EN LA HISTORIA
La
fiesta de la Epifanía
o de los Reyes, como se denomina ahora, parece ser que tiene su origen en
Oriente, cuando en Egipto, se celebraba el solticio de invierno el 25 de
diciembre y el 6 de enero el aumento de la luz.
En
este aumento de la luminosidad solar, los cristianos vieron un símbolo
evangélico y entonces 13 días después al 25 de diciembre, cuando tal hecho era
más evidente, celebraban el nacimiento de Jesús.
Cuando
esta fiesta oriental llegó a Occidente, y por celebrarse ya la fiesta de la Navidad , a esta fecha se
le dio el nombre de la “Epifanía” palabra de origen griego que significa
manifestación, revelación o aparición. Ahí se estableció la fiesta de los reyes
magos.
Así
se solemnizó la revelación de Jesús al mundo pagano, significada en la
adoración de los “magos de oriente” que
menciona en el Evangelio de San Mateo. No obstante, los historiadores
consideran que con el término “mago” el discípulo de Cristo se refería a astrólogos o sacerdotes persas que profesaban
el mazdeísmo, la religión de Zaratrusta.
Tertuliano
afirmó que los magos debían ser reyes que procederían de Oriente y en los
siglos siguientes la visión monárquica de estos magos se impuso y permanece
hasta la actualidad.
Por
otra parte, al hablar del número de reyes magos, tampoco el evangelio cita con
exactitud cuantos eran. En el siglo III,
el teólogo Orígenes (185-253) indicó que los reyes magos eran tres, debido a
que fueron tres los regalos que se nombran en el Evangelio de San Mateo: Oro,
Incienso y Mirra.
De
manera tradicional se considera que estos “Magos de Oriente” eran babilonios,
entre otras cosas por algunos puntos en común con el pueblo judío y porque el
resto de Israel estaba rodeado por el Imperio Romano.
También
hay algunos investigadores que apoyan la tesis de que eran de origen persa,
según se desprende del mosaico bizantino encontrado en la Iglesia de San Apolinar el
Nuevo, en Rabena, Italia, en la que están representados los tres reyes con sus
nombres de Melchor, Gaspar y Baltasar, con una indumentaria persa compuesta por
capa y gorros frigios.
LOS REYES MAGOS EN ESPAÑA
Esta
celebración tiene su origen en el Nuevo Testamento, don se nos cuenta que los
Reyes Melchor, Gaspar y Baltasar viajaron durante la noche desde los confines
más remotos de la tierra para traerle regalos al niño Jesús, a quien reconocían
como el Hijo de Dios. Los reyes magos
son descritos como sabios, cuya sabiduría proviene precisamente del
reconocimiento de la divinidad de Jesús.
Se les suponía que venían de sitios diferentes y que la luminosidad de
la estrella de Belén, les hizo coincidir.
En
1885, el pueblo alicantino de Alcoy, convocó posiblemente la primera Cabalgata
que se celebró en España, la laboriosa gente de Alcoy, una vez más se adelantaron
al resto del país. Todavía recordamos aquella frase hecha que se decía de la
moral del equipo de fútbol del Alcoyano, en tiempos en que su delantero centro
era nada más y nada menos que el gran Mundo. “Tienes más moral que el Alcoyano, que jugaban
con un balón metálico y encima se quejaban de que estaba flojo”.
Simpatías
y bromas aparte, viendo estos antecedentes del pueblo de Alcoy, el Gobierno de
Madrid que acababa de perder al rey por muerte de Alfonso XII, instauró la Cabalgata de reyes
magos, para honrar la fiesta de la Epifanía.
Por otra parte, mientras que las escrituras tradicionales
cuentan que le regalaron oro, incienso y mirra al Niño Jesús, en estos tiempos
los reyes son más dados a traer caramelos y regalos más prácticos para los
chiquillos como son los juguetes, que colman la ilusión de cualquier niño. Esta
costumbre de las cabalgatas se extendió por todos los rincones de España, pues
en todas partes había pequeños que querían disfrutar la felicidad de este día.
LOS REYES EN SAN LORENZO
En
el Barrio de San Lorenzo, con todo lo extenso y amplio que era, mayores eran
las dificultades que tenían sus gentes para sacar adelante las fiestas de
Navidad y Año Nuevo, para ello se hacía un gran esfuerzo y no obstante, casi siempre
había que recurrir a la “Libreta para
pedir fiado”, que era como una especie de tarjeta VISA de ahora, en donde
incluso con toda seguridad te cobrarían comisiones e intereses. Pero otra cosa
era la festividad de los Reyes Magos, pues ya no había presupuesto para
juguetes ni caramelos para la mayoría de los chiquillos que llenaban sus
calles.
