jueves, 22 de abril de 2010

La "Nevería" de la Calle Mayor

Seguramente el título de esta entrada no le dirá nada a la gran mayoría de los cordobeses, pero si se limitan éstos a los habitantes de cierta edad del barrio de San Lorenzo la cosa cambia. La mayoría de estos vecinos rápidamente asociarán la "Nevería" con una gran casa de vecinos conocida popularmente por dicho nombre, situada en la calle Mayor (María Auxiliadora) y que fue derruida en la década de los 90 del pasado siglo. Y los vecinos de más edad añadirán, con razón, que lo de "Nevería" viene precisamente porque allí hubo anteriormente una fábrica de hielo, que algunos (desgraciadamente ya pocos) incluso puede que la hubiesen visto funcionar.

Imagen 1. Aspecto actual del solar en el que se ubicaba la "Nevería".


Afortunadamente, esta "Nevería" es citada de pasada en un interesante artículo referente al comercio de la nieve en Córdoba (http://www.arqueocordoba.com/publ/publolPDF/pizarro-nievecordoba.pdfl/publolPDF/pizarro-nievecordoba.pdf). Hasta el siglo XIX, el uso de pozos situados en zonas frías donde se acumulaba la nieve caída era el único sistema para disponer de hielo. A partir de este siglo, el desarrollo industrial posibilitó producirlo artificialmente, enfriando agua que se movía por máquinas de vapor a lo largo de unos serpentines. Y aquí es donde aparece por primera vez nuestra "Nevería", indicándose en el citado artículo que la primera fábrica de hielo "artificial" que pidió instalarse en Córdoba se ubicaba en la esquina de las calles Mayor y Alvar Rodríguez, y que partió de la iniciativa de la compañía francesa de Mr. Caville y Cía.

Lo notable del caso, se apunta en el artículo, es que esta fábrica se instaló sólo un año después de que un tal Carré patentara este método de obtención industrial de hielo. Es más, en el artículo se indica que la primera fábrica española de este tipo de la que se tenía constancia documental se instaló en Tarrasa en 1874, y los datos de la "Nevería" de Córdoba (un expediente completo en el Archivo del Ayuntamiento) son por lo menos de una década anterior.

Estas fechas tan tempranas se corroboran hojeando ejemplares digitalizados del antiguo Diario de Córdoba. He aquí un anuncio nada menos que de Julio de 1863, que sitúa la fábrica en el número 153 de la calle Mayor de San Lorenzo:

Imagen 2. Diario de Córdoba. 18 de Julio de 1863.


Y se ve que debía haber las reticencias lógicas de los consumidores ante ese hielo "artificial", porque volvieron a insistir con nuevos anuncios, éste de Junio de 1864, que resalta sus bondades frente al "natural" de toda la vida:


Imagen 3. Diario de Córdoba. 10 de Junio de 1864.


Pero aún hay más. En la también digitalizada Guía de Córdoba y su Provincia 1891-1892, que se puede consultar en la Biblioteca Virtual de Andalucía, y que es una especie de páginas amarillas de la época, aparece otras vez nuestra "Nevería" (páginas 268 y 270), como fábrica de hielo, y también de gaseosas, que sigue ubicada en el 153 de la calle Mayor y cuyo dueño era Justo González Molada (¿era un empleado de los franceses o un particular al que le traspasaron éstos la fábrica?). Este Justo González, según se indica más adelante en un índice onomástico (página 302), era Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos y vivía en la calle Moros número 4.

Hasta aquí las únicas fuentes documentales encontradas en la Red sobre la "Nevería". En los Paseos, por ejemplo, cuya primera parte se editó en 1873, no aparece citada, aunque teniendo en cuenta que el libro lo fue confeccionando Don Teodomiro a lo largo de gran parte de su vida durante sus intermitentes estancias en nuestra ciudad, es posible que partes del mismo (como la que nos ocupa) fueran escritas mucho antes de ser publicadas. Tampoco se cita la "Nevería" ni nada similar, y esto ya es un lapsus más grave, en el Informe Arqueológico que sobre su solar llevó a cabo el propio Ayuntamiento cuando lo adquirió y echó abajo lo que quedaba de la casa. (http://www.arqueocordoba.com/proy/convenio/oficinaarq/informes/50703-mauxiliadora/docs/Informe.pdf).

