San Jerónimo, en su sello reproducen el león.

En la parroquia de San Lorenzo hay un juego de 6 candelabros plateados de muy buena hechura, que en su día vinieron del Monasterio, igualmente unos ciriales y una Cruz de Guía, todos simulando plata, y en todos ellos se les puede ver un sello estampado en el que aparece el león, como distintivo del Monasterio.

En relación con el león y el Monasterio, un día nos relató José Ortega Niza, compañero de Westinghouse, que vivió la Casa de Paso de la Plaza del Moreno, que allá por los finales de los años de 1979, los compañeros Baltasar Trillo, Francisco Carrasco, Juan Cebrián y Bernardo Romero, andaban alrededor del Monasterio de San Jerónimo buscando espárragos y localizando el curso de los arroyos. En un momento de la excursión de pronto vuelve un Bernardo un tanto asustado, diciendo poco más o menos: "¡Acabo de ver un león enorme!. Tú estás loco le contestaron sus compañeros, pero luego resultó verdad y es que el león de un Circo que instalaron en la cercana Posadas, se había escapado y el animal por los cerros había llegado a las cercanías de San Jerónimo de Valparaíso, entre la finca el Hornillo y el Monasterio. 

Además de los candelabros, en San Lorenzo también hubo tres o cuatro libros corales, de 0.80 x 1.30 MTS. espléndidos y realizados por los frailes jerónimos, que fueron a parar a destino desconocido.

También en las monjas clarisas del Cister se pueden apreciar los asientos de lo que fue el presbiterio del Monasterio. En el convento de Santa Marta, existe una buena colección de manuscritos de 0.60 x 0.25 MTS. igualmente realizados por los frailes jerónimos y que se hallan en el coro.

Finalmente en el archivo de la Catedral de Córdoba se encuentra una rica colección de libros corales, de una ejecución primorosa y de mucho valor artístico, pues solamente ver algunas "LETRAS CAPITALES", ya demuestran mucho arte. Sus dimensiones son: 0.80 x 1.30 MTS. Y se encuentran en la 2ª. planta del Archivo,  en un espléndido mobiliario que hace fácil su consulta. 

LOS AMIGOS DEL MARQUÉS

El marqués don José López de Carrizosa y Martel, por haber nacido en Córdoba, le llamaremos "cordobés". Era una persona muy especial y en Córdoba, a no ser sus primos los Martel, sus reuniones fueran muy pocas. El se desenvolvía preferentemente en Madrid y Jerez, que era en donde tenía sus negocios y bodegas. Aquí en Córdoba sólo tenía relación con sus amigos de la "Peña Campera", en torno a las cacerías, las rehalas y las monterías, y algo en la Sociedad del Tiro al Plato de la que llegó a ser presidente. Y es que el mismo avión lo utilizaba para "salir huyendo".

Al principio de los "transistores" (1954), se trajo de Londres un aparato de radio, pequeño y manejable, que solía pasearse con él por los jardines del Monasterio escuchando música. El transistor era de la marca "Texas" y una de las veces que acudimos de visita al Monasterio, nos mostraron dicho transistor como una pieza de antigüedad más del Monasterio.

Los viejos del lugar nos comentaron que alguna vez que otra se dejó ver por la Taberna "El Bolillo" en versión cercana al Gran Teatro y allí probaba alguna copa.

El Marqués del Mérito falleció el día 2 de julio de 1963 en Madrid a los 68 años. Sus restos fueron traídos a Córdoba, por su hija, y enterrados en el Panteón familiar del Cementerio de la Salud. En donde ya estaban enterrados sus padres y su primera esposa, Elena Patiño Rodríguez. Fue Miembro Correspondiente de la Real Academia de Córdoba desde el año 1948.  

Sus muchos amigos de la "Peña Campera", (1928), le acompañaron en aquella despedida, y entre ellos se pudo ver a Eduardo Sotomayor, Antonio Losada, Manuel García Plaza, Gabriel Bellido, Mir de las Heras, Antonio Herruzo, Álvarez Molleja, Juan Barasona y el arquitecto Enrique García Sanz, que sería el que le diseñó su Panteón familiar en el Cementerio de la Salud. La "Peña Campera" fue fundada en el Circulo de la Amistad en el 1928, por don Eduardo Sotomayor y el torero Guerrita, ambos grandes rehaleros, y apasionados por la montería y los toros.