Y
es que este barrio, como cualquier otro que fuera pobre, tenía muchas
dificultades para subir la denominada “cuesta de enero” y menos aún tener
dineros para Reyes. Pero la chiquillería ya estaba hecha a eso y buscaban en
las damas catequistas, en las hermandades o en el Frente de juventudes que les
dieran algún regalo, y si esto no ocurría, no tenían más remedio que aguantarse.
Y
es que el hambre y las necesidades se encontraban por todas las casas y por
todas las esquinas. Aunque la guerra civil hizo que estos problemas se
agudizaran, el hambre y las dificultades en esta collacción, ya se daban en
otras épocas. El mismo Motín del Hambre, de 1652, pone a las claras que estas
situaciones venían de antiguo, y que este barrio fue donde tuvieron lugar las
mayores revueltas.
Como
exponente del hambre que había podremos explicar lo que ocurrió en la Casa nº 14 de la Calle de los Frailes,
esquina con la Calle
el Queso. (2 casas por encima del Cine Delicias). En donde vivía Francisco
Espejo, “El Bibi”, que estaba emparentado con Natalia la lechera de Santa María
de Gracia.
Era
en su domicilio, en el mes de febrero del año 1952 y se celebraba en el patio
de la casa un bautizo de un familiar al parecer del “Bibi” que vivía en la
planta alta. Sonaba la música de la gramola y al ritmo del bayón de Ana, se
estremecían hasta las macetas. Las parejas disfrutaban con el baile y otras
picoteaban, las aceitunas, las patatas fritas, la morcilla chorizada y hasta
una poquíta de la incipiente mina que ya empezaba a llegar de Cataluña. Era el
primer hijo y Rogelio, que así llamaba el padre, no regateó esfuerzo alguno. Al
baile del bautizo entre otros, asistieron gente joven del barrio, como Antonio
“El Tambor”, Rafael Espejo, Manuel Lozano, Antonio Trenas, Enrique Sánchez, Rafael
Padillo, Manolo “El Sorna” y Antonio Jiménez. Otros, no eran conocidos del barrio. Cuando
estaba el bautizo y el baile en medio de todo su apogeo, ya casi anocheciendo,
bajaba por las escaleras, todo lo grande y gordo que era, el padre del “Bibi”,
pegando voces al grito de: “LA
OLLA , LA OLLA ,
que se han llevado la olla. Hasta la música se paró y se pudo comprobar que
quien sea o quienes fueran, habían entrado en la cocina común de aquellos
vecinos, y se habían llevado por la cara, una olla de cocido con su versa, su
tocino y su pringá, dispuesta para comérsela. Se preguntó, se miró y la olla
jamás apareció. A los cuatro días en el emboque de los arroyos que había en la Calle Cinco Caballeros,
apareció la olla, lógicamente vacía.
Hacía
falta tener hambre para quitar de una casa de vecinos una olla con su guiso
dentro. Pues este era el ambiente de penuria que existía en aquellos tiempos,
por lo que era difícil que hubiera reyes para los niños. A aquellos que se comieron aquella olla, se le
aparecieron de alguna forma los reyes.
¡¡SE COMIERON HASTA EL BANQUETE!!
Por
aquellos tiempos nos tocó estar de monaguillos (año 1955), y en la casa de la Calle Humosa , que hace esquina
con la entrada a la “Plaza del Huerto Hundido” se celebraba un bautizo de un
niño al que iban a poner de nombre Enriquito. Los chiquillos de aquella época,
que estaban a la caza y captura de cualquier bautizo, se dirigían a mi como
monaguillo que era de San Lorenzo, para que le indicara “la orden del día de
bautizos”, porque siempre eran oportunidades para coger algunas monedas,
“gordas o perrillas” que solían lanzar los padrinos a la VOZ DE: AQUÍ,
AQUÍ, AQUÍ. Terminó la ceremonia de aquel bautizo y a mi me faltó tiempo para
quitarme la sotana de monaguillo, y salir rápidamente a la puerta para “coger
algo de lo que los padrinos echaban”. Yo tenía la ventaja de que sabía que el
“Bautizo de Enriquito” terminaba en la Calle
Humosa , y allí fuimos todos porque al final del recorrido y a
modo de despedida, los padrinos al oír las palabras. INO, INO, La madrina tiene
pelos en el (¿?) También se gritaba OLLA, OLLA, El padrino tiene pelos en la
(¿?) Claramente se ve que eran expresiones un tanto groseras, pero que hacían
efecto en los padrinos que echaban en la puerta de la casa EL RESTO, en forma
de despedida.