Y llegamos así hasta el siglo XX donde en algún momento la fábrica dejaría de abarcar su primitiva extensión, y manteniendo la austera portada de tipología industrial que daba la calle, en los amplios espacios del interior se comenzaron a construir o adaptar diferentes edificaciones como viviendas de vecinos, en una organización algo caótica de galerías, edificios de varias alturas, patios y escaleras. Por suerte aún se puede contar con testimonios orales como los de dos antiguos vecinos, "Chicote" y Morrugares, que ayudan para arrojar algo de luz sobre el tema. Por ellos podemos saber que la fábrica, o mejor dicho, los restos de la misma, se limitaban ya a mediados del XX a una especie de sótano que se encontraba a la izquierda, tras avanzar unos metros desde el ancho portalón de acceso a la casa. Como muy tarde, la fábrica ya no estaba en funcionamiento desde poco después de acabar la Guerra.

Nos cuentan que el sótano tenía cierto peligro por si se caía alguien, y por eso los vecinos construyeron encima del mismo una pequeña construcción para servir como especie de azotea, y que por unas ventanas que tenía esta nueva construcción, casi a ras de suelo, se podía seguir viendo dicho sótano con los serpentines y demás maquinaria abandonada.

Y hablan también de una cuestión que no se había planteado hasta ahora. Como fábrica de hielo, éste, por muchos adelantos industriales que haya, se sigue obteniendo a partir de agua. ¿De dónde la sacaban? Sabemos que por la calle Mayor iban tuberías del venero de la Palma (Pedroches) pero las escuetas pajas de aguas que se concedían a los partícipes no daban para ningún proyecto de este tipo. Nuevamente nos dan la respuesta: "por la misma solería del sótano circulaba en una especie de canal una corriente o arroyo de agua, continuamente. Siempre había agua, incluso en épocas de sequía cuando escaseaba el agua en otros sitios. Por eso, en la azotea que se construyó encima se puso un brocal de pozo, para que los vecinos pudiesen seguir sacando agua de ahí".

Surge entonces la curiosidad ¿qué venero tan importante es éste que ni López Amo cita?¿tiene que ver con el pozo que aprovecha (o aprovechaba) el Colegio Salesiano y cuyo acceso se localiza entre las bancas de su teatro (hoy Teatro Avanti)? Como hemos dicho, en los Paseos no se habla de la "Nevería", pero sí de una gran fábrica de curtidos por la que corría un caño que formaba una gran hondonada a la mediación de la calle Mayor. Y el citado Informe Arqueológico también habla de que durante las excavaciones se identificó... un antiguo arroyo colmatado de grava en época bajomedieval (parece que no hay en Córdoba excavación arqueológica que se precie sin su antiguo cauce correspondiente). ¿Está todo relacionado? ¿hubo antes de la "Nevería" una fábrica de curtidos en el mismo sitio? Son preguntas para que responda quien realmente pueda saber de esto.


Imagen 4. Vista cenital de la excavación arqueológica (2005). Lámina del informe de excavación. Convenio GMU-UCO.

Para terminar algunas cosas más, y no alargar ya más de la cuenta la entrada. José Cejas Jiménez fue el casero que, hasta su fallecimiento, tuvo las llaves para acceder al sótano. "Don José" es el nombre que los vecinos recuerdan como el del último dueño de la casa, y su yerno, casado con su única hija, fue Ernesto García Cornejero, que llegó a ser Director del Instituto Góngora... En fin, muchas historias para un solar en el que el Ayuntamiento tiene previsto construir viviendas de protección oficial y aparcamientos, y que quizás dentro de pocos años sea un solar anónimo más que pierda definitivamente la memoria de lo que fue: el asiento de una iniciativa empresarial novedosa en España en la que Córdoba fue pionera.

(Esta entrada se publica simultáneamente en los blogs cordobeses Puente Mayor y Luchemos por Córdoba, que de forma conjunta, la han elaborado).


viernes, 16 de abril de 2010

El Otro Martes y Trece

Fue un Martes y trece…En San Lorenzo

Desde pequeño he conocido en San Lorenzo una devoción especial a la Virgen de los Remedios durante todos los días del año, pero de forma muy especial en los “Martes y Trece”. Ese día que yo recuerde empezó a ser como un día de “romería” para visitar la imagen de la Virgen, especialmente desde la llegada de D. Juan Novo González, como párroco allá por el año 1954.

Este sacerdote oriundo de Santander (Reinosa), accedió a esta Parroquia de San Lorenzo como Cura Propio, después de superar el último examen a Curatos que se celebró en la diócesis de Córdoba. En dichas oposiciones celebradas por Edicto del Obispo Fray Albino, el citado D. Juan Novo, obtuvo una puntuación que le situó entre los primeros clasificados, por lo cual pudo elegir dicha parroquia. Por boca del fallecido Padre Canalejo, sabemos que en aquellas oposiciones el primer puesto lo obtuvo D. Juan Jurado Ruiz, que eligió la parroquia de la Trinidad. Curiosamente uno de los últimos clasificados, fue nada menos que D. Miguel Castillejo.