Poco antes de morirse el marqués, contaría Pedro Guerra, cajero del Banco Popular Español de la Calle Cruz Conde, que un día se presentó el marqués del Mérito con Rafael Jodas Páez, para hacerle efectiva una transferencia como pago a la renovación de la instalación eléctrica que le realizó en el Monasterio. (1958) A pesar de la discreción del Banco Popular, nos pudimos enterar que dicha cuenta tenía el nombre de "TESTAMENTARÍA". y tenía poco movimiento.

MANOLETE Y EL MARQUES DEL MÉRITO

Manolete en plena carrera de torero, solía frecuentar con relativa frecuencia la ganadería de don Eduardo Sotomayor, que tenía los toros pastando en las dehesas de Córdoba La Vieja y las Cuevas de Artaza, y allí hizo amistad sucesivamente con los Sotomayor y los Eraso, que a partir de 1938, compraron parte de estos terrenos para instalar su ganadería de caballos. El Monasterio de San Jerónimo, que preside todos aquellos horizontes, es testigo de que en aquellos primeros años, Manolete con Lola Eraso, parecían que iban por el camino del matrimonio.

Pero sin lugar a duda los grandes desplazamientos, y las prolongadas ausencias del torero, hizo que este noviazgo no fragura adecuadamente, o quizás fuera porque no había un interés muy grande por alguno de los dos. Pero en honor a la verdad la prensa aprovechaba algunas fotos en donde el torero y Lola la hija de don Rafael Eraso aparecieran, para considerarlos como novios. Finalmente ella tiró por otros derroteros.

La familia de Manolete, y en especial su madre, eran muy exigentes con él y siempre que hablaba de "noviazgo" no encontraba nada más que problemas e inconvenientes y la célebre palabra de "ya habrá tiempo".

Lo cierto y verdad es que Manolete entró en una situación de angustia y desánimo evidentes, y sólo la compañía de una persona que velara por él, podía cambiar aquella situación. En su casa había cuajado la idea de que la actriz manchega Lupe Sino, había sido una activista republicana durante la guerra civil española.

Por toda esta situación el torero visitaba con cierta frecuencia a su amigo y consejero don Eduardo Sotomayor en su casa Chalet de la "Huerta del Barrio Naranjo", y allí se confesaba con él. Pero un día se montaron en el Hispano Suiza de Manolete, y se llegaron al Monasterio de San Jerónimo, y allí les esperaba el Marqués del Mérito que con unos amigos acababa de llegar de una cacería. Don Eduardo Sotomayor, gran amigo del Marqués (eran de la misma edad), le presentó al torero y le contó sus problemas de angustia y de desánimo, por lo que había estado todo el año 1946 sin torear. Incluso en este asunto llegó a mediar el Obispo Fray Albino, que mantuvo una entrevista con el torero.

Allí en la soledad y el silencio del Monasterio de San Jerónimo, cada palabra y cada consejo, daba la impresión que le calaba al torero hasta los huesos. Después de mucho hablar, y de intentar buscar soluciones, don José López de Carrizosa, invitó a Manolete a pasar unos días en aquel "retiro tan edificante" del Monasterio, para que pudiera pensar.

Manolete dudaba el ofrecimiento, pues en el pasado año 1946, ya había estado  descansando, un par de semanas en la finca de un amigo en Guadalajara, en donde incluso se bañó en el próximo Rio Valdefuentes, y pocos efectos de tranquilidad había experimentado.

Al final sería su común amigo el ganadero Eduardo Sotomayor Criado (1895-1973), el que lo convenció a que pasara una temporada en el citado San Jerónimo. El ganadero le prometió que él también se llegaría por allí.

Pero el marqués era un hombre muy desenquieto y enseguida les propuso a Manolete y a don Eduardo, realizar un viaje a Jerez, en donde el marqués se movía como pez en el agua. Tuvieron dudas sobre el vehículo que iban a utilizar para el transporte, pero al final fue Manolete el que puso su coche Hispano Suiza, para realizar el viaje.

Estando en Jerez y después de su acomodo en un céntrico Hotel, se llegaron al Casino de Jerez, que fuera fundado en 1850, y desde allí alternaron con bodegueros y gente del toro, que para ellos fue un lujo el tener por allí a Manolete. Pero al torero de Córdoba le cansaba esta popularidad y se lo hizo ver a sus amigos, y entonces el marqués que reaccionaba con mucha rapidez le propuso llegarse por la Venta de Vargas, lugar que a Manolete le traía muy buenos recuerdos.   

