domingo, 12 de octubre de 2014

EL TRIUNFO DE SAN RAFAEL


Una de las más interesantes manifestaciones de la devoción cordobesa a su Custodio El Arcángel San Rafael, lo constituyen los monumentos erigidos en su honor en distintas calles o plazas conocidos popularmente con el nombre de “TRIUNFOS”.

El Arcángel de San Rafael, se apareció en 1279 a Fray Simón de Sousa, y le pidió que el obispo don Pascual, hombre devoto y caritativo, coronara la torre de la Catedral con su efigie para que velara por Córdoba. Pero no cabe duda de que fueron las apariciones al venerable Andrés de las Roelas en 1578, con las que el pueblo de Córdoba con su Ayuntamiento a la cabeza, sirvieron para unir el nombre de Córdoba con El Arcángel San Rafael, nombrándolo como su Custodio. Por cierto que en este aspecto aunque el Ayuntamiento y el Obispado coincidían en muchas cosas, en otras como la creación de un patronato casi nunca se pusieron de acuerdo.

A partir de 1651 y con mucha participación del Ayuntamiento de Córdoba, se solicitó de las autoridades eclesiásticas que se considerasen los días 7 de mayo y 24 de octubre como fiestas para el rezo y dedicadas al Arcángel San Rafael. Don José Valdecañas y Herrera, concejal del Ayuntamiento fue una persona que prácticamente, pidió casa por casa, para la Iglesia de San Rafael.  

En la festividad del día 7 de mayo, hasta principios de los 50 del pasado siglo, el Ayuntamiento de Córdoba en pleno, solía acudir a la Iglesia de San Rafael, “Bajo Mazas” como solían decir nuestras madres, para participar en la fiesta. A pesar de todo este ceremonial, esta fiesta fue decayendo, quedando sólo para la feligresía y la Hermandad. La única fiesta solemne que quedó fue la del día 24 de octubre.

Cuando la Congregación para del Culto Divino en Roma aprobara la instauración de una fiesta y el rezo al Custodio de Córdoba, el Ayuntamiento organizó una serie de festejos para celebrarlo. Hubo concursos literarios, de poesía, corridas de toros, juegos de cañas y competiciones de barqueros en el río Guadalquivir, llegándose incluso a hacer salvas de arcabuses y mosquetes, por cierto que en estas competiciones los jóvenes próximos a la Calle Roelas, quisieron tener un protagonismo destacado por haber “sido vecinos” del virtuoso Padre Roelas, que como se sabe nació en esta Calle, en el nº 11.

En 1655, se funda la Hermandad de San Rafael, que será la que trabajará con las autoridades civiles y eclesiásticas de la ciudad por el engrandecimiento del culto al Ángel Custodio. El primer hermano mayor será don Gabriel González del Valle.

Después del Concilio Vaticano II, (1959-1965), la Iglesia reformó su santoral y se unificaron las fiestas de los 3 Arcángeles, San Rafael, San Miguel y San Gabriel, en el día 29 de septiembre.

Esto no sentó bien en la ciudad de Córdoba, y entonces, gracias al interés demostrado por don Antonio García Laguna, capellán de la Iglesia de San Rafael desde 1948- 1995, se le hizo llegar esa queja al obispo Monseñor Fernández Conde, que fue muy diligente en este asunto y consiguió que para la Ciudad de Córdoba, el día 24 de octubre siguiera celebrándose la festividad de San Rafael.

En 1713, y a instancias también del Ayuntamiento, se hacen gestiones para que la Iglesia adquiera lo que fue la casa del padre Roelas, a fin de edificar en ella una capilla o ermita para darle culto. Hubo bastantes dificultades y por fin en 1735, se pudo inaugurar esta iglesia. Los jóvenes de San Lorenzo colaboraron en esta tarea. Todavía por la Calle Roelas, se puede apreciar lo que fue la entrada de esta iglesia e incluso el pequeño campanario.

Cualquiera que se quiera imaginar aquella primitiva Iglesia, solo tiene que visitar la actual sacristía de San Rafael y se hará una idea de aquella primera Iglesia, el pilón negro de la fuente que hay en ella, pertenece a aquella época.

El 23 de febrero de 1796, al quedar la Iglesia pequeña para el culto de los cordobeses, se decide la ampliación de la misma, para lo que hubo que comprar terreno de huertas colindantes. Con un proyecto de Vicente López de la Corredera, se construyó la nueva Iglesia que aportaba soluciones que ya se habían visto en Córdoba, como por ejemplo la cúpula muy parecida a la de Santa Victoria. La obras de la iglesia básica importó 62.450 reales, para una superficie de 395 varas cuadradas. Fue inaugurada en 1806.

En la fachada hay tres esculturas que representan a San Acísclo y Santa Victoria y la de San Rafael en el centro. Las figuras son de piedra  y cada una costó dos mil reales de vellón. Su autor fue Jerónimo Buti, un milanés afincado en Córdoba. (1799).

Tenemos que decir que nuestros padres y antepasados y nosotros mismos, pudimos ver como los vecinos de este barrio, siempre que había una tormenta,  deseaban de todo corazón de que empezara a “tocar el campanillo”. Para algunos, puestos a opinar, aquello era pura “sugestión”,  para otros muchos no, sea lo que fuere, lo cierto y verdad es que cuando “sonaba el campanillo”, todos quedábamos “confortados en la tranquilidad” de que no iba a pasar nada, ya que incluso parecía que las tormentas se desviaban de la vertical de Córdoba.

Otro recuerdo que en parte nos entristece, es que de las primeras personas que aportaron donativos para la obra de la Iglesia, fue don José Medina y Corella, que con 2.000 reales inició la lista. Este sacerdote a la postre sería el fundador del Monte de Piedad de Córdoba (1864). Esta entidad con el tiempo pasó a ser “De barca de salvación para muchos” “ A transatlántico de lujo” para unos pocos y al final se hundió lamentablemente (2010).


San Rafael en la Torre de San Pedro

En la aparición de San Rafael a Fray Simón de Sousa, le pidió que colocara sobre la torre una efigie suya. El obispo Pascual (1274-1293), temeroso de aquella petición hizo colocar una imagen  encima de la torre, si es verdad que se colocó una imagen pequeña, pero no está demostrado que sea de aquella época.

El obispo don Pascual era hombre virtuoso, y de una profunda fe, y una vez ocurriera su muerte,  pidió ser sepultado en un hospital que él fundara entre el río, la Puerta del Puente y el Seminario. Posteriormente se destinó aquello para cementerio de ahogados del río. Esto ocurrió en 1293. 

En la Iglesia de San Pedro, es donde se hallan todos los documentos relativos a las apariciones de San Rafael al padre Andres de las Roelas, así como el testamento de este virtuoso sacerdote. No entendemos como estos documentos o al menos una copia, no se encuentran en los archivos de la parroquia de San Lorenzo, que fue en el barrio en que nació,  vivió y posiblemente su murió.


San Rafael del Puente Romano

El día 29 de septiembre de 1651, por iniciativa del Jesuita P. Juan Bautista Caballero, en acción de gracias por haber terminado una grave epidemia de peste que había atribulado a la ciudad, se colocó sobre el pretil del Puente Romano una estatua de San Rafael labrada en piedra por el escultor cordobés Bernabé Gómez del Río.

Esto alegró mucho a los barqueros del río que con frecuencia se jugaban la vida a diario, en un río, que al no estar regulado por pantanos, causaba muchas veces estragos.

El único acceso rodado al Campo de la Verdad era a través del Puente Romano, que algunos autores árabes llegarón a decir “El puente de Augusto”. En el año 1952, este puente cobra una actividad inusitada, pues por el pasaban todos los “carrillos de varales” con los muebles de los que se mudaban a la Barriada de Fray Albino. No cabe duda de que el Custodio de Córdoba, se tenía que alegrar de que hubiera familias, que por fin iban a tener agua potable, la pila, la cocina y los servicios individuales entre otras comodidades.  Algunos, arrancaban a llorar de emoción cuando recibían la carta de adjudicación de su casa. Yo vi llorar a bastantes personas. Se cundió mucho por San Lorenzo lo de: “Chiquillo, le das un pellizco a la pared y sale el agua”.


Nos tocó ayudar a varias mudanzas, y daba gusto contemplar las Escuelas Rey Heredia, esbeltas, tranquilas y sosegadas, Casa Currito, El surtidor de la gasolina, El mosaico de Nitrato de Chile. Todo era como una nueva aventura al otro lado del río. A la primera casa que llegamos fue al nº 60 de la calle Pío XII, a donde se mudaba una hija de José Ruíz Lozano, bombero que durante los bombardeos de la guerra, retiró una bomba sin explotar de lo alto de la cubierta de la Catedral de Córdoba.

De vuelta, ya más tranquilos nos íbamos comiendo el membrillo que nos habían dado, además de 2 reales. El dinero lo empleamos para ir al Cine Astoria, que echaba la película KIM DE LA INDIA, de Errol Flínn. Por cierto por aquellas fechas coleccionábamos las estampas de Robín de los Bosques, con el mismo protagonista.

Me contaba el viejo el anticuario de libros de la Corredera, de que él presenció algunas de las discusiones que mantuvieron paseando cerca del San Rafael del puente, el obispo Fray Albino y don Antonio Cruz Conde, el tema no era otro que los alcantarillados públicos de la barriada, al parecer el alcalde le decia: “Usted está loco como se va a hacer tanta infraestructura para una barriada de casas de una sola planta”, pero el obispo siguió insistiendo “erre que erre” Naturalmente se hicieron los alcantarillados y el tiempo le dio la razón al obispo, pues ahora está de moda el tipo de construcciones que llaman “casas adosadas”.


San Rafael en la Torre de la Catedral.

Fue realizado el 26 de mayo de 1664,  y colocado encima de la torre de la Catedral. Es obra del escultor Pedro Paz, que también realizó la imagen de San Lorenzo de dicha parroquia.  Pero de esta torre, después de Hernán Ruíz, los que más saben de ella es la familia de los Sorianos, que fueron campaneros durante varias generaciones. El el doble de Cepa, forma parte de sus vidas. Y es que hay que decir que en la vivienda de los campaneros (en la torre), tenían un cuadro en donde se les indicaba, campana que se volteaba, tipo de toque, duración etc. Actualmente este cuadro con caligrafía del siglo XIX-XX, se encuentra en la sacristía de la Catedral.

Con motivo de las obras de restauración realizadas en la torre de la Catedral  en el año 1992, pudimos comprobar que entre la peana y la imagen del San Rafael, superan los 3 metros largos de altura. La visión que desde esa altura se percibe de Córdoba, es para enamorarse aún más de ella. Se puede ver todo el recorrido del río desde la zona de Lope Garcia, y se pueden contemplar las “arenas doradas” que cita Luis de Góngora en su canto a Córdoba, cuya lápida con el poema está en el testero sur de la base en donde se alza el Triunfo de la Catedral.

