martes, 7 de enero de 2014

LOS REYES MAGOS

EN LA HISTORIA

La fiesta de la Epifanía o de los Reyes, como se denomina ahora, parece ser que tiene su origen en Oriente, cuando en Egipto, se celebraba el solticio de invierno el 25 de diciembre y el 6 de enero el aumento de la luz.

En este aumento de la luminosidad solar, los cristianos vieron un símbolo evangélico y entonces 13 días después al 25 de diciembre, cuando tal hecho era más evidente, celebraban el nacimiento de Jesús.

Cuando esta fiesta oriental llegó a Occidente, y por celebrarse ya la fiesta de la Navidad, a esta fecha se le dio el nombre de la “Epifanía” palabra de origen griego que significa manifestación, revelación o aparición. Ahí se estableció la fiesta de los reyes magos.

Así se solemnizó la revelación de Jesús al mundo pagano, significada en la adoración  de los “magos de oriente” que menciona en el Evangelio de San Mateo. No obstante, los historiadores consideran que con el término “mago” el discípulo de Cristo se refería  a astrólogos o sacerdotes persas que profesaban el mazdeísmo, la religión de Zaratrusta.

Tertuliano afirmó que los magos debían ser reyes que procederían de Oriente y en los siglos siguientes la visión monárquica de estos magos se impuso y permanece hasta la actualidad.

Por otra parte, al hablar del número de reyes magos, tampoco el evangelio cita con exactitud  cuantos eran. En el siglo III, el teólogo Orígenes (185-253) indicó que los reyes magos eran tres, debido a que fueron tres los regalos que se nombran en el Evangelio de San Mateo: Oro, Incienso y Mirra.

De manera tradicional se considera que estos “Magos de Oriente” eran babilonios, entre otras cosas por algunos puntos en común con el pueblo judío y porque el resto de Israel estaba rodeado por el Imperio Romano.

También hay algunos investigadores que apoyan la tesis de que eran de origen persa, según se desprende del mosaico bizantino encontrado en la Iglesia de San Apolinar el Nuevo, en Rabena, Italia, en la que están representados los tres reyes con sus nombres de Melchor, Gaspar y Baltasar, con una indumentaria persa compuesta por capa y gorros frigios.

LOS REYES MAGOS EN ESPAÑA

Esta celebración tiene su origen en el Nuevo Testamento, don se nos cuenta que los Reyes Melchor, Gaspar y Baltasar viajaron durante la noche desde los confines más remotos de la tierra para traerle regalos al niño Jesús, a quien reconocían como el Hijo de Dios.  Los reyes magos son descritos como sabios, cuya sabiduría proviene precisamente del reconocimiento de la divinidad de Jesús.  Se les suponía que venían de sitios diferentes y que la luminosidad de la estrella de Belén, les hizo coincidir.

En 1885, el pueblo alicantino de Alcoy, convocó posiblemente la primera Cabalgata que se celebró en España, la laboriosa gente de Alcoy, una vez más se adelantaron al resto del país. Todavía recordamos aquella frase hecha que se decía de la moral del equipo de fútbol del Alcoyano, en tiempos en que su delantero centro era nada más y nada menos que el gran Mundo.  “Tienes más moral que el Alcoyano, que jugaban con un balón metálico y encima se quejaban de que estaba flojo”.

Simpatías y bromas aparte, viendo estos antecedentes del pueblo de Alcoy, el Gobierno de Madrid que acababa de perder al rey por muerte de Alfonso XII, instauró la Cabalgata de reyes magos, para honrar la fiesta de la Epifanía. Por otra parte, mientras que las escrituras tradicionales cuentan que le regalaron oro, incienso y mirra al Niño Jesús, en estos tiempos los reyes son más dados a traer caramelos y regalos más prácticos para los chiquillos como son los juguetes, que colman la ilusión de cualquier niño. Esta costumbre de las cabalgatas se extendió por todos los rincones de España, pues en todas partes había pequeños que querían disfrutar la felicidad de este día. 

LOS REYES EN SAN LORENZO

En el Barrio de San Lorenzo, con todo lo extenso y amplio que era, mayores eran las dificultades que tenían sus gentes para sacar adelante las fiestas de Navidad y Año Nuevo, para ello se hacía un gran esfuerzo y no obstante, casi siempre había que recurrir a la “Libreta para pedir fiado”, que era como una especie de tarjeta VISA de ahora, en donde incluso con toda seguridad te cobrarían comisiones e intereses. Pero otra cosa era la festividad de los Reyes Magos, pues ya no había presupuesto para juguetes ni caramelos para la mayoría de los chiquillos que llenaban sus calles.