Y es que lo mejor de la Venta, salvando caldos y ollas, premios y distinciones, siempre fue su gente, mamá Catalina, el bueno de Juan, María, José y Lolo, y que vieron en el torero cordobés unos de sus clientes que con más clase pasaron por la Venta. Aquel patriarca de la Venta, que vio más de una vez deslumbrase a Manolete al amanecer, y vio como el torero de Córdoba, salía al encuentro de los peones que iban encima de sus borriquillos en dirección al tajo. El gran torero de Córdoba, abría su espléndida cartera y les pagaba el importe de la soldada del día para que se volvieran a sus casas. La Venta de Vargas, era un templo de toros, cante, filosofía, en donde se justificaba la razón del vivir día a día, por eso Manolete fue feliz con la idea del inquieto marqués.

Y de vuelta en Córdoba, y al dejar al marqués en su Monasterio de San Jerónimo, Eduardo Sotomayor, le diría: "Debieras de aprender de la vitalidad del marqués y animarte, él desde sus tiempos del servicio militar que no lo pudo realizar por una complicación del corazón, lleva una vida de total actividad y es tal su ánimo, que incluso se atreve a pilotar un avión". Estas palabras se las decía camino ya de Córdoba.

El torero un poco más alegre le comentó a su amigo el ganadero, que iba a mandar a Lupe Sino al balneario de Lanjarón (Granada), mientras resolvía unas corridas que tenía en el mes de agosto.

Poco después de aquellos días de paz y sosiego Manolete en una entrevista que le realizó Matías Prats, le diría: "He ganado ya más dinero que cinco generaciones de mis antepasados juntas, lo que quiero es retirarme y casarme y disfrutar de lo que he ganado."

LAS ANCAS DE RANA

El Monasterio fue siempre un lugar en donde se dieron importantes comidas y banquetes, incluso guardando el estilo propio de la Edad Media.

Feliciano Delgado, uno de los impulsores del grupo gastronómico "LOS TIESOS DE PASTRANA" que aunque habitualmente se reunían un día a la semana en el Restaurante el Churrasco, fueron varias veces que los componentes de este grupo (18), se desplazaron al Monasterio, a comer y guisar entre lebrillos, y platos de época.

También se vio por allí más de una vez al estado mayor del recién inaugurado Hotel Córdoba Palace (1956), con su director Ángel Palomino Jiménez (1919-2004), al frente, y su cocinero Félix Sánchez Aguilera, (1927-2002), acompañados de Francisco Muñoz Martín (1919-2003), el que fuera jugador del Córdoba y jefe de barra del citado Hotel.

En 1983, sería el Caballo Rojo, el que prepararía un menú a base de "OLLA PODRIDA", guisada por el Chico Medina, y servida entre otros por él amigo Reyes y  Pedro Montes Polo. La comida fue en atención al presidente alemán y su séquito con diplomáticos españoles.

Luego por la prensa nos pudimos enterar que para algunos príncipes del Golfo Pérsico, también se prepararon comidas de alto copete.

He dejado para lo último y que son las ANCAS DE RANA, que una caprichosa Lucía Bosé, (1931), quiso comer el día de su cumpleaños y durante el rodaje de la película "LA CASA DE LAS PALOMAS" (1972). Rafael Luque Muñoz, era un empleado del Monasterio, en donde tenía el cometido de hortelano, jardinero y a veces colaboraba hasta de etiquetado camarero. Durante el rodaje de la citada película trabajó como un tramoyista más y pudo oír que la famosa actriz italiana, madre de Miguel Bosé, tenía el capricho de comer ANCAS DE RANA. Este menú no era muy habitual en Córdoba, y fue el bueno de Rafael Luque el que se ofreció con su pequeña moto, para que su cuñado José López Muñoz "El Pisto" le proporcionara el citado menú de cumpleaños, para la mujer que ganó el concurso de Miss Italia de 1947, en clara competencia con Gina Lollobrigida y Silvana Mangano entre otras.

El tabernero "EL Pisto" recurrió a Pepe "El Leones" el tío más completo que había en Córdoba, en la captura de estos animales. Lo localizó como no, en la Taberna "El Tomate" cerca de la Calle Antón de Montoro (La Redonda), y éste le aseguró que para la mañana del día siguiente le entregaría a  "Miguelito" en el Campo de la Verdad, ranas suficientes para un guiso con tomate, e incluso le habló en la Taberna "Casa Villoslada" de San Pedro, pero éste las ponía en adobo. Aquello se pudo realizar gracias a la diligencia del "Pisto".
 
