jueves, 7 de agosto de 2014

UNIVERSIDAD LABORAL DE CÓRDOBA


A la “Pobre Universidad Laboral”, según parece los únicos que le reconocen una serie de valores importantes fueron los alumnos que estuvieron allí, porque por lo demás, todos los “expertos” que opinan sobre ella, siempre suelen soltar un latiguillo de frases hechas, como:

-Fue un proyecto machista
-Funcionaba de acuerdo al nacional-catolicismo de la época.
-Fue un tipo de construcción franquista
-Los profesores del régimen tenían ventajas
-Fue ……ya no saben que decir para justificar su desaparición.

Yo lo único que digo es que la mayoría de los alumnos que estuvimos allí, al menos al principio de la Universidad (1956-1961), no nos percatamos de tantas cosas como dicen los que al cabo del tiempo y sin haber estado allí comentan. Sabemos de sobra que hay compañeros que por una razón u otra tuvieron que abandonar la Universidad y de ellos se oye expresiones como:

 “Me cansé de estar allí rezando el rosario y por eso me vine”. Estos compañeros, además de contar una mentira sobre el tan traído y llevado rezo del rosario, no cuenta que a lo mejor su salida prematura de la Universidad, se debió a una falta de dedicación en los estudios y por ello perdieron la beca. Por ello a menudo acudían a esa expresión para justificarse ante los demás.

El padre Manuel Pérez, además de jugar muy bien al fútbol eran un experto en temas socio-laborales, por algo estaba a cargo  del Colegio de Capacitación social San Álvaro, un día nos dio una charla de sábado por la tarde y ante la pregunta de que si se consideraba el proyecto de las Universidades como una idea “machista” el nos contestó:

“Tradicionalmente en este país y de antiguo el hombre ha sido por lo general el que ha salido a conseguir el sustento, mientras la mujer trabajaba en las labores de la casa que no eran pocas. En esa tesitura la Universidad no hizo nada más que continuar la dinámica de esta sociedad que nos envuelve”. Estas palabras las pronunciaba el padre Pérez en el año 1959, y por tanto las apreciaciones que se hagan ahora, después de tanto tiempo pasado, están fuera de contexto.  

No cree nadie que una forma de dictadura, pueda adjudicarse un estilo arquitectónico en la construcción de sus obras, quien eso lo opina, es gana de rizar el rizo. No creemos que un pantano, por ejemplo, pueda llevar el sello de un determinado régimen, el pantano, o se hace o no se hace, y serán los técnicos los responsables del proyecto, lo demás son tonterías. Ahora bien si a toda obra, pantano o monumento, se le quiere asignar o imaginar un estilo del régimen que lo construyó, las Universidades Laborales, son monumentos “franquistas” pues se hicieron en la época de Franco.

En cuanto a que el personal era adicto al régimen, me permito contar una anécdota que tuvo lugar el lunes 8 de abril de 1958, el día era lunes y se reanudaba la actividad en la Universidad Laboral, después de Semana Santa. Estábamos los Colegios formados en el Patio central y las escalinatas en donde presidían la ceremonia estaba repleta de todos los profesores y frailes.

El profesor de Educación Física, José Luís Fernández, “Cochele” procedió a izar la bandera como era habitual todos los lunes. Después de cantar el preceptivo “cara al sol”, don Julio García, dio aquellas voces de rigor de:

 España, ¡¡Una!!……España,……¡¡.DOS!! ¿?.  Los alumnos apenas nos dimos cuenta, pero el grito de ¡¡Dos!!  fue el grito que un profesor agregado (nuevo) del taller de carpintería, llamado Manuel Espejo Jiménez, dio  con todas sus fuerzas y voz potente de cantaor de  cante jondo. Ante la sorpresa de todos los frailes y el profesorado, algunos escondieron la boca para no esbozar una sonrisa, su hermano Rafael Espejo, terminado el acto, lo justificó indicando que era la primera vez que el asistía a un acto de esta índole y desconocía por tanto que había que decir ¡¡Grande!!.

Esa anécdota como otras que seguramente habrá en el historial de la Universidad Laboral, pone bien a las claras que la mayoría de los profesores, no tenían vinculación ideológica alguna con el régimen.

Luego tuvimos un profesor, llamado Francisco Zueras Torrens, que también era un gran pintor y mejor critico de arte aún. Estuvo muy integrado en la vida cultural de Córdoba, e incluso pronunció el pregón de Semana Santa de Córdoba de 1980. Siempre fue muy solidario con el exilio pues incluso escribió un libro en que resaltaba la influencia de los artistas exiliados en el arte interior de España. Fue el autor de algunos murales que finalmente formaron parte del PARANINFO, e incluso a él correspondieron la mayoría de los decorados de la Obra teatral “MEDEA”, que fue la primera obra con la que se estrenó el Teatro Griego de la Universidad Laboral, con capacidad para 1.500 persona. Dicha inauguración tuvo lugar en la tarde del 12 de noviembre de 1957. La obra “MEDEA”, de Eurípides, fue interpretada por alumnos del Conservatorio Profesional de Música y Escuela de Arte Dramático de Córdoba, dirigidos por Miguel Salcedo Hierro. A esta inauguración asistieron muchos familiares de los alumnos externos, para lo que se pusieron incluso autobuses especiales, que salieron del BAR COLON.