La torre de la Catedral sufrió claros desperfectos con motivo de una enorme tormenta que descargó sobre Córdoba en el año 1727,  y el posterior terremoto de Lisboa de 1755. En una nota marginal que aparece en el libro de Actas Capitulares de la Catedral del uno de noviembre del citado año, pone lo siguiente: “El terremoto duró el tiempo en que se reza un credo”, con el terremoto hasta el coro recién terminado por Pedro Duque Cornejo, se estremeció, por lo que tuvo que ser posteriormente restaurado. La torre fue restaurada por el francés Baltasar Drevetón.


San Rafael en la Iglesia del Juramento

En 1733, se ejecutó al estatua del San Rafael del altar mayor y fue realizada por Alonso Gómez de Sandoval, sobre un boceto de Antonio del Castillo. Tuvo que ser varias veces retocada pues desde el principio no quedó muy del gusto de la hermandad, incluso pidieron que la imagen se le diera un acabado en dorado. En un principio estuvo en la llamada primitiva ermita y más tarde pasó al altar de la Iglesia principal en 1798.

Otra vez el Ayuntamiento se movió para que las autoridades eclesiásticas adquirieran el terreno anexo a la primitiva Iglesia, a fin de que hubiera una Iglesia más amplia y digna para el Custodio de Córdoba. (1796).

Tradicionalmente y cuando el acto de casarse era una cosa importante, la  Iglesia de San Rafael era el lugar elegido por la “gente bien” de Córdoba para su casamiento. Yo presencié el de don Rafael Lahoz Arderius, que se celebró en 1951, recuerdo que la estera llegaba hasta la mitad de la plaza, a los  monaguillos le dieron una espléndida  propina.


San Rafael en la Plaza de la Compañía

En la antigua Plaza de Queipo de Llano y ante la fachada principal de la Parroquia del Salvador y Santo Domingo de Silos (Compañía), se alza un sencillo y elegante triunfo dedicado a nuestro Custodio que fue erigido en 1736 gracia a las lismonas que se recogieron con este fin por el P. Juan de Santiago, siendo su autor Juan Jiménez, que lo elevó sobre un pedestal obra de Alonso Pérez

En un principio se concibió con un enrejado que cerraba un recinto cuadrado a su alrededor y en cuyas esquinas había cuatro columnas de mármol, de donde salían cuatro artísticos faroles. Con la restauración de la Plaza, quitaron la reja y las columnas y dejaron solamente la columna que sostiene al San Rafael.

Cerca de este triunfo a San Rafael existía un centro farmacéutico que llamaban “Centro Sevillano” en la esquina de la Calles el Reloj-Munda y daba mucho movimiento a la Plaza de chavales con bicicletas de las distintas farmacias de Córdoba. En aquellas épocas las farmacias “tenían lo puesto” y la mayoría de los medicamentos estaban en los centros, e iban y venían en las bicicletas que al aparcarlas en la Plaza, daba aquello sensación de un pequeño garaje.

En la calle Munda, había una taberna muy clásica que se llamaba Casa Pastor,  allí se juntaba a beber vino gente muy castiza y orgullosa de sentirse cordobeses. El vino lo bebían en unos vasos de culo gordo a los que se le llamaba “cubetas”. Más de una vez, algunos grupos de amigos sobre todo en las noches de verano, solían pararse junto al Triunfo de San Rafael y dedicarle un turno de poesía por cabeza. Eso no lo contaba Rafael Quirós Luna, que conoció perfectamente a muchos de estos personajes eternos de esta Córdoba.

En el año 1958 se celebraron unos exámenes de oposición para el Monte de Piedad del Sr. Medina, dichas pruebas tuvieron lugar en una clase de la planta superior del Colegio Cervantes,  el tribunal lo presidía un canónigo arrullado en su manteo al que llamaban don Tobías, y viene aquí bien ese nombre, pues hubo madres de los examinandos que pusieron velas y lamparillas en el Triunfo al San Rafael por la suerte del examen de su hijos. Fueron muchas las que esperaron en la puerta del Colegio. Por aquellos tiempos la central del Monte estaba en la Calle Ambrosio de Morales, enfrente de la casa en donde nació Pepe Villalonga, que fuera entrenador del Madrid y de la Selección nacional. En Córdoba jugó al fútbol en el equipo "Once Rojos".  


El San Rafael en la Antigua Estación

Don Pedro Salazar y Góngora, en el 1743 y siendo obispo de Córdoba, decidió levantar un triunfo a San Rafael en la explanada que quedaba entre el río y la Puerta del Viejo Alcázar de los Reyes Cristianos que, por aquel entonces era Prisión Provincial. Al abrir la Avenida del Corregidor (entre los dos puentes),  se trasladó dicho triunfo a la explanada de la Estación Central de ferrocarriles en 1954.

El Bar Montes y Casa Eduardo, cobijaban a los noctámbulos de Córdoba que saludaban al Arcángel al amanecer. Jorge Negrete cuando llegó a Córdoba en 1948, acompañado de sus "Mariachis" se asombró de ver tantas veces el Custodio de Córdoba. 

Con el cierre de Casa Eduardo, los taxistas de Córdoba perdieron algo como si fuera su segunda casa. La viuda que terminó regentando el negocio era como una madre para todos ellos, todo lo que tenía de bajita, lo tenía de buena y cariñosa. Su Café era insuperable 

Por otra parte el San Rafael de la Estación puso ver como nadie como en aquellos años, 1955-1970, se nos marchaba mucha gente a otras partes de España y al extranjero a buscar trabajo.  Muchos dejaban familia y raíces atrás. Unos volvieron, pero otros se quedaron, porque los hijos habían nacido allí y habían adoptado las costumbres y el idioma. El caso más significativo lo constituyen los hijos nacidos en Cataluña, a los que llaman “charnegos”, y que según las estadísticas se han constituido en un núcleo importante del separatismo.


El San Rafael de Puerta Nueva

En el año 1747, se celebraron unos festejos taurinos organizados por los vecinos del barrio, a fin de construir en el centro de la Plaza una monumental fuente que además del exorno, era totalmente necesaria para esa zona de Córdoba. Se recogió dinero suficiente para la construcción de la fuente y el dinero que sobró se empleó en construir un triunfo a San Rafael, que en un principio se colocó junto a la puerta del Convento del Carmen, más tarde se colocó en el centro de la Plaza y parece mirar a todos los viajeros de la antigua carretera de Madrid. Su autor es obra del cantero  Juan Alcaide.

Este San Rafael fue restaurado por Rafael García Rueda, y en su rostro pudo apreciar los impactos de las balas, que en aquella refriega de junio de  1808, se formó cerca de Puerta Nueva, sobre todo a raiz de que Pedro Moreno, el juez de Paz, vecino de la Calle Ancha de la Magdalena, disparara su mosquete contra el general Dupoon, derribando solamente su caballo. La reacción de los franceses, fue de locura durante 9 días, en donde saquearon, abusaron y destrozaron buena parte de Córdoba.

A lo que se ve, los vecinos de Puerta Nueva, no ganaban para disgustos, pues la fuente que construyeron con el dinero que recogieron del festival taurino organizado en 1747,  les fue quitada al barrio en 1950, y trasladada al Jardín del Alpargate. El disgusto de los hermanos García Rueda, los Blanco, los Herrera, los Flores, los Goméz, los de la Torre, los Gálvez, los Seoane, los Lanti, los Dobao, y muchos vecinos del barrio que protestaron por aquel robo, se hizo latente, pero de nada sirvió.

Después de aquello el Jardín de Puerta Nueva, fue cercado con alambrada de espino como si de una huerta se tratara, y en su interior se sembraron unos espléndidos rosales, que durante mucho tiempo dieron un colorido a la Plaza, con la sola presencia del San Rafael y el eterno transformador de la Sevillana. A finales de los años sesenta el transformador lo cambiaron de ubicación y abrieron los jardines.


El San Rafael del Alcázar Viejo

Estuvo construido en 1753, y presidió desde su columna la Plaza de San Basilio, fue costeado por los hermanos Guiral. Con el tiempo y debido a problemas surgidos en la columna, la imagen se colocó sobre una ménsula en la esquina que forma la Iglesia de San Basilio. El Arcángel es testigo, en los meses de mayo festivos, de la cantidad de gente y turistas que al pasar por delante de su estatua, rezan y piden la protección del Custodio de Córdoba. 

Aquí me recordaba Paco Leiva Campoy, que su amigo don Guillermo Romero Fernández, párroco de San Basilio y hombre de leyes, le decía que en el Archivo de Protocolos Notariales de la Calle Pompeyos, existen multitud de testamentos que comienzan: “En el nombre de la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo y del Glorioso Arcángel señor San Rafael Titular y Custodio de esta ciudad de Córdoba”.


El San Rafael de la Plaza de Aguayos

En el año 1763 fue costeado por la marquesa de Santaella y condesa de Hornachuelos, se erigió en la Plaza de Aguayos en donde tenía su palacio. Allí en el Covento de las francesas, estuvo interna Pepa Montes, que era voluntad de su madre que se corrigiera, pero a lo que se vio de poco le serviría cuando debutó en Córdoba en una Feria de mayo de 1956, con el espectáculo “Más madera” del Teatro Victoria.

A esta Plaza le han hecho un desastre arquitectónico con el bloque que han construido en el rincón de la derecha, horrible, y que ha estropeado parte del encanto de esta Plaza única.

Hay quien afirma que debajo de esta Plaza hay un gran manto de agua corriente y es la que afecta al muro izquierdo de la Iglesia de San Pedro en sus cimientos y que da lugar a que se vea totalmente inclinado si se mira desde la esquina del antiguo Bar Brasero, donde jugaban al parchís, los Flore, Berenguer, el Chapu, Méndez y el “Limpia”, casi todos de la Ribera.


El San Rafael de la Plaza del Potro.

Miguel Verdiguier en 1768 vivía en la Plaza de San Hipólito, y a iniciativa de él se construyó un triunfo que ocupó un rincón de la Plaza, que pasó a llamarse Plaza del Ángel.  Según parece el artista francés estaba muy disconforme con el proyecto del triunfo de San Rafael en la Catedral que le habían encargado, y por eso realizó éste para compensar su disgusto. Completó la obra el maestro de obras Francisco García Terrin.

Este triunfo fue trasladado en el año 1924, a la Plaza de Potro, estableciendo con él una separación entre la plaza y la Travesía de la Ribera. Desde hace un tiempo está sobrecogido de ver al simpático “bañísta de la ventana” que no termina por lanzarse nunca al agua.

Desde entonces a la Plaza de San Hipólito se le llama la Plaza del Angel. Todavía recuerdo , que en esta Plaza y donde está el "Mesón Los Lobos", hubo una Cooperativa Benéfica, que tenía un Economato, y uno de los empleados fue Inocencio Montes, que se casaría con Modesta, la dueña de los conocidos Almacenes Modesta de Córdoba.  

