viernes, 24 de agosto de 2012

LA COSTA DEL SOL


La persona más idónea para hacer cualquier crónica de la Costa del Sol, sin duda alguna es D. Manuel Alcántara, periodista, escritor y poeta, al que las olas de su mar, le dan una  naturalidad y acompañamiento en todos sus artículos, merecedores de un premio NOBEL. Por eso su Rincón de la Victoria y las localidades de su entorno, se disputan el homenajearlo. Quizás para él ese sea su mejor reconocimiento.

Por eso pedimos perdón y pretendemos escribir a golpe de recuerdos esta crónica que en su día nos hicimos de la Costa de Sol.

VERANO 1959

Por aquellos tiempos los viajes a la Costa se hacían en excursión de un día (ida y vuelta), Era la época del “Tren botijo” en los que te desplazabas para aprovechar a lo sumo un “Puente festivo”. Precisamente nosotros organizamos con motivo del “puente del 18 de julio”, una excursión nada más y nada menos que a la Cádiz del tranvía y de la gracia de sus carnavales. Pero para llegar a “Tacita de Plata”,  peregrinando por la Costa del Sol, desde nuestra ciudad Córdoba..

El organizador de todo y el que sacó el provecho que pudo de aquel viaje, fue un tal Rafael González, aficionado al mundillo del teatro desde que estuvo en los AA. Salesianos. A los más jóvenes se nos concedió participar en la excursión como premio al trabajo que se realizó en una representación teatral (-VEN Y SIGUEME-), cara al público en el Hogar Parroquial de San Lorenzo. Así fue el caso de Inocencio MontesRafael Morales, José MonteroAntonio LópezManolo Urbano, Manuel de Toro y Paquito Lozano, así hasta completar casi medio autobús. El resto de los ocupantes eran personas que pagaron su plaza por disfrutar de la excursión y que les costó 100 pesetas por asiento.

Decimos que sacaría provecho el tal Rafael González, porque en la promesa del vehiculo que íbamos a llevar nos decía que el viaje se haría en un autocar ULTIMO MODELO, con aire acondicionado y todo. Y realmente lo que llevamos, fue un viejo autobús, de los ordinarios que hacían el servicio de líneas en Algeciras, y que pertenecían a una empresa de transportes de Melilla.

Empezando por el chofer que se llamaba Norberto y que era un hombre mayor con más kilómetros a las espaldas que la maleta del fugitivo, el recorrido fue en aquellas condiciones cosa de locos.

EL RECORRIDO 

Salimos el día 17 a las 12 de la noche. A  pesar de la decepción del vehiculo, teníamos ilusión por aquel viaje que para muchos representaba el contemplar el mar por primera vez en nuestra vida. Mientras se llenaba el autobús y cada uno ocupaba su plaza, muchas de las personas que habían pagado una excursión en el “MODERNO AUTOCAR”, se quejaron de forma airada y ostensible. Así lo hizo Isidoro Álvarez, Enrique Mortes, Casilda y su hermana, Mónico Carrasco, Jesús Espinosa, Rafael Galazo “El Requejo”, etc. etc. Con discusiones o no, aquel vehiculo “tartana” arrancó como pudo y empezó su recorrido.

Nada más llegar a la Ribera y a la altura de las escalerillas, el chofer Norberto, se dio cuenta de que su vehiculo no llevaba agua tan necesaria para el motor. Ni corto ni perezoso, se paró, nada más pasar el Kiosco de la Ribera, en la pequeña Plaza en que además del taller de bicicletas “CHOCOLATE”, vivía el eficiente Pedro Lavela, y también estaba allí, el taller de Ebanistería de Ángel Serrano, uno de los fundadores de la Peña de los Emires, en aquella taberna de Pérez Barquero del Jardín del Alpargate..

En medio de aquella Plaza, había una fuente que sirvió para que el chofer llenara su especie de “regadera grande sin alcachofa”. Mientras el chofer buscaba agua, se bajó Manolo Urbano, para comprar tabaco en el citado kiosco y volvió comentando que un cliente, al que todos llamaban como “El Coco” de la Calle Postrera, se había dirigido a Pepe Martínez, (dueño del kiosco), con estas palabras: “AL VER ESE AUTOBÚS PARARSE, HE CREIDO QUE SE TRATABA DE LA COMPAÑÍA DE EMILIO EL MORO”,  que paraban aquí para repostar,

Nos metimos por el Puente Romano, pues teniamos que recoger a una pareja que nos esperaba en la gasolinera de Casa Currito, (“El Chepi”), el padre de este hombre fue uno de los peones que ayudaron a colocar los azulejos que configuraron el mosaico que anunciaba el Nitrato de Chile, que predominó en este testero durante muchos años.

Al llegar a la Cuesta del Espino, creímos que nos teníamos que bajar para empujarle de lo despacio que iba. Superada al fin la cuesta del Toro de Osborne, el vehiculo adquirió una marcha regular de casi 55 kilómetros por hora. Ante la lentitud y el cansancio muchos se quedaron adormilados. Al cabo de las dos horas o cosa así quedamos sobresaltados de que el vehiculo pegó un frenazo en seco y nos temimos lo peor. Afortunadamente al vehiculo no le pasó nada, y lo único que había ocurrido es que el chofer a instancias de Isidoro, había parado en la curva de Benameji, (pasado el río Genil), para coger un par de melones de un melonar que lindaba con la carretera.

Es justo también decir aquí que afortunadamente menos mal que no llovió, pues tenemos la certeza de que el techo se hubiera calado, ya que como pudimos comprobar más tarde, los rayos del sol atravesaban unos agujeros apolillados del aquel techo.

Arrancó de nuevo el vehiculo y todos volvimos a la quietud y muchos a la dormivela., El sueño fue delicioso, pues nos evitó ver como bajaba aquella “tartana” la temida Cuesta de la Reina. Llegamos a Málaga y paramos en la puerta de la antigua estación de ferrocarriles, allí todo el que pudo cambió el agua al canario y alivió cargas traseras. Incluso hubo gente que se comió algún pedazo de tortilla o bocadillo de los que se  llevaban.   

Recuerdo que bebimos agua en el botijo que nos ofreció un vendedor de un puesto de tabaco y arropías, y mencionaré tanto al botijo, porque aún todavía no existían las botellas de agua envasada (con tantas marcas), que hoy inundan nuestras playas. Con la parada de media hora el chofer aprovechó para reponer fuerzas y enfriar algo el vehiculo echándole agua.

En la salida de Málaga para la costa, tuvimos que parar a la altura de la fábrica de Cervezas San Miguel, que estaba a la derecha, porque empezó a sonar un ruido raro en el motor y según se demostró después, era que se había roto la correa de la bomba. Afortunadamente llevaba una de repuesto, que aunque usada, pudo servir para arreglar la avería. Por las maneras y la habilidad con que este hombre abría y cerraba el Capot del vehiculo, parecía más un mecánico que chofer.

TORREMOLINOS

Era un pueblecito situado en alto, que vivía retirado de las Costa y solamente se mantenía de la agricultura y la pesca. Contemplamos el mar en la profundidad de la Cala, y no vimos nada más que muchas gaviotas que volaban alrededor de los pequeños barcos de pesca, algunos enmarañados con redes de pesca. Toda la orilla del mar estaba prácticamente sola y en algunos sitios, jóvenes lugareños jugaban al fútbol y otros a la bilarda.

BENALMADENA COSTA

Esta población como tal no existía por aquellos tiempos y si había algunas “Caravanas”, de extranjeros apostadas muy a la orilla. Si había barcas de pesca por toda la zona y muchas gaviotas.