El profesor Zueras, tenía una especie de bondad en su voz, que muchas veces le fallaba, no sabemos si por el extenso bigote que tenía, por algún tic nervioso, o por un poco de “traba lengua”, se le hizo famosa su frase de:

“SEÑORES OS RUEGO A VDS. QUE ENCARECIDAMENTE TENGAN LA BONDAD DE GUARDAR SILENCIO”.

Todavía tengo algunas láminas de aquellas que divididas en SEIS CUADRICULAS, nos hizo copiar los dibujos a mano alzada, que previamente él había realizado en la pizarra. Eran adornos y motivos de la mejor cerrajería tradicional. A la hora de puntuar tenía un criterio medio alto. Con él la signatura del dibujo era distracción y resultaba muy amena.

Al ser miembro de la Real Academia de Córdoba, acudió, a la localidad Cordobesa de Montoro, a una exposición del pintor republicano exiliado en México, Antonio Rodríguez Luna, Esta importante exposición fue organizada por la Diputación de Córdoba en el año 1986, y allí acudió toda la intelectualidad de la cultura y el arte  de Córdoba y provincia, representados por la Real Academia de Córdoba. Al salir de la exposición y sin bajar aún las escaleras que daba acceso al salón donde estaban colgados los cuadros, D. Francisco Zueras Torrens, de forma solemne y apoyándose en el hombro del también pintor Ángel López Obrero,  tomó la palabra y de forma solemne y contundente para muchos empezó a decir:

 “Yo luché en el bando Republicano y estuve preso en el campo de refugiados de Angler (Francia), allí estábamos al cuidado de unos soldados senegaleses, que se preocupaban más de comer que de cuidar de nosotros. Con estas perspectivas un paisano de Barbastro, y yo, decidimos escaparnos, pues no teníamos en realidad nada que temer, pues ningún daño habíamos hecho. Llegamos a España y al poco tiempo y por mediación de un familiar amigo del padre Fraile, (gran colaborador de Girón), se me hizo un hueco en las Universidades Laborales, concretamente en la de Córdoba”. (1956)

En su lápida del cementerio de San Rafael, aparecen dos frases, que los hijos han querido resaltar, que dicen mucho de su amor a la Paz y un canto a su Fe Cristiana. Falleció en 1992, a los 73 años de edad. Cuando llegó a la Universidad tenía 38 años.

También colaboró en los decorados de la obra “MAS ALLÁ DEL MAR”, que se estrenaría en el año 1958. Pero en esta obra el que tomó un gran protagonismo fue el dominico padre José Mª Guervós Hoyos, que interpretó el papel de Cristóbal Colón. El padre Guervós, llegó a la Universidad Laboral en Marzo del año 1958, todo el mundo lo consideraba como un poeta, ya que casi siempre estaba recitando versos. Era muy simpático y un gran orador e irradiaba simpatía y bondad. El montaje de coros en esta obra, estuvo a cargo del coro del Seminario San Pelagio de Córdoba.

Por otra parte hay que decir que la Universidad de Córdoba, contó con una serie de profesionales y artistas, que mirando sus obras realizadas, nada tienen que ver con ideologías que no sean su propio trabajo o su arte.


EL PROYECTO Y LOS TÉCNICOS.

El proyecto de la futura Universidad Laboral fue encargado el 23 de marzo de 1952, al arquitecto Miguel de los Santos Nicolás (1896-1991), Daniel Sánchez Puch, Francisco Robles Jiménez y Fernando Cavestany y Pardo Valcárcel. El director de obra fue Antonio Oyarzábal Planas, por parte de la empresa AGROMÁN, bajo la supervisión del ingeniero José Carranza Alonso, que pertenecía a las Mutualidades.


LOS ARTISTAS

Los artistas que trabajaron en la Universidad Laboral de Córdoba, fueron los siguientes:

Joaquín Vaquero Turcios (1933-2010). Autor del mosaico principal del Paraninfo y otras pinturas.

José Romero Escassi (1915-1995). Vidrieras de los agricultores. Iglesia

Manuel Suárez Molezún (1920-2001). Vidrieras de los pescadores. Iglesia

Juan Polo Velasco 1923. Esculturas en piedra

Eduardo Carretero Martín (1920-2011), Altar mayor de la Iglesia. 12 apóstoles.

José Romero Escassi (1915-1995). Mosaicos.

Amadeo Gabino Úbeda (1922-2004). Viacrucís realizado en hierro y piedra.

Ramón Lapayese del Río (1928-1994). Bajorrelieves puertas de Colegios a patio central.

Germán Calvo González 1918-1995). Pinturas murales

Manuel Rivera Hernández  (1927-1995), Pinturas murales

Francisco Zueras Torrens (1918-1992). Pinturas murales

Antonio Cobos Soto (1908-2001). Muros parietales. Iglesia

Amadeo Ruiz Olmos (1913-1995). Estatua de Jesús Divino Obrero

Javier Antonio Lahuerta  Vargas, se encargó de la acústica de la Iglesia.

En una conferencia que dió M. Nieto Cumplido en la Fundación de Bodegas Campos, sobre el arte de la vidriera en Córdoba, como homenaje a Tomás Egea, también recordó como referente en este arte a Antonio Povedano, y también comentó que importantes murales de Antonio Povedano y Antonio Zueras, realizados en la Universidad Laboral de Córdoba, al día de hoy desaparecieron.