En aquellos primeros tiempos del “Cura Novo”, la Parroquia tomó un impulso importante en todos los órdenes. Solamente con las cofradías de Semana Santa, tuvo sus más y sus menos. La parroquia fue protagonista, por las misiones, cruces de mayo, romerías, etc. E incluso se acometieron obras de envergadura como fue dejar al descubierto los artesonados y las estructuras de piedra. Más tarde incluso se descubrieron las pinturas que hoy decoran el presbiterio. Se cambió de sitio el esplendido retablo que estaba situado en el altar mayor. También se llevó a cabo, aunque no con mucho éxito, el cambio de algunas campanas. Es justo lamentar que por aquellas fechas quedó “olvidada” y abandonada la maquinaria del reloj de la torre que fue inaugurado en 1912. Se cambió de sitio la pila de Bautismo, para lo cual se eliminó un pequeño coro, con su órgano de fuelle, que tenía unos “pitos” con los que el organista Antonio González, obtenía unos acordes que sonaban a música celestial, dándole con ello especial realce a las bodas y a muchas fiestas litúrgicas. También se aisló definitivamente la Iglesia, de la casa que por su parte posterior “compartía” el pozo desde el corral de la sacristía. En esta casa estaba adosada la carbonería de “Genaro”.

D. Juan Novo, reactivó la hermandad de la Virgen de los Remedios, en donde logró que bastantes vecinas del barrio se afiliaran a ella, pagando una pequeña cuota. Del cobro de aquellos simpáticos cupones se encargaba “Carlos el Lotero”, que igual se veía en el fútbol, rifando con el famoso “Chindo”, que vendiendo lotería. El mencionado Carlos, se hizo famoso en Córdoba, por una actuación en la Emisora EAJ-24, en la que contó el chiste del Volcán. El vivía en la calle Muñices, por encima de las oficinas de la Alianza de Seguros, una de las primeras casas de Córdoba que utilizó el “portero mecánico”. Es decir que el postigo se abría mediante un cable (alambre), que se accionaba a larga distancia desde el balcón del patio.

En su afán de fomentar la devoción a la Virgen de los Remedios, se solía llevar en procesión a determinadas casas de la feligresía. En estas casas pernoctaba durante un par de días, ante el cuidado y devoción de todos sus vecinos. Una de las primeras personas que recibió con alborozo a la Virgen en su casa, fue el industrial panadero Sr. Muñoz Malagón, dueño de una panadería que había en la calle Joaquín Altolaguirre. Este buen hombre, plasmó su devoción a la Virgen, nominando su horno como “Horno de los Remedios”. También estuvo la Virgen en un patio de la calle Velasco, muy cerca de la “Taberna Manolín”. Pero quizás la visita más sonada que hizo la Virgen a una casa de vecinos, fue la que realizó a la “Casa del Tercio”, allí en mitad del patio, fue reverenciada y mimada por los ciento tres vecinos que ocupaban dicha casa. Eran vecinos muy populares y supieron volcarse con ella con todo el cariño del mundo. En todos estos menesteres, hubo una mujer “La coja”, (La pirata) que se erigió en capitana de aquel barco maravilloso que fue su casa durante los días que estuvo allí la Virgen. La “Casa del Tercio” estaba situada en la esquina de San Antón, junto al antiguo “fielato” (frente al Matadero Municipal y actual Cajasur).

D. Juan Novo, estuvo de párroco desde 1954 al 1971, en que se secularizó. Durante este tiempo le acompañaron como coadjutores: D. Constantino Álvarez Arias, D. José Ramírez Gómez, D. Juan Jiménez Bravo y finalmente D. Francisco Aguilera Jiménez. El gobierno de la Iglesia lógicamente por mandato y carácter era del párroco. Aparte de la remodelación de la propia Iglesia, hay que apuntarle en su haber la creación de unas Escuelas parroquiales, un hogar-cine parroquial, (que dio posteriormente mucho que hablar), un dispensario en donde colaboraba el fallecido Doctor D. Eduardo Font de Dios, médico famoso por aquellos tiempos por su consulta popular en el centro del simpático Barrio de Cañero. (A espaldas de la Iglesia).

