sábado, 21 de enero de 2012

CAMPEON SIN MEDALLAS

Hace unos días ha fallecido en Córdoba, Francisco Moyano, “Paquito Lambretta para los amigos. Ese apodo cariñoso tengo entendido que se lo puso su amigo Inocencio Montes, “El Chencho”. Y se lo puso porque prácticamente con los primeros dineros que ganó de la joyería, se compró una moto de la citada marca. Hablar de “Paquito”, es hablar de una excelente persona y gran amigo. Por aquellos años principios de los cincuenta, daba gusto verle realizar “saltos inverosímiles” en torno al río Guadalquivir, zona del “Soto”, en donde a sus amigos de charpa, Pepe y Jesús González, Guillermo Fernández, Pedro Pareja, Manolo Serrano y otros más, les demostraba que era el más ágil, el más rápido y que se deslizaba como un delfín en aquellas peligrosas aguas del río.

Un día de 1956, Manuel Sainz Baranda, el hombre que colaboraba en la Parroquia orientando y dando clase a los jóvenes, hizo una encuesta, en donde nos preguntaba a todos, el deporte que nos gustaría practicar. La mayoría optó por el fútbol, otros muy pocos optaron por el ciclismo, (seguramente queriendo emular a Bahamontes y a Loroño, que andaban a la gresca por aquellas fechas.) Pero hubo uno, que fue “Paquito”, que dijo claramente que quería practicar la natación.

Manuel Sainz, el hombre alto y "sabio" del “Dodge Dart,” como le llamábamos, (con mucho respeto), le dijo: “Muchacho, en Córdoba, lo tienes muy difícil el poder practicar la natación. Todo puede cambiar si cuando inauguren la Universidad Laboral, que están a punto de hacerlo, allí se pueda practicar y competir en dicho deporte en sus instalaciones."

Pero no, en la Universidad Laboral, vinieron aires nuevos de deportes. Llegó el balonmano, el atletismo, el baloncesto, la gimnasia, y el fútbol como deporte mayoritario. La natación en aquellos años 1956-61, no apareció como deporte en las prácticas deportivas.

Además Paquito Lambretta, no acudió ni tan siquiera a la Universidad, sino que como la mayoría de los chavales de aquella época, optó por la “platería”, en donde casi todos al ser aprendices del “blanquimento”, cobraban 25 pesetas a la semana. Al menos el nadador “frustrado” optó por el camino del oro como profesión. Con el tiempo y después de ser aprendiz aventajado de Pablo Cosano, llegó a ser encargado del importante taller de Gavilán, en la c/ Batalla de los Cueros.

Atrás quedaban aquellas exhibiciones que hacía en el arte de nadar delante de todos nosotros, como aquella que hizo cruzando el río muy joven aprovechando que unos soldados americanos, se habían perdido con su helicóptero y fueron a caer junto a los Peñones de San Julián. Aquello fue una noticia para toda Córdoba, y en especial para toda la chavalería que acudimos a la orilla de río al ver el espectáculo tan gratuito. Pero allí se montaron otros “retos” como fue el que ganó Paquito, en disputa con un tal Guillen, de Santiago (C/ El Viento), que compitieron en ver quien llegaba antes a la orilla de la “Madrileña”, como se le llamaba a la orilla del Campo de la Verdad. En realidad ese era el recorrido que hacía la “Barca del Fútbol”, que transportaba todos los domingos a esta orilla a todos los aficionados del Campo de la Verdad, que venían al fútbol del Arcángel.

A partir de ahí se dedicó a trabajar con el “oro” y dejó abandonada la natación, ya que ni incluso en la Universidad Laboral por aquellos tiempos, había perspectivas de practicar en competiciones de natación.

LA NATACION EN CORDOBA

La llegada de la Universidad Laboral a Córdoba, significó la posibilidad de practicar deportes que hasta ahora, solo se habían practicado de forma testimonial en los Jardines de la Victoria. (Mario, Carlos Pérez, Quiqui, Anchustegui; Luque, etc.), Efectivamente en las pistas de deportes de la Universidad, se podían ver prácticas de Atletismo, en todas sus especialidades, la gimnasia, el balonmano, el baloncesto, y el fútbol en plan mayoritario, pero la natación no. (1956-61). Allí si se puede decir que lo que te garantizaban era que salías aprendiendo a nadar. Para ello, de forma inicial y cuando solo tenias doce años, te hacían que te metieras en el estanque del patio central y te solían advertir: “Procurad practicar a manteneros a flote, porque dentro de tres semanas, pasareis a la “pileta de 25 metros”, con profundidad reglamentaria, y ahí es necesario saber nadar o mantenerse”. Por la cuenta que nos traía de una forma u otra casi todos superaban la prueba. Ya en la pileta de 25 metros, te indicaban la “teórica” de nadar, pero sin aire de competir. Cuando ya superabas el aprobado, podías bañarte en la piscina grande, llamada “Piscina del Riñón”.