OTROS ARTISTAS

Además de los “mosaicos”, también nos llamaba la atención el brillo y la limpieza de aquellos pasillos que parecían de “otra galaxia”. No cabe duda, de que la labor de aquellas limpiadoras anónimas con su bata azul y su fregona en las manos, hacían el milagro diario con tintes de “arte” y colaboraban a la brillantez de aquel emblemático edificio, de tan buenos recuerdos para muchos de nosotros. Nos sería imposible poder citar a todas aquellas mujeres, sin caer en el error de dejarnos a alguna olvidada, por ello prefiero mencionar nada más que a una de ellas, que estuvo allí desde primera hora hasta su jubilación. Se trata de Fernanda Alba Cabello, fallecida recientemente y que precisamente fue vecina del Cerro del Campo de la Verdad, un barrio que surgió casi al mismo tiempo que la Universidad Laboral.

También nos parecían artistas aquellas mujeres que en la cocina, nos preparaban aquellas habichuelas a la “vinagreta” que también nos vinieron de cara a nuestro desarrollo, y en general todas las comidas, con lo que muchos ejercitamos el paladar. Y que hablar de aquellos empleados que velaban por el mantenimiento de las instalaciones, como aquel hombre grande, todo bondad, como era Javier Merino, que nos garantizaba la potabilidad del agua. Al maestro zapatero Sr. Sanz, que con su seriedad nos tenía el calzado dispuesto para la batalla. Que bueno le salía el pan a aquellos panaderos que con dedicación y profesionalidad, nos tenían preparados aquellos bollos de pan que eran una delicia. Y que decir del singular Borrego, aquel empleado que cuidaba de que la calefacción estuviera siempre a punto. En general la Universidad Laboral, era una máquina perfectamente sincronizada en su funcionamiento, y todo su equilibrio se reflejaba en aquel patio central, maravillosamente exornado con flores de todos los tipos y para todos los gustos. Nos trataban bien en aquella Universidad, muy bien, y no sabemos de quien era la culpa si de Franco por haberlas hecho, o de la oposición que las criticaba. En fin todos los empleados nos hicieron la vida fácil y realmente se portaron como auténticos ARTISTAS.


RECORDANDO


AGROMÁN

Era una de las empresas señeras de La construcción en España, la empresa Agromán, fue la adjudicataria de la realización de las obras. Esta empresa fue fundada por José María Aguirre Gonzalo a alimón con José San Román en 1926. Por aquellas fechas ya empezó a hacer obras importantes y a ser señera en España. Cuando las empresas constructoras, asumían ellas toda la plantilla (no como ahora), llegó a tener hasta 17.000 trabajadores en plantilla, pero a lo largo de los años 60 y 70 del siglo pasado, sufrió varios vaivenes en su cuenta de resultados, hasta que cayó en las manos de BANESTO, que coincidiendo con Mario Conde en la presidencia del Banco es tramitada su venta que al final fue comprada por Ferrovial en 1995 y que ahora en una de sus divisiones se llama FERROVIAL-AGROMÁN.

Precisamente el padre de Julián Contreras Contador, compañero nuestro del Colegio Gran capitán, trabajó en esta empresa y en la obra lo hizo de listero. En el “BAR LA ESPUELA” del barrio Gavilán, se reunía los fines de semana muchos trabajadores que trabajaron en esta obra.

Aunque de distintos lugares de Córdoba, salían camiones para traer y llevar a los trabajadores, muchos lo hacían en bicicleta y eran muchas la bicicletas BH, Orbea, Forty y Star, las que se veían venir a la caída de la  tarde cuando salían de trabajar. También otras iban para Alcolea y pueblos cercanos.

El tabernero Ángel Ogallas Gavilán que ya pinta buenas canas por razones de edad, echa de menos aquella época en que la mayoría de los trabajadores que esperaban los camiones en el Jardín del Alpargete, fuera invierno o verano, su Bar, era el lugar de espera para la mayoría y eran muchos cafés, muchas copas  de coñac, de ponche y de anís, las que aquellos trabajadores consumían todas las mañanas. El coñac más solicitado era el popular Coñac 501, y en cuanto al anís era el duro “Machaquito”.

Ángel Ogallas, con muchos años de tabernero, me confesaba que en aquella época aprendió de lleno a comprender lo que era “El Carajillo” y el “Sol y Sombra”, bebidas que aquellos trabajadores de la construcción bebían con toda normalidad y para nada pedían tostadas.    

El veterano tabernero, consideró como una bendición del Cielo esta obra de la Universidad, por el ambiente que le dio al Jardín del Alpargate, antes escaso, de laboriosidad y circulación por la mañana temprano. Rosario “La jeringuera” era testigo excepcional de que a esa hora temprana, solamente se solían ver, al padre trinitario Gabriel de la Dolorosa, que todas las mañanas metido en su hábito y con sus sabañones a veces sangrantes, iba muy diligente caminando en sus maltrechas sandalias, para decir Misa temprana en las Hermanitas de la Cruz. Otro fijo de las mañanas, era Rafael Aranda Angulo, “el Naranjero”, que con su canasto de mimbre iba para trabajar a Bernardo Alba Pulido. Eran muy pocos los que se veían en aquellas mañanas sobre todo de invierno, por eso la obra de la Universidad Laboral, fue como una bendición para los bares de la mañana. Igual pasaba en la Puerta del Campo (Hospital de los Locos), donde Casa Basurte, también hacía su agosto. Eran distintos los puntos de Córdoba, en donde recogían a los albañiles en camiones para trasladarlos.

