sábado, 14 de noviembre de 2015

EL CODO EN LA MEZQUITA-CATEDRAL


En el año 1961, don Félix Hernández Jiménez en la Real Academia de Córdoba, dio su discurso de presentación sobre el CODO como unidad de medida en la construcción del singular edificio de la Mezquita-Catedral de Córdoba. No hace falta nada más que leer este trabajo para darse cuenta de la enorme preparación en todos los sentidos que en su vida desarrolló este arquitecto.  Con frecuencia se pueden ver muchos planos de planta de la Mezquita Catedral de Córdoba y casi ninguno está acotado. Y es que dibujar a lo mejor es fácil y más ahora con los ordenadores, otra cosa es asignar medidas y la relación  entre ellas. Pero éste arquitecto fue más lejos y buscó en sus investigaciones, las unidades de medidas que les valió a aquellos constructores y artistas para construir esa singular obra.

Verifica todas las medidas importantes del edificio y lo hace "in situ" y comprobando el relato que sobre la construcción hacen los cronistas árabes y fundamentalmente Al-Maqqari. Después de este pormenorizado estudio llega a la conclusión de que entre todos los CODOS empleados, serán dos los que más se han utilizado.

El fundamental y más usado es el CODO, "ma' muniy ya" cuyo valor es de 0.471 metros, y el CODO, "rassasy ya" cuyo valor es de 0.589 metros. Se aprecian otros CODOS, que serían unidades de medida de las distintas cuadrillas de extranjeros que posiblemente trabajaron en el edificio.

A este hombre se le ocurrió levantar la solería de la Mezquita, zona de Ab-derramán I, y distintas ampliaciones de de Ab-derramán II, y Al-Haken II, para buscar los restos arqueológicos de la basílica de San Vicente, que también mencionaban los cronistas árabes. Era el 28 de diciembre de 1935, día de los Santos Inocentes, y al periódico CORDOBA, se le ocurrió de presentar una foto trucada en donde aparecían las columnas casi derribadas en el suelo con todo levantado, y un pie de foto que decía: SE HUNDE LA MEZQUITA, aquello precipitó reacciones en todos los sentidos y se tuvo que tapar y reparar la solería de la Mezquita. Se cuenta que el Coronel Cascajo, que hacía de gobernador militar le obligó a tapar todo lo excavado.

Este hombre nació en Barcelona en 1899, y se hizo arquitecto en Barcelona en 1912.
En 1915, es nombrado arquitecto municipal de Soria en donde aprovecha su estancia para contraer matrimonio. Después de pasar por Linares un corto espacio de tiempo, recala en Córdoba, en donde se quedó enamorado de esta ciudad y se identificó con sus mejores monumentos. Medina Azahara y la Mezquita y el hallazgo romano del Ayuntamiento de Córdoba.

También proyectó edificios emblemáticos de Córdoba, como la casa de la Condesa de Colomera en la Plaza de las Tendillas y la casa de los Hoces en la Calle Concepción. A él se debe la feliz remodelación de la Plaza de las Tendillas, con el traslado del Gran Capitán para presidir la Plaza. Sus trabajos y sus libros muestran lo enamorado que siempre se sintió de la ciudad de Córdoba y sus monumentos. Los sevillanos lo llamaron para que restaurara su Patio de los Naranjos, pero enseguida se volvió a Córdoba. Murió el 17 de mayo de 1975. en Córdoba.

Manuel Ocaña Jiménez, empezó a colaborar muy joven con él y con el tiempo formaron un dúo de trabajo de categoría; juntos pintaron allá por el año 1931, un plano de planta de la Mezquita-Catedral, que es una joya de la delineación. Este cordobés nacido en el Barrio de San Pedro, muy cerca de la Plaza de Regina, fue un hombre nacido para amar a Córdoba, y desde muy joven demostró sus cualidades artísticas en el dibujo y el arte. Estudió en la Escuela de Artes y Oficios Mateo Inurria,

Con apenas 17 años, se dedicó a la arqueología  y a estudiar la epigrafía árabe, todo ello al lado de don Félix, lo que le facilitó mucho la labor. Trabajó con él en el yacimiento de Medina Azahara, y sus trabajos fueron muy alagados y reconocidos, demostrando en todo momento que pese a su juventud, el dibujo y el arte, eran su gran apuesta. En 1932, el ministro de Estado Fernando de los Ríos, visitó el monumento y quedó sorprendido por una clasificación de piezas de cerámicas y que al enterarse que había sido labor de un joven de 17 años, le prometió una beca que por unas razones u otras nunca llegaría. Sería finalmente el arabista Emilio García Gómez, el que apreció sus cualidades innatas y lo recomendó a la escuela de Estudios Árabes de Granada. Era una forma de premiar aquel trabajo que hizo de rescatar las primeras piezas de cerámica "verde y manganeso" de Medina Azahara y que fueron expuestas en la Exposición Universal de Barcelona de 1929. Una vieja gramática que le facilitó don Félix, era un libro que llevaba a todas partes, y empezó a dominar con autoridad la epigrafía árabe.

Luego la guerra lo complicó todo y a él lo llamaron a filas, y así hasta que terminó la guerra. tuvo que incorporarse al frente, lo que le impidió una licenciatura "Reglada por la Universidad".

Se colocó en CENEMESA, la empresa que le garantizó el sustento familiar hasta su jubilación. Continuó no obstante su labor de investigador y fue uno de los primeros que vivió "in situ" el alminar árabe que se "escondía" en la torre de la Catedral. Hizo una recopilación de la firma de todos los canteros que intervinieron en la obra de la mezquita y que están expuestas en el Museo San Clemente de la Mezquita-Catedral.