Cerca de la Plaza de San Hipólito, se ubicó por aquellos años 1966, el Bar Restaurante Carmona, que desde Alcolea, había emigrado a Córdoba, primero en Avda. Carlos III, en donde lo primero que se veía al entrar a su Salón era un gran cuadro, con la foto de Manuel Benítez con Franco. También se instalaron en la Calle por donde se entraba al “gallinero” del Gran Teatro. (Menéndez Pidal). Con la llegada de la democracia la foto le traería mala suerte hasta el punto que los “Carmona” desaparecieron.


El San Rafael del Triunfo de la Catedral

Por iniciativa del Cabildo eclesiástico de Córdoba, que así quería hacer patente su devoción al Custodio de Córdoba, se encargó el proyecto del monumento a los arquitectos de Roma, Domingo Esgroijs y Simón Martines, que fue aprobado el día 26 de marzo de 1738 comenzando la excavación de los cimientos. Por razones de tipo económico el proyecto se quedó parado, hasta que el obispo, Martín de Barcia, decidió costear de su dinero y llevar a cabo su ejecución encargando de las obras al artista francés don Migue Verdiguier.

Los trabajos comenzaron en 1765 y se terminaron en abril de 1771,  El obispo Barcia, no pudo ver la obra terminada porque falleció, antes de su terminación, dejando en su testamento el dinero necesario para su terminación. Sería su sucesor el obispo don Baltasar de Yusta el que lo inauguró en diciembre de 1781.

Sobre la reciente disputa en relación con la propiedad del mencionado Triunfo, tenemos que decir que de la mano de Enrique Redel Aguilar (1872-1909), que en su libro “SAN RAFAEL EN CÓRDOBA”,  editado en 1899, Imprenta del “Diario”, C/ Letrados nº 18. págs. 21 5-216. dice lo siguiente:

“1850.-En el 27 de junio compareció en las Casas Consistoriales un vecino de la calle ENMEDIO, llamado Fernando Rodríguez, manifestando que durante cinco años había sido guarda del Triunfo de la Catedral y que por ello recibía un honorario del Sr. Obispo don José Bonel y Orbe; pero que en mayo de 1847 dejaron de abonárselo y, viéndose en estado de necesidad, trató de entregar las llaves del expresado sitio primeramente al mayordomo del Palacio Episcopal, al Provisor después y luego Gobernador de la provincia sin que ninguno de ellos se las admitiese fundados en que  no ejercían dominio sobre el monumento. El Fernando Rodríguez manifestó que, no queriendo abandonar el sitio sin comunicarlo a quien fuese su patrono y, para que no se le hiciesen cargos en lo sucesivo, quería entregar las llaves al Señor Corregidor. Entregó, pues, las llaves y, por disposición del Cabildo municipal, fueron guardadas en su archivo.

El 19 de agosto se vio en Cabildo u  oficio del Prelado exponiendo que aplaudía “El pensamiento de reparar y conservar el recinto del Triunfo”  y que nada tenía que reclamar ni argüir por ello al Ayuntamiento. La Corporación no quedó satisfecha con esto y nombró a los señores don Francisco Portocarrero y don Rafael J. de lara para que viesen el modo de conciliar el patronato.

En otra sesión (en 3 de septiembre) manifestó el señor Portocarrero que había propuesto al Obispo que transmitiese al Ayuntamiento los poderes que tuviera sobre el Triunfo de modo más preciso  y terminante: y que el obispo habíale contestado que no determinaba mejor su donación  porque no tenía acción ni título alguno que justificase la propiedad del sitio y únicamente podía manifestar conformidad. La Corporación acordó entonces que el señor Obispo diese su consentimiento por escrito. Y así se logró.”



El San Rafael del Puente Nuevo

En la confluencia de la Avenida del Corregidor  con la Avenida del Conde de Vallellano y la entrada del puente sobre el río Guadalquivir, se alza el último triunfo de los colocados por la ciudad a su Custodio. El Triunfo es obra de Amadeo Ruíz Olmos. El Custodio de Córdoba, podía contemplar la nueva entrada a Córdoba, por el puente inaugurado el 29 de abril de 1953, y que fue un proyecto de García Gallegos

Es muy frecuente que este puente que ahora llaman de San Rafael, se le confunda con el que Juanita Reina, menciona en su copla dedicada al entierro de Julio Romero de Torres (1950), en donde dice: “Puentecíto, puentecito, puente de San Rafael…../ Nunca podrá ser éste puente ya que fue inaugurado en 1953.

El San Rafael del Puente, está a la entrada a Córdoba desde Sevilla y enseguida enlaza, con la Avenida del Conde de Vallellano, una de las mejores obras que se realizaron en Córdoba (1954), por cierto Juan Antonio Palomino, que fue concejal del Ayuntamiento de Córdoba, con Guzmán Reina, nos dijo: “Las cosas de palacio van despacio", en referencia de que la obra de la Avenida del Conde de Vallellano, se terminó de pagar a principios de los ochenta”.


El San Rafael del “Jardín de los locos”

En 1975, la desaparecida Caja Pronvincial, levantó sobre el solar que dejó el antiguo Hospital Psiquiátrico, unos bloques de viviendas,  completándolos con una zona ajardinada de muy buena estructura. Atrás quedaba la popular “Casa de los Locos”, la Fábrica de Anís Ventolera, la Escuela del Campo, con su Parque de Bomberos al lado. “Matapalos” y Basurte. Ellos fueron quizás los últimos que vieron El Jardín del Santo Cristo, en plena actividad.

Con buen criterio se repuso una imagen de San Rafael, que había en el patio del antiguo Hospital de la Misericordia, según nos comentó Manuel Herrador, que trabajó muchos años allí como practicante. Esta idea fue participada por bastantes vecinos de esos bloques, pero entre ellos quiero recordar a Rafel Ruíz Lucena, una de las personas que mejor supieron amar a su Córdoba, siéndole leal hasta su muerte. Se pateó con su amigo Juan Carrasco Heredia, toda la Sierra, en busca del nacimiento de los arroyos,  para que el poeta, Carrasco, pusiera arte y poesía en su magnifico libro “Los Arroyos de Córdoba”.

Tengo que mencionar aquí a Miguel Escudero Melero, que conocía esta parte de su barrio como la palma de su mano. Él sabía mucho de San Rafael, al que llamaba familiarmente “su amigo”, cuando todos los día sin falta iba a visitarle a la Iglesia del Juramento. Contaba él que por aquellos años de 1956, El popular  “Pepe Olla” lo vió un día entrar a la Iglesia y al verlo le pregunto: “Pepe que haces aquí, -nada le contestó él-,  que vengo a que el Santo me enseñe a leer, pues no quiero que me vuelva a pasar lo que me ha pasado”.  Entonces contó Miguel, que este buen hombre puso un puesto de carne (despojos), y como no sabía leer, le pidió a unos amigos que le hicieran un cartel y él se despreocupó del asunto. Al otro día abrió su puesto y se dispuso a recibir clientes. Pero asombrado de que allí no llegaba nadie, le preguntó a un amigo que era lo que podía pasar. El amigo que quiso ser sincero con él, le dijo: “como va a entrar nadie si te han puesto en el letrero: “Aquí se vende carne de perro muerto”. De verdad que aquello eran cosas que sólo pasaban en el “Jardín de los Locos”.


El San Rafael del Jardín del Alpargate

Con la restauración del nuevo Ayuntamiento a principios de los años 80 del pasado siglo se derribó el antiguo edificio de la Calle Capitulares, y de su portada superior se quitó una estatua del Arcángel San Rafael de cierta antigüedad, y se trasladó al Jardín del Alpargate, a donde en forma de Triunfo da la la salutación a todos aquellos que entran por la Puerta de Plasencia, tan recordada en la historia de Córdoba. Se dice que este San Rafael cuando estaba en el Ayuntamiento estaba orlado con dos farolillos, cuya luz se apreciaba desde ciertos lugares de Córdoba y servía para orientar a los caminantes.

Con este Triunfo se renovó de nuevo la Plaza y la artística fuente que se había traído desde Puerta Nueva, se retranqueo para atrás y en su lugar se colocó el citado Triunfo.

Hablar de San Rafael, en su día del 24 de octubre, es hablar de festividad y de celebración en el campo, con el clásico perol. Esa es una costumbre antigua de la gente de Córdoba, que desde siempre se dio cuenta de lo siguiente:

-Guisar para muchos, siempre es muchísimo más barato, si buscamos el costo medio por cabeza, que si se guisa para pocos.

-Al aire libre, se ensucia infinitamente menos que si uno tiene invitados en casa

-Se puede hacer coincidir y convivir a más familia y amigos que si de cualquier recinto cerrado se tratara.

-Además, los efluvios del vino en el campo, resultaban más sencillos y fáciles de digerir.

-Y por otra parte se hacía ejercicio al andar, subir y bajar cerros, y que unido al aire libre, resultaba un ejercicio de aire puro, muy bueno para el cuerpo.

Estas frase, estuvieron escritas en los reglamentos de la fugaz “Peña la Lira” que se fundó en 1956, en el Hogar Parroquial de San Lorenzo, en el Cerro de la Golondrina, luego los terrenos de dicho Hogar Parroquial, (1974), volvieron a la propiedad de Cajasur, pues no se llegaron a pagar ni los intereses del préstamo que se pidió para comprarlo.


San Rafael en el Hospital de San Juan de Dios.

Sobre la finca de San Pablo que gracias a una donación  (150.000 pesetas) habían adquirido los hermanos, construyeron la Hogar y Clínica de San Rafael que se conoció hasta los años 70.

El nombre San Rafael va unido a muchos centros de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, la primera comunidad estuvo formada por:

Padre Guillermo Llop
Padre Juan Grande Antía
Hermano Adrián Touceda
Hermano Crescencio Olivares

El nombre de padre se les daba no por que fueran sacerdotes, sino en razón de edad, pues en esta orden sólo empezaron a tener sacerdotes a principios de los años sesenta.

El cuadro médico de aquella época:


Director Honorario:                     Dr. D. Emilio Luque Morata
Director-Jefe de Medicina:        Dr. D. Antonio Manzanares y Bonilla
Jefe de Cirugía:                               Dr. Francisco Calzadilla León
Jefe de Laboratorio:                     Dr. D. Germán Saldaña Sicilia
Medico Auxiliar:                            Dr. D. Antonio Carreto G. Meneses
Gastropatólogo:                             Dr. D. Juan de Dios Jiménez Fdez.
Otorrinolaringólogo:                    Dr. D. José Navarro Martín
Odontólogo: Dr.                              D. José Casana Diéguez
Urólogo:                                            Dr. D. Rafael Pesquero Muñoz


Un hombre al que también hay que recordar como si como si perteneciera a cualquier cuadro médico es a Rafael López Cansinos, que durante años fue el alma de aquellas Subastas que organizadas en Radio Córdoba, llegaba a todos los hogares cordobeses.