El 6 de diciembre de 1953, muchos de estos trabajadores pudieron presenciar un accidente que tuvo lugar en la llamada Cuesta de Rabanales, dos jóvenes, una mujer y un hombre, encontraron la muerte al meterse su vehículo un OPEL CAPITÁN, debajo de un camión que a media cuesta estaba aparcado por avería. Era de noche y posiblemente venían corriendo más de la cuenta y no pudieron evitar el accidente. Al día siguiente lunes, y por la mañana todavía estaba el coche y la guardia civil tomando datos. El joven, era un joven de clase bien de Córdoba, de la familia de la Farmacia Villegas, y al parecer venían de una fiesta campera en la zona de Pozoblanco-Villanueva de Córdoba (Cardeña), según parece y dado el mal tiempo se vinieron por Montoro y por ello el accidente tuvo lugar en la Cuesta de Rabanales. La fiesta había estado organizada por la Peña Taurina Pozoblanco, y se celebró en la ganadería de Jaralta. Una de las primeras personas que acudió al accidente fue Juan Gómez, que vivía cerca de la Casilla de Peones Camineros, que existía al coronar la cuesta. Además este hombre fue el que llamó por teléfono a la Guardia Civil.      

Al medio día del lunes quitaron de allí definitivamente los vehículos y el coche estuvo varios días presente en la puerta del Cuartel de la Guardia Civil de la Magdalena, mientras tanto todos los trabajadores que pasaron por allí dieron su versión del accidente. Al poco tiempo ese Cuartel de la Guardia Civil, fue trasladado al Barrio de Cañero, en la Calle Federico Mayo.

Hablando de accidentes, el día 11 de octubre de 1955, y mientras se construía la techumbre de los Talleres generales, zona de fundición, se hundió parte del techo y resultaron heridos 24 trabajadores, que rápidamente fueron llevados a centros sanitarios. Casa de Socorro, Cruz Roja y Seguridad Social. Precisamente ese mismo día había estado visitando las obras el ministro Girón, que ante el accidente y de acuerdo con el gobernador, dio un día de permiso al personal de la obra para dar tranquilidad a las familias.  


LOS SUELDOS

Entre el año 1953 y el 1956, en que terminaron las obras (la mayoría), de los sueldos que percibían estos trabajadores semanalmente en el año 1953, era los siguientes:

Encargado                    257.52
Horas                             84.30

Oficial                           198.17
Horas                             56.20

Ayudante                      168.44
                                     47.77

Al final de mes cobraban los puntos a 98 pesetas el valor por hijo aproximadamente. Los puntos o subsidio familiar era un beneficio que cobraban todos los trabajadores  por el número de hijos que tuvieran.


VISITAMOS LAS OBRAS

Los Salesianos por aquellos tiempos, tenían en sus costumbres didácticas lo que era “El Corro” y el “Cuadro de Honor”, Con estos métodos intentaban estimular a todos los alumnos. El que conocía bien la lección subía puestos en el “Corro” y había siempre una disputa por estar de los primeros. Al final de mes, a los que mejor puntuación obtenían en las notas los encuadraban en un denominado Cuadro de Honor.

D. José María Izquierdo, en aquel curso de 1954-1955, se hizo cargo de las Escuelas Gratuitas, sustituyendo a D. Jesús Amable Vicente, y tomó por norma organizar todos los meses, una especie de perol con todos los alumnos que salían en el Cuadro de Honor. Casi siempre este perol, se hacía en la zona de “bellotas” de la Campiñuela, finca que lindaba con las obras de la Universidad Laboral.  En el mes de diciembre de aquel año, y después de haber presenciado como el tren arrollaba un cochino cerca de la casa del guarda-vías, que no era otro, que el padre de Torralbo, (alumno también del Colegio), nos dirigimos al Puente de los Piconeros, sobre la confluencia de varios arroyos que eran linde natural de la Universidad Laboral. Una vez en el campo, unos se dedicaron a jugar a la pelota, otros a coger bellotas y otro grupo decidió otear las obras, para lo cual pasamos por debajo del Canal de Guadalmellato y llegamos a la zona de obras, que nos llamó la atención por la cantidad de “andamios” y personal que allí trabajaba. Los mayores de aquel grupo (pertenecían a la última clase), eran García Cívico, Benítez Gómez, Alfredo Herrera, Rafael Arévalo, Urbano Milla, etc. etc. todos íbamos detrás de ellos, y pudimos ver el ritmo de trabajo que tenían aquellos albañiles, unos con gorra, otros con pañuelo a la cabeza, otros, hasta con boina, para evitar de esta forma que se les ensuciara el pelo de la cabeza. No, en aquella época todavía no se utilizaban los cascos de protección , pues esta era una prenda que solo se observaba en las inauguraciones y sobre la cabeza de los que mandaban, como nos mostraba el NODO. Con los carrillos cargados de mezcla, subían rampas importantes que con toda seguridad requería un esfuerzo titánico. Eso era la construcción y a juicio de los mayores eso suponía mucho trabajo. Quizás la mayoría de los que he mencionado, tomaron buena cuenta de ello y optaron por la banca o el hacerse funcionarios.
          
La colocación que mejor recuerdo de aquellos mayores, fue la de Alfredo Herrera, éste era un alumno con muy buena redacción y se planteó la necesidad de colocarse en el Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba, en el puesto de “botones”. Esta colocación la resolvió D. José María Izquierdo, dándosela al citado Alfredo Herrera, porque estando preparado como todos, era el único que tenía bicicleta propia y aquí ésta era una herramienta necesaria, para desplazarse al trabajo. Iba a trabajar a la primera Oficina del Monte de Piedad que se abrió en la Calle principal de Cañero y entonces este barrio, resultaba muy alejado de lo que era la Córdoba clásica. Allí iba de director López Acosta, un empleado antiguo de aquel Monte de Piedad, de la Calle Ambrosio de Morales, que más que un banco parecía un museo, por el estilo, el respeto y la suficiencia que flotaba en el ambiente.