Con el paso del tiempo la devoción a la Virgen congregaba cada vez a mas devotos sobre todo en los martes y en especial en los martes-trece. Al principio, los devotos adquirían a la entrada una velilla-votiva, y se la encendían a la Virgen a los pies. Paso a paso, esta costumbre se fue ampliando hasta que se planteó la necesidad de anular las dos bancas delanteras de la Iglesia y dedicar todo ese espacio “a velamen” y como “crematorio” de velas. Se llegó ya en tiempos de D. Valeriano Orden Palomino, como párroco, a que la cifra de velas superaba fácilmente el millar. El peligro potencial de fuego, y la humareda, fue la causa de que personas entendidas en temas artísticos “prohibieran” el uso de “velillas-encendidas”. En la actualidad las velillas se han sustituido por flores y estampas-foto de la imagen.

Actualmente, son varios miles de personas las que acuden cualquier Martes y Trece a venerar la imagen de la Virgen de los Remedios, viniendo de todos los lugares y barrios de Córdoba. Ese día la Iglesia esta abierta desde las ocho de la mañana hasta las once de la noche, y se forman grande colas de devotos.

Aquel Martes y Trece (13 de abril de 1971)

En el año 1971, D. Juan Novo, como hemos dicho se secularizó y abandonó por tanto la Parroquia, para sustituirle, el Obispo había nombrado a D. Valeriano Orden Palomino. Mientras el nuevo párroco se incorporaba y el otro se marchó, la Parroquia, quedó durante unos días al cuidado del coadjutor D. Francisco Aguilera Jiménez. Partiendo de la base de que era un hombre afable y honrado, en el aspecto político tenía según parece un poco cambiados los cables, al menos para lo que se estilaba por aquella época.

Fue el Martes y Trece (día 13 de Abril de 1971), y llegó la hora de abrir la Iglesia para que acudieran los devotos a ver a la Virgen de los Remedios, como se venía haciendo desde tiempos inmemoriales, y D. Francisco, o El Cura Paco, que estaba al cargo de la Parroquia, ordenó al sacristán Pepe Bojollo, que la Iglesia permaneciera cerrada, pues había que convencer a la gente, de que eso del Martes y Trece, era pura superstición. Ante el estupor de las personas que iban llegando, él repetía y repetía lo mismo. Para hacerse un poco más fuerte en sus planteamientos, se rodeó de algunos amigos que compartían sus ideas y de los que sólo recuerdo al bueno de Ildefonso López García Sotoca, el hijo del “Marqués del Cucharón”. A medida que pasaba la mañana, y ante el asombro de la buena gente que acudía a ver a la Virgen, iba inevitablemente subiendo la tensión y el enfado. Pero afortunadamente pasó media mañana y  no pasó nada. Lo que tuvo que pasar, pasó cuando intervino una mujer de unos 75 años, todo un carácter, con su orgullo de parroquiana y con sus sentimientos de libertad dolidos, llamada. Antonia Aguilera, esposa de Juan Sánchez Romero, trabajador ejemplar que años después se le impuso la Medalla al Mérito al Trabajo en Abril de 1976, con todos los honores que ello conllevó.

Antonia Aguilera, era una mujer muy peculiar. Era de las pocas mujeres del barrio que entendía perfectamente el “lenguaje” de los “toques” de las campanas, y sentía a su parroquia como algo suyo. Apreciaba mucho a Pepe Bojollo. Era una mujer que si bien no era “capillita”, amaba a su Iglesia, y como no a su barrio. Trabajadora infatigable y amante siempre de la Verdad, y ello lo demostraba por la claridad con que se expresaba. Vivía en la calle Roelas nº 8. Siempre que había cualquier evento importante en San Lorenzo, gustaba de presenciarlo desde la esquina del antiguo futbolín de Clemente, el simpático vecino de la “Nevería”. En esta Esquina Roelas-San Lorenzo, solía acompañarla, de alguna que otra vecina del barrio.
Enterada de lo que pasaba y de lo que el “Cura Paco” decía, dijo de forma rotunda:

“Esto no puede ser así. La Iglesia debe estar abierta para toda aquella persona que quiera voluntariamente entrar, esté o no esté equivocada. En la Casa de Dios, no se le niega la entrada a nadie”.

Estas palabras así dichas, no hubieran pasado de un comentario más, a no ser que lo dijera como lo dijo, con el Cura cogido de la solapa. Además le añadió:

“Si la gente está equivocada será cosa de ellos, si esto es una superstición, peor para ellos, pero usted como Cura, no puede tener una Iglesia cerrada porque le salga a usted de los cojones”.

Se formó tal revuelo en el portalón, que alguien debió llamar por teléfono al Obispado. Según se supo más tarde, parece ser que fue “El Chico fortuna”, el que alarmado por el “zamarreo” de la simpática Antonia, al Cura Paco, hizo dicha la llamada desde la taberna Casa Manolo, y consiguió que D. Juan Jurado Ruiz, Vicario de la Diócesis, mandara urgentemente y en persona, al Notario del Obispado, D. Guillermo Romero, el cual portaba un mandato superior para que se abriera la Iglesia de inmediato.