FUENGIROLA

Este era un enclave más asentado como pueblo al borde del mar con sus casitas de pescadores de una sola planta formando una especie de paseo. También se veían ya pueblo adentro, algunas edificaciones como residencia para veraneantes. Las playas con gente para bañarse con paraguas y toalla. Nada de chiringuitos y sí algunos puestos de tabaco y arropías, que incluso tenían “botijo” para beber agua. ..

MARBELLA

Se le veía su asentamiento como pueblo de la Costa, pero no tenía aún viva su Playa, precisamente paramos en ella y nos dimos un baño. Allí en medio había un casetón de madera, que en realidad era como una especie de “Ambigú” que incluso vendía agua en unas jarras de barro. En la zona de la playa, pudimos observar mujeres con la cabeza cubierta con gorros de paja, que se dedicaban a coger una especie de almeja, a la que denominaban coquinas.
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Aquí en el pueblo ya se pudo ver unas casas rodeadas de vegetación que se supone serían casas de gente que habitualmente pasaban el veraneo. Allí pudimos hablar con Roque, un pescador que se canturreaba muy bien por “malagueñas” y que nos ofreció su “jarampa”” por dos “duros” (la “jarampa”, era la parte de pescado que le tocaba a todos los pescadores después de faenar). Tambien pudimos apreciasr en el puerto “La morralla”, el pescado sin clasificar y salteado que en cubetas, por las mañanas vendían los vendedores por las calles. Más pegados a la zona de Isla Cristina (Huelva) a este pescado se le llama “chasca”. .


ESTEPONA

Entre los pasajeros de aquel intrépido viaje, llevábamos a Nicasio, un hombretón que vivía en la Calle el Cristo, de Córdoba, junto a la casa de Barrilero y que su destino era precisamente Estepona, a donde acudía para ver a unos familiares que vivían en el pueblo. Allí como no, paramos y pudimos ver una estructura de pueblo más asentada que las anteriores. En la Playa, creímos ver una especie de “Puesto de caracoles”, pero nos desengañaron cuando nos dijeron que por aquella zona no se estilaba consumir los caracoles. Aquella olla tan grande pertenecía a una mujer que estaba “cociendo pulpo”, y según se lo pedían lo “salseaba en una sartén” y te lo servían en una especie de tabla redonda, en donde lo aliñaban para servirlo.

Poco a poco nos fuimos adentrando en la provincia de Cádiz, y pasamos por toda la Costa, hasta que llegamos a Algeciras. Era al mediodía y al haber parado cerca del Puerto, (que olía muy mal por cierto), por suerte coincidimos con la hermana de Alfonso Lupión, que tenían casa allí, y nos condujo amablemente a la Calle Panaderías, que según nos habían dicho vendían tabaco de contrabando. Una vez que estuvimos en una de aquellas casas, pudimos comprobar que las habitaciones “disimuladas con una cortina” estaban atiborradas de toda clase de contrabando. Rafael Morales, compró café que la había encargado su hermano Arturo, José Montero y Antonio López “Antoñín”, compraron tabaco rubio.

Después de pasar por la ventosa Tarifa, llegamos a una zona llamada “Los Polvorines” y el maduro chofer, posiblemente cansado de tantas horas de viaje, se nos durmió por lo que se salió el autobús por la parte más llana, (cruzándose de derecha a izquierda en medio de la carretera terminando en la cuneta). A pesar de que se nos rompió un botijo, al simpático “Pillo” (José Montero), le inflamaron del golpe un carrillo de su cara., Hubo varios dientes rotos  y resultaron muchas personas magulladas. Se dio gracias a Dios, porque el chofer se nos durmió en la parte más llana de todo el recorrido. Paquito Lozano, se asustó como nadie y hasta que llegamos a Cádiz, fue todo el camino poco menos que rezando, esto lo recordaba muchas veces tomándose su medio de "Peseta", en la Sociedad de Plateros..

Al pasar por San Fernando, y por el Cuartel de Infantería de Marina, un sobrino de Antonio Salmoral “El Churumbaque” de la calle de los Frailes, (que venía con nosotros),  nos dijo que su tío había servido en ese cuartel e incluso que coincidió con el Príncipe Juan Carlos.  Por fin, a las siete de la tarde llegó el autobús, (no sabemos como), cerca del Puerto de Cádiz, y aparcó junto a la Plaza de la Constitución. A muchos, después de tantas horas de interminable viaje, aún estando parados, nos parecía que el autobús seguía andando. 

EL VERANEO

Cansados y casi desmayados, nos decidimos a “disfrutar” de nuestro veraneo. Para la mayoría de nosotros los jóvenes y algún matrimonio, nuestro hotel tenía que ser forzosamente el autobús, pues ni teníamos dineros ni idea de hospedarnos. El “Requejo” al que se le había descompuesto el vientre, anduvo de bar en bar, buscando uno que tuviera servicio de taza de Water y no lo encontró, pues la mayoría de los establecimientos, todos tenían servicio nada más que para orinar. Al final tuvo la osadía de entrar en las dependencias de la Comandancia de Marina y allí gracias al cabo guardia que era de Carcabuey, pudo “expulsar la carga posterior”.

La noche la pasamos dentro del autobús y como pudimos intentamos pasar las horas del sueño. Isidoro Álvarez, quiso probar fortuna de dormir encima del autobús, y se tuvo que bajar “chorreando” de la brisa del Puerto. Los ronquidos de Enrique Morte y el ruido de las olas no nos dejo pegar prácticamente un ojo.

Al amanecer nos sorprendió el oír las sirenas de dos enormes barcos EL CANARIAS y EL CHURRUCA, que estaban anclados en el Puerto y eran visitados por la gente. Toda aquella zona del Puerto, parecía terreno acotado de marineros con sus gorras de plato, en donde se podía leer “CANARIAS” y “CHURRUCA”.

Llegando a la Playa de la Victoria, pudimos comprobar que estaba llena de gente ubicada de forma desordenada. Unos con sombrilla, otros sin ella, todos veían como el mar se retiraba (bajamar), dejando tras de sí montones de cáscaras de almejas vacías y muchas tiras de algas verdes. El filo de la Playa y las olas, se fueron a una distancia de lo menos 70 metros. Pero allí más que el baño, lo que interesaba “Era oír a Martín Navas,” que por los altavoces que habían instalado en el Hotel Playa, se transmitía la última etapa del Tour de Francia, cuyo ganador al final fue el español Federico Martín Bahamontes, "El Águila de Toledo"..

Éramos un grupo de “forasteros” en aquella Playa y por nuestros atuendos de baño parecíamos algo próximo a un grupo de sacado de un circo. Acostumbrados a bañarnos solamente en el Molino de Martos, estábamos temerosos allí en aquella Playa hasta de las “algas verdes”.

Recuerdo que los turistas extranjeros escaseaban tanto como los fotógrafos, lástima de esta circunstancia, por la que no quedaron fotos de aquella “exposición de bañadores” que nunca mejor dicha la expresión, “cada uno era de su padre y de su madre”. 

EL BOOM DEL TURISMO

La Costa del Sol se transformó como en el motor que dinamizó el turismo en España, con Manuel Fraga, como Ministro de Turismo, tomó un impulso especial el proyecto de la Nueva Costa del Sol.

Pero a este hombre como político también se le complicó el trabajo con la famosa Bomba de Palomares  El 17 de enero de 1966, dos aviones americanos al parecer chocaron en el aire dejando caer una bomba atómica que llevaba uno de ellos. La bomba estaba lógicamente con su seguro puesto, pero todo el mundo habló de los problemas de la radiación. Para demostrar que no había peligro, el Sr. Fraga y el embajador americano, se bañaron públicamente en aquellas aguas.