Por
tanto se trataba de llegar rápido a la casa del bautizado, para estar en
primera fila, para lo cual nos metimos por las Calles Ruano Girón, Cristo,
Velasco, Montero y Montaña, hasta que nos plantamos, en la Calle Humosa. Allí, esperamos
pacientemente a que llegara la comitiva del bautizo, con el niño, los padrinos
y los familiares. O llegamos muy rápidos, o el grueso de la familia se
retrasaba. Mientras esperábamos, nos pudimos dar cuenta que la Casa tenía un patio lleno de
macetas y precisamente había una mujer algo mayor en labores de “regando
macetas”. También pudimos observar que en medio del amplio patio, había una
enorme mesa con manteles de papel blanco y todo, y sobre la misma, platos, bandejas de salchichón, chorizo,
queso, patatas fritas, aceitunas, croquetas, palillos y hasta morcilla
chorizada.
A
la vista de la tardanza del niño, la familia y los padrinos, “El Migui” (Miguel
Blancart Moreno, se percató de que aquello estaba sólo y entró y cogió un
puñado de pedazos de queso, después fue otro el que entró y se trajo una
bandeja de salchichón, al poco tiempo fuimos uno, otro y otro, los que dejamos
la mesa prácticamente vacía y hasta sin manteles. Salimos corriendo por la Calle Hornillo , por la Calle Simancas , por la Calle Montaña , en fin todos
procuramos alejarnos lo máximo posible de aquel patio, al que le habíamos
quitado la posibilidad del convite.
Nos
imaginamos la reacción que se llevarían los familiares al entrar en el patio y
comprobar que la mesa del convite había desaparecido.
Aquello
se hizo comentario y fue famoso en el barrio de San Lorenzo. Más tarde (días
después nos enteramos que la tardanza de los familiares del bautizo se debió a
que toda la familia del bautizado quiso
echarse UNA FOTO, en FOTO LEÓN, que estaba en Mármol de Bañuelos, pues los
padrinos habían venido expresamente de Barcelona.
El
detalle del bautizo, era otra prueba más de lo “caro” que estaba el detalle de
la comida, por aquellos tiempos. Y eran inquietudes mas precisas que los reyes.
Sin aprobar lo que hicimos, tengo que decir que se nos aparecieron los reyes.
La Cabalgata de los Reyes Magos tiene lugar la tarde del 5 de enero, la Noche de Reyes. La tradición en Córdoba se remonta a la primera mitad del siglo XX; en 1925 se organiza la primera Cabalgata,
impulsada por el rector de la Iglesia de San Francisco,
D. Carlos Romero Berral, sacerdote, que dio muestras de una sensibilidad
especial para los más desfavorecidos de la sociedad, supo vivir pobre para ser
rico en la entrega a los demás, siendo este intercambio una constante en toda
su vida.
Para
este proyecto inicial de Cabalgata, contó de inmediato con el apoyo de D. José
Cruz Conde, alcalde de Córdoba que ofreció todo su apoyo a esta feliz
iniciativa. Este proyecto, se dilató y engrandeció con el tiempo, contando
siempre con el apoyo de todos los alcaldes de nuestra ciudad, así como de
muchas casas comerciales y entidades de Córdoba.
Recuerdo
que en San Lorenzo, recolectaban “pajes” para aquella Cabalgata y los
encargados eran Rafael Blancart, “El Falillo” Manuel Moyano, “La Vieja ”. y Francisco
Rodríguez “Paquillo”, no sé por donde les llegaba el encargo pero a los
chavales mayores se los llevaban a participar en aquella Cabalgata, que hacía
la ilusión de muchos. Más de una broma se gastó con el farol que portaba cada
uno y los exóticos ropajes del oriente que portaba cada paje. Pero daba la
impresión de que iban ilusionados pues al parecer tenían la oportunidad de
disfrutar en primera fila del reparto de caramelos, que aún por aquellos años,
eran muy escasos.