José López Acosta, era vecino de la Calle Roelas, y vivía en el “Picadero” una casa muy grande, que era propiedad de D. Antonio Díaz Jaén, gran amigo en el Colegio, de Manolete, y que era el dueño de “Almacenes San Antonio, al servicio de la construcción”. Nosotros, que éramos chiquillos del barrio, le ayudamos a José López Acosta, a llevar en un “triciclo” una máquina de escribir, y un montón de papeles, carpetas y archivadores, que iban a formar parte del mobiliario inicial de aquella Oficina. Organizada y puesta en funcionamiento la Oficina, el director José López Acosta, con el tiempo, llegó a cargos directivos dentro del Monte de Piedad, y el amigo Alfredo Herrera, el de la bicicleta, pasó a Casa Central, para ocuparse del departamento de extranjero. Eran los tiempos en que el Monte de Piedad y Caja de Ahorros del Sr. Medina, se sentía como una cosa propia de Córdoba. 

Yo, quedé impresionado por la obra de la Universidad y prometí volver de alumno, cosa que hice en el año 1957, y entré en el Colegio Gran Capitán, nombre que hasta sintonizaban bien con Córdoba.


LOS ANDAMIOS

Como hemos dicho en el mes de diciembre de 1954, tuvimos la oportunidad de contemplar el enjambre de andamios que rodeaban todos los edificios en construcción de la Universidad Laboral. Allí se podía observar que toda la obra en sus principales edificios creció simultáneamente a la vez. Y la verdad que se vieron por primera los andamios a base de tramos metálicos unidos entre si por el sistema de "chaveta". Todo el entramado, escaleras y pasillos de asentamiento para los tablones, se apoyaban en tubos perfectamente unidos por uniones "tipo chaveta", ese diseño era adelantado para aquellos tiempos, y se pudo ver también en la obra de la Residencia Teniente Coronel Noreña (1955) y en el Hotel Córdoba Palace.(1955). La empresa Agromán trajo de Madrid, a una cuadrillas de expertos en este tipo de andamios, y rodearon toda la parte exterior de los edificios de esa cobertura. También abundaron las primitivas "Bambas de soga", para el acabado y enlucido de fachadas, que consistían en una sujeción desde la altura a base de tablones en volada y contrapesados, con elementos armados de hormigón, como sacos, bidones y módulos. El movimiento de estas bambas eran accionados de forma muy pesada por los propios trabajadores con el sistema de "doble soga", e incluso con ayuda de compañeros a pie del suelo. Gracias a la eficacia y relativa rapidez de este sistema de andamiaje, se pudo simultanear tanta unidad de obra, para acabarla en poco más de tres años..

Este sistema de andamiaje multinivel y multidireccional, estaba basado en el correcto ensamblaje de barras metálicas verticales y horizontales, arriostradas con barras diagonales, todo en acero galvanizado en caliente. Los andamios estaban diseñados para ejecutar cualquier tipo de estructura, y tenía a su favor el factor "flexible", y la disposición de plataformas de asiento para tablones cada distancia de 0.50 a 0.70 m. de altura. Todo el ensamblaje de estos elementos metálicos era a base de una horquilla con chaveta basculante y auto-blocante. El sistema era rápido pues las cuñas en la barras horizontales y diagonales, entraban por su propio peso y solamente se le daba el aprieto. Estos sistemas de andamios como tantas cosas vinieron a España de Alemania.


LOS ÁRIDOS

Toda la arena y grava que se necesitó para la obra de la Universidad Laboral, salieron del Río Guadalquivir, de la cantera denominada “El Arenal” (donde hoy se pone la Feria de Mayo). En estos trabajos de la arena intervino Rafael Lesmes Jaén “El Negro”, vecino del Jardín del Alpargate, en compañía de unos cuatrocientos trabajadores más, que llenaron a golpe de pala los 70-75 camiones de 6-8 toneladas, que transportaban diariamente el material a la obra. Este trabajo fue cosa de 23 meses, de lunes a sábado. La cantera era de tres propietarios, siendo el padre de Rafael Lesmes, con domicilio en la Calle Los Ciegos, uno de los dueños. Rafael Lesmes, era vecino del singular “Carriles”, personaje insustituible del Mercado de San Agustín y que notaba en su puesto de frutas y verduras el dinero “fresco” que cobraban los albañiles del barrio que fueron muchos.

Aquellas cargas y descargas, bien pudieron suponer unos 160 millones de paladas, bien de arena, grava, o material para hacer el mortero. El total de material movido aproximadamente fueron unos 316.400 m2., sin contar que al final se obtuvo de otra cantera situada en los Sifones (cerca del Puente Mocho), el material para el afinado y la propia lima de los campos de deportes.

En cuanto al cemento se consumieron unos 200.000 sacos de 100 kg. todos de la factoría ASLAND de Córdoba y que fueron transportados por Transportes Francisco Vaquero. En cuanto al hierro de ferralla se consumió aproximadamente 3700 toneladas, de todos los diámetros.