Y es que este barrio, como cualquier otro que fuera pobre, tenía muchas dificultades para subir la denominada “cuesta de enero” y menos aún tener dineros para Reyes. Pero la chiquillería ya estaba hecha a eso y buscaban en las damas catequistas, en las hermandades o en el Frente de juventudes que les dieran algún regalo, y si esto no ocurría, no tenían más remedio que aguantarse.

Y es que el hambre y las necesidades se encontraban por todas las casas y por todas las esquinas. Aunque la guerra civil hizo que estos problemas se agudizaran, el hambre y las dificultades en esta collacción, ya se daban en otras épocas. El mismo Motín del Hambre, de 1652, pone a las claras que estas situaciones venían de antiguo, y que este barrio fue donde tuvieron lugar las mayores revueltas.

LA OLLA DEL “BIBI”

Como exponente del hambre que había podremos explicar lo que ocurrió en la Casa nº 14 de la Calle de los Frailes, esquina con la Calle el Queso. (2 casas por encima del Cine Delicias). En donde vivía Francisco Espejo, “El Bibi”, que estaba emparentado con Natalia la lechera de Santa María de Gracia.

Era en su domicilio, en el mes de febrero del año 1952 y se celebraba en el patio de la casa un bautizo de un familiar al parecer del “Bibi” que vivía en la planta alta. Sonaba la música de la gramola y al ritmo del bayón de Ana, se estremecían hasta las macetas. Las parejas disfrutaban con el baile y otras picoteaban, las aceitunas, las patatas fritas, la morcilla chorizada y hasta una poquíta de la incipiente mina que ya empezaba a llegar de Cataluña. Era el primer hijo y Rogelio, que así llamaba el padre, no regateó esfuerzo alguno. Al baile del bautizo entre otros, asistieron gente joven del barrio, como Antonio “El Tambor”, Rafael Espejo, Manuel Lozano, Antonio Trenas, Enrique Sánchez, Rafael Padillo, Manolo “El Sorna” y Antonio Jiménez.  Otros, no eran conocidos del barrio. Cuando estaba el bautizo y el baile en medio de todo su apogeo, ya casi anocheciendo, bajaba por las escaleras, todo lo grande y gordo que era, el padre del “Bibi”, pegando voces al grito de: “LA OLLA, LA OLLA, que se han llevado la olla. Hasta la música se paró y se pudo comprobar que quien sea o quienes fueran, habían entrado en la cocina común de aquellos vecinos, y se habían llevado por la cara, una olla de cocido con su versa, su tocino y su pringá, dispuesta para comérsela. Se preguntó, se miró y la olla jamás apareció. A los cuatro días en el emboque de los arroyos que había en la Calle Cinco Caballeros, apareció la olla, lógicamente vacía.

Hacía falta tener hambre para quitar de una casa de vecinos una olla con su guiso dentro. Pues este era el ambiente de penuria que existía en aquellos tiempos, por lo que era difícil que hubiera reyes para los niños.  A aquellos que se comieron aquella olla, se le aparecieron de alguna forma los reyes.

¡¡SE COMIERON HASTA EL BANQUETE!!

Por aquellos tiempos nos tocó estar de monaguillos (año 1955), y en la casa de la Calle Humosa, que hace esquina con la entrada a la “Plaza del Huerto Hundido” se celebraba un bautizo de un niño al que iban a poner de nombre Enriquito. Los chiquillos de aquella época, que estaban a la caza y captura de cualquier bautizo, se dirigían a mi como monaguillo que era de San Lorenzo, para que le indicara “la orden del día de bautizos”, porque siempre eran oportunidades para coger algunas monedas, “gordas o perrillas” que solían lanzar los padrinos a la VOZ DE: AQUÍ, AQUÍ, AQUÍ. Terminó la ceremonia de aquel bautizo y a mi me faltó tiempo para quitarme la sotana de monaguillo, y salir rápidamente a la puerta para “coger algo de lo que los padrinos echaban”. Yo tenía la ventaja de que sabía que el “Bautizo de Enriquito” terminaba en la Calle Humosa, y allí fuimos todos porque al final del recorrido y a modo de despedida, los padrinos al oír las palabras. INO, INO, La madrina tiene pelos en el (¿?) También se gritaba OLLA, OLLA, El padrino tiene pelos en la (¿?) Claramente se ve que eran expresiones un tanto groseras, pero que hacían efecto en los padrinos que echaban en la puerta de la casa EL RESTO, en forma de despedida.