La única competición de natación que observamos en la Universidad fue la que se “simuló” en la Película “HOLA MUCHACHO”, que con la dirección de Ana Mariscal y fotografía de su marido Valentín Javier, se rodó en las instalaciones de la Universidad al final de los años cincuenta.

Al no practicarse la natación de competición en la Universidad Laboral, excusamos decir en Córdoba, en donde se iba a practicar, sin instalaciones.

Estando un día en Casa Manolo, y charlando en amigable tertulia en 1972, sobre las medallas conquistadas por Mark Spitz, en la olimpiada de Múnich, el amigo Paco, nos decía. “Pero si nosotros a parte de no tener piscinas, no teníamos ni bañador”, como vamos a ganar nunca medallas. No hay que ver nada más que los lugares de baño que tenemos en Córdoba.

LA ALBERCA CECILIA (1948-1960)

Por aquí abajo del Realejo, iban casi todos los chavales y un poco mayores a bañarse a la “Alberca Cecilia”, que estaba ubicada en el número 4-6-8, de la calle Anqueda. Era un huerto que era propiedad de Carbonell, por sus reservas de agua, pero que en su tiempo se le llamó en el barrio el “Huerto del Señorito”, y todo fue porque el dueño de dicho huerto enviudó y quedó sólo, y la gente del barrio animó a la criada que tenía de siempre diciéndole: “Cásate con el señorito”. Y finalmente se casó.

Después de varios arriendos el huerto fue a parar a Cecilia Rejano, que se interesó por él, ante la recomendación de un médico para así poder curar la enfermedad de su marido. Pagó por el traspaso (incluidos muebles), 2445.-Pesetas, y le pusieron una renta de 100.-Pesetas mensuales.

A esta pequeña piscina-alberca, solíamos acudir casi todos los domingos por las mañanas y allí Paquito, se ejercitaba en dar más largos que ninguno de nosotros. Incluso sus saltos, aunque no había plataforma, eran espectaculares. Un día, hasta Rafael López “El Grajo” que andaba por allí, premió con sus aplausos esas cabriolas que hacía en el aire antes de caer en la fría agua. Con esto Paco, nos demostraba a todos, que en temas de agua, natación y saltos, era un portento. Pero se dedicó a la platería….

JORGE NEGRETE en las Costanillas

Ana Aguilar Rejano, nos contaba, que en el mes de septiembre de 1948, vino a Córdoba, Jorge Negrete, acompañado de su grupo de mariachis. Paraban todos en el Hotel Regina y procuraron, trípode en mano retratarse con la Plaza de los Tejares de fondo. Estaba reciente la muerte de Manolete, y este hombre como un mexicano más, se sentía atraído por el torero cordobés y sus recuerdos. Pero, ni por taparse con sus sombreros de mariachis, se les hizo soportable el calor que notaron en Córdoba. Quizás por ello el “solo” de trompeta, “Rodolfo”, a petición de Jorge Negrete, buscó una piscina en Córdoba, para pasarlo bien los tres días que iban a permanecer en nuestra ciudad. El botones del Hotel, llamado “Sandrini el Cojo”, les acompañó a la piscina de los Mialdea, (Ciudad Jardín), pero ésta no fue de su agrado. Ellos querían un sitio más natural e intimo. Entonces, el citado “Sandrini” que vivía en la calle Anqueda, muy cerca de Rafael López “El Grajo”, les invitó a que visitara la “Alberca de Cecilia”. El tal “Rodolfo”, al verla, rodeada de parras, higueras y algunos árboles frutales, quedó encantado y hablando con Cecilia, se la “alquiló” durante tres días exclusivamente para ellos, al precio de unas doscientas pesetas diarias. Según nos comentó Ana Aguilar, Jorge Negrete, no fue a la Alberca, nada más que el primer día.

Terminó el “alquiler especial”, cuando Jorge Negrete, hizo su presentación para todo el publico de Córdoba, en la Plaza de los jardines de Colón. Fue por la mañana y aquello fue poco menos que apoteósico. Allí disfrutaron sobre todo el sexo femenino y hubo muchos “enterados” que se pasaron al intentar “ejercitar el rabo”. Huyendo de los municipales, hubo más de uno que cayó a los estanques de los niños que vomitaban agua por la boca y allí en realidad “no se podía nadar”.

HUERTA DE DON MARCOS O MECA

Amelia de Paz, brillante erudita de los temas de D. Luís de Góngora, pronunció una ponencia en el Congreso, que sobre el poeta cordobés se celebró en el mes de Noviembre pasado en Córdoba. El titulo de la singular ponencia fue: “LAS CUENTAS DE D. LUÍS DE GONGORA 1619”. Ya en esta ponencia y en relación con sus cuentas, Amelia de Paz, menciona la mítica Huerta de D. Marcos.