Al poco tiempo de este incidente, el Sr. Fraga fue cesado en el Ministerio de Turismo, y lo trasladaron a Londres de embajador. Allí por sus declaraciones a la prensa, un tanto aperturistas, fue criticado por la extrema derecha, que en el editorial de su Revista “RECONQUISTA”, fue acusado de traidor al Régimen del 18 de julio.

SOFICO

En 1962, aparece una Sociedad llamada Sofico, (La del caballito de mar), que se encargó de llenar la Costa de Torres de Apartamentos, para su alquiler y su venta. Este macro-crecimiento, fue tan embarullado y ficticio que en 1974, Sofico, la Empresa que garantizaba a sus clientes el 10 y el 12% de rentabilidad, fue inevitablemente a la quiebra, creando un Caos en el sector del turismo y los apartamentos. Fue precisamente en Estepona, donde esta empresa empezó su andadura.

A principios de los años setenta, dado el auge que tomó el turismo de la Costa del Sol, se abrieron unos nuevos accesos a Málaga, que evitaban la complicada y temida  Cuesta de la Reina. Además de acortar el camino, se consiguió una agilidad para llegar a Málaga que por aquellos tiempos se consideraba algo fenomenal.

Ya en Málaga y después de pasar “El Puente seco” y el campo de fútbol de “La Rosaleda”, te encontrabas con unos paneles que te indicaban “A LA MÁLAGA DE LA IZQUIERDA Y A LA MÁLAGA DE LA DERECHA”, aunque éste no era exactamente el mensaje que te daba el cartel, eso fue lo que se le quedó a la gente en la cabeza.

Como no, a la Izquierda, estaban los pueblos en dirección a Almería y que cubría la empresa de autobuses Alsina Graells, y a la Derecha, estaban los pueblos en dirección a Cádiz, con el protagonismo que adquirió en un principio Torremolinos, Fuengirola, Marbella y Estepona, más adelante surgieron  Benalmadena, Torrequebrada, Carvajal, Los Boliches, Chipiona, estos trayectos estaban cubiertos con los autobuses Portillo.

Al hablar de apartamentos nos llamó la atención en 1975, que en buena parte del incipiente Torre del Mar, aún se conservaban las casitas de pescadores. No tenía paseo marítimo y en su lugar había un enorme llano en donde se jugaba al fútbol. Pero nos pudimos dar cuenta de que había mucha gente de Córdoba, y que habitaban en su mayoría en aquellas torres de apartamentos, que en unas si, y en otras también, estaban coronadas con el rótulo de “TOTO”, aquello nos llamó la atención y luego supimos que se trataba de algo así como de la agencia que los alquilaba.

Todas esas inversiones de obras dieron mucho trabajo al sector de la construcción y empresas auxiliares. Se cuenta como dato real, que la Empresa PERFECTO SILLERO S.A, con sede en Córdoba (detrás de la Calahorra), dedicada a la carpintería metálica, fabricó más de dos millones largos de ventanas en Perfil 34 de Mondragón,  que era el perfil que existía antes del galvanizado, el aluminio y el PVC.

Con el tiempo en Marbella, aparecieron las primeras tumbonas y sombrillas, cuyas fotos, dieron la vuelta al mundo, como promoción turística., mientras la Costa del Sol se transformaba. Todo se multiplicó en progresión geométrica y hasta el agua de los botijos, ahora se vendía en multitud de tipos de botellas y marcas, que al parecer todas venían de “ecológicos manantiales”.

Se pasó de las sardinas ofrecidas en el plato tipo dornajo, a poco más o menos 0.50 pesetas la sardina, a los llamados “espetos de sardinas”, en los que cada sardina sale a un euro (166 pesetas), descontando la caña que las atraviesa..

Grandes Hoteles y Torres de Apartamentos, sustituyeron a aquellos pequeños ambigú, luego llamados “chiringuitos”, en donde a buenos precios te hacen cobrar hasta por el ruido de la olas.

Raro es el día de Playa, que no pasa una avioneta con pancarta incluida, en el que se te anuncie desde el TIVOLI, a cualquier producto que se pueda consumir en la Costa.

A nadie se nos escapa que estos últimos años, ya son menos las avionetas que sobrevuelan la playa y con menos anuncios y frecuencia. Ahora está todo el mundo asustado e incluso en la Playa, no se habla nada más que de las “medusas” y la “Prima de Riesgo”. Incluso las habituales gaviotas, han sido sustituidas por una especie “modificada” de palomos, más estirados y con los picos más largos que picotean junto a las tumbonas.

El otro día un veraneante de Lepe, en el Hotel la Roca, se le ocurrió decir en plena Playa de Santa Ana: “Cualquier día el gobierno nos mandará una pancarta de advertencia que dirá:“ ESPAÑOLES, VERANEANTES MOSTRAROS SENCILLOS Y ECONOMICOS, EN VUESTROS GASTOS, QUE LA SRA. MERKEL NOS VIGILA”. 

Y es que en las playas se habla de todo y la gente está al día. En el chiringuito de los Mellizos, cerca de los Carolas, nos contaba “El Cabeza Buque”: “De que en estos días los políticos ingleses parecen que han tomado España por destino. El primer Ministro Cameron se encontraba en Palma de Mallorca, y el Vice-Primer Ministro, se hallaba veraneando en Olmedo, un pueblecito de 300 habitantes de Valladolid.”,

No obstante, tenemos que admitir que la cosa no está para bromas. Ya en la misma carretera se nota que faltan muchos carteles anunciando proyectos de obras y edificaciones. Hasta el simpático cartel del “FINO PATACHULA” ha desaparecido. En lo concerniente a Córdoba, echamos mucho de menos, los carteles de PRASA, ARENAL 2000, y NORIEGA, queramos o no, eso es una desgracia para todos. Este año con las lágrimas de San Lorenzo, se han confundido las lágrimas de Rafael Gómez, ante el Tribunal del Caso Malaya, esperemos que estas lágrimas sean bien enjugadas.

Y es que las “OLAS” de la Costa del Sol cuando vienen “atravesadas” se llevan a todo el mundo por delante. Así han caído políticos, empresarios, constructores y hasta los “reyes de la Noche en Marbella”, tal es el caso de Adnand Kassoggi, un hombre de los más ricos del mundo. El rey de las mil y unas noches de aquella Marbella de lujo y  de jeques árabes. En 1986, éste hombre fue embargado, estuvo preso en Suiza e incluso fue reclamado por talones sin fondo, por el gran Casino de  Londres. Por falta de liquidez, tuvo que vender al primero que llegó su lujoso yate Nabila, cuando tenía ofertas que le ofrecían el doble, concretamente la del Sultán de Brunei. Los grifos de oro de su yate, no le sirvieron para nada. Además de otras complicaciones internacionales, perdió unos 300.000 millones de pesetas, en el Estado mormón de Sait Lake City, en donde su empresa proyectó una gran urbanización que se le vino toda abajo por tratarse de un terreno pantanoso. El hombre que tenía una factura de millones de dólares hablando por teléfono desde sus aviones, ahora solamente aspira a retirarse a una casina tranquila de Marbella. 



   



 
                                                                                                    




miércoles, 15 de agosto de 2012

LA OLIMPIADA


Llegó la Olimpiada de Londres y cada país puso en escena el día de la inauguración sus delegaciones, que desfilaron bandera en mano todos perfectamente uniformados, con unos atuendos que ya de por sí  han sido discusión en todos los medios de información.