Su prestigio y rigor fue creciendo en medio de estudios e investigación, pero ni la beca aquella de Fernando de los Ríos, ni otro reconocimiento por parte de la Universidad, llegó a éste hombre, que posiblemente pagó el haber estado en un bando durante la guerra civil. Sus Tablas de Conversión, fueron un instrumento fundamental para la interpretación de las inscripciones árabes. Y es que sumo aunar a su labor de investigador, su capacidad de técnico y aquello produjo una simbiosis importante. A Ocaña, se le negaron muchas cosas y pudiéramos decir que fueron como una especie de CODAZOS. los que recibió como reconocimiento a su labor.

Cordobés amante de su tierra, no en balde le pusieron de nombre al nacer Juan Pedro Pablo de los Santos Mártires de Córdoba. Aunque nació en el barrio de San Pedro, también fue vecino del Arroyo de San Rafael, muy cerca de San Lorenzo, y como no, del Barrio de la Fuensanta. Tres puntos cardinales de la Córdoba que sería siempre su NORTE. 

En el Monumento que se erigió en San Lorenzo a Aben-Hazan, el autor del célebre poema el "Collar de la Paloma", el fue la persona sobre la que recayó toda la recopilación de investigación. Todavía recuerdo aquella noche de agosto de 1965, en que llegó acompañando al alcalde don Antonio Guzmán Reina, para mostrar el monumento al embajador de Iraq y su comitiva. Era una noche de calor propio dse Córdoba, y los visitantes se acercaron a Casa Manolo para tomar un refresco, Todos los miembros de la comitiva (8), tomaron un refresco y agua, menos don Manuel Ocaña y el concejal Juan Antonio Palomino, que se tomaron un pequeño Valgas.

Murió en Córdoba en 1991, y el  Ayuntamiento de Córdoba, le dedicó una calle en el popular Barrio de los Olivos Borrachos.  

"A OSCURAS"
Era una especie de "tasca" que había en el Arroyo de San Lorenzo, sus tabiques interiores sobre los que descansaban tres barriles, daban con el dormitorio de Juan Posadas "Posaitas", persona muy querida en el Barrio de San Lorenzo y en el Matadero Municipal  de Córdoba.

El dueño de la Taberna "Casa Soto" era consciente de que su establecimiento no era ni mucho menos DUNIA, ROSALES ó SAVARIN, pero a la hora de la verdad ningún día de fallaba su clientela, formada por:  carreros, privaeros, barrenderos, sepultureros y otros muchos que se perdían sin nombre ni profesión. "Casa Soto", ocupaba el espacio que ocupa el establecimiento de pinturas que hay en el mismo lugar. La entrada a Casa Soto, estaba escorada a la izquierda, por respetar la posible ideología de sus clientes. Pero todos eran buenas persona y allí a acudían y se metían al fondo, sin apenas luz, quizás para que no hubiera testigos de que estaban" EMPINANDO EL CODO", el vino lo probé yo una vez, y me dijo el bueno de Soto, que era de Villaviciosa, pero yo quiero creer que más bien era de Valdepeñas.  Nos contaba una vez un médico de aparato digestivo que estaba muy integrado en los temas de Cursillos de Cristiandad, que cuando algún paciente padecía el síndrome de "COLON IRRITABLE", el, por supuesto les recomendaba una dieta saludable, controlada por un médico, pero si a pesar  de ello tuviera dificultades para evacuar con normalidad, que se llegara a Casa de Soto y se tomara un poco de vino del rincón. (Valdepeñas).
Pues bien en este pequeño bar se originó el "Conflicto de a Oscuras".

Entre los clientes de esta Taberna, estaba José Polo, el marido de Lola Varo, ambos vecinos de la Casa nº de 3, de la Calle el Cristo, cuya casera era la "Salvorilla". José, era un hombre que casi siempre estaba rebajado del trabajo. Y como no era hombre de juagar al dominó, se dedicaba a evitar el aburrimiento  EMPINANDO EL CODO, siempre que tenía dineros. Pero en estado normal, era un gran trabajador y todo el mundo de la Calle  le encargaba trabajos. Por aquellos años (1957) en las casas de vecinos había la costumbre de pintar las fachadas, sobre todo en primavera, para que cuando pasara la MAJESTAD EN PÚBLICO, la casa estuviera decente y a poder ser adornada. Era una costumbre de antiguo, y que se solía hacer.  

Aquel año, la "Salvarorilla" le tocó casarse en segundas nupcias y por ello se descompuso la norma. Pero los vecinos ante la festividad de San Rafael, quisieron que la fachada estuviera presentable. Fue la "Salvorilla" la que le habló a José Polo, para que pintara la fachada e hiciera unos arreglos en el caño del patio. Concertó con el 12 pesetas como sueldo a cobrar incluida la cal.

Al día siguiente el amigo José Polo, empezó su trabajo muy temprano y para las doce de la mañana ya lo tenía terminado. Sabiendo cómo eran las mujeres no quiso presionar a la casera y se fue a Casa de Soto, a tomarse unos medios. Por hacer tiempo se tomó más de la cuenta y se le notaba hasta en el hablar. En cambio las vecinas quedaron con la queja, de que por haberse ido a la taberna, había algunos remates que no estaban bien, y al haber terminado tan pronto, varias vecinas en compañía de la casera, le dijeron en su cara que el precio que iba a cobrar era excesivo. José Polo, era de pocas palabras, pero el vino que había tomado, le hizo subir el tono, y de golpe empezó a llamarlas como marranas, falsas y todo lo que se le antojó. Asustadas y escandalizadas las vecinas, dijeron que lo iban a denunciar y él, cada vez más crecido, las amenazó y yéndose para el portal por donde pasaba el mazo de cables de aquellos "bipolares enrollados" que alumbraban a los doce vecinos, no tuvo otra idea que pegar un fuerte tirón de todos los cables rompiendo la instalación hasta la calle, en donde arrancó de cuajo una caja de registro de la compañía Sevillana.. Luego se marchó y se metió en su vivienda a dormir la "mona". EL EMPINADO DE CODO, de este buen hombre, dejó a oscuras a los doce vecinos de la casa y a un taller de carpintería que tenía su cuñado Antonio Varo Montoro, en el corral de la casa. Por cierto este carpintero en el año 1962, cuando entró la calentura de emigrar al Brasil, se marchó en compañía de su hijo Antonio y su hija Carmeli, y allí se quedaron.