PINCELADAS DE LOS REYES
Los políticos:
Con
la llegada de la democracia, ya empezaron los partidos políticos a participar
en las Cabalgatas de reyes magos, (1980), recuerdo que de Rey Melchor, iba
Antonio Herrera Aranda, concejal de la UCD.
Este hombre tenía fama de gran trabajador y lo había
demostrado en la Asociación
de Vecinos de Fray Albino, en donde fue un gran colaborador de D. Manuel
Rodríguez Zamora, que era el presidente de la citada Asociación. También en su
fábrica Westinghouse, Herrera, adquirió fama de hombre eficaz y leal para sus
jefes. Quizás porque uno de sus cargos en aquel Ayuntamiento, fue ser
responsable de la guardia a caballo, disfrutó mucho cuando le dieron la
posibilidad de representar el papel del Rey Melchor, en aquella Cabalgata, de
la que él contaba con cierta risa, la siguiente anécdota en el Bar Cabello del Polígono de la Fuensanta :
“Iba
la Cabalgata
pasando por la Calle Nueva ,
a la altura de la Perfumería Hoyo ,
cuando divisó a su amigo y compañero de fábrica Francisco Jiménez, al que él
siempre llamaba de forma simpática “El Sacristán de San Juan de Ávila”. Al verlo, le
quiso obsequiar con un bombardeo de caramelos y sin darse buena cuenta, le dio
a un espectador que había al lado un buen achuchón en la cabeza con los
caramelos. El “agraviado” con aquella lluvia de caramelos, no tuvo nada más que
coger dos naranjas del árbol más próximo y se las lanzó a la cabeza al Rey
Melchor, con tanta puntería, que a punto estuvo de perder incluso la corona que
se le cayó al suelo de la carroza”. Esta versión tal como ocurrió la pudieron
ver los amigos de Huevos Castro, que iban detrás con la furgoneta como despensa
de caramelos.
El
otro político que probó la suerte de ser rey mago, fue Santiago Murillo, “El
Pavo” que también fue concejal en aquella legislatura y disfrutó de lo lindo,
primero, porque era un hombre muy conocido en el mundo del fútbol, segundo,
porque él fue siempre un hombre muy extrovertido. Representó al Rey Gaspar y la
verdad que esto de probar la corte de Oriente, le sirvió para buscarse perfectamente
las habichuelas, pues ya no volvió jamás por fábrica, a lo que era su trabajo
habitual. Que se sepa, en Córdoba, ya no se presentó a ninguna lista electoral
más, por lo que se intuye que su partido le debió buscar un acomodo para
realizar su vida laboral hasta que se ha jubilado.
El
otro rey mago de esa Cabalgara, el Rey Baltasar, fue el gran aficionado a los
toros Clodoaldo Cano, además de gran peñísta, era una gran persona. La cabalgata en
cuanto a los reyes fue un éxito completo, y como siempre la Calle Nueva , que era el mejor
marco por aquellas épocas así lo vio.
Si
bien el Ayuntamiento apoyó esta cabalgata con presupuestos oficiales, también
tenemos que decir que en el primer Ayuntamiento con los comunistas en el poder,
estos intentaron “cambiar algo la tradición” de lo que era la Cabalgata , queriéndola
convertir en una cosa “tipo laica”, por lo que la concibieron como una especie
de “pasacalles” de distracción. Así aparecieron algunas carrozas que no tenían nada que ver
con la tradición de la
Cabalgata de reyes magos. Todavía recordamos, como todo un destacado político
del PCE, participó en dicha cabalgata, poco menos que metido en una jaula y
significando el personaje de una supuesta “monja embarazada”. Aquella imagen
grotesca, representó más al propio político, que a nada que se pareciera con la
cabalgata. Fue lamentable, sobre todo
para los chiquillos.
Y
es que los políticos no tienen solución, el ínclito José Mellado, varias
legislaturas presidente de la
Diputación , es aún hoy, posiblemente el político que está
convencido de que todo se arregla hablando con el móvil, máxime si además se lo
paga la Junta
de Andalucía. Cualquier mañana y más bien tarde, se le puede ver cruzando las
Tendillas, seguramente para incorporarse a cualquier puesto político, “agarrado
al móvil”, dando la impresión con ello, de que sin el móvil, no se puede
trabajar en política. Hasta el Gran Capitán, que fuera “Voz mayor de Córdoba,
en el Ayuntamiento” tiene que extrañarse de ver al que fue varias veces
candidato a la alcaldía de Córdoba, cruzando la plaza de las Tendillas, totalmente
pegado al móvil, dando la impresión poco menos, de que está resolviendo todos
los problemas del paro que tanto nos atosigan. Todavía le recordamos, en
aquella campaña electoral en la que metido en un local propiedad de Rafael
Gómez, (En San Pablo), montó su despacho electoral y pedía poco menos a los
cordobeses, con el eslogan “VEN Y CUENTAME”, que allí mismo, les trasladásemos
nuestras peticiones para que él las resolviera como futuro alcalde. Pero
llegaron las elecciones y los votos de los ciudadanos, ponen a cada uno en su
sitio, cosa que no hacen los partidos, pues el Sr. Mellado, claro perdedor de
los comicios fue promocionado otra vez a presidente de la Diputación.