En este país con una de las más numerosas representaciones, se discuten pegos y tonterías de los uniformes, pero lo fundamental que son las actuaciones de tanto atleta que no pasen ni siquiera de primera ronda, de eso nada, todo se achaca a la mala suerte, a que era un debut, etc. etc. Todo menos reconocer de forma critica y sensata de que somos un país ridículo en lo que es la mayoría de la competición individual. Si decimos que del “cuarto clasificado” nadie se acordará, excuso deciros lo que nos acordaremos de los “diplomas” que de forma tan reiterada y justificativa, menciona la TVE.

Para fallar hemos fallado hasta en lo “nuestro”, el llamado fútbol de la “rojita” y en el 1500,  que nos dejó Fermín Cacho, en la cumbre.

Decían algunos atletas que era imposible “concentrarse” cuando España, está poco menos que pidiendo un “rescate” para poder salir a flote en lo fundamental que es la vida, el trabajo y la solvencia de un país. Menos mal que el ex ministro de deportes, que le tocó preparar estos juegos (Sr. Zapatero), no ha aparecido por Londres, pues ha estado muy ocupado en discernir con que sueldo se queda de los dos que tiene ahora, al igual que el presidente Aznar,  Felipe González y la mayoría de altos políticos que les acompañaron  en sus gobiernos.

Cuentan de broma en "Casa de Bartolo", que a la Sra. de la Vega, cuando dejó el gobierno, el Sr. Zapatero, le prometió dos cosas: O el Consejo de Estado, o representar a España en la Olimpiada de Londres en los tres mil obstáculos. Ella por una vez ha sido prudente y aceptó el Consejo de Estado, y evitaba de esta forma exponerse  a un fracaso más de los atletas españoles. Todo ello era porque el CESID, había tenido información a destiempo de que Angela Merkel, iba a participar en salto de trampolín,  y según uno de los 608 asesores de Zapatero, había que contrarrestar esta ofensiva alemana.

Cuando llega una Olimpiada, nos damos cuenta los españoles de a pie, la cantidad de personas, fuera de los deportes de equipos, que practican distintas actividades. Para nosotros que vivimos aquí en Córdoba, la mayoría nos son desconocidas.


EL ABANDERADO

Si se hubiera hecho una consulta entre todos los españoles, no cabe duda de que tanto Rafael Nadal, como Paul Gasol, hubieran salido elegidos como las personas más indicadas para representarnos como abanderados, ya que a su normal popularidad,  saben unir una calidad humana y deportiva que se refuerza con un demostrado sentimiento de españolismo.

Pero aunque parezca sencillo, parece ser que no ha sido tan fácil la toma de decisión, pues aparte de la lógica apatía del ex presidente Zapatero, por las banderas, máxime cuando ha podido intuir “El gran acto de respeto” que para USAIM BOLT, (El mejor atleta del mundo), ha merecido al himno americano.

Y de otra parte y según los rumores, seguimos con “Casa Bartolo”, antes de que terminara el año 2011, habían surgido serios pretendientes a dicho puesto de abanderado. Como aspirante principal, tenemos que citar al ínclito Rodolfo Martín Villa, que en los albores del retiro activo, quería coleccionar el único “atributo” que le faltaba, en su ya larga carrera política. El chico de León, empezó de “flecha”, posteriormente fue “jefe de centuria” de la falange, (coincidió casi con Felipe González), luego fue responsable del SEU, gobernador Civil de Barcelona, diputado a Cortes en todas las modalidades, Ministro del Interior, y después de pasar por la presidencia de un sin fin de empresas, terminó en PRISA. Afortunadamente Zapatero agobiado por la “Prima de Riesgo”, y otros graves problemas, se vio, obligado a relegarlo a un segundo plano.
 
PUDO SER UN PRINCIPIO
   
España en el tema del Atletismo, estuvo a punto de arrancar con buen pie cuando allá por el final de los años cincuenta, al gobierno de la dictadura se le ocurrió la idea de embarcarse para bien de los hijos de los trabajadores en las Universidades Laborales, allí se puede decir que muchos vimos por primera vez que existían estas practicas atléticas, 

En noviembre de 1957, un grupo de muchachos con 14 años, recibían la “ropa de deportes” de la Universidad Laboral, no la entregó el Sr. Cruz Carrascosa, que además de empleado de la Universidad, fue ex arbitro de Segunda División, y presidente de la Peña de Pesca de Ciudad Jardín, era el encargado del material deportivo.

Entrábamos por turnos, en grupo de a cinco, y coincidimos, Nogueras, Cantarero, Unquiles, Navas y yo. De entre las prendas que nos entregaron, Meyba, Zapatillas, Camiseta, Chandal, Toallas, Calcetines-medias, etc. etc. la prenda que más nos desconcertó fue el Albornoz, pues para la mayoría era la primera vez que lo veíamos. A cada uno se nos dio de unos colores y largo distintos, lo que hizo que al llegar a nuestras casas, nuestras madres consideraran esa prenda con una “toalla” muy rara.


MEMORIA HISTÓRICA

NATACIÓN

La natación en Córdoba por aquellas fechas, era cosa de Albercas y el río, y eran muy pocos los que iban a la piscina de los Mialdea en Ciudad Jardín, que era la única que existía. Cada uno aprendía a nadar como podía y no había nadie que pudiera valorar ni cualidades, ni resultados, ni nada de nada.

Gracias a la creación de la Universidad Laboral, (1956), al menos ya hubo varias piscinas de competición, con calles y todo, y además había otras piscinas más generales en donde los alumnos de forma ordenada y por edades,  aprendían a nadar.

Allí fue donde primero vimos correr a compañeros a ritmos que se parecían con los de los nadadores que se veían en el NODO.

  
FUE UN ÍDOLO

Miquel Torres, nadador que en 1962 logro la medalla de plata en los 1500 libres..Fue segundo en el Campeonato del Europa, detrás del húngaro Katona. Esta fue la primera medalla de la natación española.

Miguel Torres, (66 años), actual Presidente del Club Natación Sabadell, (con más de 35.000 socios), fue uno de los deportistas junto a Isabel Castañe y María Balleter (su esposa), que marcaron un antes y un después en la natación española.

Eso denotaba que por aquellos tiempos solamente Barcelona, tenía cierta estructura organizativa para la natación. Aquí en Córdoba solamente había una travesía al río Guadalquivir a nado, que consistía ir desde el Molino de Martos al Puente Romano y volver. Esta prueba deportiva los años que se celebró contó con amplia participación femenina y masculina y además de gran número de espectadores.

Con estas perspectivas a nivel nacional y en lo años sesenta, la Universidad Laboral era el único centro con instalaciones deportivas medio decentes. Fuera de la Universidad, existían en Córdoba y desde los años 1954, una piscina privada propiedad de la familia Mialdea, que estaba ubicada en Ciudad Jardín. Allí en un principio no iban nada más que los futbolistas, los plateros y la gente que medio podía respirar económicamente. Esta única piscina se simultaneaba con unas cuantas Albercas que fueron apareciendo por Córdoba, como  Santa Ana, Santa Rosa, Casa Cecilia, Los Mudos, y eso era lo poco que había. El río Guadalquivir era el único desahogo natural que había para aprender a nadar y hacer algunos largos. En cuanto a los saltos, solamente desde el trampolín del Molino Martos, eran donde se podían practicar.

Ya en los años 1970, surge El Parque Figueroa, El Club Santuario, El Club Asland, La Piscina Zarco  y el Fontanar, pero allí era tal la afluencia de bañistas, que el nadar, y los saltos, eran objetivos inviables.