LA BELLEZAS DE CORDOBA

En el año 1924, en la Feria de Córdoba con cartel anunciador de de Manuel León Astruc e impreso como casi todos los de la época en Imprenta Litográfica Ortega  en Valencia.

Hay que señalar que en esta Feria fueron sustituidas las luminarias de gas, por bombillas de energía eléctrica, que fueron colocadas en unos farolillos, enlazados en forma de guirnaldas, que iban de calle a calle de aquella Feria.

El cartel de Feria quiere representar el Arco del Portillo con un cielo estrellado y una gitana con flores rosas, nos sugiere el relato de los Festejos de la Feria. En primer lugar y en el denominado programa aparece: "CONCURSO DE LAS REINAS DE LOS BARRIOS", en donde nos cita con foto incluida, las muchachas que por su belleza fueron escogidas como "Bellezas de los Barrios". Este tribunal estuvo formado por el presidente de la Comisión el Sr. Conde del Portillo, don Enrique Romero de Torres, don Manuel Lapuente León y don José Carretero como secretario. El alcalde de Córdoba era don José Cruz Conde.

Las elegidas fueron: Luisa Gutiérrez Gómez, por el Barrio de San Lorenzo. Carmen Mohedano Baena, por el Barrio del Alcázar Viejo. María Merino Borrego, por el Barrio de Santiago. Josefa Domínguez Calzada, por el Barrio de Santa Marina. María Cabrera Arjona, por el Barrio de la Catedral. Rosalía Solís Tapia, por el Barrio de San Nicolás. Carmen Melgarejo Pérez, por el Barrio de la Trinidad. Rafaela Jurado, por el Barrio de San Miguel. Carmen Palacios Sánchez, por el Barrio de la Compañía. Luisa Villarreal Martínez, por el Barrio de San Pedro. Carmen Montilla Alcaide, por el Barrio del Campo de la Verdad.

A todas estas "Reinas de la Belleza", la mayoría de un nivel social popular, se les regaló un Mantón de Manila, unos de color amarillo, y otros de color rojo. La mayoría terminaron en la Casa del Empeño de la Calle Manriques.

ANTONIO BEJARANO NIETO

El que fuera secretario del Ayuntamiento de Córdoba, con los alcaldes, Rafael Salinas, Alfonso Cruz Conde, Antonio Cruz Conde, Antonio Guzmán Reina, Antonio Alarcón y con la entrada de la democracia fue jefe de protocolo hasta jubilación.

Fue un hombre que tuvo mucha relación con la Hermandad de Jesús Rescatado que se venera en los Padres Trinitarios. Su Hermandad fue refundada en 1942, y él mejor que nadie nos relató, la devoción que la duquesa de Medinaceli sentía por este Cristo. Esta cordobesa, de soltera Concepción Rey de Pablo-Blanco (1903-1971), fue presentada al Duque de Medinaceli, (viudo), en una fiesta que organizó el Marqués del Mérito en Madrid, con motivo del éxito obtenido en una gran montería en el coto Carboneras, en donde se les adjudicó sus Caracolas de Oro.

Después de esta presentación, la cosa terminó en boda, ante los comentarios de los familiares del Duque. La boda se celebró el 22 de diciembre de 1939, y Luis Jesús Fernández de Córdoba y Salaber XVII duque de Medinaceli (1880-1956), se casaba con la cordobesa Concepción Rey de Pablo-Blanco, en la Basílica de la Milagrosa de Madrid. El Duque tenía 59 años y la cordobesa 36.

Según Bejarano Nieto, esta mujer durante años y hasta su muerte costea la flores que sacaba el Cristo en Semana Santa. Al morir la Duquesa en 1971, sería "Flores Santa Marta" los que asumieron el exorno floral del Rescatado, y siempre contaron con la buena disposición de Concepción Fuentes Lobato "La Pichichi", también muy devota del Rescatado. Muchas veces le "reservaban" a la Duquesa, el balcón de la Taberna  Ogallas, para ver la entrada de su Cristo.   

ALFONSO XIII EN EL CIRCULO DE LA AMISTAD

El 23 de mayo de 1921 se había celebrado una reunión de la Asociación Nacional de Olivareros en el Palacio de Viana, con el lema "La cuestión del aceite". El acto se iba a cerrar con una cena en el Circulo de la Amistad, en donde la Marquesa del Mérito a título personal había conseguido la asistencia del rey Alfonso XIII, que volvía de Málaga de inaugurar el pantano del Chorro, la gran obra de los Benjumea.