Por tanto se trataba de llegar rápido a la casa del bautizado, para estar en primera fila, para lo cual nos metimos por las Calles Ruano Girón, Cristo, Velasco, Montero y Montaña, hasta que nos plantamos, en la Calle Humosa. Allí, esperamos pacientemente a que llegara la comitiva del bautizo, con el niño, los padrinos y los familiares. O llegamos muy rápidos, o el grueso de la familia se retrasaba. Mientras esperábamos, nos pudimos dar cuenta que la Casa tenía un patio lleno de macetas y precisamente había una mujer algo mayor en labores de “regando macetas”. También pudimos observar que en medio del amplio patio, había una enorme mesa con manteles de papel blanco y todo, y sobre la misma,  platos, bandejas de salchichón, chorizo, queso, patatas fritas, aceitunas, croquetas, palillos y hasta morcilla chorizada.

A la vista de la tardanza del niño, la familia y los padrinos, “El Migui” (Miguel Blancart Moreno, se percató de que aquello estaba sólo y entró y cogió un puñado de pedazos de queso, después fue otro el que entró y se trajo una bandeja de salchichón, al poco tiempo fuimos uno, otro y otro, los que dejamos la mesa prácticamente vacía y hasta sin manteles. Salimos corriendo por la Calle Hornillo, por la Calle Simancas, por la Calle Montaña, en fin todos procuramos alejarnos lo máximo posible de aquel patio, al que le habíamos quitado la posibilidad del convite.

Nos imaginamos la reacción que se llevarían los familiares al entrar en el patio y comprobar que la mesa del convite había desaparecido.

Aquello se hizo comentario y fue famoso en el barrio de San Lorenzo. Más tarde (días después nos enteramos que la tardanza de los familiares del bautizo se debió a que toda  la familia del bautizado quiso echarse UNA FOTO, en FOTO LEÓN, que estaba en Mármol de Bañuelos, pues los padrinos habían venido expresamente de Barcelona.

El detalle del bautizo, era otra prueba más de lo “caro” que estaba el detalle de la comida, por aquellos tiempos. Y eran inquietudes mas precisas que los reyes. Sin aprobar lo que hicimos, tengo que decir que se nos aparecieron los reyes.

LA CABALGATA EN CÓRDOBA

La Cabalgata de los Reyes Magos tiene lugar la tarde del 5 de enero, la Noche de Reyes. La tradición en Córdoba se remonta a la primera mitad del siglo XX; en 1925 se organiza la primera Cabalgata, impulsada por el rector de la Iglesia de San Francisco, D. Carlos Romero Berral, sacerdote, que dio muestras de una sensibilidad especial para los más desfavorecidos de la sociedad, supo vivir pobre para ser rico en la entrega a los demás, siendo este intercambio una constante en toda su vida.

Para este proyecto inicial de Cabalgata, contó de inmediato con el apoyo de D. José Cruz Conde, alcalde de Córdoba que ofreció todo su apoyo a esta feliz iniciativa. Este proyecto, se dilató y engrandeció con el tiempo, contando siempre con el apoyo de todos los alcaldes de nuestra ciudad, así como de muchas casas comerciales y entidades de Córdoba.

Recuerdo que en San Lorenzo, recolectaban “pajes” para aquella Cabalgata y los encargados eran Rafael Blancart, “El Falillo” Manuel Moyano, “La Vieja”. y Francisco Rodríguez “Paquillo”, no sé por donde les llegaba el encargo pero a los chavales mayores se los llevaban a participar en aquella Cabalgata, que hacía la ilusión de muchos. Más de una broma se gastó con el farol que portaba cada uno y los exóticos ropajes del oriente que portaba cada paje. Pero daba la impresión de que iban ilusionados pues al parecer tenían la oportunidad de disfrutar en primera fila del reparto de caramelos, que aún por aquellos años, eran muy escasos.