Paralelamente a estas piscinas, funcionaban para el baño y recreo las de la Universidad Laboral y más tarde aparecieron una serie de Club privados con piscinas para sus clientes, pero nunca hubo Club formales de natación.

Aquí había gente que tenían madera de “campeones” como Jesús González, Antonio Ruiz,  Francisco Moyano, “Paquito Lambretta”, Ángel Moya, Nicasio Bernárdez, Ricardo Ortíz, “El Palenque”, “El Canario”, “El Tormenta”, etc. etc. Todos ellos tenían cualidades innatas para la natación y el salto, pero nadie se preocupó de ellos.

Ciclismo

En aquellos años 1945-1960, El circuito urbano de la Victoria, era la “pista” en donde se celebraban las principales pruebas locales de ciclismo. Luego se aprovechaba cualquier urbanización en construcción para tener allí carretera y pista para correr y disputar las pruebas que fuesen.

El Polígono de la Fuensanta (urbanización), fue durante mucho tiempo “El velódromo” que utilizaban Isidoro Muñoz, Valderrábanos, Cabello, Antonio Álvarez, Torrecilla Valenzuela, “Panduro”, Vicente Luque, “El Copito”, “El Tarugo”, Ángel Jiménez, “El Garrulo”, Carlos Pérez, Cosano “El Moñi”, etc. etc. para saciar su gran afición a este deporte. Incluso muchos domingos se desplazaban a pueblos de la provincia para competir.

La competición anual más importante que se celebraba en Córdoba, era la famosa “CARRERA DEL PAVO”, adonde al ganador se le daba un pavo como toda recompensa.

Y del ciclismo nacional nos enterábamos de las “disputas” entre Jesús Loroño y Bahamotes, con algún que otro sprint de Miguel Poblet. También teníamos noticias de que Guillermo Timoner, ganaba todas las pruebas importantes de las especialidad de “Ciclismo tras moto” que nunca llegó a ser modalidad olímpica, para desgracia del mallorquín.

En aquellos tiempos años 1959, nos pilló de “puente del 18 de julio” en la playa de la Victoria de Cádiz, y allí pudimos oír por los altavoces que pusieron en el Hotel Playa, (que se encontraba ubicado en todo el centro de la citada playa), todo el final de la última etapa del Tour y el triunfo de Federico Martín Bahamontes, como el primer español que ganaba esta prestigiosa vuelta a Francia. En este triunfo colaboró mucho el ciclista cordobés (de Cabra), José Gómez del Moral.

En la misma Universidad Laboral, el amigo Manzano, que era el encargado de la biblioteca del Colegio Gran Capitán, creó allí un grupo de grandes aficionados al ciclismo y que también hacían sus pinitos, junto a Raúl Barrena, Rodrigo Martínez, etc. etc.  

Las Peñas, solían organizar campeonatos de un día, y en este aspecto hay que destacar a la Peña de los Minguitos, que por la festividad de San Lorenzo, organizaba un premio Córdoba-Alcolea, (ida y vuelta) que concitaba a muchos aficionados.

Antonio Gómez del Moral, ganador del Tour del Porvenir, fue el ciclista más laureado de nuestra provincia, y marcó un antes y un después del ciclismo en Córdoba. Sin ninguna instalación se tenía que practicar en urbanizaciones sin habitar pues no se tenía otro sitio. Isidoro Muñoz, Rafael Torrecilla, Vicente Luque, Juan Valderrábanos, y otros muchos más, fueron ciclistas con muchas facultades y gran afición que no llegaron a ningún lado por falta total de apoyo.

En una ocasión en las pistas de ceniza del desaparecido estadio de Lepanto, se enfrentaron en una carrera de persecución, Rafael Torrecilla y Vicente Luque, que guardaron su integridad a duras penas. Era una temeridad el correr en aquellas pistas tan deterioradas. Lo que hubieran dado estos ciclistas por haber corrido en un velódromo como los que se ven en la televisión.

Poco después los mismos contendientes participaron en Madrid, en el Velódromo portátil que se montaba en Puerta de Hierro, y compitieron con éxito con muchos líderes españoles.

BALONCESTO

En aquellos tiempos 1950-1960, el único lugar que había en Córdoba para practicar este deporte, estaba ubicado en la calle Adarve, junto a lo que fue las instalaciones del Frente de juventudes. Allí demostraban sus habilidades, Rey el sobrino del chico fortuna, Reyes, Azules y Obrero, entre otros.

El deporte a la canasta estaba muy poco extendido por Córdoba y simplemente teníamos noticias por lo que hablaba el NODO y la radio de lo que hacía el Real Madrid, el Barcelona  y el Juventud de Badalona.

El único equipo que tenía relieve era el Real Madrid, que había ganado algo en Europa y su entrenador se hizo famoso, porque  protagonizó la jugada polémica de “LA AUTOCANASTA”. Fue en VARESE en el partido de ida de copa de Europa y Pedro Ferrándiz, el genial entrenador, para evitar la prorroga ordenó que sus jugadores se hicieran una “autocanasta” (que sólo suponía un punto en contra), con lo que te daba lugar a una nueva posesión y con ello se evitó el empate y la temida prorroga. Luego en el partido de vuelta el Madrid ganó al VARESE por 13 puntos. Esto ocurría a principios del año 1962. Más que base deportiva, disfrutábamos de “genialidades”.

También en la Universidad Laboral, (1956), fue en donde vimos una serie de pistas adaptadas para el juego del baloncesto y en donde por primera vez, tuvimos en nuestras manos aquellos balones tan grandes.

Mientras a nivel nacional destacaban sobremanera Emiliano y Buscató, en Córdoba, un grupo de amigos, crearon el Club Juventud, (1962), que de actividades lúdicas para jóvenes, pasó a formar un equipo de baloncesto. En esta aventura hay que destacar a Andrés López y Abilio Antolin, que desde el principio y en todos los puestos, estuvieron entregados a este equipo y deporte. En el Polideportivo del Sector Sur, (Frente a la venta de Mariano), desarrolló la mayor parte de su historia, siempre luchando con el esfuerzo y la economía.

Paralelamente a este acontecimiento, en el Club DOSA, dirigido por Pedro Navarro, se jugaban sus competiciones de baloncesto, auspiciado todo por el director del Colegio Salesiano, D. Felipe Acosta.

También en el Colegio el Carmen y en el Colegio la Salle, surgieron equipos que completaban una liga aunque modesta a nivel provincial.

BALONMANO

En Córdoba, en cualquier actividad deportiva de aquellos años (1945-1965), hay que mencionar a Mario, personaje que viviendo en la Calle de San Alvaro, estaba casi siempre de “guardía” en la esquina de la Calle la Plata, muchas veces junto al “Pablito” de los piñones. También hay que mencionar a Morales, a Achustégui, a los hermanos Pérez Salamanca, a Jiménez, a Mariscal, etc etc.

En la Victoria, se improvisaban pistas de Balonmano, en lo que se llamaba el “paseo”, junto a la zona dedicada a las llamadas casetas Municipales y del Círculo. Allí se trazaba y se acotaba el campo y se jugaba con toda la afición del mundo.

Fue con la llegada a Córdoba, de la Universidad Laboral, cuando este deporte empezó a hacerse un hueco, por afición y calidad de los practicantes, en el consorcio nacional.

Al mando del Sr. Omar (mallorquín), familia del que fue famoso extremo del Córdoba del ascenso en Huelva (0-4),  se formó un gran equipo de balonmano que paseo el nombre de nuestra ciudad  por toda España.