En 1954, estuve en la Hogar y Clínica de San Rafael, desde el 17 de Enero al 23 de Abril, allí pasé un tiempo hospitalizado que me marcó por el cariño que aquellos frailes:

Hermano Gerardo, Hermano Gabriel, Hermano Bernabé, Hermano José, Hermano Domingo Hermano Bonifacio, Hermano Mauricio, Hermano Enrique, Hermano Justo

Todos, incluidos los trabajadores se portaron maravillosamente con los enfermos que estábamos allí acogidos. Sánchez, que luego tendría su barbería al lado del Bar Litri de la Fuesantilla, formaba parte de un equipo de personal de laicos que igualmente nos atendieron con todo el cariño del mundo. Pepe, Miguel, Marcelino, Roque y Baldomero, seran personas que siempre les recordaremos con todo el cariño.

El quirófano estaba al fondo de la galería de la izquierda conforme se entraba. Te bajaban de la primera planta (solo había una), en un ascensor y las camas esperaban cola en la puerta del quirófano. Allí no había familiares, ni salas de espera. Eran operaciones de traumatología, y empleaban el cloroformo con máscarilla. Cuando se abrieron las puertas del quirófano, yo llevaba una estampa de San Rafael que me había dado mi madre el día del ingreso. Nada más entrar el hermano Gabriel, muy complaciente me dijo: “déjame la estampa que te la guarde, aquí tienes un San Rafael que preside el quirófano”.  Aquellas palabras me confortaron y cuando desperté ya estaba en la habitación de operados, en donde por cierto, tenía mi estampa y había un cuadro muy bonito de San Rafael.

Aquella estampa del San Rafael sobre el Puente Romano, que había en el cuarto de operados me impresionó tanto que siempre la tuve grabada en mi mente. Un día afortunadamente me llegué a casa de José Luis Muñoz Baena, compañero de fábrica y excelente pintor, que tenía entre sus cuadros a este San Rafael y le pedí que me pintara uno. Luego me contó que a Rafael Gómez Sánchez, le habría pintado este cuadro infinidad de veces, pues solía regalarlo a sus amigos. El primer domingo de visita de mis familiares después de la operación, se presentaron mis padres y me regalaron una medalla de plata con la imagen de San Rafael, la habían comprado en la sacristía de San Rafael, que estaba al cuidado de Socorro, que con su hábito de penitencia, parecía una piedra más de la Iglesia.

Por cierto que el hermano Bernabé el día 3 de febrero nos despertó de madrugada y estaba cayendo sobre Córdoba una intensa nevada la más grande que yo he visto en mi vida. La Ermita de la Virgen de Lourdes, había quedado totalmente cubierta de nieve.  Y era impresionante ver toda la zona de naranjos cubiertos de nieve. Llegaron voluntarios para sacarnos en las camillas a la terraza para que pudiéramos ver aquel maravilloso espectáculo. El viaducto del Pretorio que en aquellos tiempos era de un solo ancho se veía como un montículo de nieve.


San Rafael en la Calle Candelaria

El altar de la Calle Candelaria esquina con la Calle Lineros, fue realizado por Antonio Monroy, que en 1801, pinta a San Acísclo y Santa Victoria y en el centro de ellos, a San Rafael Custodio de Córdoba. Curiosamente un par de casas más adentro de la Calle, en los años 1950, había una casa en donde se impartía “Religión de los protestantes” a decir de nuestras madres.

Todavía en Córdoba se hablaba de un pastor que hubo en esta Iglesia Evangelista que se llamaba  don Agustín Arenales, además de pastor protestante, era republicano y por ello se exilió a Mejico en el año 1938. Era un hombre de gran oratoria y fomentó la Sociedad de Jóvenes cristianos, que llegó a contar con más de 30 componentes. En la Capilla, como él llamaba a este recinto, acudía mucha gente deseosa de escucharle.


Pero la Calle Candelaría y el Arcángel tuvieron su notoriedad en Córdoba. Tenemos que hablar del equipo del Candelaria, cuando jugaba en los Salesianos   en aquellos campeonatos de verano, organizados por don José María izquierdo, causaba sensación. Además en esa Calle nació Miguel Reina Santos (1946), al que el “DIARIO MARCA” en una entrevista que le hacían al final de los años sesenta, lo citaban como; “EL ÁNGEL DE EL ARCÁNGEL”, por su espectacularidad en aquellas paradas que aún quedan en las retinas de los aficionados cordobeses que íbamos al viejo Arcángel.

Además Miguel Reina, en ese entorno de Lineros, Santiago, era sumamente querido. El San Rafael de las Cinco Calles, es testigo de que el Bar que había en la esquina de la Calle Carlos Rubio, tenía un cuadro de Reina, como un auténtico Arcángel.

Un poco más abajo y ya en Bar los Mochuelos de Santiago, todavía recordamos a Pepin, gran aficionado al Atlético de Madrid e incondicional de Reina, hasta el punto de que una vez que vino el portero por Córdoba y no se pasó para saludarle, de coraje, colocó un par de dias su cuadro boca abajo.


San Rafael en la Plaza de la Fuenseca

La Calle Juan Rufo, se ensancha en una pequeña plazueala encalada donde hay una fuente famosa, La Fuenseca, en esa paradoja tan cordobesa de la sed en el agua, la salud en el cementerio, la verdad en el campo, la caridad en el potro agónico. Fuente tantas veces pintada por Julio Romero de Torres reflejando a hombres que acechan o mujeres que huyen, en cuadros que esconden muchas verdades ocultas de esta plaza.

Córdoba es rica en agua, y allá por el año 1495, mientras que el arquitecto Pedro Lope, se decide a acometer la obra de los pórticos del Patio de los Naranjos, se intentó aprovechar el caudal del venero de la huerta de las Dueñas y pensaron en poner una fuente a nivel de la Calle Alfaros, por donde el fotógrafo Melero, tenía su ático de madera. Pero el caudal no llegaba con facilidad a ese nivel y la fuente casi siempre estaba seca. De ahí el nombre de Fuente-seca.

Entonces cambiaron la ubicación de la Fuente y la pusieron en un plano más inferior, en donde incluso había que bajar algunos escalones. No obstante en el año 1808, poco antes del terrible saqueo de los franceses en Córdoba, (junio 1808), se decide ubicar la fuente en el lugar  actual pero cambiando oportunamente su diseño, dotándola de un pilar con cuatro bondadosos caños. Encima de la decorativa fuente se colocó una pequeña estatua de San Rafael, que se hallaba mal colocada en mitad de la plaza sobre un pilar de mampostería. Para la historia, la fuente ganó estética y el Custodio se podía reflejar en el agua del pilón. Se quitó la sequedad, ahora incluso el agua se sentía  fluir cerca de las primitivas tiendas de lo que fue Pedro Romero.

El cuadro resultó tan atractivo que Julio Romero de Torres lo plasmó para la eternidad. Si el cuadro tuviera memoria, podía recordar las veces que el Custodio se puso colorado cuando los que iban a las casa de citas de Santa Marta, se tapaban un tanto la cara al pasar delante de la fuente. Eran otros tiempos.

También San Rafael recordará las veces que Enrique Redel, Romeros Barros, o Pablo García Baena, Rafael Cantueso, Juan Bernier y Ricardo Molina, le saludaban al pasar y le pedían prestada la “calabaza” de su caña, para beber el vino en la Taberna el Bolillo. Y por si faltaba algo, allí estaban los comestibles y el pan de los Cárdenas Cantueso, por algo era la Calle Imágenes.

San Rafael, en el día a día contemplaba como Antonio el barbero, se consumía en su enfermedad producto del tabaco y de su soledad. Se quejaba con frecuencia el barbero, de que los muchos clientes que entraban en Casa Rafael Bellido, tales como Adalberto López, Rafael Martinez, Felix Sánchez, Juan León, Enrique Olmo, Rafael Pérez, etc. etc. tenían por barbero al simpático “Marchena” de la Puerta del Rincon, que les agradaba por su estilo y parecido con el arenero.

Al cine nos llevó mi madre sobre el año 1953, para ver la película “MORENA CLARA”, fue tanta la gente que acudió a la película, que tuvimos que salir por la puerta falsa (Por la Calle Santa Marta), y salimos enfrente de un negocio que decía: COOPERATIVA DE EBANISTAS”, mi madre nos indicó que siempre se había oído por Córdoba de que allí existía una célula de masonería.

En el libro de Eloy Vaquero, dice: “En 1917, la profesión de nuestros regidores electos, era la siguiente: Don Francisco Azorin Izquierdo, (Arquitecto), don Bernardo Garrido de los Reyes, (Ebanista) , don Mariano Salinas Dieguez (Platero), don Enrique Suárez Aranda (Ebanista), don Pablo Troyano Moraga (Tipógrafo), don Juan Guerra Lozano (Perito), don Manuel Cáceres Urbano (decorador).

El presidente de esta Cooperativa don Bernardo Garrido Reyes, llegó a la alcadía de Córdoba en aquellas elecciones municipales de 1934.


SAN RAFAEL

Ya queda dicho bastante sobre cosas relacionadas con el Arcángel San Rafael pero no podemos dejar atrás a la “Confitería de San Rafael” que supo lanzar a la gran popularidad un pastel como “EL Manolete” que había sido “inventado” por la Confitería Mirita de la Calle Concepción. Y es que la Sucursal de la Confiteria de la Calle Juan Rufo, también formó parte de su historia.

Y también como no recordar a mi entrañable Colegio Salesiano, con aquel patio de los Eucaliptos, en donde nos sentíamos felices. Allí y desde la terraza que rodeaba al patio, y en la zona centro, donde había un magnifico relieve de San Rafael, era cuando en el día de Todos Los Santos, don José Bosio, don Rogelio, don Adolfo, don Rafael Sánchez, y don Jos Mª Campoy, con la ayuda del “cebollita” nos echaban aquellos sacos de castañas, “esturreados”, para que todos disfrutásemos de meterlas en nuestros bolsillos vacíos. Con toda seguridad el San Rafael del patio, de que al parecer fue su autor un antiguo alumno de aquellos primeros tiempos que vivía en la calle Humosa, tenía que sonreír ante la actitud de estos curas que nos hacían felices.  


EL PEROL

Cualquier persona que no sea de Córdoba, o incluso los jóvenes de nuestra ciudad que lean el “maravilloso articulo” de Tico Medina, de los fines de semana, titulado “EL PEROL”, les confundirá por completo, pues una cosa que fue una tradición singular de la gente de Córdoba, lo ha convertido él, en un mal escaparate, trayendo cada semana a una serie de personajes que en muchos casos, ni conocen y ni saben nada de Córdoba. Y menos aún tienen relación alguna con el auténtico “Perol cordobés.”

Con razón dice el periodista Víctor Márquez Reviriego, en (El Día de Córdoba 27/01/2013). “Los periodistas de mi generación somos una  degeneración”. 