PINCELADAS DE LOS REYES

Los políticos:

Con la llegada de la democracia, ya empezaron los partidos políticos a participar en las Cabalgatas de reyes magos, (1980), recuerdo que de Rey Melchor, iba Antonio Herrera Aranda, concejal de la UCD. Este hombre tenía fama de gran trabajador y lo había demostrado en la Asociación de Vecinos de Fray Albino, en donde fue un gran colaborador de D. Manuel Rodríguez Zamora, que era el presidente de la citada Asociación. También en su fábrica Westinghouse, Herrera, adquirió fama de hombre eficaz y leal para sus jefes. Quizás porque uno de sus cargos en aquel Ayuntamiento, fue ser responsable de la guardia a caballo, disfrutó mucho cuando le dieron la posibilidad de representar el papel del Rey Melchor, en aquella Cabalgata, de la que él contaba con cierta risa, la siguiente anécdota en el Bar Cabello del Polígono de  la Fuensanta:

“Iba la Cabalgata pasando por la Calle Nueva, a la altura de la Perfumería Hoyo, cuando divisó a su amigo y compañero de fábrica Francisco Jiménez, al que él siempre llamaba de forma simpática “El Sacristán de San Juan de Ávila”. Al verlo, le quiso obsequiar con un bombardeo de caramelos y sin darse buena cuenta, le dio a un espectador que había al lado un buen achuchón en la cabeza con los caramelos. El “agraviado” con aquella lluvia de caramelos, no tuvo nada más que coger dos naranjas del árbol más próximo y se las lanzó a la cabeza al Rey Melchor, con tanta puntería, que a punto estuvo de perder incluso la corona que se le cayó al suelo de la carroza”. Esta versión tal como ocurrió la pudieron ver los amigos de Huevos Castro, que iban detrás con la furgoneta como despensa de caramelos.

El otro político que probó la suerte de ser rey mago, fue Santiago Murillo, “El Pavo” que también fue concejal en aquella legislatura y disfrutó de lo lindo, primero, porque era un hombre muy conocido en el mundo del fútbol, segundo, porque él fue siempre un hombre muy extrovertido. Representó al Rey Gaspar y la verdad que esto de probar la corte de Oriente, le sirvió para buscarse perfectamente las habichuelas, pues ya no volvió jamás por fábrica, a lo que era su trabajo habitual. Que se sepa, en Córdoba, ya no se presentó a ninguna lista electoral más, por lo que se intuye que su partido le debió buscar un acomodo para realizar su vida laboral hasta que se ha jubilado.

El otro rey mago de esa Cabalgara, el Rey Baltasar, fue el gran aficionado a los toros Clodoaldo Cano, además de gran  peñísta, era una gran persona. La cabalgata en cuanto a los reyes fue un éxito completo, y como siempre la Calle Nueva, que era el mejor marco por aquellas épocas así lo vio.

Si bien el Ayuntamiento apoyó esta cabalgata con presupuestos oficiales, también tenemos que decir que en el primer Ayuntamiento con los comunistas en el poder, estos intentaron “cambiar algo la tradición” de lo que era la Cabalgata, queriéndola convertir en una cosa “tipo laica”, por lo que la concibieron como una especie de “pasacalles” de distracción. Así aparecieron  algunas carrozas que no tenían nada que ver con la tradición de la Cabalgata de reyes magos. Todavía recordamos, como todo un destacado político del PCE, participó en dicha cabalgata, poco menos que metido en una jaula y significando el personaje de una supuesta “monja embarazada”. Aquella imagen grotesca, representó más al propio político, que a nada que se pareciera con la cabalgata. Fue  lamentable, sobre todo para los chiquillos.

Y es que los políticos no tienen solución, el ínclito José Mellado, varias legislaturas presidente de la Diputación, es aún hoy, posiblemente el político que está convencido de que todo se arregla hablando con el móvil, máxime si además se lo paga la Junta de Andalucía. Cualquier mañana y más bien tarde, se le puede ver cruzando las Tendillas, seguramente para incorporarse a cualquier puesto político, “agarrado al móvil”, dando la impresión con ello, de que sin el móvil, no se puede trabajar en política. Hasta el Gran Capitán, que fuera “Voz mayor de Córdoba, en el Ayuntamiento” tiene que extrañarse de ver al que fue varias veces candidato a la alcaldía de Córdoba, cruzando la plaza de las Tendillas, totalmente pegado al móvil, dando la impresión poco menos, de que está resolviendo todos los problemas del paro que tanto nos atosigan. Todavía le recordamos, en aquella campaña electoral en la que metido en un local propiedad de Rafael Gómez, (En San Pablo), montó su despacho electoral y pedía poco menos a los cordobeses, con el eslogan “VEN Y CUENTAME”, que allí mismo, les trasladásemos nuestras peticiones para que él las resolviera como futuro alcalde. Pero llegaron las elecciones y los votos de los ciudadanos, ponen a cada uno en su sitio, cosa que no hacen los partidos, pues el Sr. Mellado, claro perdedor de los comicios fue promocionado otra vez a presidente de la Diputación.