En ese equipo destacaron:

Eulogio López, Primitivo Terrón, Gonzalo Fernández, Juan Cebrián, Felipe Esteban, Parejo Polo. De la Haba Acosta, Gascón Álvarez, Lorenzo Agudo, etc. etc. que supieron contagiar a Córdoba, de esa afición y se fueron prodigando equipos ya locales. También es justo reconocer la enorme aportación del equipo DOSA, que durante estos años, estuvo muy activo en todas estas actividades. 

ATLETISMO

Aquí en Córdoba el único personaje de nuestro atletismo era un tal Padilla, eficiente trabajador de la carga y descarga y que corría fondo. Pero fue la llegada de la Universidad a Córdoba, 1956, lo que hizo que muchos cordobeses y de otros sitios, conociéramos por primera vez unas pistas de atletismo, que aunque muy limitadas, para nosotros eran inmensas.

Solamente el hecho de entregarnos la “ropa de deporte” nos causó una sensación muy especial. Era la primera vez que muchos de nosotros veíamos un “Albornoz” y la verdad que no sabíamos para que servía. Poco nos pudieron ayudar en nuestra casa, cuando descargamos el Meyba, las zapatillas de deporte, los calcetines, dos camisetas de deporte, el chandal de color azul, dos toallas, y el famoso “Albornoz”. Nuestra madre tuvo que preguntar incluso lo que se hacía con él, ya que no lo habían visto nunca.

En esto del Atletismo si que la Universidad Laboral fue decisiva, pues allí a los alumnos, por primera vez en nuestra vida, nos hicieron pruebas médicas relacionadas con el deporte. Nos midieron la capacidad toráxica, utilizamos el dinamómetro, para medir nuestra capacidad de apretar, te medían tus perímetros, haciéndote una ficha médica completa.

Después de todas estas fichas protocolarias, en el primer trimestre, a todos nos hicieron participar en un orden de pruebas en donde participábamos todos. Se hizo los 100 metros lisos. Los 200 metros lisos. Los 400 metros lisos. Los 1500 metros lisos. El lanzamiento del disco. El lanzamiento del peso. El salto de altura. El salto de longitud, como pruebas obligatorias.

Luego en el gimnasio, en el segundo trimestre, tenías que hacer un programa de ejercicios de espalderas. Uno de saltos del potro. Uno de saltos del caballo y subir la soga, como pruebas obligatorias. 

Ya en el tercer trimestre y cuando el agua te apetecía. Tenias que aprender a nadar en el estanque central. A la semana siguiente, pasabas a la piscina de competición a nadar y a la semana siguiente, tenías que hacer una marca en los 100 metros libres.

Con estos datos los profesores conocían las posibilidades y habilidades de cada uno de nosotros y lógicamente se centraban con aquellos que demostraban cualidades propias para estas prácticas.

De esta forma resultaron algunos compañeros que participaron con éxito en los campeonatos escolares nacionales y dada su juventud, podían haber llegado en buenas manos a otras metas.

De entre los muchos que habrán pasado por la Universidad, cito a estos compañeros que además de compañeros, aún dada su juventud, tenían madera de compeones.

100 y 200 metros lisos

Julio Rivas
Antonio Márquez

Julio Rivas, era el mejor, el más explosivo,
Antonio Márquez Romero, nunca mejor dicho, era un diamante por pulir. En cada competición que corría ganaba. Se lesionó corriendo en la pista de Lepanto.

400 metros lisos

Antonio Márquez

Esta prueba fue muy competida, pero el rey de la misma era como no, Márquez Romero, que hacía la “curva del 200”, con una aceleración impresionante. Nunca le vimos perder una prueba de esta especialidad.

Disco

Velasco Galiana

En esta prueba de disco, sobresalía la técnica de lanzamiento de Miguel Velasco, que se refrendaba por su amor al atletismo.

Peso

Gonzalo Fernández de Córdoba

Hablar de Gonzalo Fernández de Córdoba, es hablar de un atleta 10. Lanzaba peso, jugaba a balonmano, nadada y en gimnasia artística era completísimo.

Altura

José Fenollosa

Fenollosa, era el mejor, y eso que adolecía de un estilo que elevara su centro de gravedad a la hora del salto. Era un gran competidor. Con toda seguridad era hombre de 2 metros.

1500 metros lisos

Juan Villen Alcaide

Juan Villen, con entrenamiento y dedicación adecuada, podía haber logrado buenas marcas. El se encontraba con fuerzas para acercarse a la marca de Tomás Barris, que era el campeón nacional de aquella época con 3.49.

5000 metros lisos

“El Pellejitos”

 “El Pellejitos”, corredor de fondo que irrumpió un día en las pistas de ceniza sorprendiendo a todos, por su ligereza, y aguante. Lástima que este hombre no se dedicara a este deporte..

Longitud

El “abuelo” Valcalcer

Valcalcer, era el mejor saltador de aquella época, y era un hombre tan competitivo, que era capaz de todo.
también era muy bueno en triple salto.

Después de someterte a estas pruebas, que lo hacías en el mejor de los ambientes de participación y orden, te dejaban que escogieras el deporte a que te gustaba dedicarte durante el tiempo de descanso que estuvieras en la Universidad. Unos, la mayoría decían que fútbol, otros hokey sobre patines, natación, gimnasio, balonmano, baloncesto, etc. etc. Aquello fue una posibilidad única e irrepetible, que se nos presentó a la mayoría cuando teníamos, 14 años. Lástima que allí estábamos para aprender una profesión u oficio, como razón fundamental de nuestra estancia en la Universidad.  






  

jueves, 2 de agosto de 2012

EL RÍO DE CORDOBA


Los fenicios llamaron al río Baits, después Betis (o Baetis) desde tiempos pre-romanos hasta el periodo de al-Ándalus, dando su nombre a la provincia romana de la Bética en la que su capital fue Córdoba.

No, no tuvo nada que ver un equipo de fútbol sevillano con ese nombre. Los romanos siguieron nombrando a ese río como los fenicios e incluso le nombraron a Córdoba capital de la bética en homenaje al río. Los romanos quedaron encantados de esta maravillosa corriente de agua, por la que hicieron circular sus mercancías.

Ya en la Edad Media, atrevidos vascos negociantes en el metal hierro, transportaban con sus barcazas el mineral a la misma Córdoba, que incluso muchas veces intercambiaban por otras mercancías, que igualmente se expedían por el río.

Por aquellas épocas antiguas la mayoría de puentes que se hacían sobre las corrientes fluviales, eran puentes de madera o muy provisionales. En cambio los romanos se encontraron en Córdoba con un puente de sillares de piedra, que denotaba una solidez y belleza, solamente justificada porque suponía el acceso a esa joya de ciudad que debió de significar para ellos la ciudad de Córdoba..

El puente que luego se llamó “romano”, era el único que había en todo el curso del río desde su nacimiento hasta su desembocadura por San Lucas de Barrameda. Fue posteriormente cuando los Almohades, hicieron un puente de madera sobre el Guadalquivir para poder tener acceso a la ciudad de Sevilla.

FUE TESTIGO

El río de Córdoba, fue testigo de multitud de escenas históricas que acontecieron a una y otra orilla. Presenció el interés de los árabes en la conquista de Córdoba y posterior asentamiento como sede del Califato, porque aparte de los parajes llenos de agua de su maravillosa sierra, tenían las espaldas cubiertas con un “puente” para en caso de una huida, salir corriendo. Esa “seguridad” en aquellos tiempos, era fundamental en el arte de guerrear y para cualquier conquista. Y los árabes que no creen en el bautismo cristiano, le pusieron un nuevo nombre al río, llamándole Guadalquivir. (Gran Río).