Ante el destrozo en la instalación eléctrica de la casa, varios vecinos alarmados, llamaron a la compañía Sevillana y los inspectores pidieron el nombre de la persona que había hecho tal destrozo, pues llegó arrancar parate del tendido de la calle. Los vecinos, por respeto a Lola Varo, no darían ningún nombre y dijeron que unos gamberros con un balón habían tirado todo al suelo.   

Al no haber responsables, la Sevillana se empeñó a dilatar la reparación pues lo que pretendían es que los vecinos aprovecharan la ocasión para poner una instalación de "Luz de contador", en vez de la luz-de perragorda que tenían.

Tuvo que intervenir don Juan Novo, el cura de la parroquia que por aquel tiempo estaba recién llegado a la parroquia y tenía interés en intervenir en todo lo posible. Sus gestiones con los directivos de la Sevillana dieron sus frutos, y de esta forma, a la semana ya tenían alumbrado estos vecinos. Su alegato fue que había niños y personas mayores en la casa.

De momento para que se fueran apañando el cura les dio trozos de velas blancas, para que se pudieran alumbrar de noche, por cierto que se las facilitó Manolo Diéguez, que por aquellos tiempos, era mayordomo de la Hermandad del Calvario.

José Polo, no volvió a realizar ningún trabajo para los vecinos de su calle. Al poco tiempo empezó a cobrar la jubilación y estando un día en Casa de Soto, el tabernero solía poner los viernes unos aperitivos de sangre frita, que le facilitaba su pariente "Manolillo" el matarife, que esra pariente suyo. Al quererle dar una tapa de aquella sangre frita con cebolla, el amigo José Polo contesto: No quiero echar nada al estomago no vaya a estropear "las madres del vino"..
EL CODO

El codo es una parte del cuerpo humano a la que se le ha dado siempre una especial representación en nuestras vidas.

Recuerdo que en 1957, en el mes de octubre nos bajamos del autobús, aquel enorme Pegaso de color azul y que tenía el volante a la derecha. La parada la realizó en la explanada del Colegio Luis de Góngora, que al no estar totalmente terminado el Paraninfo, con cierta provisionalidad lo dedicaron a oficinas centrales y de administración.

En total éramos unos 112 externos entre los 14 y los 16 años, y que acabábamos de ingresar en la Universidad Laboral. No habíamos salido de nuestro asombro ante la monumentalidad de aquellas instalaciones, que por primera vez presenciábamos en directo. Nos convocaron a una de aquellas amplias dependencias y en donde un padre dominico de aspecto bajito (Padre Alberto Riera), acompañado de dos señores, uno de ellos él Sr. Campoy, el otro más alto y con dificultades para andar, que luego nos enteramos que se llamaba Sr. Uría.

Nos acomodamos en aquel especie de salón repleto de modernos pupitres con los tableros que nos parecieron de calamina, y el dominico le pidió a un tal Matías Obrero, (luego supimos que se trataba del simpático y eficaz, chato Matías), que levantara las persianas para que entrara la luz. Hasta la forma de elevar las persianas con aquella manivela nos sorprendió. Luego nos enteramos de vuelta a Córdoba, que ese fraile era el Vice-rector de la Universidad, y llevaba a cabo toda la regencia académica de aquel centro.

A modo de clase el fraile se sentó en la mesa del profesor, que se hallaba como era clásico en aquellas época encima de una tarima, que se llamaba de respeto. A un lado y a otro estaba flanqueado por los dos señores que he citado antes. Lo primero que hizo fue una presentación diciendo: "Yo soy el dominico Alberto Riera Sellabona, y soy el jefe de estudios, me acompañan los señores Campoy y Uría, que trabajan en la Regencia de Estudios, y luego nos diría:

"Ustedes han venido desde Córdoba, en ese gran autobús conducido por Abilio Antolin, uno de nuestros mejores chofer y os puedo decir que en Córdoba, y en cualquier provincia o pueblo de España, hay centenares y miles de muchachos como ustedes, que desearían estar aquí y que desgraciadamente no hay plazas para todos, por ello la sociedad y la propia Universidad Laboral, tenemos la obligación moral de exigiros el máximo de vuestro esfuerzo, para haceros acreedores de ésta espléndida beca. Teneis que "Hincar el CODO", como se dice por aquí en Córdoba".    

Luego nos llevaron a un departamento de material deportivo que había por los sótanos, y nos tomaron la filiación y nos hicieron unas pruebas de tipo físico. Entrábamos allí en grupos de cuatro o cinco, y en nuestro grupo íbamos cuatro que posiblemente éramos de los más bajitos, me refiero a Nogueras, Navas, Unquiles, Cantarero y yo. Un tal Cruz Carrascosa, que era el que nos medía, hizo una broma al medir a Cantarero, y dijo: "Un metro y un CODO, luego aclaró que se trataba de 1.54". De allí nos pasaron a otra estancia y nos completaron la entrega de la ropa.