Se removió tierra para encajar la “planta” de la Universidad Laboral en el desnivel que había entre el canal del Guadalmellato (frente a Luís de Góngora se podía ver el desnivel),  y la vía del ferrocarril, luego se cavarían los sótanos, y los pozos para hacer los cimientos, con lo que aproximadamente hubo necesidad de remover tierra en un valor cercano a los 230.000 M3. Hay que tener en cuenta que el desnivel del Patio Central, con la Plaza o zona del Paraninfo nos da una referencia en sentido de profundidad de las dependencias y habitáculos que había en los sótanos. Y es que en los sótanos, había todo un mundo de dependencias, además de los servicios y duchas de todos los Colegios. Aquel pequeño campo de deportes, que estaba junto a la entrada de los sótanos, nos mostraba a las claras las diferencias de nivel. No quiero dejar de recordar que por allí andaba el “despacho” de Cruz Carrascosa, el encargado del material de deportes.


LA SOLERÍA DE LA UNIVERSIDAD LABORAL

El suministro de losas para la Universidad Laboral, fue realizado por Almacenes San Antonio, que estaba ubicada su exposición en la Calle Alfonso XIII, casi enfrente a la Estatua de Osio. Este negocio era popular en aquellos tiempos porque patrocinaba un espacio deportivo en RADIO CÓRDOBA, titulado “Minutos deportivos de Radio Córdoba”, que se daba todos los días después del número de los “ciegos” y del “parte” de Radio Nacional. 

El contrato de suministro regulaba unas condiciones de plazo a “ritmo de obra”, esto implicó que durante dos años aproximadamente, fueran cinco camiones diariamente transportando este material.

Se suministraron cuatro tipo de losas para las instalaciones interiores y que fueron las siguientes:

-Losa hidráulica de 40 x 40 para el interior de las aulas, salas de estudio incluidas aulas de Talleres y sus oficinas. 10.860 M2.

-Losa de chino gordo, pulida de 60 x 60, en dos colores para alternar con los Colegios, habitaciones y pasillos de distribución. 25.600 M2.

-Losa tipo “Tartessos”, chino de canto rodado, partido a mano y pulido de 60 x 60, para pasillos de Colegios, hall delantero de Comedores, incluso Paraninfo. 13.860 M2.

-Losas hidráulicas con chino vasto para zonas de piscinas, de deportes, galerías pórtico y patio central. 2.410 M2.


LA CARPINTERÍA METÁLICA

Los arquitectos en sus lenguajes técnicos, suelen decir que cuando hay muchos “vanos transparentes” en una edificación, lo definen como para que se vea el aire. La Universidad Laboral, por la abundancia de cierres y ventanas se puede decir que se veía el aire por todos los sitios. Efectivamente, acostumbrados a ventanas pequeñas de nuestras casas e incluso algunas veces con un cristal que otro roto, al ver aquellos ventanales, nos quedamos sobrecogidos y totalmente impresionados. De tanto andar de un lado para otro, durante los cinco años que permanecí allí, sus medidas, sus elementos,  se nos quedaron grabados en nuestras retinas. Solamente no he conseguido averiguar finalmente quien fue la empresa que suministró dicha carpintería, ya que tengo dudas de que Perfecto Sillero, que era la empresa más puntera que había en Córdoba, tuviera capacidad en aquellos tiempos en que estaba en la Calle Altillo, de suministrar tanto M2 de carpintería.

Toda la carpintería se ejecutó en hierro “Perfil 34” laminado en caliente de Mondragón, por otra parte, el perfil que estaba de moda en aquellos tiempos incipientes de la carpintería metálica. Esta carpintería constaba de los siguiente perfiles:

Marco
Hoja
Pilastra
Vierteaguas
Mainel para persianas

No pudimos tener nunca los planos de los distintos cierres o ventanas en la mano, pero si en cambio tuvimos la oportunidad de memorizarlos en nuestra cabeza. Luego los planos generales de la Universidad nos completaron el dato a la hora de definir cantidades. Tenemos que decir que la gran mayoría de la carpintería era practicable. Y toda era realizada en el “perfil 34” que antes hemos mencionado.

No pretendemos citar el número de ventanas o cierres que había por aquellos edificios o pasillos, lo que si hemos evaluado los siguientes datos:

La carpintería debió suponer un montante de unos 13.600 M2. y para ello se debieron gastar muchas barras de perfil, Marco, Hoja, Pilastra, Mainel, Vierteaguas, y pletina para fallebas. Podemos decir que en dato aproximado y para realizar esta carpintería se debieron de dar unos 205.568 cortes en tronzadora. Corte de Marco, Hoja, Pilastra, Mainel y Vierteaguas.

El número de bisagras que debieron emplearse estuvo cerca de 44.376 bisagras.

Se realizaron soldaduras (abrir el arco), para soldar los perfiles, las bisagras, en número superior 187.944, puntadas o pequeñas soldaduras, lo que debió suponer un consumo aproximado de unos 14.000 electrodos “supercitos” de 3.25 mm. y de 2 mm.

También se debieron gastar una enorme cantidad de discos abrasivos de corte y repasado de soldaduras.

Hay que hacer resaltar que las manivelas de las ventanas era doradas y que los cierres tenían compases de apertura, con tornillos regulables también dorados

El “perfil 34” era la que se llevaba en aquella época como solución metálica para las ventanas y los cierres. Justo será decir que a la persona que yo he visto trabajar este tipo de carpintería con mas eficacia y rendimiento ha sido un tal  Florencio Ruz Castillero, de la extinta Unión Cerrajera Cordobesa.