El puente “romano” se puede considerar históricamente como el anillo de compromiso del río con Córdoba, y le permitió a éste presenciar “escenas” que se desarrollaban en el mismo puente. En primer lugar presenció como los hermanos Pompeyo, impidieron a Julio Cesar, pasar por el puente para conquistar Córdoba. (45 a C), y eso le obligó a hacer otro puente de madera para facilitar la conquista de la ciudad, cosa que lograría más tarde.  

Los romanos subían con sus barcas de mercancías hasta la orilla del río en la zona de la Finca “La barquera”, (final polígono la Torrecilla), que era su puerto habitual de entrada y salida de mercancías. Enfrente estaba el cortijo de la Reina al que se le denominaba “Por encima de las barcas”, por su situación dominante enfrente de esa zona del puerto.  

El rey Pedro I, había dado una disposición en la Edad Media, para que se establecieran en las azudas de los Molinos, un paso para las barcas, que tenía que ser no más grande que el ancho del Arco de bendiciones de la Mezquita-Catedral, es decir 6 metros.

También fue testigo de aquellas acaloradas discusiones de nuestro Alcalde, don Antonio Cruz Conde y el Obispo de Córdoba, Fray Albino, que juntos a la estatua del San Rafael, hacían números de lo que costaban los “alcantarillados” de la incipiente Barriada de Fray Albino. (Campo de la Verdad), Poco menos en aquellas fechas se consideró como una locura, crear esas infraestructuras de alcantarillado, para unas casitas “unifamiliares” y de una sola planta en su mayoría. Luego con el paso del tiempo “Las casitas adosadas”, que tanto se han prodigado por todos sitios, dieron la razón a aquel proyecto.

Hoy “Gran Río” te has quedado sorprendido del aspecto que le han dado a “tu puente”, acorde con la gran “CAJA DE CARTÓN BOCA ABAJO”, que perdiéndote el respeto a ti y a todo el entorno que os rodea, han plantado allí, como una especie de culminación del GASTO, el mal GUSTO y el permanente DERROCHE. En ese lugar donde se ubica la citada “CAJA DE CARTON INVERTIDA”, estuvo durante los años 50, un lugar al que se llamaba el “refugio” que era una forma de quitar de en medio en las fiestas y ferias, a los que estaban señalados por sus antecedentes un poco de “choricillos”..
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EL COLOR VERDIBLANCO

Muchos simpáticos oriundos de Sevilla, creerán a pie juntillas que el topónimo “Betis” y el color “verdi-blanco”, es poco menos que una ocurrencia más de ellos, como pasa casi con el Rocío.

Tú, Río de Córdoba, sabio en historias, fuiste testigo de la debilidad que tenían los romanos por el color blanco que para ellos significaba  LA TRANQUILIDAD, al igual que el color verde que les sabía a AIRE O NATURALEZA. Cuando llegó Julio Cesar a Córdoba, (Capital de la Bética), en clara disputa con la “saga” de los Pompeyo, y ordenó construir un puente de madera para poder acceder a la ciudad, (Zona Parque Cruz Conde), quedó maravillado de la línea verde de huertas que se extendían en la margen derecha del Río Betis, lindando junto a los viejos murallones (PAREDES GORDAS), que no eran otros que restos de murallas Iberas que delimitaban la Córdoba más antigua.

Esa dualidad del manto de agua cristalina del río BETIS y la citada franja verde de huertas que se extendía hacía el Castillo de Almodóvar, (Alhadra por los árabes), pudieron ser la primera vez que ambos colores, el BLANCO DEL RÍO y el VERDE, de las huertas, fueron considerados como una unidad de belleza y sentimiento. Por tanto el nombre del BETIS, tuvo su origen en Córdoba, y en cuanto a los colores VERDES Y BLANCO, posiblemente viene de la época de los romanos.

No obstante los “niños de papá” “en su mayoría hijos aprovechados del antiguo Régimen”, que se formaron políticamente en la sacristía de la Iglesia de San Salvador de Sevilla, fueron los que durante la época de la llamada transición, jugaron a hacer toda clase de demagogias con lo que representaban aquellos colores, hasta el punto, de que en muchos casos, actitudes políticamente mal expresadas o peor interpretadas, dieron lugar a enfrentamientos casi fraticidas con la propia bandera de España, como desgraciadamente ocurrió en muchos sitios y particularmente aquí en Córdoba, en la Plaza de las Tendillas, donde hubo hasta navajazos con heridas y sangre, con las banderas enfrentadas.

Luego nos quejaremos de que cuando suena nuestro Himno Nacional sea pitado en algunos sitios, y no debemos ignorar de que aquí en Andalucía, hay muchos políticos aún en el poder, que no tuvieron inconveniente en “maltratar la bandera de España” en detrimento de los colores verde y blanco, que representaba su opción de conquistar y permanecer en la poltrona del poder.    

FUISTE BONDADOSO

Durante toda  tu historia  has transportado agua suficiente para regar y saciar la sed de los cordobeses. Incluso tus aguas han servido de recreo para la natación y el baño de muchos ciudadanos, especialmente en aquellas épocas inolvidables de “LÓPEZ GARCÍA”, “EL MOLINO DE MARTOS”, “LAS BANDERAS”, “LOS PEÑONES SAN JULIAN” Y EL SOTO, orillado frente a la Madrileña. Eran épocas que media Córdoba disfrutaba del baño en tus aguas y formabas parte fundamental de la ciudad.

Eran casi siempre los más "osados" o los más valientes, los que atrevían a cruzarte cuando estabas "enfrascado". Es justo recordar aquí a Rafael Muñoz, "El Chico" que entre el quiosco de la Ribera y el río, pasaba media vida. También hay que recordar a Miguel Moreno, el simpático "nadador" que en el mismo Molino Martos, accedió a que le grabaran de forma dolorosa y rudimentaria y casi a fuego, un letrero en el antebrazo derecho que decía: "Viva el Atco. de Bilbao, equipo, que por aquellas épocas era el favorito de los "tiesos". 

Y como no recordar al elegante Felíx Sánchez Aguilera, gran aficionado al Molino de Martos y mejor cocinero aún. Fue pionero en la cocina del Hotel Córdoba Palace, desde su inauguración en 1956, y por edad, fue amigo de Pepe García Marín, (Caballo Rojo), al que estando aún en el Bar "San Cayetano", le dio la "formula" de su famoso "Rabo de Toro".

Por cierto es bueno comentar aquí que en el Hotel Córdoba Palace, pusieron no se porqué, en la recepción de la puerta a un moro, al menos estaba vestido como tal. Pues bien en 1957, un año después, surgió el conflicto de Sidi Ifni, y se comentó mucho un ataque despiadado de los moros a los legionarios españoles, de tal forma creció la indignación que hasta el "moro que estaba de portero", desapareció como por encanto.

También hay que mencionar aquí al "Patineta", que siendo minusválido, nadaba como los ángeles y disfrutaba en acompañar a nado a la barca en su travesía de ida y venida. Su gran amigo "el corneta", revolucionó la técnica de sacar brillo al bronce y los metales, cuando un año en que preparaban el quinario del Cristo de la Caridad (San Francisco), (1950), en vez de utilizar el "clásico sidol," utilizó una mezcla de vinagre y pimiento molido, con lo que logró una pócima milagrosa para sacar el mejor brillo, en cobres y superficies plateadas.