Con toda solemnidad se celebró la comida servida por el restaurante del Hotel Suizo, y con asistencia de gran número de personalidades. Pero con independencia del menú, la recepción al rey y los ilustres invitados, ésta cena pasó a la historia por el discurso tan atrevido del monarca, que recibió multitud de críticas y opiniones en todos los sentidos:

El  discurso es una transcripción que hizo el Marqués de Viana, tomando notas decía literalmente:

"En estos amenos y tranquilos jardines de la Casa de Don Gómez, propia del Marqués de Viana, en el atardecer del 23 de mayo de 1921, el Rey Don Alfonso XIII, q.D.g, pensó el siguiente famoso discurso que pronunció por la noche en el gran salón de fiestas del Circulo de la Amistad de esta Capital, ante numeroso público que aplaudió con clamoroso entusiasmo, al que se unió España entera con las mismas muestras de aprobación cuando fue divulgado.

Así se expresó el Rey:

"Acertadamente vuestro Alcalde ha recordado el lema de muy noble y muy leal que escribe Córdoba en su escudo.

Ha sido esta ciudad siempre de las más importantes de España, incluso en la época en que el país estaba dividido en pequeños Reinos e igualmente importante en el periodo de la Reconquista. Después de aquellos días de gloria vinieron otros de retraimiento en que pareció que Córdoba, satisfecha de su papel en el pasado, esperaba inactiva su resurgimiento.

Este está más cercano  de lo que creéis los cordobeses.

Tengo intensa afición al estudio constante de los problemas que interesan a mi país; por eso he podido apreciar que en gran parte de España y especialmente en Andalucía, son deficientísimos los medios de transporte y que estas deficiencias fueron mayores aún durante la guerra.

En España las comunicaciones no son rápidas; por eso la distribución de la producción y de las subsistencias no se verifica con la facilidad y regularidad necesarias y esto es muy importante ya que refleja e influye tan poderosamente en toda la vida del país y en la economía nacional.

En este momento mi Gobierno tiene presentado al Parlamento un proyecto de verdadera trascendencia sobre este problema. Ahora bien, el Rey no es absoluto ni puede hacer otra cosa que autorizar con su firma que los proyectos vayan al Parlamento; pero no puede hacer nada para que salgan de allí aprobados.

Yo estoy muy satisfecho de no contraer responsabilidades; esas responsabilidades que pasaron de la Corona al Parlamento. Prefiero, sin esas responsabilidades, ofrecer mi vida a mi país, pero es muy duro que no pueda prosperar lo que interesa a todos por pequeñeces de política.

Presenta un proyecto mi Gobierno, lo combaten y cae. Los Ministros que suceden a los caídos tampoco pueden adelantar, porque los anteriores se han convertido en oposición. ¡Cómo van a ayudar a los que le sustituyeron!.

Algunos podrán sospechar que al expresarme así me aparto en cierto modo de mis deberes constitucionales; pero yo digo que después de diez y nueve años de Rey en los que varias veces he arriesgado mi vida, no he de incurrir en una falta de esta especie.

Yo creo que las provincias deben empezar un movimiento de apoyo á su Rey y a los proyectos que serán beneficiosos y entonces el Parlamento se acordará de que es mandatario del pueblo porque eso significa el voto que dais en las urnas; entonces la firma del Rey será una garantía de que estos beneficios serán una realidad. Por mejoras que tanto significan para Córdoba como, por ejemplo, el ferrocarril directo a Puertollano, hacer navegable el Guadalquivir hasta aquí, para barcos de regular calado, lo que permitirá establecer precios de transporte á dos céntimos por tonelada y kilómetro, si llegan a realizarse. ¿Quién podrá competir con esta ciudad, que será el centro de exportación andaluza, porque a estas circunstancias favorables unirá la feracidad de su suelo privilegiado?.
    
Alcalde: Saludo a Córdoba que recuerda siempre su lema de Muy Noble y Muy Leal.
Córdoba 23 de mayo de 1921.
Firmado : Alfonso XIII." 
 
Este discurso se encuentra enmarcado en un magnifico pergamino, y se halla colgado en el Salón Comedor del Palacio de Viana.

De alguna manera aquel discurso, quejándose de la inoperancia del Parlamento, se interpreta como un anticipo de la Dictadura de Primo de Rivera. (13/09/1923-28/01/1930), que vendría después.