Pocas cosas tenemos los cordobeses, pero trayendo a estos periodistas “tipo camaleón” para que cuenten nuestras cosas, peor vamos a quedar para la historia. El día de mañana, nuestros nietos y descendientes, posiblemente quieran saber algo de esa costumbre cordobesa, que consistía en ir un día de campo y  entre amigos y familiares a comerse un perol. Eso,  nada tendrá que ver con lo que más o menos nos dice este periodista, que lo mismo habla de personajes que no han “pegado un palo al agua”, que nos pone a cualquier Belén Esteban que se le ocurra,  o persona por el estilo, o termina por ponernos los dientes largos, relatando la última e idílica noche de bodas de la duquesa de Alba. Por favor Córdoba y sus costumbres merecen un respeto.  





sábado, 4 de octubre de 2014

SI LAS PIEDRAS HABLARAN


La  arqueología surgió como una consecuencia lógica de la búsqueda del hombre por conocer su propio origen, o lo que es igual su pasado. Hasta bien entrado el siglo XX, la arqueología se podía decir que era puramente teórica, pero fue con las técnicas y metodología de la excavación como esta ciencia está llegando a cotas muy altas en la investigación. No obstante, los trabajos de arqueología son trabajos de “interpretación”.

El sabio Hesiodo, en Los Trabajos y Los Días, hablaba de cinco estados de evolución de la humanidad. Por otra parte los griegos y los romanos creían que el principio de todo era una época dorada, anterior a todo y como una especie de paraíso en donde el hombre totalmente libre, no tenía ni que preocuparse ni por el trabajo ni la alimentación. Era una concepción idílica en la forma de vivir. Luego fueron apareciendo los religiones y cada una establecía su orden de comienzo de la humanidad, su evolución y el final. La necesidad de estudiar todos estos avatares con método, hizo que surgiera la arqueología.

Pero la arqueología sin la historia, no definiría nada, la historia y su recreación del arte, son los que ayudan a formar las hipótesis de trabajo, y  posteriormente serán los trabajos de excavación, su estudio, comparación y la posterior catalogación, lo que confirmaran dichas hipótesis.

Un catedrático de la Universidad de Córdoba, en declaraciones al periódico Córdoba, dice: “No acaba de haber unanimidad entre los investigadores a la hora de atribuir o no a Octavio la refundación de Corduba tras las guerras civiles.” Con lo que se confirma que la disparidad de interpretaciones es muy natural alrededor de las piedras.

Pero obviamente aquí no quiero hablar de arqueología,  porque eso son cosas serias y prefiero recrearme en las cosas de Córdoba y sus anécdotas.


LAS PIEDRAS DEL ESPACIO

De chiquillos la primera visión que tuvimos de las piedras eran que servían para adoquinar las calles y nos llamaba la atención aquel trabajo porque se realizaba  sentado a ras del suelo. Luego cuando íbamos a la orilla de cualquier arroyo o  río, a casi todos nos gustaba experimentar el efecto de “entrar y salir” del agua que hacía “la piedra tipo chifleta” al lanzarlas de forma casi horizontal a la superficie del agua, había algunos que conseguían que entraran y salieran las piedras más de tres y cuatro veces.

Todavía podemos recordar como en aquellos años iniciales de TVE el profesor Luis Miravitlles (1930-1995), en un programa que se llamaba “VIAJE HACIA FUTURO”, (1963-1965), nos explicaba con el “entrar y salir” de la “chifleta” en el agua, su parecido al efecto que experimentaba cualquier objeto volador que lanzado al espacio exterior quisiera hacer su “reentrada” en la atmósfera de la Tierra, salvando el anillo de partículas Van Halen que rodeaba nuestro planeta. Él, nos explicó de forma clara y didáctica, el porqué del angulo de 6.2º, con el que cualquier objeto, sea satélite, cápsula, transbordador, o lo que fuere, deberá realizar la “reentrada” en la atmósfera con un angulo correcto, pues de lo contrario, o puede ser rebotado de nuevo al espacio exterior, o será desintegrado por las altas temperaturas que se ocasionan a consecuencia del roce y la enorme velocidad de los vehículos. Y es que el anillo de Van Halen está lleno de partículas. Este cinturón que se observa en dos franjas, fue descubierto por el científico James Van Allen aprovechando el lanzamiento del Explorer I (1958) y eso que fracasó.  Los programas de Luis Miravitlles, fueron una gozada, pues en capítulos sucesivos, nos puso al día de la disputa científica de las dos grandes potencias (Rusia-EE.UU), en la carrera por el espacio. En aquellos años, 1963, él, le daba cierta ventaja a los rusos, que contaban con el rehabilitado Sergei Pavlovich Korolev (1907-1966), todo un genio en propulsión. Los americanos, nos explicó, tampoco estaban cojos, pues tenían a Wernher Von Braun (1912-1977), alemán nacionalizado americano, que era otro auténtico genio, pero los americanos a pesar de disponer de un número mayor de empresas tecnológicas en su país, no pudieron evitar que el 12 de abril del 1961, los rusos se les adelantaran con el vuelo espacial de Yuri Gagarin. Aquello confirmó que al menos en aquellos momentos los rusos iban por delante de los americanos. Por cierto en aquel vuelo alrededor de la Tierra la propaganda rusa, o cierta prensa, parece ser que puso en boca de Yuri Gagarin, el hecho de en su vuelo no había visto a Dios. Un capuchino italiano respondió a aquella supuesta frase diciendo:  “Para ver a Dios hace falta montarse en la Cápsula de la Humildad y Acelerarse a la Velocidad de la Luz”.


LA PRIMERA PIEDRA CALIZA

Siempre que íbamos al campo sobre todo el día de la Candelaria, solíamos coger el camino viejo de Pedroches, esto es, lo que hoy es la Calle Cinco Caballeros, en donde por cierto a la Cruz de Piedra (1650), se le llamó mucho tiempo del padre Roelas, y se puso posteriormente a la muerte de este sacerdote, que era capellán del convento de las Dueñas, y que murió en 1586, y su testamento se debe de encontrar en la Parroquia de San Pedro, en donde también se encuentran sus revelaciones sobre las apariciones de San Rafael. Dicho esto, continuamos nuestro camino hacia el campo y subíamos la pendiente que nos llevaba a una planicie en la cual nos quedaba a la derecha la antigua prisión provincial y el Barrio de Miraflores y en la esquina de la izquierda un ventorrillo, que por los años 50, lo regentaba un tal Edelmiro. 

Cruzábamos la parte llana de forma recta y de seguida y cruzando el Paso a Nivel con barreras, pasábamos por una parcela que tenía más de “perrera” que de otra cosa, pues eran cientos los perros que se lamentaban de algo ladrando. Inmediatamente se llegaba hasta el Puente Romano y el Molino de los Ciegos, que hay sobre el Arroyo de Pedroches y que era  el ramal en donde empezaba la Ruta de la Plata que pasando por Mérida, llegaba hasta Asturias, terminando en las minas de oro de “Las Médulas” en León. No obstante a ese puente nosotros les llamábamos como el “Puente de los Reyes”, por su enorme parecido con el que se daba en los nacimientos que hacíamos en nuestras casas. Tengo que decir que en el Barrio de Miraflores, se celebró el primer bautizo de lo que luego sería la Parroquia de San Antonio de Padua, yo estaba allí, yo fui el monaguillo. Por cierto este topónimo (Miraflores), ya lo menciona Enrique Redel comentando unos pasajes históricos de 1586, cuando hace el relato de las apariciones de San Rafael. (1ª. edición- 1899).

Entonces no existía la Avda. de Carlos III, y el camino de los “cinco caballeros”, se prolongaba hasta coronar el tramo en pendiente que hoy se llama Avda. de Blas Infante; precisamente es el tramo de calle, en donde la policía hizo estallar el coche bomba que Eta, había dejado abandonado cerca del lugar del atentado que le costó la vida al sargento Miguel Ángel Ayllón. (1996). Algún fallo de los terroristas, hizo que dos coches cargados de explosivos estuvieran en un principio “despistados”, del control de los anti-explosivos,  hasta el punto de que la misma policía movió con la grúa un coche cargado con 200 kilos de amosal sin saberlo, y lo sitúo finalmente en donde la policía lo hizo estallar con un gran estruendo que se oyó por toda Córdoba a las once de la noche.

Pues bien en ese mismo lugar y antes de llegar a la confluencia con la Calle Guarani, estuvo ubicada por aquellos años, (1931-1961), una de las primeras canteras de piedra de caliza, con la que se fabricaba el cemento. Siempre que pasábamos por allí era obligado pararse y ver como caían las piedras por aquella escandalosa torva para llenar los camiones. En aquellos camiones se podía ver el comienzo de la empresa de transportes de Francisco Vaquero, que tenía su domicilio y oficinas en las primeras naves que se edificaron en la Finca La Viñuela, propiedad de Antonio Cañero, al lado del Bar Ogallas y casi enfrente en donde surgió el imperio Deza. Eran tiempos en que aquella zona se le denominaba “Juanillón”, por ser la primera parada del autobús que empezaba su recorrido en el Bar Carmen y subía hasta las Tendillas. Lo de “Juanillón”, era en homenaje a un hombretón muy grande que vivía por allí junto a la barbería de Tarifa, barbero éste que llegó a jugar en el San Lorenzo, y luego estaba la  imprenta de Rafael Montesinos, en la que Joaquín Lora Coca, era el maquinista.

En 1961, la cantera fue ocupada por la ampliación de la Cepansa, otra empresa importante de la Córdoba de aquellos tiempos, que aunque con capital catalán dio empleo durante dos décadas en Córdoba. Tenemos que decir que enfrente de la cantera había una importante alcubilla de agua que pasaba por debajo de toda aquella zona y que posiblemente cuando “cavaron y taponarón” para hacer la Avda. de Carlos III, éste agua en opinión de muchos fue la que afloró en una cantera de Asland situada detrás del canal y que algunos llamaron “El Lago Azul”. (1959).

Recuerdo que cuando íbamos a bañarnos a aquel “Lago Azul”, pudimos ver al “Chicharito” y al “Caparrin” junto a otros amigos, luciendo palmito, y que se lanzaban de cabeza a aquel lago enfundados muy altaneros en sus blancos Slip, prenda intima para caballeros que acaba de salir al mercado por aquellas fechas.

Para ir a bañarnos al “Lago Azul” no teníamos más remedio que pasar por debajo del Canal del Guadalmellato o lo que era igual por la vivienda de "Marchena el de la Arena", (Antonio Carrasco Martín), natural de Linares y que recorría las calles de Córdoba vendiendo su arena. Esta arena la obtenía de las cuevas que hay a la derecha del Puente de Hierro de la Palomera, enfrente de la Huerta de Don Marcos, lugar en el que al parecer Góngora, escribió su obra de Polifemo y Galatea, en la que menciona a dichas cuevas.