A las cuatro de la tarde se restablecía la normalidad en la Iglesia Parroquial de San Lorenzo, y al pobre José Bojollo le volvían los colores de la tranquilidad. Fue María Varo, vecina de la calle del Cristo, la que le ayudó a colocar las bancas y le dio una tila. para que se le pasara el mal rato. Maria Varo, era hermana de una de las ramas de los Varos, ebanistas de profesión que por aquellos tiempos emigraron al Brasil.

Aquella reacción afectó al Cura Paco, de forma que ya no protagonizó más ningún episodio de estos en la Parroquia. Al poco tiempo y con la llegada de D. Valeriano, este coadjutor se marchó a otra Iglesia.

Por orden de D. Valeriano, (Nuevo párroco), se hizo una limpieza lógica de papeles y se adecentó la Sacristía, allí se encontraron muchos, pero muchos papeles, boletines, pasquines y documentos de cierta filiación política, que dirigidos al nombre de D. Francisco Aguilera, llenaban todos los rincones de la Sacristía. Por supuesto que todos estos documentos, no tenían nada que ver con el Catecismo de Ripalda, ni con Caritas, ni con los Cursillos de cristiandad


lunes, 5 de abril de 2010

DATOS BIOGRAFICOS DE DON JOSE MANUEL GALLEGOS ROCAFULL

MANUEL GALLEGOS ROCAFULL A LA BIBLIOTECA DE LA CATEDRAL DE CÓRDOBA -->

I.- Apunte biográfico de José Manuel Gallegos Rocafull

Nacido en Cádiz en 1895 y fallecido en Guadalajara, México, en 1963, José Manuel Gallegos Rocafull fue canónigo de la Catedral de Córdoba en 1921 y canónigo-Lectoral de la misma desde 1922 a 1956 en que renunció. Inició sus estudios de Bachillerato en el Instituto General y Técnico de Sevilla hasta ingresar en el Seminario Conciliar de esta ciudad y pasar después al Seminario Conciliar de Madrid. Obtuvo la licenciatura en Teología en la Universidad Pontificia de Toledo (marzo 1920), así como la de Filosofía y Letras en la Universidad Central de Madrid, en la que también aprobó tres asignaturas del curso de doctorado. Recibió el presbiterado en la capital de España el 30 de marzo de 1918, donde desempeñó el cargo de capellán de las religiosas Adoratrices desde abril de 1918 a 27 de enero de 1921. En 21 de este mes y año, tras la oposición correspondiente, fue nombrado canónigo de Córdoba, tomando posesión seis días después. En 19 de abril de 1921 fue nombrado por el obispo don Adolfo Pérez Muñoz director espiritual y consiliario de la Casa Social Católica de Córdoba y colaboró con el mismo prelado en la gestión de "La Solariega Cordobesa" que levantó 99 viviendas sociales (Avda. Obispo Pérez Muñoz, Puerta de Plasencia y Campo Madre de Dios), bendecidas en 1924 por don José Manuel. Participó en las Semanas Sociales de la Iglesia, al menos en 1933.


En la vacante de la Lectoralía cordobesa, producida por el pase de don Balbino Santos Olivera a la Catedral hispalense, se presentó como único opositor, de la que tomó posesión en 12 de marzo de 1922. Posteriormente se doctoró en Teología en la Universidad Pontificia de Sevilla en 1923. Viajó a Uruguay en el otoño de 1931 con el también canónigo Félix Romero Menjíbar y el beneficiado Bartolomé Carrillo Fernández para impartir un curso de conferencias apologéticas y sociales en 1931-32. En 1935, con licencia de la Sagrada Congregación del Concilio, pasó a residir en Madrid en la Casa del Consiliario (Villanueva, 15) donde coincidió con el futuro cardenal don Vicente Enrique y Tarancón. En ese mismo año, defendió su tesis doctoral en Filosofía y Letras en la Universidad Central de Madrid, dirigida por don José Ortega y Gasset, ante su director de tesis y los catedráticos don Severiano Aznar, don Juan Zaragüeta, don Javier Zubiri y don José Gaos. Se le otorgó la calificación de sobresaliente.