La primera clase que dimos fue de dibujo, y nos la dio el "bigotudo" Sr. Barroso, que nos habló del croquis a mano alzada y su importancia. Luego tuvimos la gran suerte de que nos tocara como profesor de dibujo don Francisco Zueras Torrens, un auténtico lujo, como persona, artista y profesor. Recuerdo que nos habló del dibujo a mano alzada, y nos hizo ver que muchas veces la limpieza de los trazos le daban "vida al objeto o pieza dibujada". Nos dio consejos de como coger el lápiz, la postura de la mano y ante todo, como apoyar el CODO para poder levantar el brazo y girar la mano en la realización del croquis. Nos hizo comprender que el lápiz de carbón debía de ser siempre una herramienta relacionada con el croquis, pues ello nos permitiría siempre el corregir, perfilar y dar carácter definitivo al objeto que estábamos dibujando su croquis. Nos mostró efectivamente que ante dibujo en la pizarra, utilizaba el CODO a a modo de centro del "campás"

El Sr. Zueras, fue el profesor de dibujo que tuvimos casi toda nuestra estancia en la Universidad Laboral, y en ese tiempo pudimos ver su total integración en Córdoba como ciudad y en todos sus circulos de la cultura y el arte. El nos comentaría que asistió al acto de la Real Academia, en donde don Felíx Hernández lo bordó hablando del uso del CODO, como unidad constructiva de la Mezquita de Córdoba. El se dijo admirador de éste hombre porque a los planos por sencillos que fueran todos estaban acotados, aunque nunca empleara las flechitas de las normas UNE, pero esa omisión nos dijo, se le podía perdonar por su gran labor de investigador..

"APRETAR LOS CODOS"

En aquellos años en la Universidad Laboral nos tropezamos con un plantel de profesores, de lo mejor de cada asignatura. La labor y la eficacia del padre Riera, se hizo notar en la contratación podemos decir de los mejores. Las matemáticas, la física, la tecnología, el dibujo y las prácticas de taller, formaban un mosaico fundamental, en lo que fue la enseñanza profesional. Así la ecuación de eficacia que se le requería al centro se igualaba con: A buenos profesores = buenos alumnos. Por ello, en todo momento se nos recordaba y se nos exigía "APRETAR LOS CODOS".  Y por ello quizás fueron muchos los alumnos que no llegaron a buen puerto.

Pero en aquello de "APRETAR LOS CODOS" quiero traer aquí el recuerdo del compañero de aquellos años (1957), Ezequiel Tena Ferrer, que en su primer año, se encontró con muchas dificultades de adaptación. Me contó el padre Espinel, un gran dominico, que Ezequiel Tena, aquel primer curso (1957-58),  le suspendieron el dibujo industrial. El era de la zona del Levante español y a la vuelta de vacaciones, según parece el examen de recuperación que pusieron tampoco le debió salir muy bien. Entonces hubo una reunión al parecer en el despacho del director el padre Bravo, en la que éste con un montón de láminas de dibujo, le decía al profesor de dibujo: "Mire usted, este muchacho se ha encontrado de pronto con estas asignaturas de dibujos y le está costando la adaptación, pero por trabajar e "APRETAR LOS CODOS", no habra sido. En estas vacaciones ha realizado una lámina por día que le habrá supuesto al menos unas cuatro horas de trabajo, y esto lo ha compatibilizado con el levantarse a las cuatro de la mañana, y hacer las labores más inmediatas del campo para sus padres". Por eso le pido a usted que le dé otra oportunidad. El profesor medio asombrado por aquella ingente cantidad de láminas de dibujo realizadas en las vacaciones, aceptó la propuesta del director y le dio otra oportunidad.

Con aquella forma de "APRETAR LOS CODOS" Ezequiel Tena Ferrer, el gran compañero, terminó su carrera de perito industrial entre los más destacados de su promoción.  Los Gutiérrez, los Castillo, los Ibáñez Hoyos, los Pantoja, los Ramos Obispo, Los Natera, los Pons Catalá, los Murall Vila, los Cobos, los Ares Ares, los Eulalio Vázquez, los Alfonso Cobos  y tantos y tantos  compañeros que fueron brillantes, les salió un serio competidor.    

"CASA MATIAS"

Hace unos días ha cerrado en la Calle Roelas una bodeguilla que estuvo abierta desde los años 1944. Este establecimiento de bebidas fue pionero en Córdoba, y formaba parte de un grupo de despachos que el padre de los Requena, instaló por distintos barrios de Córdoba. Hubo otro en los Patios de San Francisco, frente al juzgado, y otros en San Basilio y Ciudad Jardín. El padre de los Requena, era negociador de vinos de los llamados de "Pitarra" y que se producían en Villaviciosa (Córdoba), y era lógicamente el que les suministraba el vino a sus hijos. Pero curiosamente a la denominación de los establecimientos les ponía como "LAGARES MONTILLANOS".

En aquellos años de tanta escasez por el final de la guerra, era como un lujo, que al menos en tu calle hubiera una bodeguilla, que era el nombre que se le daba por aquellos tiempos. Esta bodeguilla, no era al estilo de las que se prodigaron por los años 1960, en las que ya se vendía de todos los comestibles además del vino. Fundamentalmente era la gente que venía de los pueblos los que explotaron éste de filón de negocios y la verdad es que casi todos ganaron muchos dineros. Luego llegarían los grandes supermercados y acabaron con todo.   

En esta "Bodeguilla de Matías" como se le llamaba, sólo se vendía vino y vinagre. Del vino tenía una variedad de "16" de "20" de "24" y de "solera", también tenía una bota de tinto de Jumilla y otra de vino "arropado". El coñac y el aguardiente lo tenía en otros envases para su venta a granel. Como única nevera en donde guardaba las gaseosas "Pijuan" era una especie de arcón en donde echaba las barras de nieve que compraba de la fábrica de hielo de la Magdalena. Esta nevera tenía mucha actividad en verano, pues el vino tinto con gaseosa se vendía en grandes proporciones. Parece que estoy viendo a Matías, con la botella y el embudo echando las gaseosas. Aquella mezcla de vino negro y gaseosa, se le llamó popularmente "VALGAS"  

Allí junto al taller de Antonio Martínez, el "Latonero" reposaban tabique con tabique, estos vinos, al son y a los golpes que se necesitaban para el arreglo de las ollas y los cacharros de los exiguos "ajuares" de utensilios que había en nuestras casas. Había pocos dineros, pero cualquier motivo de alegría era suficiente para que tu padre o tu madre te dijera: "Anda y ve a Casa de Matías y que te llenen esto". De una vez y otra, el dueño de la bodeguilla ya conocía lo que cada familia solía llevar a su casa. 