Estando
de presidente de esta Institución Provincial, promocionó la instalación de un
nacimiento en la Diputación ,
que ni a los mismos del carnaval se les hubiera ocurrido. Menos mal que ante el
escaso bagaje de votos obtenidos lo quitaron de allí y aunque deberá estar
metido por cualquier despacho oficial “vegetando y gastando móvil”, al menos no
toma decisiones que choquen con la opinión de los vecinos.
EN LAS PEÑAS
En
las Peñas, una de las primeras en Córdoba en tener su propia Cabalgata, fue la Peña el Club de Pesca de
Ciudad Jardín de la Calle José
María Valdenebro, que tuvo entre sus fundadores a D. Manuel Cruz Carrascosa, un
jiennense afincado en Córdoba, y que se vino para trabajar en la Universidad Laboral
de Córdoba, allá por el año 1956. Aunque entró de administrativo pronto pasó a
ser responsable del material deportivo del departamento de Educación Física y
deportes, en donde se encontró con grandes profesionales como: José Luís
Fernández, Francisco Homar, Carlos García, José Ramón Castañeda, Alejandro Liz,
Manuel Pascua, etc. etc. M. Cruz
Carrascosa, fue árbitro de segunda división. Por sus méritos en el mundo de las
Peñas, fue Potro de Oro, y persona entrañable para Córdoba. Durante muchos
años, participó de lleno en esta Cabalgata, que según muchos del barrio llegó a
rivalizar con la de la propia capital. Todo
esto ocurría cuando el Barrio de la Ciudad Jardín , era “El destino deseado” de todo
el que prosperaba de alguna forma en Córdoba.
Además
de la peña de Ciudad Jardín, podíamos citar aquí a la mayoría de las Peñas de
Córdoba, que supieron dar realce a esta fiesta de los reyes Magos, sobre todo a
raíz de los años setenta.
PEÑA EL PRINCIPE
Esta
Peña de San Lorenzo, que fundara Diego Fernández y el excombatiente
republicano, Manuel Rey Almoguera, tuvo siempre un rey mago muy especial en
Inocencio Montes Solís, “El Chencho”, persona extrovertida, cariñosa y muy
solidaria. Fueron bastantes años los que le tocó representar el papel de Rey Melchor,
poniendo todos sus ánimos, su capacidad de disfrutar y su sentido de la
solidaridad al servicio de sus amigos y de su barrio. El, como gerente de las
tiendas de Modesta, tan de moda por aquellas fechas, entendía muy bien de
juguetes y regalos. Tampoco le era extraña la barba que se tuvo que poner como
rey, ya que, en el año 1958, le tocó representar un personaje con “barbas”, (Judas
Iscariote), en la Obra
de teatro con la que se inauguró El Cine-Teatro-Hogar Parroquial de San
Lorenzo, que estaba ubicado por donde ahora está el actual Mercadona de la Calle Antón de Montoro,
detrás del antiguo Horno de Leopoldo Roldán.
Con
buena afluencia de público, allí se inauguró el pequeño teatro con la Obra “VEN Y SIGUEME”,
dirigida por Rafael González, y con grandes actores aficionados como Manuel de
Toro, Francisco Lozano, Rafael Urbano, Francisco Montes, Inocencio Montes,
Carmelina Liébana y el “Gran Echani”, entre otros. Esta instalación parroquial, con el tiempo, fue
de lo primero que DESAHUCIARON en Córdoba, toda vez, que el cura que pidió el
crédito financiero para comprar el caserón, después de utilizarlo durante más
de una década como cine, colegio, hogar parroquial, e incluso vivienda para el
coadjutor, cuando abandonó la sotana, el cura que lo sustituyó, pudo comprobar que
no se había pagado nada del préstamo, ni tan siquiera plazo alguno de
intereses. Por lo que le quitaron el inmueble a la Parroquia.