LA PINTURA

Al hablar de la pintura tengo la referencia que me dio Pedro Guarnizo, pintor que trabajó en aquella CENEMESA, y coincidió con compañeros que habían trabajado con él en  “Navajitas”, con los Palomino, y en el Parque de Automovilismo, caso de Pulido, Fernández, Pino y Merlo. El, Pedro Guarnizo, trabajó  con Navajitas, el pintor de la Calle Abejar, que se significaría por ser intimo amigo de Eloy Vaquero Cantillo, “Zapatones”, político,  que fue un corto periodo Alcalde de Córdoba y Ministro de Instrucción Pública al comienzo de la República. A pesar de esta anécdota de aquellos tiempos de la República, toda esta familia, “Los Navajitas” han sido todo un referente muy importante en Córdoba, y de forma especial en la zona del Realejo de Córdoba.

Pedro Guarnizo, a pesar de pertenecer a la empresa de “Navajitas”, llegó a trabajar durante algunas semanas en la Universidad Laboral, pues fue cedido durante un tiempo para completar las necesidades iniciales del trabajo. El mismo nos contó de su experiencia en la Universidad en donde se empezó de lleno a utilizar las pinturas plásticas con el rodillo. Hombre dicharachero y animoso con sus amigos, comentaba un día en la barbería de “Marchena” en la Puerta del Rincón. “Hay que ver las vueltas que da la vida, yo trabajé en la Universidad Laboral de pintor, y ahora en la fábrica, tengo de jefe de taller a Nemesio Cabrera Alcántara, que fue profesor de aquella Universidad y de subjefe a un nieto de Rafael Navajas Luna “Navajitas”. 

Quiero hacer un aparte para mencionar a "Marchena el barbero" que en realidad se llamaba Antonio Luque, y que era un gran amigo del torero Manuel Calero "Calerito", hasta el punto de compartir a instancias del torero, un último cigarro ya en el lecho de la muerte. "Marchena el barbero", era toda una institución en la Puerta del Rincón.  

LA ELECTRICIDAD

La  empresa que hizo la instalación eléctrica fue ABENGOA, y de principio se habilitaron tres líneas de 20.000 voltios, con tres transformadores de 1.000 Kva. La potencia instalada fue de 8.000 kilowatios aproximadamente. A los pocos años y por motivo de cambiar la calefacción de los talleres (supuso levantar el suelo y empotrar las resistencias), implicó ampliar la potencia de la subestación. El profesor Gallegos de electricidad participó en la instalación eléctrica como trabajador de ABENGOA.

En la Universidad Laboral fue en donde primero pudimos contemplar el uso masivo de lámparas fluorescentes, y porque no, también padecimos en las horas de estudio el ruido que producían algunos tubos ya rendidos. Dichos tubos fluorescentes estaban embutidos en unas lámparas rectangulares que colgaban del techo, con protección en rejilla de metacrilato a cuadrados pequeños. La luminosidad de cada aula, era optima.


LA FONTANERÍA

Los trabajos de fontanería se le adjudicó a la empresa madrileña, MONTESA S.A, que eran expertos y punteros en temas de calefacción. Ellos asumieron todo el trabajo de calderas, calefacción y conducciones generales. La fontanería de duchas y servicios de los Colegios, fue subcontratada a empresas de Córdoba, entre las cuales se encontraba Vicente Gordillo. Incluso se perfiló la conducción de agua que pasa por debajo del puente del ferrocarril para alimentar la zona de regadío agrícola que quedaba entre la vía y la carretera de Madrid. Esa zona agrícola estaba dirigida por el ingeniero agrícola D. Francisco Corazón.

La calefacción constaba de 4 calderas de 3.500.000 Kilocalorías fabricadas por la empresa Vulcano de Vigo. Al frente de ellas quedó el eficiente y simpático Sr. Borrego.

El impermeabilizado de las cubiertas lo realizó la empresa IMAPA cuyo delegado en Córdoba, terminó siendo el yerno de Miguel López Salas. Este delegado con el tiempo y aprovechando el tirón de la construcción, ganó mucho dinero y terminó comprando la emblemática “Finca Piquin” en la sierra de Córdoba.


LOS PUPITRES Y MOBILIARIO

Los pupitres y mobiliario de comedores, mesas de profesores, aulas de dibujo, ect. fue suministrado por la empresa cordobesa Luís Aranda Martos, que en torno a una estructura metálica a base de tubo redondo, pintado en negro, que se fabricaba en una pequeña industria de la Calle Hornillo (Costanillas), montaron ellos los pupitres y mobiliario de las aulas, los estudios, incluso todos los muebles de comedores.  En el callejón sótano que había debajo de los comedores y cocinas, era a donde iban a parar todos los pupitres y muebles en reparación. En los primeros tiempos los reparaba Rafael Gómez, hijo del "Sevillano" y sobrino del famoso "Parritas", de San Lorenzo, que al igual que el padre y su hermano mayor, vivían en la Calle El Cristo de San Lorenzo y era empleado de Luís Aranda. 


EL ABASTECIMIENTO DE AGUA

La empresa AGROMÁN había previsto la instalación de una planta potabilizadora de agua, que se nutría del Canal del Guadalmellato, que pasaba justo detrás de la futura ubicación de la Universidad Laboral, al frente de esta planta pusieron a un hombre grandón, todo bondad que se llamaba Javier Merino. Al terminar las obras y como la Universidad necesitaba el lógico suministro, los dominicos, administradores de la futura Universidad, contrataron a este hombre que se jubiló con 70 años. Hay que hacer resaltar que las orillas del canal estaban llenas de moredas que daban exquisitas moras.