El citado Matías, era un hombre muy discreto, y hablaba lo justo para ser una persona agradable, pero el mejor que nadie debió intuir los clientes que "EMPINABAN EL CODO", y nosotros no por lo que nunca dijera él, sino por la gente que diariamente veíamos pasar para la bodeguilla, podemos decir que: Los Medina, los Torres, los Blancart, los Cantillos, los Serrano, los Roldán, los Zamora, los Moyano, los Moya, los Almoguera, los García, los Gamba, los Cosano, los Liébana, los Montero, los Civico, los Gordillo, los Martínez, los González, los Trujillo, los Morrugares, los Bojollo, los Estévez, los López, los Varo, los Muñiz, los Ruano, los Campano, los Páez y tantos y tantos que a diario solíamos ver en dirección a esa bodeguilla. También nos llamaba mucho la atención los hermanos de la simpática "Nona" del Arroyo de San Lorenzo, que solía pasar con una garrafa de aquellas de envoltura plastificada y otras veces con una pipeta de cristal que en algunos sitios les llamaban "botijos". Como en todos establecimientos de aquellos tiempos, la libreta y el "apunta" funcionaba y muchos pagaban por meses nada más cobrar.      

Recuerdo que el llenar una botella de aquellas esmeriladas de tres cuartos, "de mitad y mitad" (24 y solera), valía dos pesetas. Y era muy normal que cualquier padre que se quedase en su casa se tomara dos botellas,  y a veces hasta tres. 


"EL DANUBIO AZUL"

Y es que lo de "EMPINAR EL CODO", no era sólo cosa de las tabernas y las piqueras, había gente que en privado empinaba el "EL CODO". Nunca olvidaremos un día alrededor del año  1950, en que según parece don Carlos Benedk Bernaldex, aquel "franchute" que con su espectacular barba, había dado una conferencia en la Real Academia de Córdoba, sobre el papel que representaban Hungría su país, y España, en la cultura de occidente. Quizás para celebrar su nombramiento como miembro honorario de la Academia, vinieron familiares de Hungría y de Austria, de donde era su señora, Alicia Bernaldec Fanobita.

De los balcones de su casa, sólo se solía oír algunas veces el ruido de la máquina de escribir que sonaba muchas veces hasta altas horas de la noche, solía utilizar. Era lo razonable pues al parecer era corresponsal de prensa y ella profesora de francés. Este matrimonio se había afincado en Córdoba después de la II Guerra mundial, huyendo del "Telón de Acero", aquella zona del centro Europa, que bautizó Winston Churchill con este nombre.

Pero aquel día en que dió la conferencia, fue distinto, de buenas a primeras por los balcones de las casa, se oyen unas voces acompasadas que cantaban a "capela" una especie de música, muy bonita pero que no entendíamos para nada su letra.  Tuvo que ser Antonio "El ciego" el organista que pasaba para la Parroquia de San Lorenzo, el que nos dijo al pasar que se trataba de una buena música, nada menos que el  VALS EL DANUBIO AZUL. Y además el organista, se paró un rato con nosotros y después de escuchar por unos momentos,  nos confirmó que se entonaban muy bien.

Pero después del Vals, ya vinieron otras cosas y sonaron otros gritos peor acompasados, y hasta algunos gritos como "viva", y todo aquello nos hizo presumir de que esta gente daba la sensación de que habían "EMPINADO EL CODO". Sería la "Chari" Rosario Roldán, que era la muchacha que limpiaba la bodeguilla, la que nos dijo que sólo se habían subido "DOS LITROS DE VINO DE 16. Lo dicho, aquello fue un espectáculo para aquella calle que después del trasiego de la gente que iba y venía por la mañanas a la Plaza y la chavalería que iban y venían a los Colegios, la calle estaba casi siempre en silencio,  y sólo se escuchaban los golpes que el latonero, Antonio Martínez, le pegaba a los culos de las cacerolas y ollas, que tenía para arreglar.


"EL CANARIAS"

También recordaremos a un tal "Robles" Manuel Robles Montilla, que vivía en el "Picadero" y que como si fuera una proeza, se fue a la "mili" de marinero. Venía con una ropa de andar por el barco, y que en la gorra ponía "CANARIAS". De cuerpo era bajito, y con su traje de marinero completito, se podía considerar como un modelo adelantado, de lo que en los años 1960, 70 y 80, serían los trajes de comunión. Pero el tal "Robles" que al parecer había "EMPINADO EL CODO" en la piquera de Casa Ordoñez, a donde solía ir, empezó a hacer piruetas en el aire y dar saltos para todas partes. Con la gorra por el suelo, y el dando volteretas, llegó a caer ante los aplausos de los nenes, encima de la tapa del alcantarillado  que existía en la puerta de Guillermo el guarnicionero, en donde al parecer se debió dar un golpe en la cabeza, que le hizo perder de momento el conocimiento. Juanito Calero, (si el mismo que en 1939, le encargó la imagen de la Paz y Esperanza, a Juan Martínez Cerrillo por el precio de 1000 pesetas), siempre que había jaleo en la calle, se asomaba a su balcón, y en esta ocasión al ver al marinero aturdido, gritó: "Amoniaco, amoniaco, y veras que pronto se despierta".  Rosario, la mujer del guarnicionero, sacó un bote de este liquido y con un hisopo de trapo, le pasaron el olor a "amoniaco" por la nariz y enseguida recuperó la conciencia. El amoniaco era muy utilizado para quitar los efluvios causados cuando se "EMPINADO EL CODO". El marinero una vez recuperado, buscó su gorra y salió pitando para su casa.