En julio de 1936, mientras preparaba su inminente ponencia para los Cursos de Verano en Santander que la Junta de Acción Católica española organizaba en el Colegio Cántabro, donde iba a participar junto al padre Agostino Gemelli, Jacques Maritain, padre Rutten, OP, fray Justo Pèrez de Urbel, Santiago Ramírez, OP, el marqués de Lozoya, José Ibáñez Martín, Manuel Gómez Moreno y Nemesio Otaño, SJ, entre otros, le cogió en Madrid y se alineó de inmediato en el bando republicano. Refiere V. Cárcel, que "cuando más arreciaba en España la persecución religiosa, dos sacerdotes seculares, José Manuel Gallegos Rocafull, canónigo de la catedral de Córdoba, y Leocadio Lobo [vicario de la parroquia de San Ginés de Madrid], dieron sendas conferencias el 7 de noviembre de 1936 en la Casa de España de Bruselas sobre "la rebelión militar vista desde Madrid". Los oradores criticaron el movimiento nacional y, aun reconociendo que los rojos había "ajusticiado a algunos sacerdotes", dijeron que eso era necesario y que así la nueva Iglesia saldría entre los escombros de la vieja España. Por intervención del representante español en la capital belga, Ernesto de Zulueta, el deán de la catedral de Santa Gúdula, monseñor Marinis, en nombre del cardenal Van Roey, cursó inmediatamente instrucciones a todas las iglesias y capillas de Bruselas para que se impidiera a estos dos sacerdotes que dijeran misa el domingo 8. Mientras a esta primera conferencia asistió un número reducido de emigrados españoles, tuvieron otra en la "Brasserie Flamande", local más grande y capaz de contener un público más numeroso, en la que participaron algunos ministros socialistas". El texto de su conferencia no sería publicado hasta el año siguiente en francés e inglés.


La noticia de las conferencias impartidas en Bruselas llegó al cardenal Primado, quien de inmediato, escribió a Roma. Y desde la Ciudad Eterna -según el historiador Gonzalo Redondo (Madrid 1993)- , le contestó el cardenal Pacelli que había "dado solícitas y oportunas instrucciones al Sr. Nuncio Apostólico en Bruselas, a fin de que tales manifestaciones no puedan repetirse". El Lectoral cordobés -que pasará los años de la guerra en París-, continuó no obstante en su apoyo a la República en 1937, tanto en la obra que publicó, ya citada, como con su colaboración en la revista "Esprit", órgano de la izquierda católica intelectual, en la que sostuvo su tesis -idéntica a la de J. Maritain- contra el concepto de "guerra santa " aplicado a la guerra de España (Tusell, Madrid 1993). "La Voix du Peuple" de Bruselas publicó a comienzos del año 1937 una carta del Lectoral, recogida días después en el ABC de Madrid (5 febrero 1937) en la que intenta salvar el comportamiento antirreligioso del Gobierno del Frente Popular basado en el respeto que a la Iglesia se tiene en el País Vasco: "Cuando al ver las violencias cometidas en contra de personas u objetos consagrados al culto, se obstinan en atribuir al Gobierno del Frente Popular una política deliberadamente persecutiva, parece que se olvidan que en el País Vasco, donde el entusiasmo al luchar contra los rebeldes es incomparable, sin embargo, los curas y religiosos gozan del respeto y de la libertad más absolutos, y el culto se prosigue con la asiduidad y la devoción que son allí tradicionales".

La reciente edición de su obra La pequeña grey, escrita en 1939 e inédita hasta 2005, en la que hace memoria de su vida y actividades durante la guerra civil y relata su oposición frontal a fray Albino, entonces obispo de Tenerife, en Bruselas, su enfrentamiento con el pensamiento y la persona del cardenal Gomá sobre la licitud de la guerra civil y el compromiso de la Iglesia española en ella, y con don Adolfo Pérez Muñoz, su obispo, que le declara suspenso a divinis en febrero de 1937, y otra vez suspenso a divinis, de su beneficio eclesiástico y de los emolumentos del mismo en 1939, obliga en buena medida a sentir respeto al menos por los criterios que habían guiado su conducta y pensamiento. En la última página de esta obra, escrita ya en su exilio de México en noviembre de 1939, que puede considerarse como su testamento espiritual dice: "No comprendía [en todo este tiempo de la guerra] que en el fondo su sanción era justa, porque por muy fuertes que fueran las razones que me habían movido, yo había faltado a la reverencia y obediencia que solemnemente prometí el día de mi ordenación".