En
esta Peña, siempre hubo unas bonitas inquietudes en participar en las
tradiciones de Córdoba. Desde su fundación a principios de los años 1950, en la Taberna de Pérez Barquero,
del Jardín del Alpargate, (que regentaba Luís del Río, antiguo cantinero del
Cuartel de Lepanto), siempre fue relevante para ellos el participar activamente
en las cosas de Córdoba. Fue una Peña, con muchos socios, pues llegó a tener
hasta 28 afiliados e importante número de simpatizantes, la mayoría del barrio.
Su primer presidente fue el mayor de los hermanos Domínguez.
Pero
sería cuando se trasladaron a Casa Pepe en San Juan de Letrán, cuando en su
remozado salón, empezaron a darle protagonismo a la fiesta de las reyes magos.
Rafael Espejo, Rafael Domínguez, Juan Ruiz, Antonio “El Tambor”, José Sancho,
etc. etc. fueron ensanchando el horizonte de fiestas y diversión de esta peña.
Posteriormente llegó nueva savia y entre ellos Manolo Ávila “El Trompo” que fue
el artista decorador, artista real y artista para todo lo de la
Peña. Sus fiestas de reyes fueron sonadas,
y hasta Pepe González, hizo muchas veces de rey Melchor.
Concretamente
en el año 1966, diseñó y elaboró unas coronas reales y unos tronos de reyes
magos, que el mismo Arfe hubiera tomado celos. Hasta Paco León, el dueño de la
tienda de “Casa Mari”, sentía sana envidia, de ver como todas estas sencillas
personas orientaban sus diversiones y lo pasaban a lo grande. El bueno de
Manolo el “Trompo” no se cansó nunca en trabajar para su Peña, y cuando ésta,
con los niños “ya crecidos” se orientó a la Fiesta de la Cruz de Mayo y los Patios Cordobeses, dejó
sobrada constancia de su consumado arte, encumbrando siempre a su Peña en los
primeros premios.
Peña los Romeros de la Paz
Ramón
Gutiérrez Rodríguez “Chito” el canario que vino a Córdoba en el 1938, jugó al
fútbol, se colocó en la Electro Mecánicas
y se casó en Córdoba. Fue un cordobés
más por su entrega y amor a la ciudad de la Mezquita. Fue militante y
presidente de la Peña Los
Romeros de la Paz ,
“su Peña de siempre” y participó en la Cabalgata de reyes magos, siendo el rey Melchor,
del año 1968. Medrano, Muñoz, Jorge y el
Chito, como antiguos jugadores del Córdoba, solían hacer sus recorridos por
determinados bares y muchas veces terminaban en Casa Marcelo, en la Magdalena , allí un día empezó
a sonar en la radio una Isa Canaria, y Manolo Jorge y Ramón “el Chito”,
terminaron llorando.
En
la celebración de los reyes magos en la
Peña , colaboraron mucho los hermanos Heredia y su cuñado Noci,
Pepe Hidalgo, la familia Ortega, los Moyano, el Juani y su hermano, “El
Pildorito”, etc. etc. El vino de peseta, era la gasolina que utilizaban para echar
a andar “la carroza real”.
Peña los Minguitos
También
en esta Peña, tuvieron sensibilidad para con los reyes magos, desde su sede
ubicada en Casa de Huevos Fritos, organizaban veladas para disfrute de los
chiquillos de los peñistas. Pero un año, quisieron obsequiar con juguetes y
regalos a los niños de San Juan de Dios, y todavía recuerdo al eficaz y
entusiasta Francisco Medina, disfrazado de rey Gaspar para obsequiar a los
niños del Hogar y Clínica de San Rafael. En esta ocasión contó con el apoyo total de D. Pacifico Medina, que siendo director del Colegio Salesiano, (su
empresa), apoyaba todas estas iniciativas, ya que el bueno de Francisco Medina,
era el “barbero” del Colegio Salesiano, además de un hombre “multiusos” para
las necesidades de aquel importante Colegio. En el Bar de “Huevos Fritos”,
estaba el matrimonio de Luís Bravo con su esposa, que también eran unos
entusiastas de las cosas de Córdoba, por haberse criado en la Puerta de Almodóvar y de
remate estaba con ellos “El Gato Chico”, excelente persona.