Estando de presidente de esta Institución Provincial, promocionó la instalación de un nacimiento en la Diputación, que ni a los mismos del carnaval se les hubiera ocurrido. Menos mal que ante el escaso bagaje de votos obtenidos lo quitaron de allí y aunque deberá estar metido por cualquier despacho oficial “vegetando y gastando móvil”, al menos no toma decisiones que choquen con la opinión de los vecinos. 


EN LAS PEÑAS

En las Peñas, una de las primeras en Córdoba en tener su propia Cabalgata, fue la Peña el Club de Pesca de Ciudad Jardín de la Calle José María Valdenebro, que tuvo entre sus fundadores a D. Manuel Cruz Carrascosa, un jiennense afincado en Córdoba, y que se vino para trabajar en la Universidad Laboral de Córdoba, allá por el año 1956. Aunque entró de administrativo pronto pasó a ser responsable del material deportivo del departamento de Educación Física y deportes, en donde se encontró con grandes profesionales como: José Luís Fernández, Francisco Homar, Carlos García, José Ramón Castañeda, Alejandro Liz,  Manuel Pascua, etc. etc. M. Cruz Carrascosa, fue árbitro de segunda división. Por sus méritos en el mundo de las Peñas, fue Potro de Oro, y persona entrañable  para Córdoba. Durante muchos años, participó de lleno en esta Cabalgata, que según muchos del barrio llegó a rivalizar con la de la propia  capital. Todo esto ocurría cuando el Barrio de la Ciudad Jardín, era “El destino deseado” de todo el que prosperaba de alguna forma en Córdoba.

Además de la peña de Ciudad Jardín, podíamos citar aquí a la mayoría de las Peñas de Córdoba, que supieron dar realce a esta fiesta de los reyes Magos, sobre todo a raíz  de los años setenta.

PEÑA EL PRINCIPE

Esta Peña de San Lorenzo, que fundara Diego Fernández y el excombatiente republicano, Manuel Rey Almoguera, tuvo siempre un rey mago muy especial en Inocencio Montes Solís, “El Chencho”, persona extrovertida, cariñosa y muy solidaria. Fueron bastantes años los que le tocó representar el papel de Rey Melchor, poniendo todos sus ánimos, su capacidad de disfrutar y su sentido de la solidaridad al servicio de sus amigos y de su barrio. El, como gerente de las tiendas de Modesta, tan de moda por aquellas fechas, entendía muy bien de juguetes y regalos. Tampoco le era extraña la barba que se tuvo que poner como rey, ya que, en el año 1958, le tocó representar un personaje con “barbas”, (Judas Iscariote), en la Obra de teatro con la que se inauguró El Cine-Teatro-Hogar Parroquial de San Lorenzo, que estaba ubicado por donde ahora está el actual Mercadona de la Calle Antón de Montoro, detrás del antiguo Horno de Leopoldo Roldán.

Con buena afluencia de público, allí se inauguró el pequeño teatro con la Obra “VEN Y SIGUEME”, dirigida por Rafael González, y con grandes actores aficionados como Manuel de Toro, Francisco Lozano, Rafael Urbano, Francisco Montes, Inocencio Montes, Carmelina Liébana y el “Gran Echani”, entre otros.  Esta instalación parroquial, con el tiempo, fue de lo primero que DESAHUCIARON en Córdoba, toda vez, que el cura que pidió el crédito financiero para comprar el caserón, después de utilizarlo durante más de una década como cine, colegio, hogar parroquial, e incluso vivienda para el coadjutor, cuando abandonó la sotana, el cura que lo sustituyó, pudo comprobar que no se había pagado nada del préstamo, ni tan siquiera plazo alguno de intereses. Por lo que le quitaron el inmueble a la Parroquia.