En México publicó obras de carácter filosófico, teológico y social sin entrar nunca en los avatares de su pasado, y obtuvo una cátedra de Filosofía en la Universidad Autónoma de México en Guadalajara (antes, todavía en España, había ejercido de auxiliar de Filosofía en la Universidad Central de Madrid) y en el Centro Cultural Universitario, luego Universidad Iberoamericana. Se ha escrito que recuperó sus licencias ministeriales en 20 de mayo de 1950 gracias a la gestión en Roma del episcopado mexicano, que fue capellán de la iglesia de la Coronación y que falleció mientras impartía clase en 1963 a causa de un infarto. Mantuvo al menos un encuentro personal con fray Albino en México, quien le pidió en 1948 que volviera a España o que renunciara a su canonjía, dada la necesidad de cubrir la cátedra de Sagrada Escritura en el Seminario Conciliar de San Pelagio. No aceptó ninguna de las dos propuestas, pero, de modo voluntario, presentó la renuncia a la Lectoralía cordobesa en 1956.

Su archivo personal quedó en manos de Jorge Palacios, su alumno, amigo y albacea, quien lo donó a la Universidad Iberoamericana de México, donde hoy se encuentra inventariado gracias al trabajo de María Eugenia Patricia Ponce Alcocer (Guía e Inventario del archivo personal de José M. Gallegos Rocafull, México, Universidad Iberoamericana, 2004).


II.- Obras que se entregan a la Biblioteca Capitular


1. "Una causa justa. Los obreros de los campos andaluces", Córdoba, Imprenta La Española, 19291. Valladolid, Editorial Maxtor, 20012.

2. "El misterio de Jesús", Madrid, Revista Católica de Cuestiones sociales, 1930.

3. "La organización obrera", Madrid, Imprenta de los sobrinos de M. Vinuesa de los Ríos, 1934.

4. "El orden social según la doctrina de Santo Tomás de Aquino", Madrid, Ediciones Fax, 1935. Tesis de doctorado en Filosofía y Letras. Universidad Central de Madrid.

5. "Por qué estoy al lado del pueblo. Las razones de una actitud católica", La mañana, Jaén, 11 diciembre 19361. La noche, Barcelona2. El Nacional, México3. Córdoba, Diputación Provincial, 20014.

6. "Crusade or Clas War? The Spanish Military Revolt", Bristol, Departamento de Prensa de la Embajada de España en Londres, 1937.

7. "La Allendidad cristiana", México, Ediciones del Valle, 1943. Cuidó la edición Emilio Prados.

8. "Un aspecto del orden cristiano. Aprecio y distribución de las riquezas". México, Ediciones del Valle, 1943. Cuidó la edición Emilio Prados.

9. "La figura de este mundo", México, Ediciones del Valle, 1943. Cuidó la edición Emilio Prados.

10. "El don de Dios. La gran aventura humana", México, Ediciones del Valle, 1944. Cuidó la edición Emilio Prados.

 11. "La agonía de un mundo", México, Editorial Séneca, 1947.

12. "Obras Completas de Séneca. Consolaciones", México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1948.

13. "La visión cristiana del mundo económico", Madrid, Taurus, 1959.

14. "La pequeña grey", México, Jus/Universidad Iberoamericana, 20051. Barcelona, Ediciones Península, 20072. Incluye en apéndice "Palabras cristianas", hoja volante escrita o publicada en 12 de octubre de 1936; "Reflexiones de un sacerdote sobre la guerra en España", traducción del francés de su conferencia de Bruselas en noviembre de 1936, y "Semana Santa 1937".

15. "La experiencia de Dios en los místicos españoles", México, 1945.
                                     
16. "El pensamiento mexicano de los siglos XVI y XVII", México,  Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de México, 1974.

17. "Los designios de Dios vistos a través de El Condenado por desconfiado y otras comedias españolas", México, 1945. (Dos ediciones)

18. “Cartas Morales de Séneca”. Introducción, versión y notas. Tomo II, México, 1953.

19. “La nueva criatura. Humanismo a lo divino", México, 1943.

20. “Personas y masas. En torno al problema de nuestro tiempo", México, 1944.

21. “Tratados morales de Séneca. Introducción, versión y notas". Tomo I, México 19441. México 19912.

22.  “Tratados morales de Séneca. Tomo II. Introducción, versión y notas", México, 1946.

23.  "La evolución del dogma", Córdoba, 1921.

24. "El hombre y el mundo de los teólogos españoles de los siglos de Oro", México, Stylo, 1946.

  
III.- Otras obras de J. M. Gallegos Rocafull (no conseguidas)


1. "La religión dans l´Espagne de Franco", París, Ed. des Archives Espagnoles, 1937, 188 pp.

2. Edición y prólogo a las obras de San Juan de la Cruz, México, 1942.

3. "Breve Suma de Teología Dogmática", México, 1945.

4. "La doctrina del padre Francisco Suárez", México, 1948.

5.  “Cartas Morales de Séneca”. Introducción, versión y notas. Tomo I, México, 1953.