D. Marcos, fue un canónigo cordobés que vivió en 1275, y ya poseía la Huerta en propiedad. En 1305, y en su testamento D. Marcos, ordena a su sobrina Dª. Elvira que haga donación de la Huerta al Cabildo. Con el paso del tiempo dicha Huerta, iría pasando de un arrendatario a otro, hasta que llegó a la época de Góngora., que al parecer la tuvo en arriendo hasta 1615, en que pasó a los Saavedra. Debió ser una zona maravillosa para el descanso y la inspiración, pues hay quien afirma, que allí parece ser que Góngora, escribió su famosa obra literaria POLIFEMO Y GALATEA. Testigo inmutable de este acontecimiento, LAS CUEVAS, que hay a la derecha del mismo Puente de Hierro.

Pero yo no quiero traer aquí la Huerta de D. Marcos, ni por asuntos de propiedad, arriendos u obras literarias, sino como testigo de cosas que pasaron allí por aquellos entornos en los años principios de los cincuenta (Siglo XX).

Íbamos, unos seis amigos, todos entre los 13 y 14 años, se trataba de bañarnos en una especie de piletas, que a la altura de la Huerta de D. Marcos, había practicadas en el arroyo de Pedroches. (La Palma), En ellas, que se comportaban como unos pequeños estanques, encontramos hasta una profundidad que casi nos “tapaba”. Allí decidimos bañarnos, en coincidencia con otros muchachos que había al parecer del Zumbacón, al principio tuvimos ciertas reservas, (cosa de los nenes), pues todavía flotaba por Córdoba, el recuerdo de la Triquinosis que en 1954, acabó con bastantes personas en dicho barrio. Efectivamente según me ha facilitado Patricio Hidalgo. (El hecho de la "Triquinosis" ocurrió en diciembre de 1953, y los afectados fueron muriendo progresivamente incluso ya adentrados en enero de 1954. Eran vecinos de la calle Villaharta (detrás del Hospital Militar), y murieron padre, madre, cuatro hijos y una hermana de la madre. Se trataba de la familia Almenara López.)

Como en todo se suscitó la competición y un tal Jerónimo Obrero, desafió a Paquito Lambretta para ver quien permanecía más tiempo debajo del agua. Un hombre que estaba con otro pescando bogas en el arroyo con un trasmallo, prestó su reloj para cronometrar la inmersión. No cabe duda, de que ganó “Paquito Lambretta”, con lo que demostró que era un superdotado en todo lo relacionado con el agua. También el Viejo Puente de Hierro, posiblemente con un crujido de la dilatación de su estructura, daba la sensación que aplaudía aquella juvenil competición. (1957). No obstante Paquito se dedicó a la platería…Fue potencialmente un campeón que siempre estuvo cerca del Oro, pero nunca pudo llegar a campeón.

4 comentarios:

gloriacas dijo...

"Paquito Lambreta" no tuvo la oportunidad de ser "coronado" como campeón, pero este artículo es una medalla sentimental en reconocimiento a su gran potencial.Un homenaje a aquel que no llegó a ser un gran nadador, por falta de piscina (y bañador).
Hablando de piscinas recuerdo, haber estado en los 70´s en unas llamadas "Fontanar" (puede ser?), en Córdoba. Aquel lugar era textualmente un oasis ante las altas temperaturas de verano en Córdoba (para mi desconocidas) y mi especial gusto por la natación. ERa además, un lugar precioso!
Es posible que así se llamara ese lugar, que me trae bellos recuerdos de mi niñez?

Manuel Estévez dijo...

Estimada Gloria


El lugar de baño que tu citas, ya ha desaparecido. Aquello fue un parque de baños y recreativo que montaron las Hermandades de Trabajo en Córdoba.

Todo ese terreno ha quedado para los anexos al Hospital Reina Sofia.

Aquello significó un gran avance en instalaciones reacreativas para todos los cordobeses.

En su tiempo fue muy decisiva la la labor que realizaron las Hdes. del Trabajo en Córdoba.

Uno de los principales artifices de aquella labor sin duda, fue el Padre Carlos Romero, que mayor aún permanece en el Convento de San Agustín.

Gracias por tu comentario.

Saludos.

Mario dijo...

Hola! Muy buena entrada, super completa. Los felicito... No he tenido la posibilidad de conocer cordoba, pero espero poder hacerlo prontamente. Que me pueden decir de los hoteles en cordoba?? Gracias!

Manuel Estévez dijo...

Amigo Mario


Me grada la posibilidad de que puedas conocer Córdoba, veras que merece la pena. Nadie en el mundo debiera de morirse sin visitar al menos una vez Córdoba.

Te sugiero que lo hagas en mayo. Córdoba, su clima, sus cruces,sus patios y sus gentes, SON EL MEJOR HOTEL DEL MUNDO.


Gracias amigo Mario