LA PEÑA LOS EMIRES

En esta Peña, siempre hubo unas bonitas inquietudes en participar en las tradiciones de Córdoba. Desde su fundación a principios de los años 1950, en la Taberna de Pérez Barquero, del Jardín del Alpargate, (que regentaba Luís del Río, antiguo cantinero del Cuartel de Lepanto), siempre fue relevante para ellos el participar activamente en las cosas de Córdoba. Fue una Peña, con muchos socios, pues llegó a tener hasta 28 afiliados e importante número de simpatizantes, la mayoría del barrio. Su primer presidente fue el mayor de los hermanos Domínguez.

Pero sería cuando se trasladaron a Casa Pepe en San Juan de Letrán, cuando en su remozado salón, empezaron a darle protagonismo a la fiesta de las reyes magos. Rafael Espejo, Rafael Domínguez, Juan Ruiz, Antonio “El Tambor”, José Sancho, etc. etc. fueron ensanchando el horizonte de fiestas y diversión de esta peña. Posteriormente llegó nueva savia y entre ellos Manolo Ávila “El Trompo” que fue el artista decorador, artista real y artista para todo lo de la Peña. Sus fiestas de reyes fueron sonadas, y hasta Pepe González, hizo muchas veces de rey Melchor.

Concretamente en el año 1966, diseñó y elaboró unas coronas reales y unos tronos de reyes magos, que el mismo Arfe hubiera tomado celos. Hasta Paco León, el dueño de la tienda de “Casa Mari”, sentía sana envidia, de ver como todas estas sencillas personas orientaban sus diversiones y lo pasaban a lo grande. El bueno de Manolo el “Trompo” no se cansó nunca en trabajar para su Peña, y cuando ésta, con los niños “ya crecidos” se orientó a la Fiesta de la Cruz de Mayo y los Patios Cordobeses, dejó sobrada constancia de su consumado arte, encumbrando siempre a su Peña en los primeros premios. 

Peña los Romeros de la Paz

Ramón Gutiérrez Rodríguez “Chito” el canario que vino a Córdoba en el 1938, jugó al fútbol, se colocó en la Electro Mecánicas y se casó en Córdoba.  Fue un cordobés más por su entrega y amor a la ciudad de la Mezquita. Fue militante y presidente de la Peña Los Romeros de la Paz, “su Peña de siempre” y participó en la Cabalgata de reyes magos, siendo el rey Melchor, del año 1968.  Medrano, Muñoz, Jorge y el Chito, como antiguos jugadores del Córdoba, solían hacer sus recorridos por determinados bares y muchas veces terminaban en Casa Marcelo, en la Magdalena, allí un día empezó a sonar en la radio una Isa Canaria, y Manolo Jorge y Ramón “el Chito”, terminaron llorando.

En la celebración de los reyes magos en la Peña, colaboraron mucho los hermanos Heredia y su cuñado Noci, Pepe Hidalgo, la familia Ortega, los Moyano, el Juani y su hermano, “El Pildorito”, etc. etc. El vino de peseta, era la gasolina que utilizaban para echar a andar “la carroza real”.

Peña los Minguitos

También en esta Peña, tuvieron sensibilidad para con los reyes magos, desde su sede ubicada en Casa de Huevos Fritos, organizaban veladas para disfrute de los chiquillos de los peñistas. Pero un año, quisieron obsequiar con juguetes y regalos a los niños de San Juan de Dios, y todavía recuerdo al eficaz y entusiasta Francisco Medina, disfrazado de rey Gaspar para obsequiar a los niños del Hogar y Clínica de San Rafael. En esta ocasión contó con el apoyo total de D. Pacifico Medina, que siendo director del Colegio Salesiano, (su empresa), apoyaba todas estas iniciativas, ya que el bueno de Francisco Medina, era el “barbero” del Colegio Salesiano, además de un hombre “multiusos” para las necesidades de aquel importante Colegio. En el Bar de “Huevos Fritos”, estaba el matrimonio de Luís Bravo con su esposa, que también eran unos entusiastas de las cosas de Córdoba, por haberse criado en la Puerta de Almodóvar y de remate estaba con ellos “El Gato Chico”, excelente persona.
                                 