Sabedor de que por su “vivienda” tenían que pasar los bañístas, el amigo “Marchena”, utilizando como mesa un bidón de aquellos de la LECHE EN POLVO AMERICANA, vendía su tabaco a base de paquetes de Celtas cortos a 3 pesetas el paquete y algunos paquetes de Bisonte; también ofrecía caramelos “Saci” para el que no era fumador.

Hemos hablado del bidón de leche en polvo vacío que tenía “Marchena” a modo de mesa, y es conveniente aclarar que la película “Bienvenido Mister Marshall” la buena historia de Luis García Berlanga, (1953) con interpretación a cargo de José Isbert, Manolo Morán y Lolita Sevilla, entre otros y con guión compartido de Miguel Mihura y Juan Antonio Bardem, recrea la situación de un pueblo cualquiera español que espera con ansiedad pintoresca la ayuda de los americanos. Tenemos que decir que el único invitado que falta en esta película es el bidón famoso de la leche en polvo, que corrió por todos los colegios públicos de España.

Por cierto ya que hemos hablado de la Fábrica de cemento Asland, Cepansa, y leche en polvo, tenemos que decir que el depósito en donde se guardaba la leche americana en aquellos bidones de 200 kg. estaba en lo que hoy es el polígono industrial de Pedroches, en una nave de “ladrillo visto” que fue anteriormente una fábrica de mica. Este almacén o depósito estaba a cargo de una persona de mediana edad y que se valía de una muleta y su pata de palo para desplazarse.  Se llamaba Enrique Contreras y al parecer su pequeña oficina u alojamiento estaba cerca de la casilla en donde había un transformador de unas 1.000 KVA.

Allí íbamos con relativa frecuencia a recoger la “saca” que nos correspondía como Parroquia de San Lorenzo, Pepe Bojollo, el sacristán y dos o tres chavales de monaguillos, eran los encargados de cargar los bidones de leche que nos correspondían cada quince días. Utilizábamos un camión de Rafael Ordoñez Barea, que lo facilitaba para este menester. El queso y la mantequilla, estaban en las dependencias del Obispado. Los bidones los subíamos utilizando los largueros en rampa que estos camiones tenían para subir rodando los bidones de vino, ya que el camión pertenecía a una bodega.

Aquí hay que poner un pero a los coleccionistas, sean fotógrafos, arqueólogos, numismáticos, que suelen guardar “cosas” que en su día representaron algo para la humanidad. No nos explicamos por tanto, como no ha quedado rastro alguno de aquellos bidones, bien en fotos, o en algún ejemplar, ya que la historia de España recordará siempre que gracias a lo que venía en esos bidones (la leche en polvo), la juventud nacida en los años 50 y 60, pudieron desarrollarse “adecuadamente” y todo gracias a lo que significaron aquellos bidones.


LAS PIEDRAS DE CERCADILLA

Hablar de Cercadillas por aquellos tiempos, (1950-1965), era mencionar unos de los barrios de aquella época con más suspense por muchas cosas. No obstante por allí también se desarrollaba una actividad normal pues nada menos se fabricaba la Gaseosa Pijuan, tan cotizada en Córdoba especialmente en los veranos y que con el tinto de Jumilla dio sentido y categoría a nuestro popular  Valga.

También por allí se accedía a la estación o apeadero,  en donde y desde lo alto de los vagones que había aparcados en la estación, se podía ver a muchos espectadores, sobre todo de los Olivos Borrachos y de las Margaritas, presenciar los partidos de rivalidad local que se daban en el Estadio América. Rivales a muerte por aquellos tiempos eran la Electro Mecánicas y El San Lorenzo. El Chato “Efren” y “El Giagantón” Patricio, no eran ni Messi ni Ronaldo, pero tenían a sus admiradores. Me contaban Juan Blanco Pedráz, que a él le sorprendió más de una vez el vagón arrancando, mientras veía el partido.

Hay que decir que el Estadio América estaba ubicado en la Huerta de Cercadilla, y que caía por tanto a la espalda del antiguo Cuartel de Artillería 42, el cuartel en donde hizo la mili Manuel Rodríguez Sánchez “Manolete” (1917-1947), el torero de Córdoba, al que mucha gente con Mala Leche cundió por toda España, que practicaba la suerte de matar con los presos políticos. Todo fue debido a que tergiversaron interesadamente la anécdota de que el toro de su alternativa en Sevilla (02/07/1939), se llamaba comunista, no obstante el le cambió el nombre.

El Estadio América era un campo de fútbol para 5.000 espectadores y que junto al Campo de fútbol de la Electro Mecánicas, eran los únicos campos de fútbol que había en Córdoba. Se inauguró en 1923, en un partido entre un equipo del Córdoba de aquellos tiempos y otro de Granada. Su dueño fue don Jerónimo Padilla, un hombre que había hecho fortuna en América y por eso le puso su apellido al Estadio.

La zona de Cercadilla era un terreno abonado para los negocios de salas de recreo de los “Bartolos”, también y como no el Bar Flor, tuvo su protagonismo. El Bar Flor era regentado por Rafael Toledano, al que conocían como “manitas de plata” por su habilidad con los naipes, era vecino de San Lorenzo, cerca de donde vivía el simpático “Cachas Negras”. Como hombre que trabajaba la noche, conocía muchas cosas de Córdoba, y más aún de Cercadillas. Un día en la Barbería de Paco Almoguera, coincidió con Moyano, que era el que afilaba las herramientas de Luis Aranda Martos, y por lo que se ve se conocían y empezaron a hablar de la fábrica que recientemente había levantado este industrial, junto a la antigua Subestación-Mengemor, de la Huerta del Machaco. (1961). Hablando, y hablando, llegaron a comentar que algunos de estos empresarios, y otros de la construcción, solían “alquilar para ellos y sus amigos” todo el tinglado de la Sala de Fiestas de la Segunda, propiedad de Manolo Yergo, y pagaban hasta doscientas mil pesetas de aquellos tiempos y el local quedaba a disposición de él y sus amigos para toda la  noche. El Bar Montes, era “testigo” muchas noches de estos “acuerdos” y otros más imposibles aún.

La Estación de Cercadilla, solamente se utilizaba para la linea Córdoba-Almorchón, y de todo el movimiento tanto de personal como de vehículos para los campamentos militares de Cerro Muriano y Obejo. Este tren, cruzaba la carretera del Brillante, por un paso a nivel con barreras, que estaba ubicado muy cerca de la “Primera del Brillante”, otro establecimiento de recreo y diversión regentado por Ramón García, el padre de Pepe García, el dueño del Caballo Rojo. Luego la vía del tren discurría de forma paralela a lo que hoy es la Avda. del Escultor Fernández Marquez y de allí al Puente de Hierro de la Palomera.

Si hubiera que hacer alguna excavación para conocer cosas de la Estación del AVE, habría que preguntárselo al concejal socialista Joaquín Martinez Borgman,  que se fue al otro mundo sin que se le escuchara toda su verdad y es que la Estación del AVE, en su proyecto inicial, se había proyectado más hacia los terrenos de la antigua Electromecánicas, pero al toparse allí con una contaminación brutal del subsuelo, optaron por traérsela más para Córdoba. Esta contaminación fue producto del vacie durante años, de productos de residuos líquidos, provenientes de las instalaciones de electrolísis y el vaciado de aceites y en especial de Pyraleno de los transformadores de Westinghouse, hoy ABB, precisamente este liquido que se usaba como dieléctrico en los transformadores pequeños, se vertía como si tal cosa por las alcantarillas. El componente nocivo del pyraleno “bioxina” en estudios realizados en 1991, se demostró que era altamente cancerígeno.

Entonces después de estudiar el subsuelo, decidieron traerse la estación más para acá y de nada sirvió los informes que hizo Joaquín Martinez Borgman, (1928-2000), criticando el asunto de la contaminación. Al pobre abogado no solamente se la jugaron quitándolo de poder optar a la alcadía de Córdoba, (1979), sino que no le escucharon en estas quejas. Debió morirse con estas penas.

MÁS PIEDRAS

Al hacer la estación en la zona de Cercadilla, se toparon un yacimiento enorme e importante, que a vuela pluma se estudió y se supo que entre otras cosas, que allí estaban los restos del Palacio de Maximiano Hercúleo (293-305). Según los expertos de este tipo de excavaciones solamente existen tres en el mundo, siendo el de Córdoba, el más hermoso. (Por cierto existe una maqueta de citado palacio en el antiguo Museo Diocesano). Luego se pudo observar las bazas en donde habían estado las columnas que en su día (año 786) se quitaron para colocarlas como material de acarreo en la Mezquita de Abderramán I, que por algo dicen las crónicas que se construyó en poco menos que un año.

Las prisas del AVE por aquello del 92, hicieron que las administraciones, taparan, destruyeran e ignoraran gran parte de lo que allí se había descubierto, pues el objetivo político era lo que primaba en aquellos tiempos. Por tanto se tapó la contaminación, se taparon las piedras e incluso algunas las sacaron de sitio. No solamente la estación del AVE  está contaminada por la “arqueología” de piedras tapadas, sino que también la Estación de autobuses. Paradojas de la vida, hoy a lo mejor en una obra de tu casa aparece un botijo y te paran la obra hasta que averiguan quien hizo el botijo. Contemplando la estatua de Nerón y Séneca, (1904), hay quien “interpreta” lo que se están diciendo uno al otro.   “Estos políticos no tienen arreglo”  aquí el único que hablaba claro era el ordenanza Rafael Gónzález Alcaide “Pelaopos” que una vez le preguntaron unos turistas que si en el Ayuntamiento se trabajaba por la tarde y el contestó “Por la tarde no vienen a trabajar y por la mañana vienen pero no trabajan” (1983).


LA PIEDRAS Y LOS CARACOLES

Al principio de los años 1950, a la entrada de Palma del Río, la empresa Dragados y Construcciones, estaba excavando un cerro de casca (grava), para la obtención de material con destino a la fabricación de tubos para una conducción que estaban instalando. Llegado un momento, la excavación presentó un corte en profundidad de unos 3 metros en donde se pudo observar a un nivel intermedio, restos de una vajilla con inscripciones árabes, poco a poco se recuperaron todos los pedazos que se pudieron y se exploró todo el entorno. Además de varios platos, aparecieron cáscaras de caracoles chicos y huesos de conejo. La vajilla se recompuso pedazo a pedazo y se pudo comprobar que los platos pertenecían al rey Al-Mutamid de Sevilla (1069-1090), que en un viaje posiblemente a Córdoba debió acampar por aquella zona metiéndose entre pecho y espalda un guiso de conejo con caracoles. El plato que cita al rey de la Taifa de Sevilla se encuentra en el Museo Arqueológico de Córdoba, lo catalogó don Manuel Ocaña Jiménez.

Ya en modo exagerado se cuenta que un arqueólogo inglés, descubrió una antigua necrópolis en las afueras de Londres y en función de lo que el analizó, se permitió calcular la población que podría habitar Inglaterra por aquellos tiempos. Esta interpretación a muchos les pareció un tanto exagerada.