El gerente de la Cooperativa de
Funcionarios Públicos, en 1955, propuso que a los altos funcionarios que
compraban sus juguetes en la
Cooperativa , que acababa de inaugurar sus instalaciones de
Ronda de Tejares, se le llevaran los juguetes a los hijos. Pero fue idea de
Fermín Gómez, hacer extensible la entrega a todo el que lo pidiera por sencillo
que fuera
Para ello el se disfrazó de rey Baltasar y se
recorrió las calles de Córdoba, con su caravana de rey. El particularmente
utilizó el taxi de Rafaelito “El largo” que a pesar de su enorme
estatura luego nos enteramos que era sietemesino de nacimiento.
Al terminar su recorrido real, tenían concertados
unos pollos en la Venta
de Mariano, y allí llegaron a altas horas de la noche. La venta estaba repleta
de gente y cuando vieron llegar a este singular Rey Baltasar empezaron a
aplaudirle pues le confundieron por la estatura con Juan Juncosa, entrenador del
Córdoba y que en aquella Cabalgata, hizo de rey Baltasar. La confusión fue una anécdota
muy simpática.
EN EL CATECISMO
Por aquellos tiempos, acudíamos a la parroquia,
en donde los catequistas que te impartían el catecismo, hacían de alguna forma
de Reyes magos. En este aspecto no podemos olvidar a Espinosa, De la Rosa , Sainz, Luque,
Soldevilla, Requena, López, Barneto, etc. etc. Que se esforzaron e hicieron
posible de que a todos nos llegara un pequeño juguete o un puñado de caramelos.
Y es que en aquellos tiempos. El juguete por lo general era un artículo caro,
ya que aún no se había descubierto la utilidad del plástico que revolucionó el
mundo y el precio del juguete. El que amanecía en la calle con una simple
pelota de goma, era considerado como “El Kubala de los Reyes magos”.
También
en la Calle Adarve ,
había un edificio que todavía está (posiblemente era del frente de juventudes).
A dicho edificio solíamos ir los pequeños y nos hacían entrega de caramelos y a
veces de algún juguete.
EN NUESTRAS CASAS
La
festividad de los reyes no llegaba a
muchas de nuestras casas, demasiado se hacía con sacar adelante la fiesta de
Nochebuena y la Navidad ,
y más tarde la fiesta de Nochevieja. En realidad aquellas generaciones no
conocían la llegada de los reyes magos, puesto que en la mayoría de las casas
no tenían “motivo alguno de festejo”. Muchas veces nuestras queridas madres,
siempre recordadas, nos enviaban a que fuésemos a la papelería más cercana, y
que por aquellas épocas era la “Papelería Ferrandíz”, enfrente de la Taberna de la viuda, en la
bifurcación de la Calle Muñíces
y Diego Méndez. Allí, en aquel escaparate, toda nuestra ilusión era poder
poseer además de otras cosas, una caja de lápices de color ALPINO, que marcaban
diferencias. Las gomas Milán y los productos Pelikan, nos embarcaban al mundo
de la ilusión y de la esperanza. Para muchos de nosotros, lo de menos eran los
juguetes, que por lejos, los considerábamos poco menos que imposibles.
A mi, por aquellos tiempos y por ser el menor de
cuatro hermanos, me echaron los reyes un caballito de cartón que con ruedas y
todo, no levantaría del suelo lo que pueda levantar un gato pequeño. Aquella
noche me acosté con la ilusión de poder pasear mi caballito por la acera de mi
calle, pero a la mañana siguiente y al lado de la Celinda que había en el
patio, mi caballito, era victima del hambre que tenía hasta el mismo perro propiedad
de la vecina, un perro también pequeño, al que se llamaba “Chispa”. Recuerdo
perfectamente, que se parecía al que figuraba en la primera “cartilla de una
raya”, en donde aprendíamos a leer.
NOMBRES PROPIOS
D.
Carlos Romero Berral, sacerdote, que dio muestras de una sensibilidad especial
para los más desfavorecidos de la sociedad, supo vivir pobre para ser rico en
la entrega a los demás, siendo este intercambio una constante en toda su vida.
El fue el que concibió la
Cabalgata de los Reyes Magos. Desde primera hora contó con el
apoyo de D. José Cruz Conde, alcalde de Córdoba por aquellas fechas. (1925). D.
Carlos Romero, era párroco de San Francisco.