LA COOPERATIVA FUNCIONARIOS

El gerente de la Cooperativa de Funcionarios Públicos, en 1955, propuso que a los altos funcionarios que compraban sus juguetes en la Cooperativa, que acababa de inaugurar sus instalaciones de Ronda de Tejares, se le llevaran los juguetes a los hijos. Pero fue idea de Fermín Gómez, hacer extensible la entrega a todo el que lo pidiera por sencillo que fuera

Para ello el se disfrazó de rey Baltasar y se recorrió las calles de Córdoba, con su caravana de rey. El particularmente utilizó el taxi de Rafaelito “El largo” que a pesar de su enorme estatura luego nos enteramos que era sietemesino de nacimiento.

Al terminar su recorrido real, tenían concertados unos pollos en la Venta de Mariano, y allí llegaron a altas horas de la noche. La venta estaba repleta de gente y cuando vieron llegar a este singular Rey Baltasar empezaron a aplaudirle pues le confundieron por la estatura con Juan Juncosa, entrenador del Córdoba y que en aquella Cabalgata, hizo de rey Baltasar. La confusión fue una anécdota muy simpática.


EN EL CATECISMO

Por aquellos tiempos, acudíamos a la parroquia, en donde los catequistas que te impartían el catecismo, hacían de alguna forma de Reyes magos. En este aspecto no podemos olvidar a Espinosa, De la Rosa, Sainz, Luque, Soldevilla, Requena, López, Barneto, etc. etc. Que se esforzaron e hicieron posible de que a todos nos llegara un pequeño juguete o un puñado de caramelos. Y es que en aquellos tiempos. El juguete por lo general era un artículo caro, ya que aún no se había descubierto la utilidad del plástico que revolucionó el mundo y el precio del juguete. El que amanecía en la calle con una simple pelota de goma, era considerado como “El Kubala de los Reyes magos”.

También en la Calle Adarve, había un edificio que todavía está (posiblemente era del frente de juventudes). A dicho edificio solíamos ir los pequeños y nos hacían entrega de caramelos y a veces de algún juguete.


EN NUESTRAS CASAS

La festividad de los reyes no llegaba a muchas de nuestras casas, demasiado se hacía con sacar adelante la fiesta de Nochebuena y la Navidad, y más tarde la fiesta de Nochevieja. En realidad aquellas generaciones no conocían la llegada de los reyes magos, puesto que en la mayoría de las casas no tenían “motivo alguno de festejo”. Muchas veces nuestras queridas madres, siempre recordadas, nos enviaban a que fuésemos a la papelería más cercana, y que por aquellas épocas era la “Papelería Ferrandíz”, enfrente de la Taberna de la viuda, en la bifurcación de la Calle Muñíces y Diego Méndez. Allí, en aquel escaparate, toda nuestra ilusión era poder poseer además de otras cosas, una caja de lápices de color ALPINO, que marcaban diferencias. Las gomas Milán y los productos Pelikan, nos embarcaban al mundo de la ilusión y de la esperanza. Para muchos de nosotros, lo de menos eran los juguetes, que por lejos, los considerábamos poco menos que imposibles.

A mi, por aquellos tiempos y por ser el menor de cuatro hermanos, me echaron los reyes un caballito de cartón que con ruedas y todo, no levantaría del suelo lo que pueda levantar un gato pequeño. Aquella noche me acosté con la ilusión de poder pasear mi caballito por la acera de mi calle, pero a la mañana siguiente y al lado de la Celinda que había en el patio, mi caballito, era victima del hambre que tenía hasta el mismo perro propiedad de la vecina, un perro también pequeño, al que se llamaba “Chispa”. Recuerdo perfectamente, que se parecía al que figuraba en la primera “cartilla de una raya”, en donde aprendíamos a leer. 

NOMBRES PROPIOS

D. Carlos Romero Berral, sacerdote, que dio muestras de una sensibilidad especial para los más desfavorecidos de la sociedad, supo vivir pobre para ser rico en la entrega a los demás, siendo este intercambio una constante en toda su vida. El fue el que concibió la Cabalgata de los Reyes Magos. Desde primera hora contó con el apoyo de D. José Cruz Conde, alcalde de Córdoba por aquellas fechas. (1925). D. Carlos Romero, era párroco de San Francisco.