A propósito de las necrópolis, en este año 2014, se va a celebrar un Congreso de arqueólogos, para marcar criterios y puntos de vista comunes de cara a la interpretación de este tipo de excavaciones.


OTRAS PIEDRAS

En el año 1956, el cura Novo, le dio por descubrir las piedras de la Iglesia de San Lorenzo, para lo que se embarcó en una obra importante para derribar paramentos de bóvedas y techumbres. La obra la realizaron unos albañiles que todos “gateaban por las sogas” como auténticos gatos, eran de la zona de San Pedro y el encargado de ellos (había varios hermanos), se llamaba Dobladéz. El culto de la Parroquia se había pasado a San Rafael, y en la obra de San Lorenzo, había tantos albañiles como “mirones”. Un día, el autoritario cura nos mandó ir a la atarazana de la parroquia a guardar una esteras y unos hilos de cobre que se estaban desmontando. Entrar en la atarazana, que estaba situada a lado de la casa parroquial, no se antojaba agradable para nadie, pues esa estancia, cerrada a cal y canto de por vida, además de la oscuridad, olía a toda clase de animales.  Pedimos ayuda para ir a la atarazana y se nos envió a José Moyano, al que apodaban “El Pollo”, y que era de los nenes más espabilados y traviesos que había en el barrio y se atrevía a todo. Decimos esto porque años antes y cuando aún él era el monaguillo, tuvo que salir el sacristán a reclamarlo a la calle, porque estaba montado con sus vestimentas de acólito, dando vueltas en las barquillas, ante las risas de los transeúntes.

El “pollo” llegó a la atarazana, y lo primero que hizo fue apoyándose en unos pedruzcos que allí había, subirse a una higuera que al estar abandonada estaba cargada de higos. Repartió higos para todos y desde entonces se apuntaba el primero para ir a la dichosa atarazana.

La plaza de San Lorenzo por aquellos tiempos 1956, presentaba entre la fuente y el portalón un llano que al estar rematado a los lados por 5 acacias, convertían la plaza en un lugar ideal para que montaran “cucañas” y otro tipo de distracciones en las fiestas de San Lorenzo. En aquella ocasión, una tarde de verano, se estaba jugando una emocionante “púa al trompo” donde competían varios de los más diestros del barrio. Luichi Torres, Rafael Aroca, Rafael Granados, Antonio Pérez “El Chino”  entre otros. El corro que formaban los que jugaban y los mirones, era bastante grande, pues allí,  a cada trompo “se le tiraba a muerte”. En este tipo de juego, la maldad estaba en que el trompo “castigado” en el suelo se pusiera “púo”, es decir con la púa hacia arriba. Entonces, el que lo había puesto en tal postura tenía el privilegio de dejarle caer encima la piedra más grande que se encontrara a mano, a fin de partirlo y hacerlo pedazos. 

No era frecuente que hubiera piedras muy grandes por la calle y menos aún que acababan de adoquinar la Calle Ruano Girón. (1956), Pero cuando todo el mundo estaba buscando una piedra, apareció el “pollo” con una enorme piedra de granito que había encontrado en la atarazana. Rafael Granados, que era el afortunado en lanzar la piedra contra el trompo “castigado”, cogió el enorme pedrusco y dejándolo caer, partió sin remisión el trompo. Mientras la mayoría hacía palmas por el hecho, un tal Leopoldo Romero, cogía entre sus manos la piedra y empezó a preguntar -que de donde la habían sacado- y dirigiéndose a la atarazana allí comprobaron que casi enterradas y confundidas con una cancela vieja del portalón, había un buen número de estas piedras. A los pocos días llegó por allí un señor que debía de ser de Cultura o algo así y miró y remiró la piedra e incluso un fotógrafo la retrató. Esas piedras llevaban allí escondidas o abandonadas desde que llegó la fiebre de las bóvedas de yeso en el siglo XVIII, y pertenecían a los ventanales superiores de la nave central de la Iglesia, en donde  formaban una columna central a modo de “un parteluz”. Los señores que llegaron sacaron todas las piedras que estaban enterradas, y se mandaron fabricar 13 que faltaban. De esta forma se completaron las ventanas en la forma en que están en la actualidad.  El juego del trompo, le había echado una mano a los arqueólogos.


EL TRIUNFO DE SAN RAFAEL

En la disputa planteada ahora en  torno a la posible propiedad del Triunfo de San Rafael, levantado en Córdoba, junto a la Catedral y el Puente Romano, fue costeado por el Obispo don Martín de Barcia, y que fue realizado en el lugar donde estuvo anteriormente un hospital y luego fue enterramiento de los ahogados del Río Guadalquivir. En ese mismo lugar estuvo  también el enterramiento del Obispo Don Pascual (1280), dicho monumento a San Rafael, fue realizado por Vicente Verdiguier sobre bocetos de Esgroijs y Martinez. en 1781. Pocos años después se terminaría la Iglesia de San Rafael cuya obra importó un total de 62.794 reales. La sacristía actual de la Iglesia de San Rafael formaba parte de la Ermita inicial que estaba junto a la casa del Padre Roelas. 

Pues bien como en esta ocasión las piedras no hablan había que "resucitar aquí" a Fernando Rodríguez, vecino de la Calle Enmedio del Alcázar Viejo, el cual en 1850, y siendo el guarda y cuidador del recinto enrejado que hay en torno del monumento, planteó un problema y reclamación de que llevaba un año sin cobrar lo que era su sueldo. Y fue a protestar al Ayuntamiento y poco caso le hicieron, fue a protestar al Obispo y tampoco le hicieron caso y entonces optó por entregar las llaves del recinto al corregidor de Córdoba. Este hecho "o piedra" es importante "interpretar" para entender todo este jaleo de reclamación que ahora se está planteando. Entre el Ayuntamiento y el Obispado se cruzaron consultas de descargo en la obligación de pagar al pobre empleado. El obispo llegaría a decirle al Ayuntamiento que él no tenía documento alguno referido al monumento, entonces el Ayuntamiento le pidió esta afirmación por escrito, cosa que al parecer hizo el obispo al poco tiempo. Enrique Redel, en su libro dedicado a San Rafael y editado en 1899, da detalles de todo esto.  


LA PIRENAICA

Este  verano tuvo la suerte de coincidir con dos grandes investigadores, ambos profesores de historia y mejores personas con apenas tienen 45 años. Ellos son de Madrid, y me dicen que les gusta hablar conmigo porque les distrae las cosas que le suelo contar de Córdoba, sobre todo los tiempos pasados. Una tarde y antes de marcharse para Madrid, estuvimos en el bar de las Bodegas Campos, y al hablar de la Virgen de las Angustias, salió de rebote la Emisora la Pirenaica, que en aquellos años 1950-1977, era la emisora clandestina del PCE, y que en aquellos tiempos a pesar de que era perseguida, mucha gente entre los que yo me incluía, la escuchaban. Me sorprendió que ellos no hubieran oído hablar de esta emisora que fue el azote real del franquismo y ponía a las claras que a nuestra juventud se le han omitido muchas cosas al estudiar España.

Entonces les indiqué que esta emisora fue ideada por Dolores Ibárruri, Pasionaria y que comenzó a emitir  el 22 de julio de 1941. Los comunistas querían dar sensación de cercanía y por ello se le denominó “Pirenaica” pero esta emisora inicialmente emitía desde Moscú. (Rusia).  

En 1955 un año antes que el ejército ruso con 31.550 soldados y más de mil tanques invadiera Hungría (4/11/1956), la emisora se traslada a la capital de Rumanía, Bucarest. Desde allí con medios todavía escasos continúo sus emisiones las cuales al finalizar el 14 de julio de 1977, completaron 108.000 emisiones.

Toda esta programación, reunida en tres mil tomos, elaborada, preparada y aderezada para la propaganda, tal como fue emitida en su día, se encuentra en los archivos del PCE.  

Por esta emisora pasaron profesionales que se identificaban lógicamente con la causa comunista. Enrique Castro Delgado, Jacinto Barrio y José Sandoval, fueron los que la echaron a andar. Luego sería Ramón Mendezona, conocido como “Pedro Aldamiz”, quien les sustituyó en la dirección. Al principio era un espacio de horas diarias las que tenían de emisión, pero poco a poco fueron aumentando las horas de emisión. A raíz de la muerte de Carrero Blanco, se intensificaron las horas de emisión prácticamente durante la 24 horas.

En 1960, y con motivo de la retransmisión del partido de fútbol, Real Madrid Barcelona de Copa de Europa, la "Pirenaica" desde su programa “Onda deportiva”, llegaron a decir: “El régimen le come el coco a los españoles con el fútbol”. (¿)

En el XXII congreso del partido comunista ruso, (1961), se condenaron los excesos  de Stalin, al punto de ser retirado su mausoleo de la muralla de Krelim, la emisora se hizo eco del Congreso con mucha parquedad.

En 1961,  la Unión Soviética decide la construcción de un muro que separaba las dos partes de la ciudad de Berlín. La emisora lo poco que hablaba de este tema era para justificar “Que se levantaba el muro para proteger su población de elementos facistas que conspiraban para evitar la voluntad popular de construir un estado socialista en Alemania del Este”.

También un día nos sorprendió la noticia que referida a Córdoba decía: "Las amas de casa en la Plaza de San Agustín, se han manifestado por la subida de los precios". Aquella noticia no era verdad puesto que la alteración que hubo en San Agustín, fue la protesta de la gente del Barrio cuando se llevaron a la Virgen de las Angustias a San Pablo (1961). A este respecto tenemos que decir que gracias a las gestiones de Rafael Soto y Angela Trujillo, en representación del Barrio, la Virgen de las Angustias, ha vuelto a su barrio.

Entre verdades, propaganda y algunas mentiras, esta emisora estaba continuamente luchando en contra el régimen de Franco. Los comunistas fueron el único partido que de verdad hizo oposición desde todos los frentes. La calle, las empresas, los medios de comunicación e incluso desde algunas comunidades cristianas de base. También en las mismas cárceles en donde los presos del PCE, se sentían algo abandonados a su suerte, donde algunos no tenían ni para tabaco. Estas quejas nos la refería Rafael Obrero "El Platanero" al poco de ser puesto en libertad a principios de los años sesenta.

En 1963, el viaje espacial de Valentina Tereshkova y la ejecución de Julián Grimau,  ocupó muchas horas en la programación de aquel año. También hablaban de que los rusos iban a explotar la energía que se obtuviera del encajonamiento del viento entre los macizos importantes de los Montes Urales.

En el año 1967, se produjo la invasión de los tanques rusos en Checoslovaquia, en donde los rusos intentaron sofocar la llamada “Primavera de Praga”. La emisora, hablaba poco del tema y siempre sin involucrarse en el asunto. Un día si se leyó un comunicado en el que el PCE, no estaba de acuerdo con aquella invasión.  Eran los tiempos de Enrico Berlinger (1922-1984), comunista italiano, que fue el padre del llamado Eurocomunismo, y Santiago Carrillo, (1915-2012), quiso que el PCE, adoptara esa filosofía política, y por ello la emisora “Pirenaica” quiso desmarcarse de aquella invasión. Pero no volvió a criticarla más.