Manuel Nieto Cumplido
Córdoba, 20 diciembre 2007.

viernes, 2 de abril de 2010

"El País está en manos de los Peores de la Clase"

La Constitución, la Empresa y los Rechazos

La “competitividad” es, hoy en día, una palabra muy utilizada y algo en lo que piensan constantemente muchas empresas. Si consideramos al Estado como una gran empresa, tenemos que ser exigentes con su eficacia. Pero más que una empresa, debemos considerar a nuestro País, como una gran barco, en el que nadie debe de ir de forma “recreativa” o de “placer”, sino que todos deben tener un cometido de trabajo para dirigirlo al puerto que nos determina nuestra Carta de navegación que se llama CONSTITUCION.

En todas la empresas importantes para lograr su competitividad, tienen necesidad de articular una organización racionalizada en la que se incluye un sistema de Control de la Calidad, que garantice la credibilidad y eficacia de los productos para hacerlos útiles y competitivos.

En estas Empresas importantes se señala el cumplimiento de objetivos de cara a la Calidad. Para ello se hace un seguimiento muy exhaustivo de todo el proceso de fabricación. Para controlar cualquier error, que se detecte bien en el centro de mecanizado, bien en la fresadora, bien en el moldeado, la matriceria, o en el propio diseño. En este objetivo de Calidad todos los centros de fabricación, asumen su responsabilidad en los errores que tanto perjudican el Objetivo de la Calidad. En muchos casos, estos fallos son repercutidos en forma de descuentos económicos, que afectarán a los trabajadores en línea proporcional al coste de la pieza estropeada. Es decir, “que el que la hace la suele pagar”. Afortunadamente, los trabajadores en general cuidan enormemente su eficacia y por tanto su calidad.

En la Gran Empresa pública que es el Estado, el objetivo principal es el Objetivo de Calidad necesaria para cumplir los artículos 39 y 40 de nuestra Constitución:

Artículo 39

Los poderes públicos aseguran la protección social, económica y jurídica de la familia.

Artículo 40

Los poderes públicos promoverán las condiciones favorables para el progreso social y económico y para una distribución de la renta regional y personal más equitativa, en el marco de una política de estabilidad económica. De manera especial realizarán una política orientada al pleno empleo.

Desgraciadamente la Empresa pública del Estado, no está llevada a buen puerto, ya que no se están consiguiendo los objetivos de “Calidad” que les exige la Constitución en sus artículos 39 y 40. Y, mientras que en las empresas, en donde trabajan los torneros, fresadores, ajustadores, fundidores, soldadores, proyectistas, etc, etc. Si, se hacen responsables de estos errores que afectan a la Calidad., y en muchos casos se les descuenta.

Por todo ello, en esta gran Empresa Pública que es el Estado y que está gobernada desde el Rey a la cabeza, hasta el último concejal de cualquier aldea, tienen que ser “afectados” en esa responsabilidad, por no lograr los objetivos que marca la Constitución en sus artículos 39 y 40.

En las situaciones actuales, da la sensación de que aquí no pasa nada para ningún gobernante. Da igual, si hay un millón de parados, dos, tres o cuatro. Aquí todo el mundo se pone como un trapo, pero desgraciadamente la lista de parados va creciendo día a día.

Bueno sería, que todos estos gobernantes, desde el Rey a la cabeza como hemos dicho, “sufrieran” en sus carnes esta falta de Calidad, y de sus asignaciones o ingresos anuales, se les descontara un PORCENTAJE, por cada CIEN MIL PARADOS, que se den en el país. Con esto se conseguiría que de una vez por todas se dedicaran a “arreglar” los problemas. Estamos seguros de que cuando vean que les afecta al bolsillo, las ideas les “llegaran” a sus cabezas con más facilidad. Incluso los mismos partidos políticos, al recibir menos ingresos para financiarse, quitarían a los “inútiles” de en medio y pondrían a gobernar a los más capaces.

Lo que no es de recibo, es que en este País, haya personas sumidas en la ruina del paro, e instaladas en el miedo y la preocupación continua, mientras la televisión nos muestran como tiran los dineros en programas basura, y para colmo que cuando llegue el verano, seguramente veamos la euforia del yate del Rey, deslizándose por las bonitas aguas del Mediterráneo, como si aquí no estuviera pasando nada. Por todo ello es necesario, articular un baremo justo: A más parados por desgracia, menos ingresos reales para todos los políticos. De paso estos descuentos, servirían para rebajar el déficit del Estado, que también es preocupante.

Por otra parte hay que hacerse eco de las frases recientes de Felipe González, a los medios de información y que vino a decir: “Al frente del País nos están los mejores de la clase”.