Al poco tiempo lo volvimos a encontrar en la Calle de la Plata, vendiendo avellanas y le sacamos la conversación de la marina, en el sentido de decirle: -Robles, porque te fuiste a la marina y el nos contesto- Fue mi padre, el que me dijo que me fuera a la marina, de esa forma tenía oportunidad de ver el mar y además tenía dos años la comida asegurada. Así de sencillo era este buen hombre.


"LAS CONSUEGRAS"

En la Calle María Auxiliadora en casa de "Lola la Pecosa", vivía una madre y una hija, la muchacha era una joven exquisita, con unos modales muy edificantes. Su madre no era mala persona, pero tenía una debilidad, cual era que cada dos por tres cogía un jarrillo de lata que tenía y cruzaba a la Taberna de la Sociedad, Pepe el tabernero, o quien estuviera en la barra, ya sabía de una vez y otra lo que tenía que echar en aquel jarrillo de lata.". Su hija Loli, se había echado un novio, y la madre del novio que era viuda vino a pedir la mano como era costumbre en su Pueblo de Dos Torres. Era el mes de noviembre de 1964, la madre del novio se bajó del taxi que la trajo desde la Huerta de la Reina, cerca de las Destilerías Repullo. Venía  acompañada por su hijo, (el novio), que como era costumbre en el pueblo no podía estar presente en la petición.  La madre del novio, al entrar por primera vez en la casa de la novia, se extrañó ver una vivienda al fondo del patio, donde un perro y un gato, eran los únicos acompañantes de su consuegra. Remedios, que así se llamaba la madre de la novia, salió a su encuentro, y despues de saludarse, pasaron al interior de la vivienda, estaban solas, con el perro y el gato. 

Nadie sabe lo que pasó pero a las dos horas de haber estado "dialogando" ambas consuegras, salieron poco menos que a la calle "CANTANDO ASTURIAS PATRIA QUERIDA", la madre de la novia en su celo de ofrecerle lo mejor a su consuegra, les dio "POR EMPINAR EL CODO", y beberse varios jarrillos de aquel liquido que ella solía comprar en la taberna. El coñac y sin comer, se ve que  hizo su efecto, ya que se bebieron por adelantado, toda la bebida que les pudiera corresponder en cualquier celebración de la boda. A la mujer de Dos Torres,  para volver a la Huerta de la Reina, hubieron de llamar al coche de la Casa de Socorro para su transporte  y con toda seguridad le darían varias  friegas de amoniaco, que era que solían hacer algunas veces con los habituales del alcohol. Aquella anécdota simpática sólo faltó que la hubiera comentado cualquier Juan y Medio en la Televisión.    



"PROHIBIDO CANTAR BIEN O MAL"

Era el año 1973, y unos cuanto compañeros del trabajo fuimos de perol a la zona llamada de los Sifones, zona que hoy está totalmente inundada, formando parte del Pantano de Navallana. Allí solía ir mucha gente de perol en la época del verano por la posibilidad que había de poder bañarse. Pero en invierno, esa zona solo era atractiva como lugar bonito del campo y por la posibilidad de coger espárragos.

Habíamos acudido al perol,  Antonio Herrera, Antonio Fuentes, Rafael de Toro, Vicente Rojo, Pepín Luna, Manolo Herrera, Rafael Ojeda y unos cuantos más. El que se hizo cargo de la intendencia del perol fue Antonio Fuentes, que con Rafael de Toro de ayudante, se bastaba para guisar un buen arroz.  Cuando nos estábamos preparando para dar una vuelta y buscar algunos espárragos, en ese momento vimos llegar un taxi que era conducido por uno al que decían "El Carrataca" y del coche se bajaron tres animosos hombres, que aunque eran relativamente jóvenes, sus rostros tenían el sello del sol y el clima en plena calle, al tratarse de albañiles de profesión. Establecieron su perol un poco más arriba de nosotros,

Yo al pronto no los conocí, pero cuando fueron llegando y soltaron la garrafa grande que portaban y unas cuantas bolsas, enseguida me di cuenta que eran conocidos y próximos a mi calle. Efectivamente eran Rafael Tapia "El linterna", Diego Cordón "El plomo" y el simpático Leones "El sevillano", buenas personas y grandes aficionados al cante. Se despidieron del taxista con un "hasta luego" señal inequívoca de que iba a volver a recogerlos.

Estos amigos eran clientes de varias tabernas del barrio, pero en especial de la Paz de San Agustín, en donde por aquellos tiempos se recordaba mucho a los Birundis. Nada más llegar y decir a lo lejos unos buenos días, se echaron "un chupito", y se colocaron alrededor de la garrafa y se entrelazando los brazos a la altura de los hombros y empezaron a cantar.

Nosotros nos fuimos y los dejamos cantando, pero a las horas que echamos en buscar una manilla de espárragos, cuando volvimos seguían cantando en la misma postura. Le preguntamos a Fuentes que se había quedado guisando el perol y nos aseguró que llevaban toda la mañana cantando y solo paraban para beber vino. Efectivamente cantaban por turnos rotativos y cuando les parecía se paraban a tomar un vaso de vino. Fuentes nos aseguró que ya se debían haber bebido casi la mitad de la garrafa que debería ser de una arroba.

Nos paramos nosotros para comer y entonces Manolo Herrera, le preguntó a uno que si no comían y dijo "luego".  Aquello era todo cantar y beber. A la caída de la tarde uno de ellos medio se derrumbó, pero los otros siguieron cantando. Entonces  Fuentes se preocupó de que comieran al menos un poco de ensalada, cosa que sólo hizo uno de ellos. Al final y con el vino que tenían dentro de sus estómagos se quedaron durmiendo y Rafael Toro, los tapó con una manta que llevaban.