LOS QUE RAJABAN
 
No podíamos terminar esta serie de comentarios, datos y curiosidades entorno a la Universidad Laboral, sin mencionar la propaganda en contra que de forma reglada y sistemática, hicieron algunos medios de comunicación. Tal es el caso de la emisora de radio clandestina que controlaba el PCE.


LA PIRENAICA

 A Radio España independiente, no se le escapaba para nada la marcha de las obras de la Universidad Laboral, “LA PIRENAICA” como la bautizó Dolores Ibárruri, empezó a emitir el 22 de julio de 1941, era una emisora dominada por el PCE, en un principio estuvo emitiendo desde Moscú pero luego más tarde lo hizo desde Rumanía. Los locutores Enrique Castro Delgado, Jacinto Barrio y José Sandoval, tenían elaborados programas continuos contra todo lo que se movía en España, y las Universidades Laborales, no iba a ser una excepción. Desde el punto de vista laboral intentaron sin éxito que los trabajadores que trabajaban en la Universidad Laboral, se negaran a colaborar con el régimen. Llegaron incluso a plantear comparaciones con la obra del Valle de los caídos en la que según ellos fueron masacrados miles de presos políticos.

Pero a esta emisora, pronto se le vio el plumero de su propaganda, ya que a principios del mes de junio de 1953 varias fábricas de la Checoslovaquia comunista se pusieron en huelga. Pero en el paraíso de los trabajadores estaba prohibido dejar de trabajar, de modo que las huelgas terminaron en agrios enfrentamientos entre la policía y los manifestantes. Fueron los trabajadores de la fábrica SKODA, los que incluso en señal de protesta pusieron una bandera americana en la fachada de un Ayuntamiento. Pronto y con mano dura, Stalin, acabó con todo esto y mandó los tanques contra los trabajadores de la ciudad de PILSEN, cortando más adelante todas las cabezas del propio partido comunista que fueron necesarias. Más tarde fue en el propio Berlín Este, dominado por la Unión Soviética, en donde se volvieron a dar huelgas en protesta por los bajos salarios, en esta ocasión fueron los albañiles, los que protestaban bajándose de los andamios.

La emisora Pirenaica, como emisora del PCE, todo esto lo omitía en su cacareada información “socio laboral” y si acaso comentaba algo, decía que “agentes del imperialismo” querían alterar la paz y la tranquilidad de los trabajadores. Pero aquí, dirigiéndose a los españoles, y en el colmo de la propaganda llegaron a decir:

 “Que las Universidades Laborales, eran un instrumento más del régimen, para quitarle a la clase trabajadora la gente que pueda valer y dejarla huérfana”.

Eso lo repetían una y mil veces y con toda seguridad debían de tener a alguien infiltrado entre los trabajadores, porque llegaban a entablar “comparaciones de los tratos que se daban” para intentar sublevar a los albañiles. Cualquier cosa que ocurría dentro de la obra, ellos tenían información oportuna y la comentaban a su manera. Pero inevitablemente la obra de la Universidad Laboral, seguía y cumplía todos sus pasos. Al estar la obra en las afueras de Córdoba, se hizo necesario el transporte diario de trabajadores, y éste se llevaba a cabo, en camiones  en donde los trabajadores iban de pie y agarrados a sendas barras colocadas en el techo de la caja del camión. Sobre este tema, dijeron que a los trabajadores los llevaban “como cochinos” a trabajar. Pero la realidad era de que en Córdoba, ni en provincia  había autocares suficientes para llevar todos los días a los trabajadores. Todos estos comentarios de “La Pirenaica”, se reproducían a diario en el “Bar la Espuela”, en donde había una importante clientela del PCE. Por tanto, la obra de la Universidad Laboral, lo que pudo significar para los hijos de los trabajadores, tuvo desde sus inicios, una oposición feroz por parte del PCE.

El padre de Julián Contreras Cantador, que trabajó de listero, hablaba de que había aparcamientos organizados para miles de bicicletas BH y unas pocas menos de ORBEA y otras marcas. Cuando llegaba el invierno y terminaban la jornada con las primeras luces de la tarde, se veían bajar por la cuesta de Rabanales, una caravana interminable de bicicletas con sus faros encendidos, afortunadamente por aquellas fechas, la Casilla de Peones camineros y sus vecinos, eran testigos diarios de que por allí apenas si pasaban coches. La fuente que había hacia la derecha de la cuesta, era agua y parada para muchos ciclistas que iban a trabajar, la instalación de la fábrica de Cervezas el Águila, al parecer provocó su contaminación y lógicamente terminaron por quitarla. 

En la hora de la comida había trabajadores que se desplazaban a la cercana Alcolea, pero la gran mayoría comían a pie de obra, la comida que solían llevar en aquellas escurridas taleguillas, en la mayoría de los casos, potaje o la clásica tortilla y algo de picadillo.
  
Afortunadamente aquella obra se pudo terminar y fuimos muchos hijos de trabajadores, los que pudimos disfrutar de todo lo bueno que nos dieron la Universidades Laborales. Con toda seguridad al PCE, le hubiera gustado que en vez del “Cara al Sol” se hubiera cantado “La Internacional”, pero a los alumnos, tanto un himno como el otro, nos “La traía al pairo”. Para la mayoría de nosotros lo importante era la formación humana y profesional que allí nos dieron y porque no decirlo, también las “habichuelas a la vinagreta” que Casilda, Rafaela Blanco y la señora Madueño, cuidaban de prepararnos con todo el esmero del mundo.