ALMACENES SÁNCHES

Hablar en Córdoba de Reyes Magos, es hablar a la fuerza de los Almacenes Sánchez, que era el establecimiento que por estas fechas se convertía en la Meca de los juguetes para todos los chiquillos de Córdoba. Toda su gran segunda planta era posiblemente la mayor exposición de juguetes que jamás hubo en Córdoba. Chari y Engracia Jurado, eran las encargadas de esta sección que se contabilizaba por la Caja nº 2. Por aquellos tiempos se hacían ventas que incluso llegaban al millón de pesetas que ya eran palabras mayores. El juguete quizás más caro, era la muñeca de “Mariquita Pérez”, pero también había regalos mucho más populares. Ya al principio de los años setenta del pasado siglo, las Hermandades del Trabajo orientadas por el Padre Carlos Romero, fueron un importante competidor, en el tema de los juguetes.

D. Manuel Sánches, dueño junto a su hermano D. José de estos almacenes, nos comentaba un día enfrente del Hospital de San Juan de Dios, en la parada del autobús que había cerca de su Chalet vivienda, “Ya no quedan generaciones que quieran asumir riesgos con los negocios”

El edificio de los Almacenes Sánches, fue de los primeros edificios que se hicieron en Córdoba, allá por los años treinta, sobre estructura de hierro. José Cuevas, que llegó a ser encargado de Álvarez Salas (herrero de la Calle la Feria), nos comentaba un día en “Casa Camilo” de la Calle Munda:

“Toda la estructura de ese edificio iba abrochada a base de roblones y tornillos y que prácticamente la soldadura no aparecía casi nada”. Este herrero Cuevas, fue uno de los autores de la Cruz del Rastro que se venera actualmente en ese típico lugar de la Ribera. Ya en tiempos más recientes hizo la corona actual del Cristo de los Faroles.

Pero es que los Almacenes Sánches, además del propio edificio, era posiblemente el centro comercial más importante de Córdoba y que le daba categoría a la Calle Nueva, convirtiéndola en la arteria comercial más importante de nuestra ciudad, hasta el punto, que fue cerrar los citados almacenes y empezó el declive total de esta céntrica calle, ya que hasta los “perfumes” de Casa Hoyo, se disiparon.

Se añoran aquellos tiempos de 1950-1960, cuando a las tres y media en esa Calle Santa María de Gracia, era un reguero de chavalas jóvenes que iban a trabajar. Muchas de ellas a la Calle Nueva y sus proximidades. Ese desfile lo formaban las hermanas de La Rubia (Mari Carmen, Loli y Conchi), María Luisa María, Antoñita Franco, Fali la hija del Bar Montaña, Rafi Serrano, Paqui Merino, Rafi Ariza, Angelita y Fuensanta Saco, Rafi Extremera, Las hijas de Amparito, Tere, Amparo y Carmen, Rafi y Carmeli de Flomar, Inés Roldán, Las primas de Calerito, Rafi Nogueras, Antoñita Amaro, Nieves Fernández, Isabel Agudo, Elisa Camacho, Las hermanas Cantueso, Pili Clemente, Las hermanas Mesa, Mari Mata y su hermana, Rafi Gavilán, Las hermanas Lucena, Manoli Serna, Las hermanas García Millán, Maleni Cabello, La “Fali del Huerto”, Mercedes Villalva, Las hermanas Pacheco, La hermana del Garrocho, las hermanas Mondéjar, etc. etc. Todas formaban como una serpiente multicolor en donde cada una de ellas procuraba el lucimiento de sus zapatos, sus faldas de tergal, sus chaquetas, sus rebecas, sus peinados, sus bolsos y hasta sus andares, pues todas estaban en época de enamorar y lucir sus encantos. Y los Reyes magos, para muchas de ellas suponían trabajo y dedicación extra.


Pero quiero hacer un énfasis especial en Rosario Gutiérrez, “La Rosi” gran mujer y espectacular “hembra” cuando se ponía a andar al ritmo que le marcaban sus tacones y el vaivén de su airoso abanico.  Todo su cuerpo era una sincronía perfecta, de estilo, de indumentaria  y agrado. Su entrada por el arroyo de San Rafael, privaba en cierta manera a la Calle de Santa María de Gracia, de un auténtico pase de modelos. Este espectáculo sólo lo disfrutaban los clientes de Casa Manolo, Casa Minguitos y Casa de Huevos fritos, que salían a la puerta para ver pasar el remate de todo el desfile anterior.