A la hora o cosa así, llegó el taxista, fue el mismo cargando las cosas que no las habían tocado prácticamente y mientras ellos iban al arroyo a refrescarse nos dijo el taxista: "Estos casi todos los domingos hacen esto, les gusta el vino y el cante, y como en las tabernas ya no los dejan, pues se vienen al campo en donde no molestan a nadie. Antes iban a Casa de un tal Pepe el Habanero por San Agustín, pero de allí los echaron, cuando pusieron el cartel de "PROHIBIDO CANTAR BIEN O MAL", Estos tres hombres, estaban deseando que llegara el domingo para cantar y  "EMPINAR EL CODO".


"EL COCO"

Cuando llegamos a Córdoba, y al otro día le pregunté a Pepe González, por la costumbre que tenían esos tres conocidos y clientes de irse al campo todos los domingos, y entonces el tabernero me indicó: "Es que en la tabernas han prohibido cantar bien o mal" y a ellos que le gusta mucho el cante, se suelen ir todos los domingos, a cantar y a hartase de vino. Y luego el lunes a trabajar.

Entonces yo le dije: "Pepe, es que unos 20 medios por cabeza es mucho vino, y entonces Pepe, me contestó: "Manolo para la gente que bebe vino, tomarse 20 medios en el campo, no es una cosa especial. A uno que venía por aquí con el Polo, y que le llamaban "El Coco",  le llegué a poner un día  32 medios desde la 12 horas hasta las 19 horas, y lo sé porque en aquella ocasión estaba parado y se los apuntaba con una rayita, y me los  pagaba cuando cobraba el paro.

Y Pepe me siguió diciendo: Los Espejo, Los Morrugares, Los Fimia, Los Barrilero, los Parritas, los Fernández, los Santos, los Pérez, Los Chenchos,  los Soler, los Navarro, los Varo, los Álvaro, los Misa, los Sánchez, los Gordillo, los Estévez, los Luque, los Polo, los Naranjo, los Quiles... todos han bebido todo el vino que han podido, pero es que en todos los barrios hay casos de gente que bebe mucho vino. Otra persona que bebían mucho vino eran los plateros "Hermanos Zampas"  pero se ahumaban y apoyaban la cabeza en el mostrador y con un rato que dormitaban se despertaban dispuestos a seguir en la brecha. "EMPINAR EL CODO", es una cosa que sabe hacer mucha gente.

En la Taberna "EL SEIS" de Duque de Hornachuelos, había un barbero que se llamaba CHUMILLA, y era hermano de un cura de San Miguel. Contaba el "Gordo Más" el dueño de la tienda de zapatillas que había en las Tendillas, de que una vez fue para que le afeitara muy cerca de la hora de cerrar..  Al llegar a la barbería vio que no estaba CHUMILLA, y se llegó  a la taberna a por él. No bajó muy contento el "GORDO MAS", con el barbero que se traía para que le afeitara. No obstante y porque le hacía mucha falta empezó a afeitarlo, y cuando llevaba media cara afeitada, y al ver que se había parado,  se levantó del asiento, pues había comprobado que el barbero, se le quedaba durmiendo de pie. Eso lo contaba "El Titi" Alfredo Ruiz, que era el fotógrafo que estaba por debajo de la taberna y que tampoco se lo juntaba en el pecho. Y es que en aquella taberna del seis se "EMPINABA EL CODO".



"ESTOY EN CAMINO"


En política y entre compañeros de partido es frecuente que se den "CODAZOS" unos a otros, pero al final los más hábiles, los más constantes en trepar hasta con los "CODOS" son los que ocupan los puestos de poder e importancia.

La famosa Puerta de la Mezquita-Catedral por que se iba a habilitar para que entraran las cofradías, está siendo objeto de disputas políticas interesadas, más que nada por  hacerse ver en algo, que no sea arreglar el paro y su posible responsabilidad en el retraso que tiene Andalucía. Aquí un ente hibrido llamado UNESCO, ha dicho aquí debo mandar yo, y mientras los niños se le mueren en África de multitud de enfermedades y de hambre, una élite de enchufados políticos de los partidos, que se refugian en esos despachos con aire acondicionado y bebiendo agua mineral, se dedican a averiguar el sexo de los ángeles. Todo lo convierten en su "patrimonio" pero del hambre del tercer mundo, eso que lo arreglen las ONGS.

Esas puertas de la Mezquita-Catedral que dan al Patio de los Naranjos, antaño estaban previstas de unas cristaleras, de las que hay multitud de quejas de los cronistas de la época, porque los cristales eran el blanco de todas las piedras, que a los nenes que pasaban por allí, se les ocurría tomarlas como blanco para sus gamberradas.  Igualmente las hemerotecas nos hablan de cronistas que denuncian el deprimente estado en que se encontraba el mismo Patio de los Naranjos.

Afortunadamente el edificio se fue acercando al turismo, sin olvidar para nada el culto habitual de la Santa Misa, que desde el año 1236, se viene celebrando todos los días.  Y ello ha posibilitado que desde mediados del siglo XX, que una plantilla cercana a las  100 personas, entre trabajadores, restauradores y personal de vigilancia, tengan al edificio en perfecto estado de revista.

En el año 1972, en los huecos de la primitiva Mezquita de Abderramán-I, que daban al patio, se decide colocarles unas celosías de madera de cedro, que fueron encargadas a don Rafael Lahoz, el cual se inspiró para su dibujo en una celosía de la ampliación de Al-Haken II. Pero aunque el proyecto fue de Lahoz, el dibujo de las citadas celosías fue realizado y firmado sólo por su maquetista Eulogio Blanco, y el trabajo en madera se le encomendó al artista cordobés Moreno Anguita. La primera celosía se colocó a finales del 1972, y las otras tres, al año siguiente. Hay que destacar que todas las piezas del conjunto forman como un auténtico rompecabezas, todo engarzado y pegado, no lleva ningún clavo, ni guijarro alguno. Estas celosía tienen un espesor aproximado incluido el cristal de un "CODO", medida constructiva fundamental en el edificio.