En otra ocasión Córdoba (1967), aparecía en las ondas de dicha emisora. Un día viernes y en el programa de "Fuerzas Armadas" denunciaban con "pelos y señales" al guarda del Paso a Nivel de Alcolea (Córdoba), por supuestos chivatazos en contra de algunos militantes. La otra ocasión por lo que Córdoba pasó a ser mencionada en la emisora, fue con ocasión de la celebración de las bodas de plata (50 años), de la fundación de la Electro Mecánicas, (1917), la empresa celebró algunos actos festivos en la que participaron bastantes autoridades. 

El frente de los ataques se los llevó el que fuera director de la Fábrica, don Benito Arana Beascoechea, (1891-1952), y le mencionaban poco menos como el "carnicero" que durante la guerra y al estar esa empresa militarizada, durante un tiempo "cargaba camiones" con trabajadores para llevarlos al paredón, la cárcel o a campos de concentración. También criticaron que este "carnicero" iba a instalar en fábrica una máquina a la que denominaban "Platillos Volantes", que iba a reducir mucha mano de obra. También denunciaron a dos encargados de la Electrolisis, que a la hora de salida, se subían al puente grúa, para desde allí, observar al trabajador que abandonaba su puesto de trabajo antes del toque de la sirena. 

También el presidente de la empresa, Alfonso Churruca Calbetón, (1884-1970), se llevó su buen raspa-polvos, con motivo de su visita a Córdoba, para festejar el 50 aniversario, al que acusaron de tener cargos directivos en más de quince grandes empresas españolas. E incluso con la fórmula polinómica que había establecido Ramón Tamames en su libro los "Monopolios" (1956), le calcularon los miles de millones que manejaba su familia y criticaron a las grandes familias del Barrio de Neguri que con el franquismo habían incrementado sus patrimonios de forma insultante y escandalosa a costa de los trabajadores.


EL PCE  COLOCA SUS PIEDRAS

Poco a poco, la emisora perdió el talante de “única información” pues el partido comunista, ya actuaba como antes hemos dicho, en las empresas, en las calles, en la prensa y en muchas comunidades de cristianos de base. El partido comunista dominaba totalmente las asambleas y se hizo muy fuerte en el medio laboral. De forma paralela, su propaganda con periódicos y pasquines llenaban la clandestinidad y muchos centros oficiales. A mi me llegó la mayoría de la propaganda de un correcto guía de la Mezquita-Catedral, miembro del partido y que se apellidaba López.

En el plano sindical, hábilmente se aprovechó de la idea de las comisiones obreras que surgían en muchos centros de trabajo, para convertir lo que en un principio fue esporádico, en estable, y se infiltró de lleno en estos movimientos, en donde ya estaban (HOAC y JOC), llegando a un dominio completo de todos estos movimientos.  Ahora, principios de los años setenta, desde la emisora, desde la propaganda y desde sus periódicos, el partido comunista hacía una oposición frontal al régimen sin dejar ningún resquicio, ni previsión. Posiblemente de no haber existido el partido comunista las estructuras del franquismo hubieran tardado bastantes años en desaparecer, pues hasta el rey, había jurado sus principios.

El gobierno del régimen en 1975, llevó a cabo unas ejecuciones en el Goloso, y fue toda Europa la que se movilizó y no digamos dentro de España, y todo fue gracias a la dinámica de información y propaganda que había tejido el partido comunista. Fue todo una reacción simultánea y eso que aún no había móviles, que de haberlos habido, no sabemos lo que hubiera pasado.

No cabe duda de que el partido comunista se creyó que dominaba buena parte de la voluntad del país, hasta el punto de que estuvo firmemente convencido que de concurrir a unas elecciones, como mínimo tendrían que contar con él para gobernar. Y eso les llevó a “participar en aquella transición y aceptar la bandera de España”. No fue el miedo a los militares, como dice ahora Gerardo Iglesias, años después de que se haya jubilado posiblemente con la paga de diputado a Cortes.

Así las cosas en junio de 1977, y cumpliendo el turno de propaganda de los partidos que concurrían a las elecciones, el PCE, presentó la cara moderada de un Ramón Tamames, brillante economista, autor de varios libros importantes de economía pero sobre todo “Los Monopolios en España”, que fue leído por mucha gente joven de la Universidad. El PCE, parecía que arrancaba con muchas posibilidades electorales.

Por cierto, puestos a “interpretar” traemos aquí unas declaraciones recientes del citado Ramón Tamames, catedrático de estructura económica, que aparecen  en el periódico "EXPANSIÓN FIN DE SEMANA", del sábado 29/09/2014: “Yo era técnico comercial del Estado y participé en las operaciones del Plan de estabilización entre 1959 y 1961. Aquello cambió España, El Plan de Estabilización fue una obra de arte, más que los Pactos de la Moncloa”. 

La prensa en general siempre le dio un mérito importante al PCE, en aquella “Transición”. Jorge Solé Turá, fue su representante a la hora de elaborar la Constitución de 1978. Este político de Barcelona fue la “Voz en catalán de la emisora Radio Pirenaica” y antecedió en el puesto a Victoria Pujolar. También fue uno de los organizadores del colectivo de los llamados "PNN". Igualmente fue promotor del sindicato democrático de estudiantes que se organizaron en el convento de los capuchinos de Sarriá (Barcelona). Fue uno de los fundadores del periódico “Bandera Roja”, y por aquellas fechas reingresó en el PSUC-PCE, de donde había sido expulsado junto a Jorge Semprún, Fernando Claudín y Javier Pradera en 1964.

Todo muy correcto, muy bonito, pero como en cualquier “excavación” hay que interpretar los hallazgos y analizar los materiales encontrados.

Nadie le puede negar a PCE, su lucha en contra del franquismo, además se puede decir que fue casi el único partido que lo hizo desde todos los frentes. Ahí todos de acuerdo pues aquello fue evidente.

Otra cosa es que fuera el "paladín" de la Libertad y la Democracia, en el sentido en que estos conceptos se entendían en Europa. En 1979, Vujadin Boskov, dijo la frase: El fútbol-es fútbol, pues igual habría que decir de los comunistas de aquella época. 

También es verdad que  en 1974, y con motivo de la Revolución de los Claveles, los comunistas españoles se desmarcaban de Álvaro Cunhal (1913-2005), histórico dirigente del partido comunista portugués que añoraba la época de Stalín

En los años 1974, apareció esta propaganda, pero en menos cantidad que la habitual. Bien es verdad que no estaba firmada, pero ahí está como hallazgo de aquellos tiempos, para el que la quiera "interpretar".  


Propaganda que se cita:


“MASTER-PLAN para acabar con la Iglesia Católica
(Esta fase debe de estar terminada para 1977)


Sabido es  que  de todas las Iglesias, la más compacta y firme es la Iglesia Católica. Si esta se destruye, es fácil disgregar las demás

“Pero da la experiencia que no se puede destruir DESDE FUERA, con persecuciones, pues muchos se aferran más, hasta el martirio, y siempre quedan  grupos escondidos, como fermento de ulterior resurgimiento

Es necesario acabar con ella con un nuevo método: AUTODESTRUYENDOLA DESDE DENTRO.

ORIENTACIONES TÁCTICAS.-

No atacar abiertamente, sino comenzar reconociendo sus creencias, pero     ridiculizando unas como anticuadas (papado, frecuencia de sacramentos), y cambiando el sentido de otras, hasta que pierdan todo valor sobrenatural

EUCARISTÍA 

Para los católicos es central. Su destrucción requiere cuidado especialísimo.

MISA:

Sacarla de la Iglesia a casas particulares, salas, bares…
Con motivo de espontaneidad, libertad de ceremonias, formulas y posturas (a ser posible nunca de rodillas).

Insistir en la primera parte (abundancia en cantos y charlas entre todos) para reducir y relegar cada vez más el sentido de la eucaristía, de la que hay que hacer olvidar el sentido de “Sacrificio de Cristo” convirtiéndolo en una mera cena fraternal.

SAGRARIO

Hay que relegarlo a un “rincón”. Quitar las costumbres de las “visitas” para orar. No arrodillarse ante él, ni hacer genuflexión. Posturas “democráticas” y naturales.

COMUNIÓN

Convencer a toda costa de que es un pedazo de pan. Para ello, quitar todo signo de respeto; recibirla de pie y en la mano (ridiculizando a los que la reciben con respeto, de rodillas y en la boca), hacer ver que se pueden llevarla a su casa

MARÍA

Su figura es elemento activo de unión  y avance católico. Urge arrinconarla, haciendo  ver que se le ha adorado excesivamente; que separa de los protestantes que lo que importa es Cristo;  rebajando o quitando sus privilegios; cambiando el titulo de madre, por el de “Mujer”; defender que tuvo más hijos (hundiendo así su virginidad), etc.Editar Biblias que disminuyan las palabras laudatorias para ella, como la de 1970, de Wastintong.

DOCTRINA

Convertir lo “sobrenatural” en “natural”; lo divino en terreno. Substituir la religión por temporalidad, politica, sociología, libre conciencia moral, libre interpretación de la Biblia.

Que los curas se casen (diluyendo así su influencia y prestigio).
Eliminar todo signo que recuerde  Dios, en la calle, centros públicos y familiar: hábitos, escapularios, medallas, cruces, insignias, procesiones, etc.

UNIDAD

Minar la autoridad del Papa, promoviendo iglesias locales, independientes de Roma, disgregando así la Iglesia única en iglesias enfrentadas.

Hacer creer que la religión es “búsqueda” introduciendo teorías encontradas, progreso incontrolado, que logre divisiones ideológicas y doctrinales; nuevas opiniones atrayentes y muy “naturales” que vayan relegando las “sobrenaturales”

Desacreditar como trasnochado y reaccionario y carca, lo tradicional y las prácticas de confesión, rosario, procesiones, actos religiosos, etc.

ORACIÓN

Atacar los valores verticales (relaciones hombre-Dios) sustituyéndolos por horizontales (meramente humanos). Hacer ver que hoy la oración debe convertirse en diálogo con los hombres. Que el trabajo es oración. No descansar hasta acabar con ello.

CARIDAD

Insistir en el amor al projimo, olvidando el amor a Dios. Que dios no sea el centro, sino el hombre. Sin amor a Dios, los hombres no podrán amarse, y se odiaran.

PROACTORES

Algunos líderes previamente adoctrinados por nosotros. Harán nuestro juego, inconsciente, pero muy eficazmente, curas, monjas, y seglares progresitas, así como la juventud, a la que urge presentar una pseudo-religión nueva, atrayente, folklórica, contractándola con la tradiciónal de sus padres motivando así despretigio, división y desinterés.

No descansar hasta no haber borrado a Dios de la conciencia del hombre actual”.