ALMACENES SÁNCHES
Hablar
en Córdoba de Reyes Magos, es hablar a la fuerza de los Almacenes Sánchez, que
era el establecimiento que por estas fechas se convertía en la Meca de los juguetes para
todos los chiquillos de Córdoba. Toda su gran segunda planta era posiblemente
la mayor exposición de juguetes que jamás hubo en Córdoba. Chari y Engracia
Jurado, eran las encargadas de esta sección que se contabilizaba por la Caja nº 2. Por aquellos
tiempos se hacían ventas que incluso llegaban al millón de pesetas que ya eran
palabras mayores. El juguete quizás más caro, era la muñeca de “Mariquita
Pérez”, pero también había regalos mucho más populares. Ya al principio de los
años setenta del pasado siglo, las Hermandades del Trabajo orientadas por el
Padre Carlos Romero, fueron un importante competidor, en el tema de los
juguetes.
D.
Manuel Sánches, dueño junto a su hermano D. José de estos almacenes, nos
comentaba un día enfrente del Hospital de San Juan de Dios, en la parada del
autobús que había cerca de su Chalet vivienda, “Ya no quedan generaciones que
quieran asumir riesgos con los negocios”
El
edificio de los Almacenes Sánches, fue de los primeros edificios que se
hicieron en Córdoba, allá por los años treinta, sobre estructura de hierro.
José Cuevas, que llegó a ser encargado de Álvarez Salas (herrero de la Calle la Feria), nos
comentaba un día en “Casa Camilo” de la Calle Munda :
“Toda
la estructura de ese edificio iba abrochada a base de roblones y tornillos y
que prácticamente la soldadura no aparecía casi nada”. Este herrero Cuevas, fue
uno de los autores de la Cruz
del Rastro que se venera actualmente en ese típico lugar de la Ribera. Ya en tiempos más
recientes hizo la corona actual del Cristo de los Faroles.
Pero
es que los Almacenes Sánches, además del propio edificio, era posiblemente el
centro comercial más importante de Córdoba y que le daba categoría a la Calle Nueva , convirtiéndola en
la arteria comercial más importante de nuestra ciudad, hasta el punto, que fue
cerrar los citados almacenes y empezó el declive total de esta céntrica calle,
ya que hasta los “perfumes” de Casa Hoyo, se disiparon.
Se
añoran aquellos tiempos de 1950-1960, cuando a las tres y media en esa Calle
Santa María de Gracia, era un reguero de chavalas jóvenes que iban a trabajar. Muchas
de ellas a la Calle Nueva
y sus proximidades. Ese desfile lo formaban las hermanas de La Rubia (Mari Carmen, Loli y
Conchi), María Luisa María, Antoñita Franco, Fali la hija del Bar Montaña, Rafi
Serrano, Paqui Merino, Rafi Ariza, Angelita y Fuensanta Saco, Rafi Extremera,
Las hijas de Amparito, Tere, Amparo y Carmen, Rafi y Carmeli de Flomar, Inés
Roldán, Las primas de Calerito, Rafi Nogueras, Antoñita Amaro, Nieves
Fernández, Isabel Agudo, Elisa Camacho, Las hermanas Cantueso, Pili Clemente,
Las hermanas Mesa, Mari Mata y su hermana, Rafi Gavilán, Las hermanas Lucena,
Manoli Serna, Las hermanas García Millán, Maleni Cabello, La “Fali del Huerto”,
Mercedes Villalva, Las hermanas Pacheco, La hermana del Garrocho, las hermanas
Mondéjar, etc. etc. Todas formaban como una serpiente multicolor en donde cada
una de ellas procuraba el lucimiento de sus zapatos, sus faldas de tergal, sus
chaquetas, sus rebecas, sus peinados, sus bolsos y hasta sus andares, pues
todas estaban en época de enamorar y lucir sus encantos. Y los Reyes magos,
para muchas de ellas suponían trabajo y dedicación extra.
Pero quiero hacer un énfasis especial
en Rosario Gutiérrez, “La Rosi ”
gran mujer y espectacular “hembra” cuando se ponía a andar al ritmo que le marcaban
sus tacones y el vaivén de su airoso abanico.
Todo su cuerpo era una sincronía perfecta, de estilo, de indumentaria y agrado. Su entrada por el arroyo de San
Rafael, privaba en cierta manera a la
Calle de Santa María de Gracia, de un auténtico pase de
modelos. Este espectáculo sólo lo disfrutaban los clientes de Casa Manolo, Casa
Minguitos y Casa de Huevos fritos, que salían a la puerta para ver pasar el
remate de todo el desfile anterior.