Francisco Alcalde, actual Delegado de Cultura de la Junta de Andalucía en Córdoba,  cuando estaba al frente de la Agrupación de Cofradías, el mismo pidió muchas veces que las Cofradías de Semana Santa, pudieran acceder de forma regular al interior de la Catedral. Pero los políticos "relativistas" dirán "pero eso eran otros tiempos" y efectivamente era así.  Francisco Alcalde era un hombre de CAJASUR, y por tanto comía de la mano de Miguel Castillejo, que era la persona que lo orientaba, pero ahora que el barco de CAJASUR, se fue a pique, el amigo Alcalde, se ha montado en otro barco, y obedece a lo que diga su capitán,  aunque sea lo contrario que tantas veces defendió. A eso se llama "PLEGAR EL CODO" al que te paga.

La agrupación de cofradías, pedía que se habilitara una puerta llamada del Pilar, para que pudieran los pasos acceder al interior de la Catedral. Hay que decir que esta puerta la segunda de la Mezquita de Ab-Aderramán I, en su día ya estuvo habilitada para la entrada de las procesiones de Semana Santa, por cierto se llama del Pilar, porque al final de esa nave y muy cerca a donde está el enterramiento de Luis de Góngora, hay una pequeña imagen de la Virgen del Pilar, posiblemente de las más pequeñas que puedan existir en España.

Para acceder a la petición formal  que hacía la Agrupación de Cofradías, se le encarga a los arquitectos mantenedores del edificio que estudien un proyecto que sea viable con mantener al máximo la citada celosía. Es decir que en ningún momento se ha pensado en quitar la celosía. De esta forma se salía al paso de las denuncias ante la Unesco del hijo del arquitecto que se oponía a que quitaran dicha celosía alegando que dado el tiempo que llevan puestas, constituyen ya un elemento del propio edificio.

Por lo que nos han contado desde la Agrupación de Cofradías, el arquitecto Sebastián Herrero, del equipo de arquitectos mantenedores, ha elaborado un proyecto en el que la celosía en su totalidad permanecerá todo el año tal cual está y sólo en la Semana de Semana Santa, es cuando se abata en forma de dejar paso a los desfiles procesionales.

El proyecto presentado por este joven arquitecto, había puesto de acuerdo a todos, incluidos Junta de Andalucía, Cabildo y Cofradías, pero he aquí que llegan las elecciones y a la señoras Rosa Aguilar, que en su época en el Ayuntamiento de Córdoba, tiraba murallas romanas porque si y sin que mediara nadie, da marcha atrás en lo que había dicho la propia Junta y deciden consultar a la Unesco el tema de la puerta. A Paco Alcalde, el llamado "traidor" por sus antiguos compañeros de cofradía, y a su jefa la itinerante política Rosa Aguilar, le decimos que porque no acuden a la ONU, a la UNESCO, o a quien sea, para acabar con el paro en Córdoba. 

A la señora de "Ciudadanas y Ciudadanos", le recordamos la famosa Muralla Romana, del antiguo solar de la Maderera, que ella autorizó para que se derribara sin escuchar ni consultar con nadie. Me contaba un antiguo compañero de ella en el partido comunista, que cuando el alcalde Julio Anguita convocaba a su grupo a alguna reunión, ella nunca estaba a tiempo, y entonces ante la desesperación del califa rojo, éste la llamaba por teléfono y ella contestaba: "ESTOY EN CAMINO". Por cierto muy cerca de donde se derribó aquella Muralla, que trajo cola en Córdoba, se hicieron unos pisos muy confortables por el constructor Simón Serrano, con proyecto de Rafael de Lahoz.

Puede que una de las veces en que Rosa Aguilar, pudiera tardar,  estuviera adquiriendo el DUPLEX, que en ese edificio le vendió Simón Serrano. El "papelito" de Paco Alcalde, es diferente, éste ha pasado de ver los toros desde el confortable "PALCO DE CAJASUR, que le dio toda su vida y hacienda, a esta aventura política en la que se ha metido, donde los "CODAZOS", los cambios de chaquetas y las traiciones, es el único credo que muchos conocen.

Amigo Paco Alcalde, si el bueno de tu padre viviera, te diría un consejo más, de los mucho que te dio. Nunca escupas para arriba, pues te caerá encima.

Por cierto se me olvidaba, esta puerta de la celosía mide de ancha aproximadamente ocho "CODOS", de los mismos que sirvieron de base para construir la Mezquita  Hablando de medidas diremos que el ancho de la Puerta del Arco de Bendiciones, equivale a la anchura de la "azuda" de Casillas..

"CODOS PARA JAPON"

Por cierto ahora que los políticos están tomando un relevancia importante, bien por lo que destruyen o por lo que construyen, según el criterio de cada uno.

Al final de toda historia no puedo dejar de mencionar el "CODO" en aquel trabajo profesional de primera categoría, que de forma habitual realizaba Rivas Bueno, un profesional como la copa de un pino, que en su época de la fábrica (Cenemesa-Westinghouse), a él por su capacidad y eficacia le tocó cortar la mayoría de aquellos desarrollos, en chapa que formaban un conducto de fases aisladas. Los CODOS, eran los más difíciles, pero el amigo Rivas, lo solucionaba todo. El, era un profesional del 10, y se esforzaba en todos momentos. Por toda España, por China, Por Japón, por Francia, y muchos países más, están funcionando todos estos conductos de fases aisladas. También es bueno recordar aquí a Tomás Blanco Requena, el trabajador que con un mazo en la mano, conformaba con elegancia y profesionalidad, la mayoría de estos tubos o conductos. Cualquier conducto tenía muchos despieces, pero también tuvo muchos CODOS; pero en aquella sección de Chapistería se construían con toda naturalidad, gracias a los grandes profesionales que allí existían. Era una sección en donde abundaba el compañerismo y solidaridad; para nada se dieron los casos de "auparse" a "CODAZOS".

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