Siguiendo contigo, tú eres un río de avenidas cíclicas cada cinco años y extraordinarias cada cincuenta. Todavía recordamos aquella avenida del año 1963, en donde transportabas un caudal de 748 M3/s, y tu crecida conmocionó a toda Córdoba. Y si no que se lo digan a los gatos que huyendo de tu agua, se refugiaban en los álamos de la alameda de la Ribera. Todavía tenemos en la mente a uno de los hermanos Langa, (plataneros), que con su moto Peugeot, nos llevó a contemplarte en la curva que haces en las “Barrancas”, junto a los “Cortes de los alcaparrones”.  

También hay que recordar a “Pecho Paja”, “El Comandante”, “El Tormenta” y sobre todos a Agustín Uceda Muriel, (Sanchis para los amigos), que por una soldada que les daba el “maero” se lanzaban en el torbellino que hacías en la curva del Molino Martos, para rescatar “troncos de madera”.

Ya como hemos dicho antes a los romanos le llamó la atención el caudal que muchas veces la caprichosa lluvia te “encargaba” de transportar. Hasta tal punto que tu afluencia de caudal, hacía que los inviernos fueran tiempos de PAZ, pues las guerras solamente  se celebraran en la época estival, que era cuando menos aguas transportabas. Después de estudiar tus avenidas cíclicas, después de calcular tus avenidas extraordinarias, nos sale para ti un caudal medio de 214M3/s. y eso durante muchos años, es mucha agua. Utilizando un ABACO de cálculo, podemos estimar que el puente romano ha visto pasar mejor que nadie el agua que transportabas desde que los hermanos Pompeyo, defendían el Puente Romano (14 a AC.), hasta ahora. El agua transportada por tu generosidad hubiera sido suficiente para “llenar” 30.000 veces el Pantano del Tranco de Beas. 

LA RUEDA DE LA ABOLAFIA

En estos tiempos que tanto se lucha contra los ruidos, se comenta sin base documental, que la rueda de la Abolafía que subía el agua para regar la huerta del Alcázar, fue mandada “parar” varias veces porque a la reina Isabel la Católica, le molestaba el ruido en su descanso. Quizás sea más correcto decir que por aquellas fechas apareció el venero que riega toda la zona del Alcázar de los Reyes Cristianos y por ello ya no hubo necesidad de que dicha Albolafia, trabajara para subir el agua. Y por ruidos, hay que decir que luego se dedicaron esas instalaciones a Molienda, (Molino), que también representaba producir sus ruidos.

TE SIENTES RARO

Córdoba la ciudad y aún más sus autoridades viven de espaldas a ti totalmente, eres la única corriente de agua, que no tienes ni un remo ni barca que echarte a tu superficie. Da sana envidia, cuando se ve en Europa esas corrientes fluviales, llenas de vida, de barcas de recreo y de actividad lúdica alrededor de esa corriente de agua.

Añorando por todo la antigua barca, tenemos que decir que los encargados de ella, eran Tomás “El Pringues” que vivía en la Ribera, muy cerca de las escalerillas  y los hermanos “Molinero, que vivían en el Barrio chico. Aunque el dueño de la Barca era Antonio “El Gordo”.

Y al menos aquella barca la utilizaban las mujeres que le llevaban la comida a los trabajadores de la Sagrada Familia, esposas, madres y hermanos, utilizaban todos los días esta barca, sobre todo cuando se estaban terminando las calles que daban a la "Madrileña".

Otro que utilizaba todos los días este “medio de transporte” era Manuel Santos Iglesias, que después de comprar la mejor “docena de huevos” de la granja Añon, cruzaba todos los días, para llevárselos a la “querida” de su jefe (El químico de la Porcelana), que vivía en el “Barrio Chico”.

Que raro se ve el Río sin que nadie se bañe, que raro se ve el Río sin que nadie saque arena, que raro se ve el Río sin que nadie pesque ni tan siquiera en plan deportivo. Que raro se ve el Río sin que se vea ni tan siquiera una barca o un remo. Que raro se ve el Río, con un avión que habrá costado una fortuna, en el lugar en donde estaba El Soto, que fue en donde la mayoría aprendimos a nadar. Que raro está el Río, con esa pasarela llena de oxido que han hecho a la altura de la Cruz del Rastro. Que raro está el Río, sintiéndose observado con esa Caja de Cartón invertida, al que le han puesto el nombre de observatorio. Allí lo que da la impresión es que de un momento a otro de esa Caja, va a salir un MANZIGER ZETA.

El mismo río ha abandonado la naturalidad que tuvo y se ha adentrado en un total de dejadez y abandono, plantas que arrastra de cada riada se están comiendo el cauce del Río. ¿Donde está el recodo que hacía el Río a la altura del Molino Martos,? ¿donde están de presentables aquellas escalerillas de la Ribera, por donde bajaba la gente para acceder a la barca.? Donde están los tan mencionados PLANES DE PREVENCIÓN DE ACCIDENTES, cuando la capa de oxido o materia parecida que cubre a la pasarela, puede ser motivo de que cualquiera que se roce con ello, coja hasta el mismo Tétanos.

Volver a la naturalidad a este Río, es que se pudiera pescar e incluso vender el pescado de bogas y barbos como se vendían en las afueras de la Plaza del pescado, o como Lola lo vendía en el Barrio Chico. Volver a la naturalidad, es que la gente pudiera bañarse como en los años cincuenta, desahogo que le vendría muy bien a esta ciudad con la calima que nos acompaña durante el verano.

No sabemos aún porque han prohibido sacar tus “arenas doradas” como decía Góngora, cuando tu históricamente has dado toda la arena que puso en pie “El Silo”, “La teniente Coronel Noreña”, “El Hospital”, “La Universidad Laboral”, “El Reina Sofía”, por mencionar edificios emblemáticos de Córdoba. Eran cientos y cientos de borriquillos, que por la Cuesta de la Pólvora, te saludaban todos los días de camino que iban a recoger su “arena dorada”. El mismo Puente de Santa Matilde, se quedó pequeño para el número de camiones que más modernamente pasaban diariamente a por tus arenas. “El Bola”, “Los Gaña”, “Los Lesmes”, Los Jaén”, etc. etc. dan testimonio de esta acividad.

EL AVION

Tu mejor que nadie, fuiste testigo de cómo aquel helicóptero, con tres americanos, hubo de aterrizar casi de forma forzosa en los Peñones de San Julián, allá por finales de los años 1950. Aquello fue todo un acontecimiento para Córdoba, especialmente para la chiquillería.
 
Quizás por ello y confundiendo algo la noticia, cualquier político del Ayuntamiento asesorado por no se quien elemento cultural tan de moda en esto de los políticos, le daría la broma de que por esa zona se desarrolló la “Batalla Aérea de los Peñones de San Julián”, y por eso han colocado a modo de recuerdo un avión que con toda seguridad ESTARÁ ENTRE LAS DEUDAS, aún. Menos mal que se fueron los pilotos y hasta las azafatas, solamente ha quedado un fotógrafo que para emular a “Robert Capa”, le llamaron para que sacara fotos de la colocación del avión. Según se ha comentado en Casa Bartolo, este fotógrafo fue un recomendado a dedo del Sr. Valderas, y que por ello Rosa Aguilar, no tuvo más remedio que colocarlo, después de aquel evento en Urbanismo. Dicen quienes lo conocen, que no echa ni una foto, pero que apela a su derecho de “Plantilla”, para que le abonen todos los meses, los CUATRO MIL EUROS, que le pusieron de sueldo de entrada. No sabe Braulio, que al parecer así se llama este hombre, que con el Estatuto de los Trabajadores, se perdieron todos los derechos de “Plantilla”.